Cuando Thor pisó la universidad por primera vez, se sintió tan perdido y novato, pero con los años eso cambió hasta que ahora que se casó, y con un hombre, le devolvió esa sensación de la primera vez. Algunos de sus compañeros lo miraban sin disimulo, murmurando que Thor era un homosexual, que se había casado en secreto. Pero otros le saludaron. Solo eso. Nadie se quedaba a su lado para preguntarle siquiera cómo estaba. Y no muy lejos estaba Jane, mirándolo con rencor junto a su amiga Darcy, mejor amiga.
Ignoró a todo aquello que solo se le quedara viendo, como si no existieran. Agradeció que solo le faltaran 6 meses para graduarse, pero Loki… pensó que seguro la estaba pasando fatal, sin contar que era su primer año en la universidad junto a Balder.
—¿Creíste que me comería yo solo todo el banquete en tu boda? —Thor sonrió al oír esa pregunta, era Volstagg.
—Tal vez. —Sonrió Thor, como no lo hacía desde hace mucho. —Espero que no te… incomode eso de que soy… ya sabes.
—Nunca dudé de tu sexualidad, hasta que Balder me envió una foto tuya con tu esposo —sacó Volstagg su celular para mostrarle una foto de Thor y Loki, posando como una feliz pareja en la boda. —Él se ve muy guapo, tal vez eso te hizo dudar.
Thor tragó duro, aguantando las ganas de gritar la verdad y decir que era una farsa, que seguía siendo tan heterosexual como antes. El hecho de ser el exnovio de Jane Foster, sobre fidelidad, Thor estaba lejos de serlo. Incluso la había engañado con la misma Darcy. En su defensa, eran solo encuentros sexuales sin compromisos, para descargar tensión a causa del estrés. Thor era un buen amante, eso decían todas con las que había follado, algunas se habían enterado de su matrimonio pero siguieron enviándole mensajes de verse solo para pasar el rato, que nadie se enteraría. Thor estaba dispuesto a aceptar, pero la maldita promesa de aguantar un año…
—Sí, es lindo —dijo Thor, como convenciéndose a él mismo que Loki lo era, sabía que lo era, pero no quería aceptarlo ya que eso lo haría ver gay.
Tenía que aguantar 355 días, y luego empezar a decir que Loki lo había seducido y tal vez hechizado pero que despertó y se dio cuenta que no le gustaban los hombres que no era gay, y para recuperar la dignidad masculina que estaba tirada por ahí, le pediría matrimonio tan rápido a Jane y así estaría volviendo a la normalidad.
Cuando sus clases terminaron, deseó llegar pronto a casa, para descansar porque cada mirada que lo juzgaba era como una puñalada a su masculinidad. Ni siquiera había podido almorzar en paz y eso que Volstagg le animó relajarse ya que ahora eran tres, con Hogun, su mejor amigo para trabajos en equipo. Llegó a su nuevo hogar, música suave llenó sus oídos, bastante relajante, desde el cuarto de Loki. Thor subió hasta llegar al cuarto que les pertenecía, aunque la mayor parte era de Loki. Quería asegurarse que estuviera igual de molesto que él, porque seguramente había tenido un terrible día. Pero ahí estaba, Loki estaba usando una jardinera color blanco, manchado de pintura por todos lados, llevaba un gorrito y unos lentes, concentrado en lo que hacía. Sus manos estaban desprotegidas, manchándose de pintura pero importándole poco mientras acariciaba la tela con un pincel. Thor vio que la pintura no tenía una figura, nada que detallara qué era lo que pintaba, porque a Thor nunca le interesó el arte, de saberlo habría apuntado que era abstracta.
—Oh, ya llegaste —le saludó Loki, con una sonrisa.
Sonrisa.
Estaba como siempre, radiante y con una mirada que regalaba calidez. ¿Sólo él tuvo un mal día a diferencia de Loki? No podía ser así.
—¿Cómo te fue? —le preguntó Thor, directo, sin sonreír.
—Te fue mal —afirmó Loki, aunque ya no sonriera, se le veía tan bien —. A mí también, imagino. Pero yo vivo ignorando al mundo —se dio la vuelta para seguir con su pintura. —Incluso ignoro a mis hermanos cuando molestan demasiado.
—Pues yo no puedo vivir ignorando a aquellos que una vez fueron mis amigos, compañeros y ahora… por esta estúpida boda, ellos me ven como si…
—Si fueran tus amigos no te juzgarían, Thor —volvió a girarse para verse de frente.
—Para ti es fácil. Escuché que no tienes más amigos que Balder.
Loki lo miró en silencio, no parecía molesto ni herido pero sin duda alguno de ambos tenía que estarlo.
—Prepararé algo de cenar —dijo al fin, tirando con cuidado el pincel de su mano—. ¿Quieres que te prepare algo?
No es tu esposa.
—No, pediré algo.
—Bien.
