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Mascota por RLangdon

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Naruto suspiraba dolorosamente al ver la nueva llegada del alba desde su ventana. La noche anterior no había dormido muy bien, y dudaba hacerlo de nuevo si Sasuke cumplía con su palabra de llevar al pequeño de cinco meses a un orfelinato.
 
Su mirada alicaida denotó breve interes cuando una de las mucamas hizo sonar la campanilla. Usualmente Naruto siempre se presentaba puntual al comedor para merendar con el Uchiha, pero en esta ocasion había cometido el agravio de quedarse en su recamara hasta ser anunciado.
 
Presuroso, fue hasta el placard y tomó lo primero a su alcance. Un sencillo kimono lila y sus habituales sandalias negras. Tambien tuvo que ponerse su collar de cuero con la insignia. No se molestó en cepillarse puesto que su cabello seguía igual que antes, con la ínfima excepción de unas imperceptibles ojeras, las marcas en sus mejillas y un ligero abultamiento en la parte baja de su abdomen.
 
Naruto sonrió tenuemente al palparselo. El hecho de saber que llevaba una vida dentro de si, lo hacía sentir extrañamente feliz. Y sin duda ese era el día adecuado para dejar atras sus burdos temores y decírselo al Uchiha.
 
Cuando llegó al comedor, la servidumbre ya había terminado de recoger los platos. Naruto tragó pesado al divisar la expresion de entera molestia en contraste con la abisal mirada que le exigía una pronta explicación para su retraso. Evidentemente Sasuke estaba de mal humor. Naruto lo había notado desde la noche anterior. Cuando, por primera vez en mucho tiempo, Sasuke lo había golpeado. Y no solo era eso, el egolatra empresario parecía estar frustrado por otra cuestión -quizá concerniente a su empleo,-, Naruto no lo sabía, ni pretendía inmiscuirse en ello.
 
-Buenos dias, amo- se sumó a la servidumbre y, lentamente, descendio su cuerpo hasta quedar postrado junto a la silla del moreno.
 
De rodillas y con la frente en el suelo, Naruto hizo el atrevimiento -por segunda vez- de pedir lo que tanto le inquietaba.
 
-Por favor.
 
Las cejas de Sasuke se contrajeron rápidamente. Lo que antes fuera un semblante impertérrito, se había transformado en un rictus de irritación. En sus labios se dibujo un gesto de total desagrado.
 
-Ya lo habíamos hablado, Naruto- lo cierto es que el ni siquiera se había detenido a pensarlo porque era una ridiculez que no pensaba tomar en consideración teniendo en cuenta lo que ello conllevaría. Naruto era demasiado empático y condecendiente, pero el no. -Ya conoces la respuesta.
 
Naruto tenía los ojos fuertemente cerrados. Mantenía la esperanza de que el egoísta joven cediera, que demostrara que si tenía un corazón bajo esa fría coraza de sadismo e indiferencia. No podían simplemente dejar desprotegido a un bebe huérfano que ni siquiera alcanzaba el año de edad. Sin embargo Sasuke seguía reacio en su desicion por entregarlo ese mismo dia. Una de las criadas se había hecho cargo de cuidar al pequeño toda la noche y aparentemente el bebe seguía asustado por lo acontecido. De modo que había llorado casi toda la noche, despertando a los escasos inquilinos de la mansión, y entre ellos a Sasuke Uchiha.
 
Naruto hizo un mohín de tristeza al alzar el rostro y dar cuenta de que Sasuke ya se había marchado del comedor. Aquello le dolía horrores porque claramente Sasuke no quería un hijo, y seguramente mucho menos a uno de estirpe tan corriente y simplona como la suya ¿ahora como diablos se lo diría?...
**
 
Estaban en uno de los corredores, Naruto apoyado de manos contra la pared, con los ojos vendados por una corbata oscura. Tras el, Sasuke Uchiha arremetía con toda la fuerza y profundidad que el merecido castigo requería. Tenía las facciones ligeramente contraídas a causa del inconmesurable placer que corrompía su atormentada alma.
 
Hundirse en tan deliciosa estreches le provocaba una irresistible sensación de gozo y superioridad, tan solo equiparables a la dicha de la autosuficiencia.
 
-Sasuke.
 
Asió la cintura de Naruto con ambas manos y se enterró con dureza, propiciado que Naruto se retorciera en placer e hincara las uñas en la pintura grisácea de la pared, dejando una estela de arañazos a su paso.
 
