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Mascota por RLangdon

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Nada más entrar al salón, Naruto deseó fuertemente volver a la mansión. Se encontraban en casa ajena. Una fiesta, reunión o convivio. En realidad Sasuke no le había explicado gran cosa, tampoco que fuera su obligación. Tan solo le había ordenado vestirse con algunas prendas elegantes y, por vez primera, lo había llevado consigo.  
 
La mansión era, cuando menos, lo triple de amplia que la de Sasuke. Había un montón de gente yendo y viniendo desde el jardín hasta las escaleras del fondo. 
 
Cada vez más confundido, Naruto se relegó del gentío cuando Sasuke lo soltó para ir a conversar con uno de los presentes. 
 
No entendía por qué Sasuke lo había llevado consigo en esa ocasión. Era ilógico. Nunca lo sacaba a ninguna parte. Jamás le hacía participe de sus actividades fuera de la mansión. 
 
¿Por qué ahora quería que lo acompañara?
 
Pero el no tenía derecho a preguntar nada. Así que, incómodo al no saber qué hacer, paseó su mirada por los invitados, hasta que finalmente se decidió a ir al baño para hacer tiempo en lo que Sasuke regresaba a su lado.
 
Fue hasta el fondo del salón y tras unos minutos dentro del servicio, salió. Apenas cerró la puerta cuando se supo profundamente observado por un joven de cabellos grisáceos sujetos en una coleta, y grandes anteojos.
 
-Tengo algo que podría interesarte- mencionó cuando cortó la distancia entre ellos.
 
Nervioso y asustado, Naruto miró en derredor. No entendía a lo que se refería. 
 
-Se mucho sobre ti. Se mucho sobre todos los aquí presentes. Quizá quieras saber más sobre Sasuke- emprendió la caminata hacia la puerta corrediza de la derecha.
 
-Si quiero- murmuró Naruto por lo bajo. Y entonces, lo siguió. 
 
**
 
Los irises oscuros refulgieron bajo los gruesos cristales.. Una sonrisa ladina acudió a los labios de Kabuto Yakushi momentos antes de extender frente a la mesa la primera carta plastificada que evidenció una vieja fotografía anexada a un nombre en específico.
 
Su invitado boqueó un par de veces, pero Kabuto no le dio tiempo a objetar nada mas, y en cambio, decidió reanudar aquella charla unilateral que habían sostenido minutos antes afuera del servicio.
 
-Veamos- se amoldó mejor las gafas y apoyó ambos brazos a los costados de la tarjeta, una entre cientas que tenía a su alcance. -Naruto Uzumaki. Hijo de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki. Dos pobres mercaderes que concretaron su union tras...- hizo una pausa, dudando en dar la cifra correcta. -Aproximadamente tres años de relacion. Al quedar Kushina embarazada, Minato se vio en la obligacion de solicitar un préstamo a cierto magnate de la ciudad para solventar los gastos de la operacion poco antes de que tu nacieras...- Kabuto exhaló al notar el tenue brillo que ahora despedían los orbes azules, casi al borde del llanto. -Kushina murió de una sepsis días despues de tenerte. Tu padre no pudo pagar la deuda, asi que te abandono en un orfanato, tal vez creyendo que cuando saldara la deuda, podria buscarte nuevamente. De tal modo que su hijo no correria peligro alguno. Mas sin embargo, una enfermedad lo consumió años mas tarde...- Kabuto ensanchó una sonrisa displicente al girar la tarjeta para mostar la imagen derruida de un joven rubio de serena mirada celeste. -La depresion es una enfermedad silenciosa ¿No lo crees Naruto kun?- al ver que el chico no respondia, decidió oportuno proseguir. -La mafia no olvidó la deuda de Minato. Y viendo pérdida una insignificante parte de su capital tras su muerte, optaron por buscar a su primogénito, y responsable directo de aquel ruin préstamo....tragico.
 
