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Just falling in love por Skarlatta

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Notas del capitulo:

Advertencia: Puede contener spoilers

···

Bajo la lluvia

···

Una habitación vacía recibió a Rei.

No le sorprendió en lo más mínimo que su compañero no estuviera ahí. Kai era muy terco, demasiado como para quedarse quieto guardando reposo, sólo esperaba que no hubiera escapado del hospital; continuaba bastante herido y no se encontraba en condiciones de vagar por las calles, no de nuevo.

Hizo un gran esfuerzo por contener su preocupación al salir de ahí y comenzar a buscar al ruso. Si lo conocía, y así era, tenía una idea de en dónde podía estar.

[…]

El día era oscuro, de matices tristes resultado de las nubes grises cubriendo el sol.

Para cuando Rei llegó a su destino, la lluvia había comenzado a caer. Tal hecho pareció de nula importancia para Kai, a quien halló en la azotea del hospital, recargando sus brazos en el barandal mientras veía el horizonte.

Sintió su corazón oprimirse un poco ante la escena.

—Hey… —llamó bajo tras acercarse a él— Vuelve a la habitación, tienes que descansar.

No fue una orden, mas tampoco fue una sugerencia. Estaba muy preocupado y eso empeoró ante el distante comportamiento del otro ya que pareció no prestarle atención, ni inmutarse ante su presencia o sus palabras.

—Esto es por Dranzer, ¿no es así? —preguntó suave, sabiendo que había acertado al verle bajar la mirada— Kai, sé que antes has perdido a Dranzer y no estuve ahí para ti como debía, pero ahora no es así. Estoy contigo y te ayudaré a recuperarlo.

Suavemente le puso una mano en el hombro derecho, tal como su amigo lo había hecho con él cuando perdió a Driger un año antes.

Tras eso, Hiwatari giró ligeramente la cabeza.

En cuanto sus miradas se encontraron, un cumulo de sentimientos superpuestos se instaló en el interior de Rei. Desde comprensión hasta ternura, porque la expresión de Kai no era la fría y neutral de siempre; había agudo dolor expuesto en sus escarlatas pupilas, dolor por el ave de fuego que había perdido después de aquella batalla. Y ahí, de pie bajo la lluvia con mirada afligida, bata de hospital y medio cubierto de vendas, su amigo se veía demasiado frágil.

Enormes deseos de protegerlo le inundaron, aunque tuvo la sensación de que ya era un poco tarde para ello. O tal vez no.

Con cuidado, su mano pasó de su hombro a su mejilla derecha, en donde usualmente las líneas azules pintaban la piel, salvo en ese momento pues ahí había una cortada sanando y una venda muy mal acomodada por la lluvia. Afectuosamente acarició la piel, pasando con delicadeza sus dedos sobre la herida.

—Rei…

Kai pareció dispuesto a decirle algo, aunque no lo hizo. Simplemente se dejó tocar y, finalmente, recargó un poco su mejilla en su mano.

Justo en ese momento terminó por darse cuenta.

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios conforme acercaba su rostro al de Kai, este, por su lado, se inclinó ligeramente, acercándose también.

Sus bocas se unieron en un beso de rebosante cariño, gesto responsable de calentar sus cuerpos y sus corazones, restándole así valor a la fría lluvia cayendo sobre ellos. Durante los segundos siguientes el mundo a su alrededor desapareció, reapareciendo sólo hasta que el oxígeno les molestó, impidiéndoles continuar sumergidos en su burbuja.

En medio del beso, Kai había dejado de recargarse en el barandal para poner una de sus manos en la cintura de Rei y la otra en sus oscuros cabellos, causando así mayor cercanía.

—Perdón —susurró Rei—. Por no haberme dado cuenta antes.

Explicó ante la pregunta silenciosa de Kai.

El poseedor de Driger necesitó ver a su amigo arriesgando su vida para darse cuenta de los sentimientos que tenía por él. Y necesitó ver a su amigo mostrándose frágil ante él para darse cuenta de que también estaba enamorado, porque Kai no haría eso con nadie más, sólo con él.