Sasuke volvió a enroscar los brazos en torno a la cintura de su sumiso, lo penetró con ahínco y succionó la piel de su cuello cuando el orgasmo lo hizo eyacular por segunda vez consecutiva.
 
Se quedaron quietos por tiempo indefinido, aun afectados por la sensibilidad acaecida por el éxtasis del sexo. Sasuke trató de regular su ritmo cardíaco y mientras, se dispuso a desanudar su corbata.
 
La mirada que los ojos azules le devolvieron fue de infinita devoción y algo mas...algo que Sasuke no fue capaz de relacionar con ningún sentimiento u emoción alguna.
 
Lentamente tomó el mentón de Naruto entre sus dedos, lo observó hasta que la adicción por sus labios volvió a hacer mella en el, instandolo a reclamar nuevamente la boca de Naruto. Se besaron hasta que los labios les ardieron, hasta que el aire les fue insuficiente, y hasta que se saciaron plenamente el uno del otro.
 
Al ser fin de semana, Naruto tenía la certeza de que Sasuke se quedaría en la mansión hasta bien entrada la noche, y por lo tanto, la cuestión del orfanato quedaría relegada, posiblemente hasta el dia siguiente.
 
-Amo- musitó cuando la agitación en su cuerpo se hubo desvanecido. Aún podía sentir los residuos de semen escurriendo bajo el kimono. Sabía que Sasuke no estaba de humor por el incidente con Orochimaru pero no quería rendirse tan fácilmente. Al notar que tenia la atención puesta en el, prosiguió. -De veras no quiero que entregues a Yusuke...
 
El férreo semblante se desvaneció en cuestión de segundos. Sasuke alzó ambas cejas, mas en asombro que indignación.
 
-¿Ya hasta le has puesto un nombre?- era increíble hasta donde llegaba Naruto. Primero se exponía estúpidamente, había estado a punto de morir y no solo eso, dejo que Kabuto se mofara permanentemente de el al imprimirle "bigotes" de gato en las mejillas, y ahora se empeñaba en proteger a un niño cualquiera, procedente de una casta desconocida.
 
-Si lo dejas en un orfanato, va a sufrir mucho ttebayo- Naruto se retorcía los manos con impaciencia. Las mejillas volvían a arderle y sentía una opresión en el pecho, pero no le dio importancia. Quería que Sasuke lo escuchara, solo eso. -Tal vez nadie lo adopte y entonces...
 
Sasuke negó con la cabeza y se subió la bragueta de los pantalones.
 
-¿Cómo lo sabes?- lo desacreditó. -¿Cómo estas tan seguro de que nadie lo adoptara?
 
Breves segundos de silencio subsiguieron a la interrogante. Hasta que Naruto se armó de valor y separó nuevamente los labios.
 
-Porque a mi nadie me adoptó...
**
 
Ya eran las diez de la noche cuando sintió un potente ardor en el rostro. Se removió sobre la cama un par de veces y de pronto...algo se agitó en su interior.
 
Se levantó casi por inercia y se frotó las mejillas innumerables veces para apaciguar el latente dolor que le corroía la piel, pero sin exito alguno.
 
Entonces tuvo el atrevimiento de salir de su pieza...pero no fue todo. Un instinto lo orilló a profanar el dormitorio de su amo. Naruto casi podía inhalar el delicioso aroma del almizcle que manaba de su cuerpo.
 
Sigilosamente entró en la recamara, arrastrándose de rodillas sobre el lecho hasta posicionarse en el lugar adecuado.
 
Sasuke abrió los ojos cuando la presencia ajena perturbó su frágil sueño, haciéndolo despertar aun cuando tenía muy poco de haber sido inducido en el sopor.
 
Pero Sasuke no estaba preparado para lo que vio a continuación. Ni en sus mas depravados sueños había logrado concebir tan perfecta imagen. E incluso en esos momentos le era inverosímil acreditar lo que veía y anexarlo a la realidad.
 
-¿Naruto?- el susodicho agudizó el oído, una sonrisa jactanciosa delineó sus labios antes de darse a la tarea de introducir su mano en los boxers oscuros.
 
Recostado de espaldas, Sasuke hizo acopio de su fuerza de voluntad para apoyarse sobre sus codos. Naruto lo volvió a mirar mientras acariciaba la extensión del erecto falo entre sus manos.
 