Naruto dejo caer la mirada, ocultando su rostro bajo los incipientes mechones dorados. Sentía un profundo y latente dolor en el pecho, los ojos le ardían y, un grueso nudo se había instalado en su garganta, impidiendole articular palabra alguna.
 
-Joven Uzumaki ¿Acaso lo he incordiado con mi criptica reseña? ¿Desea usted cuestionar algo al respecto- Kabuto farfullaba mientras repartía cartas al azar sobre la superficie de la mesa. -esta en libertad de hacerlo si asi le place- giró entre sus dedos la cuarta tarjeta y la dejo caer intencionalmente frente a Naruto, cuyo semblante alicaído mutó rápidamente, exhibiendo un genuino interés por aquella fotografia. -Sasuke Uchiha...¿te interesaria saber algo en especifico?
 
Naruto ignoró el cuestionamiento para tomar la tarjeta plastificada con la imagen de un niño que poseía una apacible mirada ónix y ademas...sonreia.
 
-Yo...
 
-Ah, ah, ah,ah- canturreó Kabuto, inclinándose hacia el frente para recuperar la carta. -Nada es gratis en esta vida, Naruto kun. Antes bien quisiera cerciorarme de cuánto deseas obtener información de esta índole...- cuando vio que Naruto dudaba, continuó en un tono más comprensivo. -A menos que consideres oportuno preguntarselo directamente. La cuestion sería si Sasuke esta dispuesto  a esclarecer tus dudas tan fácilmente. ¿Sabes que lugar es este Naruto kun?- el susodicho negó con la cabeza, sin querer observar nuevamente el entorno de la amplia recámara. -Es un laboratorio, solo una parte- Kabuto se puso de pie y se dirigió al anaquel del centro de la pieza para tomar un determinado libro.
 
Sabía que se estaba arriesgando demasiado al desobedecer las ordenes de Orochimaru, pero sentia curiosidad por ese chico. La vida que había tenido era similar a la suya. Solo quería probar su lealtad hacia el Uchiha. Ademas disponia de poco tiempo antes de que el insolente moreno regresara. 
 
-Reptiles. Al amo Orochimaru le encanta la amplia diversidad de especies reptiloides. Y su apego hacia ellos ha terminado convenciendome. Una...serpiente por ejemplo. ¿que las hace tan fascinantes? ¿Es su letal método de caza lo que las impone dentro de la cadena alimenticia?
 
Naruto miró abrumado el libro de gruesa pasta que Kabuto colocaba en la mesa. No entendia a que se referia, ni siquiera terminaba de digerir la informacion que le había dado ¿como es que ese sujeto sabía tanto de su vida? ¿Con que propósito recopilaba toda esa información?
 
-Las serpientes son majestuosas porque poseen varias alternativas para matar a su presa- más serio que antes, Kabuto hojeó el extenso volumen y mostró una página en específico. -Como este ejemplar- señalo la ilustracion con el indice.
 
Naruto apenas si contempló la grotesca imagen de una anaconda devorando a unas crías de cocodrilo. Sintió nauseas de inmediato, pero logró serenarse al desviar la mirada y pensar en otra cosa.
 
-Mi lord tiene gustos insípidos ¿no es asi?- se mofó Kabuto, cerrando el libro de nueva cuenta. -Lo que en realidad quería mostrarte es el avance de la ciencia y la tecnología en pos de obtener resultados- se arremangó la camisa y la dermis de su brazo quedo al descubierto. Naruto experimentó una arcada cuando sus ojos se detuvieron en la macilenta piel con escamas. No le quedaba la menor duda de que ese sujeto estaba loco. -Imagina lo que sería poseer una extremidad que se regenere por si sola, Naruto kun.
 
-Tengo que irme, ttebayo- Naruto se precipitó hacia la salida pero pasos antes de tocar el pomo, Kabuto lo interceptó, impidiéndole concretar su huida.
 