—No tienes que…

—Sí tengo —le interrumpió suave, tomando su rostro con ambas manos y acariciando sus mejillas—. Las señales estaban ahí y… aun así… te dejé solo varias veces.

Hizo una pausa, impidiendo a su compañero decir algo al darle un corto beso.

—Pero hablaba muy en serio hace un momento. Eso no volverá a pasar. Estoy contigo y sé que hallaremos un modo de recuperar a Dranzer. No descansaré hasta traértelo de vuelta.

Le prometió, tratando de transmitirle amor y determinación en sus doradas pupilas.

Pudo ver sorpresa en el rostro de aquel orgulloso chico de quien se había enamorado aún no sabía cómo, e incluso esa sorpresa le pareció adorable. En los segundos siguientes la expresión de Kai cambió a una conmovida mientras le miraba de una manera en la que, ahora sabía, no miraba a nadie más.

El corazón le martilleó contra el pecho casi sintiéndolo salir de su cuerpo ante esa mirada y el beso siguiente.

No lo pensó dos veces para perderse en esos labios que le besaban con tanta devoción, la cual estuviera correspondiendo con la misma intensidad. Entre besos, se brindaron castas caricias en el rostro y cabello, asegurándose así de que todo era real y no un sueño.

Ni siquiera la lluvia arreciando los detuvo.

—¿Desde cuándo, Kai?

Preguntó curioso, dándole pequeños y cortos besos en los labios, en favor de que ambos recuperaran el aliento perdido después de su… Ya habían perdido la cuenta de los besos que llevaban.

—Tal vez… Desde que te conocí.

Confesó, ruborizándose ligeramente, porque antes de Rei si alguien le hubiera preguntado si creía en el amor a primera vista hubiera contestado que era una estupidez. Vaya ironía de la vida.

—¿Ah sí? —rió suave— Creo… creo que también sentí algo por ti desde el momento en que te conocí, sólo… no supe ver lo que era.

Tras la admisión no pudo evitar que sus mejillas se acaloraran notoriamente, provocando una agradable sorpresa en Kai.

—Gato despistado.

Rei abrió la boca, luego la cerró e infló las mejillas unos segundos para, finalmente, adoptar una expresión molesta con el ceño fruncido y labios apretados. No estaba realmente molesto con el otro chico por la manera en que lo llamó, estaba molesto de que tuviera razón. Había sido un completo despistado al no darse cuenta de que Kai estaba enamorado de él, y ahora era un completo despistado al olvidarse de que estaban mojándose bajo la lluvia cuando se suponía que su compañero debía estar guardando reposo.

—Tsk —chasqueó la lengua y le tomó la mano—. Soy un despistado, pero tú eres un testarudo.

Se quejó, tirando de su mano para llevarlo de vuelta a su habitación.

—Rei… —llamó, tras una leve risa satisfecha y antes de que se pusieran a resguardo— Espera.

No avanzó ni un paso más, y tampoco dejó que Rei lo hiciera pues apretó un poco su mano y tiró de ella para atraerlo. Apenas lo tuvo cerca envolvió su mojada cintura con su brazo libre. Quería tenerlo cerca unos momentos más. Decidido a ello impidió cualquier queja e intento de huida volviendo a besarlo. Teniendo a ese distraído felino entre sus brazos sentía la tristeza irse.

Por su parte, el moreno no pudo resistirse al nuevo beso, sólo que ahora pasó sus brazos por la cintura del bicolor, obligándolo a poner sus manos en sus hombros.

Una vez más, Kai se halló sorprendido por el actuar de Rei, pero no le tomó ni cinco segundos relajarse y abrazarle por el cuello. Se sentía cómodo así, sin tener que tomar el control, simplemente dejándose llevar y disfrutando del amor y el apoyo brindado por aquel fuerte chico del que llevaba tres años enamorado.


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