Una poderosa corriente propició que Sasuke llevara la cabeza hacia atrás. Naruto acababa de meterse su hombría a la boca . Y maldición, que ha Sasuke le encantaba la sensación.
 
En un primer lugar debía estar furioso de que Naruto osara invadir su recamara en medio de la noche. Pero resultaba toda una odisea pensar cuando su sumiso le estaba haciendo la mejor felación de todas. Sasuke ni siquiera necesitó marcarle el ritmo a seguir. Naruto le estaba enguyendo la erección con tanta maestría que Sasuke solo pudo dudar en medio del exquisito elixir que propiciaba la lengua caliente alrededor de su glande.
 
Trató de respirar adecuadamente cuando Naruto empezó a succionar su pene con brío, intercalando también lamidas que iban desde la base hasta la punta. Sasuke se corrió cuando - en un arrebato de curiosidad-, se irguió para ver como Naruto hacia su trabajo al tiempo que se masturbaba a si mismo. Aquello fue el detonante de una erección estrepitosa y placentera.
 
El rostro de Naruto quedo impregnado por el tibio líquido viscoso. Y tan singular vista avivó la excitación en el cuerpo de Sasuke, quien, sumamente complacido, acorraló a Naruto en el colchón para retomar la faena, notando a su vez que las pupilas azules estaban dilatadas...
**
 
Naruto no supo como reaccionar con la llegada del amanecer. Lo primero que pensó fue que se encontraría en su alcoba y que finalmente había podido conciliar el sueño. Cuando se giró sobre su cuerpo e impactó con una solida barrera, se vio obligado a abrir los ojos.
 
Perplejidad, confusión y estupefacción fue todo lo que se vislumbró en los ojos azules.
 
Mordiéndose el interior de las mejillas, Naruto miró a su alrededor, reparando en la ostentosa recamara que distaba mucho de parecerse a la suya. Abandonó la cama con una sutileza impropia, pensando que tal vez se había quedado dormido y Sasuke lo había llevado a su recamara, aunque nada de eso tenía lógica. Sasuke le tenía expresamente prohibido estar deambulando fuera de su habitación por las noches. Ademas, estaba ese punzante dolor en su cuerpo -producto de las incipientes relaciones sexuales a las que Sasuke lo sometía.
 
Oh no...oh no.
 
Naruto se inquietó al ver que Sasuke despertaba. Iba a matarlo cuando lo viera allí dentro. Pero la reacción del apuesto moreno fue de absoluta indiferencia y cierto atisbo de frivolidad en la mirada.
 
-Amo- fue todo lo que se le ocurrió decir.
 
Sasuke largó un bostezo. Su expresión estaba contrariada, parecía sentirse pleno pero al mismo tiempo había un matiz de duda en sus ojos.
 
Hasta que la cuestión salió a relucir. Sasuke avanzó decidido hasta el. Y Naruto solo atinó a encogerse en su lugar, sin estar seguro de lo que había -o no- pasado.
 
-¿En donde aprendiste?- Sasuke inquirió al tiempo que tomaba con fuerza al despistado rubio del brazo. La confusión fue evidente. Naruto ladeó un poco la cabeza hacia su costado, y a Sasuke se le antojó estar viendo un gato, uno que quería tomarlo por tonto.
 
Naruto aspiró profundamente antes de poder hablar.
 
-No se de que me hablas.
 
-De la felacion- Sasuke hizo mas presión en el agarre. -De eso estoy hablando. Has estado fingiendo todo este tiempo ¿no es así?- le recriminó, mas que molesto.
 
Naruto arrugó la nariz y trató de apartarse. Ahora no le cabía la menor duda de que habían intimado, pero seguía sin saber a qué se refería el Uchiha.
 
-No lo recuerdo- admitió acariciándose inconscientemente el vientre. Sasuke interceptó la acción, y su agarre se redujo a nada en fracciones de segundo.
 
Cuando Naruto volvió a mirarlo, se dio cuenta de su error. Sasuke lo observaba entre perplejo y confundido. Naruto solo atinó a devolverle un gesto forzado.
 
-No quiero abandonar a Yusuke- empezó a caminar hacia su propia recamara, instando a Sasuke a seguirlo. -Nosotros podríamos cuidar de el.Necesita una familia y...
 
