El Emperador Gozaburo no tiene Reina ni Príncipe consorte. Esta tan obsesionado con el poder para si mismo que solo copula con concubinas sin derecho real. El nacimiento de su único hijo se debe a una tradición para tener un heredero alfa, nada más.
Príncipe Noah está siguiendo los pasos de su padre. No tiene relaciones serias ni planea desposar a nadie. Desea completo control.
El puesto de Omega del Imperio ha estado vacante desde la madre de Gozaburo que murió dando a luz.
El Omega se encarga de la diplomacia con reinas y príncipes consortes extranjeros, ayuda con la seguridad y confort de todos los ciudadanos, proporciona ideas para alivios económicos en áreas problemáticas, tiene un puesto importante en la justicia como uno de los jueces principales, se encarga de coordinar festivales y ayuda a su alfa a revisar los presupuestos, entre muchos otros deberes.
Esos cargos lo han desempeñado actualmente los cinco asesores del Emperador, conocidos como los Cinco Grandes.
La corrupción que corre por ellos es grande, pero al ser su propio sistema de justicia no es posible destituirlos sin la aprobación del Emperador quien nunca le ha importado el tema.
Incluso si descaradamente aprobaron una ley para ofrecer un presupuesto mayor a los campesinos que nunca vieron el dinero después.
Los dos miembros de la Familia Imperiales son alfas, por lo que ningún omega ha sido el más importante del Imperio desde que la Duquesa Kaiba se casó y tomó un apellido, sacándola de la Familia Imperial.
Así que quitarle el apellido recientemente puesto a Joey Kaiba es mucho más problemático que quitárselo a Seto Kaiba.
Eso pone a Joey en la posición mas alta para un Omega en el Imperio Domino
Seto lo sabia. Sabía que se pediría una reunión de emergencia con todos los Lords y ahora incluyéndolo él como Príncipe.
Su acuerdo de compromiso fue presentado y todos comentan sobre él.
Escucha la palabra “anulación” dos veces cuando decide que es suficiente y pide llamar al papa.
Mientras esperan al papa a Seto se le dio un castillo propio entre el terreno perteneciente a la Familia Imperial. Su esposo se queda en sus aposentos mientras su madre y Mokuba están en los suyos. Por fin puede ver a su madre respirar tranquila al estar en un ambiente diferente.
El segundo príncipe no tiene un color acordado como el oro del Emperador y el Príncipe Heredero. Ciertamente deben incluirlo en sus pertenencias ahora pero no es el protagonista.
Así que deja que Joey comande a todos para organizar como lo prefiera, por fin sin ningún tipo de objeción.
Porque en cuanto pasen estas tediosas reuniones Joey se convertirá en el Omega del Imperio. Más que todo por ser el único Omega de la Familia Imperial.
Por eso están tratando de anularlo, porque si bien no tiene responsabilidades como la Reina Omega, Joey aun seria el omega más importante, a quien llamarían para fiestas de té, diplomacia y reuniones con otros Reinos.
También se convertiría en el referente del Omega Ideal para todo el Imperio.
Es un puesto que más que poder político, es de influencia y poder conceptual.
Joey se convertiría en la persona que todo el Imperio mataría por proteger y conocer.
Joey suspira a su lado. - 8 guardias, mi amor.- Se queja acostado sobre su pecho mientras pasa sus hermosos dedos por sus mejillas quitando los mechones castaños.- Solo quería recorrer los jardines para buscar el espacio ideal para sentarme y me rodearon 8 guardias. Aun no soy tu Príncipe Consorte, por los dioses.
Seto hace círculos con sus pulgares sobre las caderas del rubio para relajarlo. - Es solo cuestión de tiempo.
Joey detiene sus dedos y lo mira. - Son nuestros guardias imperiales asignados, estoy seguro que podrías detenerlos si realmente quisieras y sabes que no puedo hasta tener un título real.
Seto se alza de hombros a la acusación. - Estamos en territorio enemigo, mientras más protegido estés mejor.
-¿Y no crees que guardias Imperiales serian enemigos suficientes?
-Mi padre y yo hemos dado ingreso a solo los aprobados por nosotros y he puesto a Bakura y Marik a cargo de elegirlos con lupa.
Eso hace estremecer a su esposo sabiendo ahora como espectador lo despiadados que pueden ser cuando no están conformes. Seto le pasa la frazada por la espalda para arroparlo.