-Creí que negociaríamos, pero veo que te he aterrado con mi impulsividad- Kabuto suspiró decepcionado, instandole a sentarse de nuevo. Naruto al principio no se movió pero tras ver la fotografia de Sasuke, optó por hacerlo. -Piensa en un animal que te guste.
 
Naruto lo meditó brevemente.
 
-Los zorros, dattebayo.
 
-Bien- la expresion de Kabuto denotó incertidumbre y después, una inusitada emoción. -Tengo a mi disposición un láser que me permite marcar la piel sin necesidad de propiciar dolor o irritación en la dermis. A lo que quiero llegar es a que, si yo te muestro la información que necesitas, tú me dejaras hacerte una demostración indolora.
 
Un atisbo de duda se instaló en el semblante de Naruto. Realmente deseaba saber mas sobre la vida de Sasuke, y ademas estaba consciente de que el Uchiha no se lo diría. Pero por otro lado, no confiaba en ese sujeto...
 
**
 
Buscaba impaciente al rubio con la mirada, tratando fallidamente de ubicarlo entre las decenas de individuos que pululaban en derredor de la ostentosa mansion. Orochimaru tampoco se veía por ningún lado, y Sasuke empezaba a exasperarse.
 
-¡Sasuke kun!
 
El moreno rodó los ojos al reconocer aquella voz chillona a su costado. Simplemente magnífico, las cosas no podian empeorar mas...
 
-Tanto tiempo sin vernos y mira que guapo estas- la chica pelirroja se deshacía en halagos a la par que sus mejillas se coloreaban de una tonalidad similar a la de su cabellera.
 
Sasuke entornó la mirada con enfado.
 
-Karin, apartate- advirtió cuando la cercania se hizo mas latente, siendo su espacio personal invadido por la asquerosa colonia barata y la presencia de quien él tachaba por una simple y vulgar mojigata que, había conseguido el interés de su padre meses atras. Sasuke aún recordaba la fatídica cita que Fugaku había fijado con la finalidad de establecer una alianza entre los sequitos de Orochimaru y su propia empresa. Durante toda la velada, Karin habia insistido en tener sexo. No obstante sus artimañas solo habían servido para repelerlo, ya que, lo que mas odiaba Sasuke era la patética insistencia hacia su persona. Su alto escalafon dentro de la sociedad le permitía costearse gustos mas selectivos, mismos que, de momento, estaban absolutamente satisfechos con su sumiso.
 
-Pero Sasuke kun, yo podría ayudarte- Sasuke chistó la lengua al dar por sentado que Karin ya sabía el motivo de su visita. Entrecerró los ojos cuando Karin procedió a restregar el rostro en su brazo. -Solo una noche y los deseos de ambos se cumplirán.
 
Tras un dificultoso conteo mental, Sasuke se alejó de la mesa para ir en la busqueda del anfitrion de tan repulsiva comitiva. Necesitaba encontrar a Naruto cuanto antes. Repentinamente empezaba a retractarse de haber asistido...
 
**
 
-Duele- con ojos llorosos y respiración entrecortada, Naruto se tallaba insistentemente las mejilla frente al lavabo. Se suponía que la prueba no iba a lastimarlo pero la piel le ardía horrores. Fijamente contempló el reflejo que le devolvía el espejo de su rostro. Tres marcas simétricas se apreciaban en sus mejillas como tenues líneas rojizas que, según palabras de Kabuto, cicatrizarian muy pronto.
 
-Naruto kun ¿esta todo en orden?
 
Naruto se agitó al oír la voz llamándolo del otro lado de la puerta. Tenía que escapar, por nada permitiría que volviera a tocarlo. Todo había sido un error, uno muy tonto.
 
Esperó silenciosamente hasta escuchar los pasos de Kabuto alejándose por el corrredor. Cuando estuvo seguro de que se había marchado, retiró velozmente el seguro de la puerta y corrió hasta la salida al fondo de la recamara.
 