-Naruto- Sasuke suspiró, hastiado de la misma conversación unilateral. No importaba cuanto se negara, el seguía insistiendo. -No voy a legarle mis apellidos a un completo desconocido. Si mi padre se llega a enterar que estoy cuidando de un niño huerfano yo...- calló al detener sus pasos en el umbral de la puerta. Por un instante había bajado la guardia e inclusive se había olvidado de que Naruto le había visto la cara fingiendose el "inexperto" cuando claramente tenía habilidades en el ámbito sexual.
 
Sasuke apretó con fuerza los puños. Lo había engañado ¿a cuantos mas le habría hecho lo mismo?
 
Quería cortarle la lengua como mínimo. Pero todo vestigio de su faceta homicida se evaporó cuando Naruto hurgó en el cajón junto a su cama y se aproximó a pasos vacilantes en su dirección. Tenía las mejillas ruborizadas y cuando estuvo mas cerca, Sasuke pudo apreciar un dejo de alegría inmenso en sus ojos.
 
-Sasuke...- agachó la mirada y le entregó el test de embarazo ,retrocediendo poco después, ya sin saber que esperar. -Vamos a tener un...- Naruto se abstuvo de seguir hablando al ver la mirada de notable asombro en las pupilas antaño ajenas de expresión alguna.
 
No supo en qué instante sucedió, pero de un momento al otro, Sasuke Uchiha había hecho lo impensable, dejándolo sin palabras y con una dicha enorme.
 
Naruto cerró los ojos y correspondió al abrazo, oyendo poco después el susurro contra su oído.
 
-Tienes mucho que explicar, usuratonkachi.
 
**
 
Bajando lenmente la mirada, Naruto contempló las decenas de bandejas con aperitivos puestas a su disposición. Parpadeó una, dos, tres veces consecutivas cuando un nuevo carrito con alimentos se acercó a la mesa.
 
Habían tantas comidas, y tanta diversidad de platillos que, Naruto se emocionó al pensar en una fiesta, quizá un convite hecho a menester de las labores empresariales de su amo. Porque por supuesto sería muy altivo y ridículo considerarse a si mismo como la razón de tales magníficas viandas.
 
Naruto se relamió un par de veces los labios al posar la mirada en los exquisitos manjares. Tan cerca y a la vez tan lejos.
 
Sabía que tenía que mantener la cabeza agachada pero semejante proeza derivaba en poco menos que un imposible ante los distintos aromas de las delicias culinarias dispuestas en derredor.
 
Sin darse cuenta de lo que hacia, Naruto golpeteo el suelo con su pie insistentemente. Como si con ello pudiera apresurar la llegada de los comensales que hacían falta. Y a juzgar por la hora, llegarían con mucho retraso. Naruto sólo esperaba que ese inconveniente no molestara a su amo al grado de querer dar por concluido el banquete.
 
-¿Me permite?
 
Naruto miró atónito a una de las chicas de la servidumbre. Se trataba de una joven de cortos cabellos oscuros y mirada carismática. Shizune se llamaba, pero Naruto lo comprobó hasta mirar detenidamente el gaffete. Si mal no recordaba, aquella chica hablaba a menudo con otra chica del servicio.
 
Al no hallar palabras para expresarse debidamente -gracias a divagaciones nimias-, Naruto se vio forzado a asentir enérgicamente. Había optado por un atavio bastante sencillo pero cómodo. Un kimono amarillo con un cinto trenzado a la altura de la cadera. Se habría puesto algo más apropiado de haber sabido de la reunión. Pero Sasuke no le había comentado nada.
 
Y aquello era injusto, teniendo en consideración que Naruto se había sincerado al respecto. Se había expuesto como un libro abierto y hablado sobre sus miedos e inseguridades ni más ni menos que a la persona responsable de ellos. Le había dicho a Sasuke el motivo de su tardanza en pos de revelar su estado. Incluso le había comentado sobre la duda que lo había asaltado en un primer momento.
 
Sasuke lo había escuchado sin interrumpirlo una sola vez. Siempre impasible y con la mirada clavada en su vientre, como si le costará asimilar las cosas. El nuevo temor que ahora regía a Naruto giraba en torno al pequeño Yusuke. Pero ya habría tiempo de disuadir a su amo. Por el momento sólo quería comer algo.
 
La servilleta -pulcramente doblada- que Shizune había colocado sobre sus piernas, se desestabilizó cuando Naruto divisó al impávido hombre que caminaba en su dirección. La suela de su lustroso calzado haciendo eco al impactar contra el linóleo.
 