-Además Devlin se ha encargado de la búsqueda de antecedentes y ha recomendado solo lo mejor.
Rodearse de las personas adecuadas desde un principio sin duda ha sido su mejor movimiento. Joey ha sido una parte importante de su plan gracias a su conexión natural con Yugi Muto.
Joey suspira.- El joven Duke incluso encontró cosas del pasado de Serenity que ni ella sabía.
Asi de bueno es su futuro secretario.
Como es de esperar cuando el papa llega Lord Johnson es el primero en apelar sobre la anulación bajo los ojos de la ley. Estableciendo que el compromiso es solo para el heredero Kaiba.
El Papa, un hombre que bautizó al mismísimo Emperador Gozaburo cuando era bebé no le importó reglamentos, ni tratados, ni dinero lavado.
-Bajo los ojos de los dioses esos dos están casados y esa unión nadie la puede separar. Mi posición ha estado firme desde el inicio, no bendeciré un divorcio.
La Cámara de los Lords tenían un gran debate, incluso más que los Cinco Grandes. Puesto que para ellos es un hecho que Joey se volverá el Príncipe Consorte del Príncipe Seto, es mas en el hecho de cuáles serían sus responsabilidades.
-Aun es un niño que no ha asumido responsabilidades en su vida, no tiene sentido ni lógica cargarlo con deberes de los que no sabe nada.- Dice un marques del Este.
El Marques Pegasus sonríe.- Ese niño como usted llama ha sido lo único de lo que los círculos sociales hablen, el tema de toda la comunidad Omega de clase alta. Sin duda algo de lo que se debe ser consciente.
Al final las discusiones siguieron por un mes pero fueron a favor de que el matrimonio no podía anularse puesto que se siguieron a cabalidad todas las condiciones. Además que los maestros de Joey fueron traídos para mostrar evidencias del tipo de estudiante que fue durante de la Academia. Se trató de buscar cualquier excusa para demostrar que era indigno de ser llamado príncipe, al final no hubo resultados.
Asi que sin más preámbulo Seto se para al lado izquierdo del Emperador Gozaburo, como príncipe, mientras ve a su pareja arrodillarse ante el hombro.
-… De ahora en adelante serás conocido como Príncipe Joey.
Es realmente un hito. Desde que su madre se fue un omega no ha estado formalmente en la Familia, es inevitable que todos los ojos estén en Joey. Eso en sí mismo es una forma de protección. No podrán matarlo y hacer que su muerte sea nada importante porque ahora es un referente.
El por otro lado aun es un blanco fácil. Solo ha contribuido con una alianza que aún no se concreta.
Pero no le importa, sabía que así seria, así que es momento de dos pasos simultáneos: poner a todos de su lado, hacer que Marik siga al Príncipe Noah cuando sale del castillo.
Pero antes de todo eso ve cuando a Joey le ponen una pequeña corona dorada que brilla un poco más que su cabello así que no se puede confundir. La última persona en usar esa corona fue su madre quien ahora está al lado de Mokuba con una expresión en blanco que ha perfeccionado en estos días.
Seto sigue el protocolo, baja los escalones que los separan y toma la mano de Joey para subirlo a su lado.
En ese momento toda la comunidad puede ver a la Familia Imperial completa. Los cuatro miembros.
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-Mi amor, ¿Cuándo vamos a matar a ese tío y primo tuyos? – Pregunta casualmente Joey mientras toma una taza de té en el sofá de su estudio con Seto en el escritorio ajustando presupuestos para la próxima asamblea donde pretende ganarse a mas lords.
Solo han pasado dos meses y al menos 10 personas se han ido a su lado viendo que es mucho más capaz en números, política y cultura que su primo naturalmente vago y soberbio.
Noah está haciendo todo el trabajo de ponerlos de su parte por él.
Seto no levanta la vista del papeleo.- Muy pronto. ¿Qué te hicieron esta vez?
-Si esto es a lo que se refería tu madre con sentirse agobiada, no es de extrañar que se fue con el primero que apareció, sin ofender a tu padre.
Seto contiene una risa.
El Emperador y el Príncipe Heredero no tiene ni idea de cómo tratar a un omega de un rango casi tan alto como el de ellos. Es francamente gracioso verlos tropezar cuando los invitan a cenas en el palacio principal, proponiéndole a Joey jugar con muñecas mientras los alfas hablan de temas serios en el comedor.