Naruto se frenó estrepitosamente al mirar las escaleras que conducían a lo que aparentaba ser un ático. Iba a regresarse sobre sus pasos cuando oyó nuevamente la voz de Kabuto a sus espaldas.
 
No podía arriesgarse de nuevo.
 
Asi que corrió escaleras abajo y se ocultó tras las hileras de cajas, guiándose por la escasa luz mortecina de la bombilla.
 
Respiró agitadamente y miró en todas direcciones, sorprendiendose al reconocer una enorme vitrina del extremo opuesto de las escaleras. Naruto agudizó el oído al escuchar un ligero siseo. Cuando enfocó mejor el cristal, sintió que sus piernas flaqueaban. Y es que allí, a no más de cinco metros de dónde él estaba, y enclaustrada en el vitral, una enorme anaconda lo observaba erguida.
 
**
 
-¿En donde esta?- Sasuke ni siquiera se molestó en saludar cuando finalmente y al cruzar el salon, el hombre de mirada ámbar lo insto a acercarse.
 
-Lo mismo me estaba preguntando- Orochimaru le dirigió una mirada astuta al tiempo que hacía amago de alejarse del gentio. Sasuke lo siguió hasta otra sección apartada del bullicio. -La inseminacion in vitro es un metodo mucho mas sencillo y menos riesgoso ¿no lo habías pensado, Sasuke kun?
 
-De ser así no habria acudido contigo- Sasuke se cruzó renuente de brazos, mirando despectivo los movimientos de Orochimaru. Días atras le había pedido resolver uno de sus mas grandes dolores de cabeza. la empresa se estaba yendo a bancarrota y su padre le exigia un heredero como último recurso. Pero él no quería concebir con ninguna mujer. Desde hacía tiempo, Sasuke había dejado de excitarse al pensar en la grácil figura femenina. Prefería en cambio, someter a Naruto a alguno de los tratamientos de fertilidad. Sería evidentemente más costoso y complejo, sin embargo, asi lo quería. Quizá solo se trataba de un mero capricho pero, si conseguía embarazar a Naruto, sus aprietos económicos se desvanecerían gradualmente.
 
-El método que tengo en mente es algo abrasivo- Orochimaru enfatizó lo último mientras se sentaba en el sofá. Quería que Sasuke desistiera porque tenía planes para una exitosa inseminacion in vitro. Pero el Uchiha era un hueso duro de roer. -Se requiere de una operacion y varias semanas de espera. Es posible que el feto no se desarrolle adecuadamente y no hace falta señalar las secuelas que un aborto dejaría en el chico.
 
Visiblemente afectado por lo ultimo, Sasuke frunció el ceño.
 
-¿Cuales son las probabilidades?- Orochimaru se relamió los labios al responder.
 
-Cuarenta por ciento.
 
**
 
Tenía los ojos fuertemente cerrados y se había cubierto la boca con ambas manos para no gritar al recordar los brillantes ojos ambarinos del reptil que yacía tan cerca de él. Kabuto había bajado poco después al ático pero no con el afan de buscarlo, sino para alimentar al inmenso y aterrador espécimen que mantenía encerrado en un sólido cristal.
 
-Te noto algo ansiosa, Manda ¿es que ya tienes hambre?
 
Naruto se pegó todo lo que pudo en la pared a sus espaldas, espantado al abrir los ojos y ver a Kabuto subiéndose a un inestable banquillo con un morral negro entre sus brazos.
 
-Tranquila- susurraba Kabuto al tiempo que abría la pequeña rendija superior, sosteniendo el morral en lo alto de la vitrina. Las rodillas de Naruto temblaban convulsivamente. Jamás había visto una serpiente tan grande, prácticamente ocupaba la mitad del cobertizo. Tenía miedo, pánico de sólo pensar en lo que sucedería si aquella anconda llegaba a liberarse. Seguramente no viviría para contarlo. Tenía que salir de allí ahora que podía.
 