Vistiendo un elegante frac marino, Sasuke Uchiha avanzó imponente hasta la mesa. Naruto se removió ligeramente en su asiento, la felicidad y un leve bosquejo de adrenalina asomando en sus finos labios.
 
¡Cierto! Por poco se olvida...
 
Naruto se precipitó hacia el suelo, junto a la silla reservada para el circunspecto Uchiha. Su corazón martilleando con brío y sus ojos cerrándose en señal de respeto.
 
-Levantate.
 
La primera orden fue confusa. Naruto accedió a pesar de haber procesado demasiado lento lo que el atractivo moreno le decía. Se sentía por momentos como si estuviera atrapado en un sueño muy prolongado.
 
Con pasos vacilantes, Naruto término de acortar la distancia que lo separaba de su amo.
 
-Siéntate- una orden más que Naruto no dudo en acatar. Vio a Sasuke palmearse el regazo y, lentamente, se posicionó sobre sus piernas, esperando recibir algún reclamo o algo similar.
 
-Vendrá un médico por la tarde para revisar tu estado. Te practicarán unos exámenes y recetaran vitaminas de ser necesario.
 
Pero Naruto no estaba prestando atencion en lo más mínimo. Tenía la mirada ausente en la comida y sentía como si su mente se encontrará en dos lados a la vez.
 
-¿Por que no ha venido nadie?- quiso saber, olvidándose por un momento de su posición. Algo irritado por saberse ignorado, Sasuke lo tomó firmemente de la quijada y lo obligó a volver el rostro en su dirección.
 
-Nadie va a venir, Naruto- sentenció impavido. -No invité a nadie y aún me debes una explicación de lo que sucedió la otra noche.
 
-Es que no me acuerdo de nada- profirió Naruto con franqueza. Sabía que la felicidad de Sasuke se había visto opacada por un hecho en particular pero por más que Naruto indagaba en su mente, no conseguía dar con la auténtica causa. Ni siquiera terminaba de digerir que Sasuke no lo hubiera matado al enterarse de la mentira dicha sobre ser estéril. Al parecer a Sasuke no le había importado mucho ese hecho, y pese a ser poco comunicativo, Naruto estaba enterado de que el Uchiha esperaba con ansias la llegada de su primogénito.
 
-¿Crees que me lo voy a tragar?- Sasuke entrecerró los ojos al preguntar. Naruto se inquietó al ver el cuenco de crema en la mesa. Nuevamente volvió a ausentarse. Tenía un enorme deseo de zambullirse en ese cuenco, en algún lugar recóndito de sus pensamientos, estaba perdiendo el control de su propia mente.
 
Percatándose del incómodo silencio, Sasuke se tensó. Que Naruto lo ignorara dos veces consecutivas acababa con su límite y buena disposición por llegar al fondo del asunto.
 
-Estoy siendo demasiado condescendiente contigo, Naruto. Desayuna y dirigete al estudio cuando termines.
 
En pocos segundos Naruto se vio libre del posesivo agarre. Sasuke lo había hecho a un lado, y sin más, se marchó, dejándolo sólo y con una cantidad exorbitante de platillos, cada cual más delicioso que el anterior.
 
Pero lo que más llamó la atencion de Naruto fue el contenido del cuenco de porcelana en el que hundió el rostro para lamer una y otra vez la exquisita cremosidad. Sus papilas gustativas cosquillearon bajo aquel agridulce manjar.
 
Risas discretas hicieron que Naruto saliera del momentáneo trance en el que había sido inducido. Ladeó el rostro hacia su derecha y vio como la servidumbre reprimia el ataque de risa generalizado.
 
Naruto pestañeo intrigado. Gruesas gotas de crema le escurrían del rostro. Lentamente se tocó las mejillas con la yema de los dedos.
 
"¿Que me está pasando?" 
 
Contempló el test de embarazo por tercera vez consecutiva. Suspirando, se puso de pie y dudó en si tomar el teléfono o simplemente ser paciente. Iba a ser padre, tendría un hijo legítimo y ni siquiera hubo necesidad de someter a Naruto a ningún tratamiento de fertilidad. Ya no tendría que preocuparse, salvo por cerciorarse de que su hijo naciera sano.
 
Pero...
 
¿Que sucedería si se adelantaba otro paso?
 