Joey ha estado firme en cada situación, pero aún puede verlo apretando las servilletas debajo de la mesa en frustración a la pregunta si sabe vestirse solo o si necesita un harem de alfas para entretenerse.
¿Qué le ha estado enseñando Gozaburo a su primo?
No es de extrañar que el Príncipe Atem huyera de cualquier propuesta que estaban planeando.
Está a punto de responderle a su esposo cuando unos golpes en la puerta lo interrumpen.
Serenity entra cuando le dan autorización inclinándose. - Perdonen la interrupción, altezas. Pero ha llegado una correspondencia urgente para el Príncipe Joey.
Joey levanta una ceja sin bajar su taza de te.- ¿De parte de?
-Marques Pegasus, su alteza.
Joey asiente y le autoriza a Serenity a abrir su sobre sellado con cera marcado por la Familia Pegasus para no soltar su taza. Seto niega con la cabeza mientras vuelve a sus papeles
El Marques Pegasus tiende a escribir cosas estrafalarias a Joey como motivo de emergencia, como que su traje y el de su esposa no combinan, o una pelea reciente que haya tenido la pareja, o la necesidad de visitas para elegir un nuevo papel tapiz en el salón.
El ruido de porcelana fina rompiéndose en pedazos lo saca del papeleo.
Así como un grito de horror de Joey.
-¡Alteza!
Serenity corre a llamar a mucamas para limpiar el desastre para evitar cualquier daño mientras Seto se aproxima y le toma la mano a Joey que parece casi en shock.
Su contacto lo hace volver a la realidad y voltea a verlo con una expresión de horror.
-L-Lo olvide, Seto. ¿Por qué lo olvidé?
Luego empiezan a acumularse lágrimas en sus ojos que hacen a Seto levantar a su esposo para acercarlo a él y abrazarlo, protegiendo a su esposo en su pecho del resto del mundo que pudo lograr tal expresión.
-¿Qué pasó?
Joey solloza en su hombro mientras las mucamas han limpiado en tiempo record e incluso han preparado nuevo té y otro juego de tazas completo.
-La Marquesa Cecilia.- Susurra Joey entre respiraciones fuertes.- Se ha enfermado y está postrada en cama.
Y así la dura realidad del pasado los vuelve a golpear.
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Joey le pregunta varias veces a su esposo si está bien que se ausente. Si no lo necesita. Es el plan y la venganza de ambos.
Pero su esposo.
Su maravilloso esposo.
Simplemente agarra sus hombros y le susurra al oído después de besar su mejilla.- Pasa todo el tiempo que necesitas con la madre que has elegido.
Lo ama mucho.
Yugi le ha escrito cartas, está muy bien y adaptándose, ha conseguido que muchos del parlamento del Imperio Zek estén a favor de sus ideas. Como el Reinado del Emperador Yami es tan reciente aun tienen tiempo para prepararse para su llegada y la escritura de una alianza. Por ese lado Joey puede respirar.
Esta es la parte del espionaje de dos bandas, donde el príncipe Noah finge que nadie espía a Seto, y Seto finge que nadie espía al Príncipe Noah. Los encuentros entre ambos han sido sangrientos sin derramar sangre, porque Noah ya sabe que Seto va por el puesto de Emperador y ambos quieren deshacerse entre si.
Asi que el Príncipe se ha vuelto más osado en sus propuestas y Seto en sus contrapropuestas.
Ahora es solo una medición de pollas y Joey solo está haciéndole compañía a Seto mientras Lords comen de su mano.
Aun así irse de la nada le hace preocuparse, también sabiendo que Seto se estaría muriendo de preocupación al estar separados siendo él vulnerable en otro lado del Imperio. Al menos el Marques Pegasus ha garantizado la mejor seguridad posible para él así como los confiables guardias que su suegro ha elegido para él.
Está tan seguro como puede.
Aun así, está nervioso. Y eso sin tocar el tema de la salud de Cecilia.
Besa a Seto y se despide.
El tiempo en carruaje es de varios días, pero aun así Joey siente que llega demasiado rápido a la Mansion Pegasus y un solemne Marques lo recibe personalmente.
