Cuando lo conoció, Thor estaba seguro de que el encanto de Loki con los socios anularía el compromiso. Tal vez lo había intentado, Thor quería creerlo, y solo tal vez lo había logrado pero al ver los millones que se perderían, le ganó más la codicia. Aunque fuera solo una suposición suya, era suficiente para odiarlo y sin esforzarse en esconderlo ni un poco.
Estaba ahí, parado con las manos entrelazadas en un puño bajo su vientre y la sensación de desmayarse en cualquier momento pero del asco. No quería besar a Loki. Thor no era homosexual.
Cuando su padre, Odín, le habló sobre un matrimonio por conveniencia, Thor quiso reírse y preguntar si habían estado viendo demasiadas películas tontas con temas clichés, pero la expresión seria y casi dura de su padre lo detuvo de decir algo más que pudiera provocarle una sentencia. Esa noche, Thor comprendió que si no aceptaba el compromiso, estaría arrastrando a su familia a la pobreza, o tal vez a la misma miseria por las deudas que además habían acumulado por darse gustos extravagantes.
—Mientras no sea una mujer vieja… —pero Odín le interrumpió diciéndole que sería un hombre con quien se casaría, haciendo que Thor empezara a toser con gravedad como si de pronto el aire fuera venenoso. Después de que su madre le ayudara trayéndole un vaso de agua, Thor respiró mejor para volver a preguntar si había escuchado bien.
—Se llama Loki y no está viejo, si es lo que te preocupa.
—No. La edad es lo de menos —desesperado Thor, se sentó al lado de su padre como intentando verlo de cerca para cerciorarse de que era el hombre correcto que tenía en frente. —Lo que importa es el sexo. Padre, somos una familia con una reputación casi intachable.
—Ya tomamos la decisión. —Esta vez habló Frigga, su madre. —Cariño, esto no es tan malo como parece, que la gente hable de tu homosexualidad no significa que sea real, solo necesitan estar casados por un año, y entonces se divorciarán y nuestra comodidad estará a salvo.
—¿Y qué hay de Balder? Ya es mayor de edad.
—Pero es el hijo menor, la responsabilidad cae sobre ti.
—¿Y Loki es también el hijo mayor? —preguntó, sin realmente estar interesado pero su madre contestó con interés.
—No, Loki es el hijo menor. Sus hermanos ya contrajeron matrimonio, por lo que es él quien carga con esto y aceptó este trato. Thor, entiende que es un favor el que nos hacen los Laufeyson.
Thor apretó los puños mientras escuchaba las verdaderas razones detrás de todo eso. La familia Laufeyson, sí había escuchado de ellos, pero nunca había convivido con ninguno, conocía al señor Laufey solo porque era el mejor amigo de su padre. La compañía en la que ambos trabajaban era de autos, y cada año las acciones aumentaban o disminuían dependiendo el área en que cada accionista empujaba un presupuesto.
La compañía Cit-Autos había alzado sus cimientos con dos primos que habían dado todo de sí por la compañía, que habían casado a sus hijos para que nunca cayera el nombre, siendo Laufey el hijo de alguno de ellos. Fue Laufey y su esposa que habían decidido vender una mitad de sus acciones a tres amigos, y más tarde hacer gerente de administración a Odín.
Todo lo que Odín poseía era poco a comparación de Laufey, que a pesar de considerarlo su mejor amigo, Odín sentía envidia. Había obligado a sus hijos, Thor y Balder a estudiar Ingeniería mecánica y comercial para que en un futuro fueran mejor que los Laufeyson.
Tal vez Laufey lo notaba, Thor no estaba seguro, pero de algo sí lo estaba: Laufey realmente consideraba un amigo a Odín. Tanto que había hablado con los demás accionistas y socios de mantener a Odín en su puesto, de no despedirlo por el derroche del dinero y que seguro administraría mejor el área de producción. Y Laufey le había pedido o tal vez suplicado a Odín que tomara en cuenta las advertencias de los socios.
Pero los demás no aceptaron, mostrando formularios y varias demandas que apuntaban a Odín como el causante de muchas pérdidas para la misma compañía. Y tal vez un robo al bolsillo de la empresa, a pesar de que el encargado de finanzas era otro. Y por eso, Laufey quería ayudarlo con un matrimonio en el que haría de Odín su socio y ni los accionistas podrían hacer nada para echarlo porque Thor y Loki escudarían las relaciones familiares de la misma compañía.
Pero Laufey pondría una condición: Odín cuidaría del puesto, sin sacar un solo centavo de la empresa hasta que Thor o Balder estuvieran listos para el cargo.
—Me es difícil creer que Loki haya aceptado ayudarnos —susurró Odín para sí mismo pero siendo escuchado por su mujer e hijo. —Es igual a su padre, amable…
Cuando Balder se había enterado de la noticia, ya con Thor aceptando ese castigo, no había encontrado el momento de callarse. Estuvo días riéndose hasta llorar, hasta tener dolores en el abdomen. Balder sí conocía a Loki y que Thor no lo hiciera, le pareció mucho más divertido comentar lo feo, enano y gordo que era. Aunque parecía imposible, Thor le había creído.
Una semana después, la familia Laufeyson invitó a los Odinson a su hogar para mezclarse mejor y dar la impresión a los demás de que ambas familias convivían juntas. Y fue donde Thor cayó en cuenta de que Laufey tenía hijos muy parecidos a él, no eran tan feos como Balder había repetido todos esos días incluso en todo el viaje a esa enorme casa, casi una mansión. Y ahí estaba Loki, imaginó Thor. Era mucho más joven que él, casi de la edad de Balder y parecía tener una luz brillante en su ser, que una sola mirada suya hacía que las personas sintieran un cálido bienestar. No era como sus hermanos, serios y algo aburridos.