Itachi aún no tenía descendencia y si Sasuke lograba hacerse de dos niños en lugar de uno, tendría todo el derecho de suplantar el lugar de su hermano dentro de la empresa.
 
-Naruto- el rubio, que recién entraba al estudio, se detuvo algunos pasos más adelante.
 
Sonriendo, trató de ocultar su desconcierto e inseguridades.
 
-¿Puedo ver a Yusuke?
 
Por toda respuesta, Sasuke Uchiha rodó los ojos. Últimamente su sumiso parecía tener muchas cosas en mente y su comportamiento no era el idóneo. Desafortunadamente no podía espetarle al respecto debido a su...estado.
 
Dos hijos...
 
Nuevamente la idea lo turbo. Tendría que dejar encinta a Naruto otra vez, pero eso no sería posible hasta que su primer hijo naciera.
 
-¿Es Yusuke algo tuyo, Naruto?- por déspota que llegara a sonar, Sasuke no se abstuvo de cuestionar.
 
-Mmh pues...- rascándose la mejilla, Naruto trató de pensar en una respuesta prudente. Al menos una que no molestara mas a su amo. -No- bajó la mirada. -Pero...
 
Sasuke alzó el brazo para silenciarlo.
 
-¿Exactamente qué buscas al proteger a un niño huérfano siendo que estas esperando uno legítimo?
 
Naruto no encontró las palabras que deseaba expresar. Sentía una molesta opresión en el pecho, pero no quería dar por pérdida la batalla. Realmente deseaba quedarse con ese pequeño porque temía que terminará como él. En algún lugar de su subconsciente se estaba visualizando a sí mismo en ese bebé. Sólo, desprotegido y dejado a su suerte. Quizá nadie lo adoptaría, quizá moriría a edad temprana o quizá caería en manos equivocadas y su vida sería poco menos que un infierno. Pero Naruto estaba convencido de que ellos podrían amarlo como si fuera propio. Ademas cuando su hijo naciera, ya tendría con quien jugar. Un hermanito...
 
-Orochimaru sabe de la ausencia de ese niño- comentó Sasuke sin variar su expresión ni un ápice, seguía igual de imperturbable que siempre y su voz -a oídos de Naruto-, seguía sonando neutra, monocorde. -Me llamo para confirmarmelo.
 
Algo dentro de Naruto se rompió con aquella cruda noticia. No estaba al tanto del tipo de relación que Sasuke llevaba con ese sujeto, pero no le daba buena espina. Sobretodo al recordar la clase de "experimentos" que allí se llevaban a cabo.
 
-¿Que le dijiste?- a pesar de que era una insolencia indagar, Naruto no pudo evitar hacerlo. Notó que la fría expresión de Sasuke se tornaba reflexiva. Su adusta mirada se suavizaba hasta rayar en la indiferencia.
 
-Le dije que...murió.
 
Los ojos de Naruto se abrieron en auténtico asombro. Cuando iba a decir algo, se percató de que Sasuke ya había salido del estudio, seguramente para asistir a aquella junta que definiría su nueva posición dentro de la prestigiosa empresa.
 
Una emoción incontenible se apoderó de Naruto al sopesar en que aún había esperanzas de que Sasuke dejará a Yusuke. La cuestión ahora era...¿por que había cambiado de parecer? 
**
 
-Es asi como debes sostener la mamila- Shizune indicó con una cálida sonrisa mientras instaba a Naruto a colocar un brazo detrás de la cabeza del bebé
 
Levemente desconcertado, Naruto se rascó la nuca con su mano libre y sonrió.
 
-Gracias - espyero pacientemente a que el bebé terminará de alimentarse y cuando este soltó el primer bostezo, lo entregó con delicadeza a la joven médico. Yusuke, además de tener su tez pálida, poseía una tonalidad inusual en sus pupilas. Grises, en contraste con su cabello oscuro. A Naruto le parecía de lo más adorable y le había sido imposible no encariñarse de él. Instintos sobreprotectores empezaban a aflorar dentro de él. Una necesidad agobiante por cuidar de algo -o de alguien- tal era el caso.
 
Después de salir de la recámara, Naruto anduvo por los corredores de la mansión, esperando con ansias la llegada de su amo. Afortunadamente no tuvo que esperar mucho. Una alegría inconmensurable hizo que Naruto sonriera y cambiará el rumbo de sus pasos hacia la puerta de la entrada que recientemente había sido cerrada.
 