-Ha preguntado por ti cuando sueña, cuando está despierta ha sido muy clara en que no desea molestarte. Aun así, no puedo rechazar el subconsciente de mi esposa y posiblemente esto sea una imposición…
Joey lo interrumpe tomando su mano y agarrándola con fuerza.
-Jamás será una imposición ver a la pareja que me ha aceptado desde el principio.
No lo dice, pero está en al aire que los considera familia.
El Marques Maximilium sonríe tristemente en respuesta y reacomoda sus manos para llevarlo del brazo a la habitación de la Marquesa después de su propio apretón.
La habitación de la Marquesa rodeada de papel tapiz de flores en acuarela en tonos sepia y muebles color blanco tiene una penumbra por las cortinas rodadas que suelen mantenerse abiertas.
Joey traga cuando la Marquesa termina una conversación con una de sus compañeras de su propio círculo social quien le ha traído una canasta de frutas silvestres del extranjero.
Joey es anunciado por la doncella de la Marquesa y ella no tiene reparos en interrumpir la conversación. Lady Kisara solo sonríe con paciencia cuando lo ve y se levanta despidiéndose de la Marquesa.
-Siempre puedes escribirme cuando me necesites, querida amiga.
-Por supuesto que sí, Lady Kisara.
Lady Kisara se retira no sin antes poner una mano sobre el hombro de Joey y asintiéndole.
La Marquesa se cruza de brazos mirando a su esposo que está al lado de Joey mientras entran.- Te dije que no debíamos preocupar a Joey. El y su esposo apenas se están acostumbrando al castillo.
Antes de que el Marques pueda excusarse Joey se sienta en la silla desocupada y agarra la mano de Cecilia.
-Es muy ingenua, Marquesa, si cree que no correría en cuanto me llegara algún rumor.
Cecilia le sonríe como siempre lo ha hecho haciéndolo sentir ese calor del que se ha acostumbrado y una pequeña agonía al pensar que pronto ese calor se irá.- Que impropio escuchar chismes.
Joey le sonríe, complaciéndola. - A menos que pueda usarlos a mi favor.
Eso gana una risa de ella.
Aunque se vea tan enérgica como siempre, Joey sabe la verdad.
La Marquesa Cecilia nunca ha podido mantenerse quieta y siempre ha gustado de verse regia y hermosa en cualquier situación. Luciendo modales impecables al atender invitados incluso trayendo su porcelana más fina al atender a la hija de un mercader plebeyo que hace negocios con su esposo.
Asi que al verla en batas de dormir recostada en la cabecera de la cama sin apresurarse detrás de una mucama para atenderlo es más que una bandera roja para Joey.
Joey pasa una temporada con los Pegasus. Al principio se generan rumores de una ruptura entre él y su esposo, lo llaman caza-fortunas. Hasta que el estado de su mayor benefactora sale a la luz cuando es imposible disfrazarlo más.
Joey habla con ella todas las mañanas y tardes y más de una vez ha dormido a su lado cuando su esposo no está para hacerle compañía.
Así que puede ver cómo poco a poco la enfermedad de la Marquesa va consumiendo a la hermosa mujer hasta que ella apenas puede levantar la cabeza.
Trata de recordar clínicamente el tiempo que el Marques Pegasus en el pasado estuvo pendiente de su esposa enferma y no puede. Le duele el pensar en una fecha específica. Le ha pedido a Seto que no le diga, sabe que su memoria es mejor que la suya.
En el transcurso vuelve al palacio Imperial y no puede acercarse físicamente al Emperador y al Príncipe Heredero, quienes le dieron un pésame con desdén cuando aún su adorada Marquesa no ha partido.
Seto lo abraza en las noches cuando se preocupa de alejarse.- Aún hay tiempo.
Incluso cuando murieron aun no habían encontrado una cura, no hay nada que puedan hacer más que prepararse.
Joey camina los jardines junto a su esposo para calmar su mente, porque sabía que esto pasaría. Lo sabia. Aun así su cerebro pensó que duraría más, que el presente podía cambiar simplemente con ellos estando allí.
La historia a veces no hay forma de cambiarla. Esto se lo ha recordado.
-Esto no se podía evitar, amor.- Le dice Seto en susurros mientras pasan por las amapolas.- Solo queda darle la mayor felicidad hasta que sea su hora.
Es la espera lo que realmente le afecta.