Cuando Loki salió, Thor suspiró, volviendo a observar qué era lo que Loki estaba pintando, inclinó su cabeza de un lado a otro, creyendo que tal vez había una imagen escondida, pero no. Además los colores eran claros, casi todos amarillos en varios tonos. Horrible.
Salió, haciendo una llamada para pedir una pizza, y tan pronto se puso al día con las actividades del día siguiente, su cena llegó. De la cocina se escuchaba a Loki hablando por teléfono de vez en cuando mientras escuchaba una larga perorata detrás de la llamada, a penas y lanzaba un sí sin dejar de preparar su cena, por el olor Thor intuyó que sería algo con pollo.
Qué difícil iba a ser vivir así. En menos de una semana, su madre los vino a visitarles y al ver que Thor no comía en su casa, Frigga lo reprochó alegando que descuidaría su alimentación pero a Thor poco le importó. No tenía que fingir quién era delante de su madre, y no pudo dejar de guardar eso que tanto lo incomodaba.
—No quiero que parezca mi esposa.
—Hay amigos que comparten pisos, Thor, y se dividen las tareas, ¿no puedes fingir al menos ser eso? —le reprochó Frigga.
Thor lo pensó bien, no parecía tan mala idea.
—¿Al menos ayudas en la limpieza?
Thor miró le piso y estaba limpio, en la semana que llevaban viviendo, ni una sola vez agarró una escoba y tampoco vio a Loki hacerlo, pero sin duda lo había hecho en su ausencia o mientras dormía. Thor se frotó el rostro al percatarse que Loki estaba siendo un buen amigo sin reclamar absolutamente nada.
—Por lo que veo, no.
—Yo lavo mi ropa —dijo Thor, tratando de enmendar ese error ante su madre.
Cuando Loki estuvo presente Frigga le comentó que no fuera tan amable con Thor, que si Thor usaba algún plato no lo lavara, que si Thor pasaba la mayor parte del tiempo en la cocina o living, no lo limpiara, poniéndole completamente en su contra. Loki asentía, dándole el gusto a Frigga para aumentar más castigos a Thor.
—Y siéntete libre de visitarnos, Loki. Balder te extraña —le abrazó Frigga antes de irse.
Una vez se fue, Thor se giró hacia Loki para empezar a discutir su buen comportamiento.
—No necesitas limpiar toda la casa, nadie te lo pidió —le regañó.
—No me gusta vivir en un lugar sucio —le respondió Loki, tranquilo.
—Entonces dímelo, no lo hagas tú solo para hacerme ver como un inútil.
Loki le miró unos segundos con algo de confusión para luego responder, gentil:
—No lo eres. Es solo que yo tengo mucho tiempo. —le explicó Loki, detallando las horas que tenía libre, los días que no iba a la universidad y que hacer algo de limpieza le inspiraba en sus trabajos.
Thor también tenía tiempo libre algunos días, pero él solía aprovecharlos para salir con sus amigos o su novia, o avanzar en su proyecto. ¿Por qué alguien con tanto dinero como los Laufeyson sabían de limpieza y cocina? Thor tenía empleadas, y si había lavado su ropa fue porque buscó tutoriales en el internet. Por la curiosidad tuvo que preguntárselo y Loki respondió sin sentirse mínimamente ofendido.
—En casa nos enseñan a ser independientes desde pequeños, hasta Býleistr ayuda a su esposa en los quehaceres. Thor, —Loki se le acercó con una mirada comprensiva —sé que vivir aquí por un año, viéndonos las caras no te gusta, lo supe desde que te vi. Y no niego que siento lo mismo —no parece, pensó Thor—, pero recuerda, lo hacemos por nuestros padres, al menos tú por toda tu familia. La casa es pequeña y limpiarla me toma muy poco tiempo, por eso no tienes que creer que lo hago maldiciéndote o algo por el estilo. Como te digo, es solo mi manera de descansar. Y sobre la cocina, me gusta, de hecho tenía planeado estudiar gastronomía.
Thor lo observó, atento, sin dejar de aprender algo nuevo de la familia Laufeyson. A ellos no les importaba el dinero que tenían, ni lo presumían a medio mundo como, para su vergüenza, su propia familia.
—Estuve pensando y creo que ya sé por qué no quieres comer de lo que preparo —dijo Loki, calmadamente. —Crees que estoy tomando un rol femenino, ¿verdad? ¿O crees que trato de seducirte? Porque ninguno es acertado. Solo trato de ser amable porque al igual que tú, no soy gay ni planeo serlo en un futuro.
Al escucharlo hablar así, tan tranquilo, sin titubeos, sin muestras de enojo, solo hacía que Thor se sintiera como un estúpido.
—Está bien —aceptó, finalmente. —Puedes preparar el desayuno y la cena pero —advirtió levantando el dedo índice—no quiero que lo hagas si no tienes tiempo o no lo deseas, y así pedimos algo de comer.
—Claro —sonrió, mostrando los perfectos dientes que tenía—entonces preparé nuestra cena. Dime, ¿qué te gustaría…?
—Cualquier cosa está bien —lo cortó. Y por primera vez, Thor le sonrió.