Sasuke entró tambaleante y Naruto retrocedió al percibir el fuerte olor a alcohol proveniente del Uchiha. Había estado bebiendo, pero Sasuke no solía recurrir a ese tipo de libertinaje. A no ser que algo serio hubiese ocurrido. Naruto no estaba seguro de querer averiguarlo.
 
Retrocedió un paso, y luego otro. Pero en su frustrado intento por alejarse, no vio el carrito metálico dispuesto para las comidas. El ruido estruendoso que produjo su cuerpo al impactar contra la loza captó inmediatamente la atencion del frívolo empresario que no tardó en encender todas las luces para dar con el paradero del causante de aquel estrépito.
 
Naruto contuvo un gemido de dolor al morderse con fuerza descomunal los labios. Se había golpeado el brazo con el borde de metal, pero su preocupación era otra en esos momentos.
 
Como pudo, trató de levantarse y se quitó algunos utensilios de encima para pasar a mirar sumisamente a quien fuera su amo.
 
-¿Que haces despierto a esta hora?
 
Naruto se sintió poderosamente atraído por el extraño aroma que manaba del cuerpo de Sasuke. Una mezcla de lirio y lavanda, una fragancia sutil, discreta y...femenina.
 
Más decidido, Naruto avanzó el tramo restante que lo separaba del impávido Uchiha que no hacía otra cosa más que escudriñarlo con aplomo.
 
-¿No piensas responder?- sus facciones se endurecieron en una clara amenaza a la que Naruto no tomó importancia.
 
Tomó a Sasuke de los hombros y cerró los ojos para que su olfato lo guiará al origen de aquella insólita fragancia.
 
Olisqueando un costado del cuello, Naruto se convenció de sus sospechas.
 
-¿Que diablos estás haciendo?- le increpó Sasuke con fastidio. Lo tomó del brazo y lo miró fijamente a los ojos sin comprender el motivo de aquella acción tan rara e insinuativa.
 
La voz de Naruto sonó casi mecánica y hueca cuando habló.
 
-Hueles a mujer.
 
Sasuke arqueó ambas cejas con esceptisimo, le costaba enfocar la mirada debido al alcohol previamente ingerido. Tenía los músculos entumecidos y una ligera resaca, pero oyó perfectamente lo que Naruto pronuncio, equiparandolo más bien a un simple reproche o una indagación futil ¿como es que su sumiso había notado el aroma del perfume aún cuando el olor predominante en el era el del alcohol?
 
Era inverosímil. Absolutamente absurdo que Naruto pudiera identificar incluso que se trataba de un perfume de mujer siendo que el roce fue ínfimo y momentáneo, además de forzado...
 
-¿Y...te molesta?- retomando su bien sabida altanería, Sasuke se encamino al sofá y se dejó caer con los brazos extendidos, sin reparar en nada más y sin intención alguna de dar explicaciones a sus actos. Estaba demasiado tomado para ello.
 
Sin embargo esta vez Naruto no cedió a la platica. Tenía un revoltijo de emociones que no era capaz de catalogar.
 
Se dirigió presuroso al mullido sofá y buscó resguardo en los brazos del Uchiha.
 
-Si me molesta- profirió con una mueca de incertidumbre. Simplemente no podía quedarse callado, era como si sus labios se movieran por cuenta propia.-No quiero que estés con nadie más, porque...
 
-Porque tu te has metido con varios- lo cortó Sasuke, sacando un dulce de menta del bolsillo de su saco. -y de repente quieres redimirte ¿Es eso?- retiró el envoltorio y se llevó el dulce a la boca, escupiendolo casi al instante por el sabor tan desagradable.
 
Naruto se le quedo mirando con renovado brío. Sasuke iba a hablar cuando el rubio interrumpió su perorata para tomarlo del rostro y empezar a lamerle las comisuras de la boca con inusitada parsimonia y suavidad.
 
-¿Naruto?- susurró el Uchiha, dejando escapar un suspiro satisfactorio pese a que no terminaba de comprender las acciones tan arbitrarias de su sumiso.
 
Haciendo caso omiso al llamado, Naruto se dedicó a lamer la sustancia dulce que impregnaba los labios fríos. Pasados unos segundos Sasuke cedio a lo que aparentaba ser un intento de cortejo. Amoldó a Naruto sobre su cuerpo y luchó nuevamente contra la ebriedad para retirarse el ajustado cinto.
 