—Mi madre pide perdón por su ausencia —dijo Loki después de saludar con cortesía a toda la familia Odinson, incluso había estrechado la mano de Thor sin timidez, como si no estuviera enterado de que pronto contraerían matrimonio.
Thor miró hacia Laufey, al sentir una mirada casi penetrante en su dirección. Efectivamente lo estaba observando sin disimulo. Thor carraspeó tomando asiento y bajando la mirada, sin saber por qué.
—Loki, espera a tu madre afuera —le ordenó Laufey, y Loki obedeció al instante, dejando a todos en un oscuro silencio. De pronto, todos buscaron dónde estaría esa luz que de pronto se había apagado.
—Seré claro, Thor. Quiero advertirte —dijo Laufey después del silencio que dejó Loki —que mi hijo Loki aceptó sin condiciones este matrimonio, por ayudar a tu familia.
—Laufey…—intentó intervenir Odín pero Laufey lo ignoró continuando con lo suyo, mirando directamente a los azules ojos de Thor.
—Si tu intención es lastimarlo, puedes negarte ahora mismo antes de que mi esposa llegue y entre con Loki para planear a detalle esta farsa.
—Señor… no necesita advertirme—dijo Thor casi con molestia.
—Laufey, en nombre de mi hijo Thor, te pido lo perdones —interrumpió Odín con enojo pero para Thor. —Es que no conoce a tu familia y mucho menos sabe que Loki, al ser el más joven, es tu hijo favorito. —Dijo lo último tan claro para que Thor comprendiera que estaba jugando con fuego.
Pero Thor ya sabía todo. Solo estaba molesto y no con Loki, o tal vez sí, pero estaba molesto con la vida, con la responsabilidad que de pronto había caído en sus hombros.
—Confió en ti y tu familia, amigo mío —dijo Laufey ya más relajado —es por eso que dejaré que mi pequeño viva por un año con tu hijo.
Loki volvió con su madre, ambos sonreían de algo que se habían estado diciendo a escondidas, hasta sentarse frente a la familia Odinson. La señora Laufeyson, saludó a todos con ánimo, deteniéndose mucho tiempo en observar y comentar sobre Thor. Fue así como Thor comprendió que Loki se parecía a su padre pero tenía la actitud de su madre, una buena combinación, pensó.
Hablaron del matrimonio como un plan de guerra, Loki y su madre insistieron en que el ataque fuera en dos meses. No, ataque no, boda, se reprendió Thor.
Pero Laufey quería la boda lo más pronto posible, antes de que Odín fuera despedido. Y fue así como la boda se llevaría en tan solo un mes, con una celebración bastante íntima, invitando solo a los ejecutivos de la compañía.
Desde ese día, Thor había vuelto a ver a Loki cinco veces. Loki insistía que debían aparentar estar saliendo o al menos viéndose. Y todas esas veces, Loki se encerraba en la habitación de Balder para pasar todo el día con videojuegos. Entonces Thor recordó cómo Balder empezó a recordarle que Loki siempre los visitaba, a menudo, pero como el rubio estaba siempre ocupado o desinteresado en las amistades de su hermano menor, nunca le había tomado en cuenta.
Y la última tarde antes de la boda, Loki se había detenido en la puerta para hablar directamente con él, aprovechando que no había nadie.
—No creas que yo estoy contento con esta boda —soltó con resignación. —Mi padre realmente aprecia a tu padre, y si tu padre no es feliz, mi padre tampoco lo será. Si no lo entiendes: lo hago por mi padre.
—¿Y eso me importa? —espetó Thor, sorprendiendo a Loki y pronto cambió su tono a uno menos tosco—Bueno, también lo hago por mi padre.
—Conozco a todos los socios y accionistas. Son tercos como mulas… oí decir. Pero si hubiese alguna forma de detener esto, lo haría.
Y no había ninguna otra salida, Thor lo sabía y sin decir nada, simplemente hizo un ademán para que Loki saliera.
Fue así como en un cerrar de ojos, Thor se encontró de pie delante del altar, frente a un cura al que le temblaba la mano izquierda por el peso de la Biblia. Pudo ponerlo sobre la mesa, pero el cura parecía complacido por el esfuerzo que hacía por Dios. A su lado estaba Loki, lo miró de reojo y sintió envidia de verlo relajado y tal vez algo divertido por algo que hubiese notado en el cura que él no.
Cuando el momento de dar el sí llegó, Thor se arrepintió de no haber pedido a Loki a salir o pasar el tiempo juntos, solo para no sentirse incómodo en ese momento. Loki dijo sí con una sonrisa. Thor pensó que era un buen actor, y comprendió que Loki realmente estaba haciendo lo mejor por hacer que eso funcionara, que pareciera una boda real y los socios no sospecharan nada. Tal vez era eso lo que Thor debía hacer, pero nadie se lo había advertido.
Y cuando llegó su turno, dijo un sí con un pobre intento de ánimo que hizo que Loki sonriera con ternura. Por un momento a Thor le pareció escuchar la risa más linda del mundo.
—Entonces, yo los declaro esposo y esposo.
Thor se puso tenso, había llegado el momento del beso, del sello del matrimonio. Sintió una ola de aire frío recorrer por toda su espalda hasta sus tobillos. Loki también parecía algo nervioso, Thor lo creyó por cómo el pelinegro buscaba entre la gente a alguien que tal vez pudiera ayudarlos, pero en qué.
Sin pensarlo dos veces, Thor se acercó lo suficiente a Loki, solo sería una vez para convencer a todos, los que estaban fuera de saber algún día la verdad, que ellos se casaban por amor. Lo tomó de la quijada sin delicadeza para acercarlo y estamparle un corto y casto beso.