Stangant
X
Sombras
Lloré un poco más. En verdad me aterraba el provocar daño a Tsuna y aquellos que también me brindaron protección. Entre hipidos Tuna nunca dejó de ofrecer sus caricias y sus brazos para sacar mi temor.
Tocaron la puerta.
El Guardián de la Tormenta, Gokudera-kun, traía informes para su jefe. No tenía que preocuparme por los Potter ni por Lord Gaunt sino en recuperarme. Al preguntarle a Tsuna acerca de su trabajo como jefe mafioso en otro cuartel, tan solo me dijo que mientras estuviera haciendo su trabajo con el papeleo de las misiones o nuevas alianzas no era necesario estar en el Cuartel General de Vongola. Nuevamente me conmovió el que estuviera a mi lado, aunque recordaba las palabras de Reborn sobre aprender a defenderme para que Tsuna siguiera con su papel como el Jefe más poderoso del bajo mundo.
Pero Tsuna no parece una persona que pertenezca al bajo mundo. Es cálido y amable, le brinda atención a cada uno de sus Guardianes, su familia, además de lidiar con el lío que es Varia. Me siento contento. Tranquilo. Y las veces que no, Tsuna me acompaña en caminatas por los alrededores del castillo; nos topamos con extraños animales salvajes, a veces terminamos corriendo, otras Tsuna enciende sus llamas y volamos por un momento.
Las llamas de Tsuna lo hacen ver más como alguien cuyas palabras se debe escuchar, su mirada afilada es capaz de ver más allá del alma hasta encontrar los secretos ocultos.
Con una mirada suya de dio cuenta que había algo que me hacía falta, algo que ayudara con esos pensamientos sobre dejar el control de mi cuerpo a alguien más, a Skull, siendo más precisos porque sí, a veces siento que le estoy quitando mucho tiempo a Tsuna y su familia y su organización y además de quitarles espacio a los Varia.
--Harry, eres mi amigo, Skull también es un amigo. Aunque tú y Skull tengan personalidades distintas, gustos distintos, miedos distintos, sigues siendo tú; amable y valiente, las habilidades vienen con el tiempo y práctica. Si deseas aprender algún tipo de manera de defenderte o es un arma lo que quieres dominar, tan solo con práctica podrás obtenerlo. --caminando por los pasillos hacia el comedor principal, Tsuna me explicaba --A cada uno de los que ves aquí, incluso Reborn, empezaron de cero. Cometieron errores, tuvieron sus victorias, hicieron suyo un estilo de pelea, hicieron suyos sus llamas, crearon sus ataques más poderosos y aunque hoy los veas fuertes, todos siguen practicando para mejorar aún más.
Jugué con el cierre de la chaqueta que traía puesta, la que tenía color violeta, los lentes también eran de ese color, aunque seguía sin ser mi color favorito. Llegamos al comedor y ahí estaban todos, sonreí al recordar que rara vez se sentaban todos juntos a la mesa por las misiones de Varia y de los Guardianes de Tsuna. Y en seguida supe la segunda razón (principal): había peleas verbales entre guardianes, entre Varia y Volgola, entre Reborn y Tsuna, o todos contra Reborn (donde él salía ganando). Solo observé.
A veces reí. A veces casi me ahogo con la sopa. A veces sentía la necesidad de añadir algo a los relatos de misiones que me sonaban muy familiares, y otras veces debía aguantar la risa para no ser el blanco de ciertos ataques aéreos. Aunque los pepinillos en mi cabello contaban otra cosa.
También noté, todos tenían diferentes comidas, Lussuria y Ryohei decían el cómo se servían variables de la comida favorita de uno de los guardianes por una semana (dando tiempo a su regreso de misiones) mientras que en el castillo se servía lo que cada guardián desearan comer cada día (o se deshacían del chef por incompetente); al estar en el castillo el pobre chef debía hacer cada una de las distintas comidas que se servían, yo creí que necesitaba un aumento, pero al ver que mi comida eran solo vegetales pensé que no me habían preguntado qué tipo de comida es la que más me gusta.
La ropa que me consiguieron luego que Tsuna dijo que no tenía la suficiente, la mayoría tenía el color violeta ya fuera en detalles o completamente de ese color con algunos tonos distintos. En postres me tocaban gelatinas o helados con un sabor peculiar. En frutas, me servían tan solo sandía, melón, pepino y frutos secos. En el baño de pronto aparecieron productos con fragancias tropicales. Cuando llegué a salir a caminar por mi cuenta (y tal vez perderme al seguir direcciones) me llegaron a buscar primero en el techo, luego en el jardín y por lo que dijo Lambo sobre los árboles; Tsuna me encontró en un rincón de la biblioteca que es donde me di por vencido al encontrar el camino de vuelta.
En el centro de la mesa había algunos bocadillos extras. Tomé un sándwich de tocino, una rebanada de pastel de fresas y una taza de chocolate caliente. Comí bastante. Todo estaba rico y el chocolate me recordó a las tardes con el Señor White. A mi memoria llegaron algunos recuerdos en su compañía; sus cejas gruesas formando un arco en su cara cada que se sorprendía, sus ojos chispeantes cuando miraba a la futura Señora White, su sonrisa cuando miraba mis dibujos...
¿dibujos?