Naruto respingó en medio de las insistentes lamidas al sentir una caricia furtiva que ascendió por sus piernas y se situó justo en su entrepierna. Por alguna extraña razón no podía detenerse, pero tampoco estaba consciente de lo que quería.
 
Tensó los labios al tener una incómoda intromisión que se extendía en su entrada, una y otra vez, contrayendola y dilatandola en duros movimientos circulares.
 
-Ah...Sa-Sasuke- sólo en ese momento Naruto tuvo plena consciencia de lo que estaba ocurriendo. Estaba de rodillas sobre uno de los cojines, y el dolor moderado provenía de los ágiles dígitos del Uchiha que entraban y salían con regularidad.
 
-¿Quieres saber que pasó esta noche, Naruto?-entre jadeos desesperados, Sasuke preguntó.
 
Por toda respuesta Naruto se removió inquieto. Se estaba excitando, su miembro se estaba empalmando y no podía evitarlo, era una sensación dolorosa a la par que placentera.
 
-Estas duro- susurró Sasuke contra su hombro. Lo sujetó de los brazos y tomó la punta de su propio miembro para frotarlo reiteradamente sobre la piel trigueña, deslizandolo con suavidad por la espalda hasta detenerse en medio de las bronceadas piernas. Naruto se estremeció al percibir su propio glande segregando semen. Estaba totalmente sonrojado, excitado y obnubilado.
 
-Mi padre me citó a una conferencia para decidir quien será el próximo heredero de la franquicia- terminando de acomodarse, Sasuke se adentró en las estrechas paredes internas que tantas veces había profanado.
 
Naruto entreabrió los labios, su cuerpo empezó a sacudirse al ritmo de las embestidas, y él sólo atinó a ladearse un poco para abrazar el cuello de Sasuke con un brazo mientras forcejeaba por no correrse tan rápido.
 
Aprovechando la posición autoimpuesta, Sasuke se meció, dando profundos embates a la par que tomaba la hombría de Naruto entre sus dedos índice y pulgar, formando una perfecta circunferencia en la punta para impedirle eyacular tan pronto.
 
Naruto pensó en la repentina incomodidad que le arrebató momentáneamente el aliento, impidiéndole tener su orgasmo pero al mismo tiempo, sensibilizandolo a niveles insospechados.
 
Podía sentir perfectamente el miembro hinchándose dentro de él, mancillandole las entrañas, bombeandolo e impregnandolo con los residuos de semen que Sasuke segregaba.
 
-Ah...ahí Sasuke.- Naruto callo al ser cambiado bruscamente de posición. Pasando esta vez a ocupar toda la extensión del sofá cuando Sasuke le dio vuelta y lo empujó de espaldas, dejándolo boca arriba y con una necesidad urgente de culminar.
 
Una ansiedad repentina se apoderó de Naruto, pero no tuvo tiempo de reparar en ello cuando Sasuke volvió a penetrarlo, tomándolo esta vez del tobillo y colocando la pierna de Naruto encima de su hombro.
 
La espalda del rubio se arqueó con fuerza, sollozó en un arranque de éxtasis al tiempo que sus manos buscaban de que aferrarse, siendo la ancha espalda de su amante el lugar idóneo para ello.
 
-Naruto...
 
Sasuke empujó su pelvis con fuerza. Una y otra vez se hundió en la deliciosa succión que mantenía erguida su hombría, hasta que una poderosa descarga eléctrica lo estremeció por entero, haciéndole eyacular y tensarse sobre el cuerpo de Naruto.
 
Respirando agitadamente, Naruto trató de levantarse, una repentina sensación de asco lo instaba a incorporarse lo más rápido posible.
 
-Sa...amo- se corrigió viendo a Sasuke removiendose un poco hacia uno y otro lado. Naruto intento zafarse una vez más pero el Uchiha se lo impidió al envolverlo en un posesivo abrazo.
 
-No te muevas- le advirtió en un susurro angustioso que Naruto no pudo comprender de inmediato. 
 
Comprobando por segunda vez su sospecha al no poder sacar su miembro, Sasuke casi resopló con esceptisismo, rogando que aquello se debiera a su embriaguez y no al acceso de lucidez momentánea que estaba teniendo en esos momentos.
 
-Estamos pegados...
 

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