Es el Omega del Imperio pero aún no tiene responsabilidades, solo es un príncipe. Aun así atiende el Palacio en el que vive con su esposo, tiene dos fundaciones y siempre está pendiente de los niños marginados.
Asiste a las fiestas de té que considera y aun hace alianzas junto a su círculo social.
Y aun espera.
Aun visita.
Aun le sonríe.
Antes de notarlo tiene 20 años y, en una repetición de la misma escena, Serenity le da una carta cuando está en la oficina de su esposo.
Esta vez no sostiene una taza, pero su grito de horror es muy parecido.
Seto delega a Duke sus deberes por el tiempo necesario y parte con Joey a la Mansión Pegasus.
Fue Cecilia quien le escribió esta vez. Más bien le pidió a alguien que escribiera mientras ella dictaba porque no le quedaban fuerzas en sus manos.
El Marques nuevamente lo recibe en persona y esta vez no duda en abrazarlo porque se ve tan destrozado como se siente.
Seto no hace comentarios mientras acompaña a los dos como su propio centinela a la habitación de la Marquesa.
Joey se arrodilla a su cama para que puedan verse a los ojos mientras ella lo mira con esos mismos cálidos que ha tenido desde que le dijo que no necesitaba confiar su educación en nadie más que en ella.
Ella pone una débil mano sobre su mejilla y Joey la sujeta con sus propias manos como si de una perla se tratara.
-Gracias por darme la felicidad que nunca pensé que tendría, querido Joey.- Murmura Cecilia entre carraspeos. Les han dado privacidad para sus últimos momentos entre si.- Pensé que había hecho algo malo que me quitó la oportunidad de tener mi propia descendencia. Traté de compensarlo, ayudando a otros niños. Lo intenté pero nunca parecía suficiente.- Traga aun con su sonrisa en su lugar mientras lo ve.- Y luego, apareciste. Como un ángel, me diste las alegrías que sabía que tendría si fuese una madre de carne y hueso.
Joey no se avergüenza de decir que llora mientras sostiene su mano.
-Gracias, Joey. Por aparecer en mi vida.
-No, marquesa.- Llora Joey apretando su mano.- Gracias por aparecer en la mía cuando no tenía nada. Cuando no sabía qué iba a pasar con mi futuro.- Posiblemente ella no entienda toda la profundidad de lo que quiere decir, pero no le importa.- En estos últimos años cada vez que pienso en el concepto de una madre, su imagen viene a mi cabeza. Ya sé que debo hacer cuando tenga mis propios hijos porque estuvo a mi lado cuando solo mi prometido estaba dispuesto a arriesgarse por mí. No sería nadie sin usted, Marquesa.
Lagrimas caen en su pálida piel y su sonrisa tambalea.- Ah, nunca pude hacer que dejaras de llamarme por mi título. ¿Qué clase de madre se supone que soy?
Joey le sonríe con su broma habitual.- Una que merece mi respeto.
Joey está más tarde en el abrazo de su esposo mientras el Marques toma la mano de Cecilia hasta que sus parpados caen.
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Joey no recuerda si la Marquesa había recibido tantos honores en su anterior vida. Pero se siente satisfecho al asistir en su funeral y que una placa esté presentada donde la menciona como un referente de Omegas para generaciones futuras.
Quizás porque fue la que descubrió al actual Omega del Imperio o por todos los actos benévolos que ha hecho.
No le importa.
Se para con orgullo al lado del Marques Maximilium mientras ambos le regalan rosas blancas como despedida final.
El Marques lo aparta a un lado, aun se ve destrozado, lo que es natural porque su razón de ser siempre ha sido su esposa. Pero él es fuerte, y sabe que saldrá adelante, además ahora Joey está ahí.
-Te apoyaré, Joey.- Le promete el Marques con ojos decididos.- A ti y a tu esposo si él planea volverse Emperador. Nada me haría más feliz que presenciar cómo el niño que Cecilia y yo vimos crecer guiando adecuadamente a todo nuestro Imperio.
Se suponía que al principio ese tipo de alianza era todo por lo que iba Joey.
Ganar la confianza del Marques desde el principio.
Ese era el plan.
Sin embargo…
No sabia que dolería tanto.
Abraza a Max.
-Todavía me tiene a mí, Marques. Una palabra e iré hacia donde está sin dudarlo.
El Marques Pegasus le hace la misma promesa al oído.
Algunas cosas son inevitables.