Ah. Era eso lo que me faltaba. Tener una pluma o un pincel en mis dedos, trazando líneas en un papel o un lienzo... donde dejaba mis sueños, temores, mis secretos.
Abrí mis ojos para contarle a Tsuna mi descubrimiento. Vi que varios me miraban directamente y los otros lo hacían con discreción.
--¿Qué sucede? --pregunté bajito.
--Creí que eras vegetariano. --dijo Lambo.
--También intolerante a la lactosa. --añadió Gokudera.
--Con una ligera alergia a las fresas. --con preocupación y revisando mi rostro dijo Ryohei.
--Además que lo único dulce que aceptabas eran caramelos de miel, o como endulzante en general; miel natural. --dijo Reborn.
--Tal vez, eso fue cierto una vez... cuando era Skull. --los miré a los ojos para seguir --Ahora soy Harry.
Hubo un pequeño momento de incertidumbre, como si volvieran a recordar lo mi amnesia, lo joven que supuestamente soy, lo inexperto en la vida como para tener cosas como intolerancia a la lactosa o para elegir el comer tan solo vegetales el resto de mi vida.
Obtuve un poco de comezón en las muñecas, era un salpullido, seguramente lo de la ligera alergia a las fresas. O tal vez lo de la leche. O la carne. O simplemente algún insecto me picó sin darme cuenta.
·"·"·"·"·"·"
Recorrí todo el castillo en busca de un lugar donde pueda relajarme y dibujar; tomé varios papeles en blanco de la oficina de Tsuna y un par de lápices. Sería mucho pedir por un cuaderno de dibujo, grafito, pinceles, pinturas, o todos los materiales para un artista siendo que solo soy un aficionado.
Encontré una mazmorra donde se almacenan escritorios, Xanxus suele necesitar uno o dos cada semana. Había luz de tres ventanillas lejos de mi alcance pero suficiente para indicar la hora del día, subí a lo alto de cuatro escritorios apilados y dejé que mis manos crearan imágenes de mis emociones. Dibujé un cuarto desconocido, ropa extraña, un castillo distinto a Hogwarts, dibujé a Tsuna y su familia; el cómo me recibieron y me siguen protegiendo. Dibujé a Varia en su total locura y asombroso poder, dibujé a Reborn con tanto negro que me terminé un solo lápiz en su imagen, dibujé a Lord Gaunt y sus diferentes máscaras que me mostró. Dibujé el cómo a veces me siento solo en el tiempo, estancado en un momento donde las horas y los días pasaron, incluso estaciones dieron varias vueltas pero yo sigo aquí... más alto, con voz más grave, con dedos más finos llenos de callos a causa de experiencias que no son mías. O tal vez sí lo son, pero no lo recuerdo.
Se metió el sol y ya no pude seguir dibujando. De camino a mi cuarto me topé con Reborn.
--¿Ya has pensado en lo que harás? --dijo con su impecable figura recargada en el marco de la puerta --Podemos buscar a los Señores White. Podemos buscar tutores de magia para que apruebes los exámenes en el Ministerio Italiano. Podemos ingresarte a una escuela muggle. Tienes mucho de dónde escoger.
--Las opciones que me das, ninguna está relacionada con la Mafia. --presioné los papeles usados contra mi pecho.
--Ese es un mundo peligroso. --sonrió de medio lado, dando un aire burlesco y arrogante --Tienes buenos reflejos, quizá con entrenamiento tu cuerpo sea capaz de recordar ataques y el uso letal de tus llamas, es cierto. Sin embargo, Skull no entró en este mundo por cuenta propia, durante las misiones se encargaba del transporte, de cargar o localizar objetos y fue bajo extremas circunstancias que quitó una vida; fue aprendiendo, sus misiones fueron expandiéndose así como el peligro. De algo que estoy seguro, Skull jamás tuvo opción alguna.
--Gracias Reborn, por tu consejo. --recordé que al mejor asesino del mundo no le van los débiles ni los que podrían causarle problemas.
Entré al cuarto y cerré la puerta.
A veces, siento que no tengo lugar al cuál pertenecer.
¿Para qué recuperar la memoria de una vida que no se vivió completamente? ¿Para qué olvidar una vida con tanta experiencia que al viejo yo no le sirve de nada? ¿Cómo evitar problemas con gente que conoció a un "yo" del que jamás me enteraría?
Salvo Tsuna, ¿cómo saber si me aceptan o me toleran en memoria del "yo" que ya conocieron?
Este cuerpo tiene más de veinte años. Mi mente es de quince años. ¿podré vivir yo solo? ¿independizarme?
Claro que tengo miedo de lo que puede pasar, después y durante mi partida. Nunca conocí el mundo así que no sabré qué tanto ha cambiado. Tal vez solo deba regresar al Mundo Mágico, cada país tiene su propio distrito de magia. Tal vez tome una maleta y me valla a buscar paz mental. Tal vez sí valla a buscar al Señor White después de todo, que vea que sigo vivo a pesar de tantos años, tal vez pueda despedirme de él que me aceptó cuando nadie más lo hacía y haga lo que supuestamente haría una vez que naciera su hija... aceptar una beca de mi profesor de arte de Hogwarts.
Miré los papeles en mis manos.
Mi vida la iba a dedicar al arte.
···Continuará...
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