"¿Sasuke en dónde estas?"
 
Las mejillas habían dejado de dolerle hace poco. Naruto pensaba en ello mientras, sigilosamente, subía uno a uno los peldaños. Fue así que casi consigue llegar a su destino, pero algo lo detuvo. Un sollozo que le taladró los tímpanos y despertó una consternacion tal, que Naruto se olvidó del miedo.
 
Rápidamente bajó las escaleras y se precipitó hacia el vitral.
 
-¿Que demonios?- Kabuto cayó del banquillo al ser empujado por una fuerza considerable. Para cuando quiso darse cuenta, Manda había arremetido con la cabeza el grueso cristal, traspasando su inestable prisión, fragmentandola en miles de pedazos.
 
Naruto corrió hasta los arbustos artificiales que componían la fauna de aquel depredador. Se arrodilló y, tanteó entre los espinos, sin importarle las heridas de sus dedos ni el intenso dolor de las laceraciones provocadas al hurgar ahí.
 
-¡Atras, Manda!- Kabuto dio traspiés y los ojos casi se salen de sus orbitas cuando el imponente reptil abrió sus fauces, dejando entrever el oscuro foso que era su traquea. A punto estuvo de ser devorado de no ser porque los insistentes sollozos hicieron que la anaconda modificara la trayectoria de su ataque, arremetiendo esta vez en direccion de los matorrales.
 
Naruto finalmente encontró el motivo de su reciente angustia, agazapado entre los helechos. No se dio cuenta del peligro al que se estaba expuesto hasta que Kabuto gritó con fuerza.
 
-¡No lo hagas!
 
Todo ocurrió tan rapido que una momentánea arritmia cardíaca se suscitó en Naruto. Sus expresivos ojos azules se abrieron desmesuradamente ante el horrible gorjeo que emitia el enorme animal. Luego, cual autómata, Naruto observó la presencia que frente a él se erguía imponente, aun sosteniendo en paralelo la katana que segundos antes había utilizado para penetrar la garganta del reptil.
 
Un poderoso estruendo hizo cimbrar los muros cuando la anaconda dejo de retorcerse y colapsó en picada.
 
Cuando Naruto iba a decir algo, un potente golpe le ladeó el rostro, aturdiendolo por instantes. La mejilla -ya irritada por el laser- le punzó aún más. Le tomó varios segundos darse cuenta de que había sido Sasuke el que le propinó semejante puñetazo.
 
-¿Sasuke?- Kabuto se incorporó tambaleante. Aun tenía impreso el horror en sus facciones. -¿cómo...?
 
A grandes zancadas, Sasuke se encaminó hacia él, sujetándolo de la traquea e insertando el humedo filo de la katana en el costado izquierdo de Kabuto. De una sola vez traspasó varios centímetros de piel. Los labios de Kabuto se abrieron para dejar brotar gruesas motas carmin que se impregnaron en su atavío poco despues. Y aunque un manto oscuro se cernió en sus orbes, Kabuto forcejeó por liberarse del insoportable dolor, cayendo de bruces cuando Sasuke se apartó para aproximarse de nueva cuenta hacía Naruto, con sus pupilas centelleando en rabia y preocupación.
 
Pese a que la mejilla le palpitaba dolorosamente, Naruto seguía de espaldas al moreno, sosteniendo cuidadosamente entre sus brazos a la razón de su anterior mortificación.
 
Sumamente molesto, Sasuke lo tomó de los hombros para girarlo hacia él. Había visto junto a Orochimaru las cámaras de seguridad, y aunque estaba seguro que en gran parte era culpa de Kabuto, también vio claramente cómo Naruto se exponía de manera imprudencial al seguirle.
 
-¿Por que...?- a tiempo se reprimió de dar otro golpe cuando notó aquello que Naruto tenía en brazos. Un pequeño bulto que él no pudo contemplar en la cinta.
 
Ajeno a todo, Naruto siguió meciendo al bebé.
 

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