Pensó que la sonrisa de su niño definitivamente quedaba bien bajo el soleado cielo otoñal.
"¡Mamá! ¡Quiero comer eso!"
"¡Riku! Si sueltas mi mano, te perderás."
Lanan llegó al "festival de cosecha" más grande que había visto en su vida. En primer lugar, la tierra del Reino de Zara estaba seca y no se podía establecer la agricultura. Sin embargo, aunque el Reino de Randina estaba en el mismo continente, tenía abundante agua subterránea y buena tierra. Y cuando iban a los suburbios, a menudo se encontraban con enormes campos de trigo y de calabaza. Además de eso, también se cultivaban muchas hortalizas que habían sido criadas para adaptarse al clima. Incluso podía decir que existía una alta conciencia de la producción para el consumo local. No inflaban su deuda comprando cosas de otros países como lo hacían de donde venía.
"Oye, mamá. ¡Es muy divertido estar aquí!"
Riku miró hacia arriba, con una gran sonrisa, mientras tomaba la mano de Lanan y comía una rosquilla llamada Lokma que compraron en el primer local. Las mejillas del niño estaban teñidas de rosa por la emoción, y sus ojos curiosos brillaban tanto que Lanan sonrió sin querer. Hoy, Riku, Aush y él habían llegado a celebrar el festival de la cosecha, que se festejaba una vez al año. Debido a su estatus, realmente tenía que andar con sigilo, pero todos sabían que aquellos con piel morena, cabello dorado y ojos azules eran de la realeza así que, mientras estuviera con Riku y Aush, no podía solamente ir y dar un perfil bajo.
"¡Señor Aushnagit! Tuvimos una buena cosecha este año también".
Riku y Lanan estaban mirando dentro de la tienda, a un puesto que vendía verduras frescas. Aush, adelante de los dos, respondió a la llamada del comerciante con una sonrisa inmensa.
"Eso me parece increíble. Ese jitomate se ve gordo y delicioso."
"¡Sí! ¡Por favor, llévese todo lo que quiera!"
La gente de este país era muy tranquila y amante de la paz. Además, dado que querían mucho a la familia real Randiana, que los protegió y los llevó al desarrollo, incluso podían dar un paseo con un mínimo de escolta. La gente también amaba la personalidad amistosa de Aush y su manera tan coherente de abordar las cosas, así que lo llamaron desde varios puestos a la vez. Las cestas de sus guardias ya estaban llenas de regalos y parecieron a punto de derrumbarse.
"¿Te estás divirtiendo, Lanan?"
Cuando estaban comprando y comiendo sus castañas asadas favoritas, fue repentinamente abrazado por Aush y llevado hasta su lado.
"Sí, mucho".
Desde que llegó a este país, había salido del castillo varias veces con los sirvientes, pero era la primera vez que venían los tres juntos. Además, dado que era su primera vez en un festival tan grande, Lanan, que había regresado por completo al momento de su infancia, se sintió como si tuviera la misma edad que Riku con solo tomar un poco de algodón dulce y nuez.
"Siento como si hubiera visto tu sonrisa por primera vez en mucho tiempo..."
"¿Qué?"
Las repentinas palabras de Aush lo confundieron.
"Recientemente tienes una cara que no encaja con tu personalidad. Pensé que estabas cansado de cuidar al niño durante tanto tiempo, así que por eso creí que era una buena idea ir al festival."
"¡Realmente el festival es encantador! Gracias".
"No, lo hice por ti. No me agradezcas".
Por supuesto que lo estaba haciendo porque era su cuñado y su sobrino. Sin embargo, en lugar de responder, sonrió y se inclinó un poco como si le estuviera mostrando una reverencia. Ciertamente, no recordaba haber sonreído desde el fondo de su corazón últimamente. Porque siempre le preocupó la imperdonable relación que tenía con Aush mientras fingía haber estado con su hermano. Riku, naturalmente, le sacaba una sonrisa siempre que se ponía a girar en su dirección, pero era como un reflejo como madre. No era una sonrisa desde el fondo de su corazón.
"Está bien leer un libro, pero deberías tener un pasatiempo que te haga mover más tu cuerpo".
Señaló Aush, Lanan asintió obedientemente. Cuando estaba solo, leía y buscaba libros como si eso pudiera hacerlo olvidar su doloroso amor.
"Quiero que siempre te rías. Por eso te traje a nuestro país. Si tienes algún problema, dime. No importa lo que sea porque yo siempre voy a estar dispuesto a escucharte".
Tenía los ojos llenos de lágrimas cuando lo miró. Aunque no podía decir la verdad, Lanan quería responder honestamente a sus palabras y decir lo que tanto le preocupaba.
"¿Hay algo que quieras decirme?"
Lanan asintió en voz alta cuando se le preguntó:
"Sí, pero es más una solicitud".
***
El delantal de cáñamo se lo regaló su mejor amiga en Zara, así que deseaba que lo trajeran al Reino de Randina lo antes posible.
"¿Realmente esto aumentará tu sonrisa?"
"¡Sí, la aumentará!"
Después de regresar al castillo, Lanan comenzó a moverse alrededor de la cocina para decirle que iba a preparar algo de comer para los dos. Aush miró con recelo toda esta situación:
"Claro, eras pastelero. Pero, es un trabajo, no se supone que eso te haga feliz."
"No. Hice de algo que me hace feliz, un trabajo."
Lanan incluso suspiró ante la sensación de la harina bajo sus palmas, algo que no había hecho en mucho tiempo. Y la sensación de frescor era muy, muy cómoda e increíblemente agradable. La noche que vino por primera vez al Reino de Randina, había deseado preguntar si podía cocinar desde que comió el primer postre que le sirvieron. Aquí había mucha agua, verduras e ingredientes, pero por alguna razón, los dulces no estaban deliciosos.
"¿Qué vas a hacer?"
Preguntó Aush, quien lo miró desde un lado con los brazos cruzados.
"Es Tulumba".
"¿Tulumba?"
"Sí. Es un dulce hecho con harina frita en aceite y remojada en almíbar. Es delicioso".
"Pero, sinceramente, no me gustan los dulces".
"¿Los odias?"
"Bueno, me gustan las frutas dulces pero... No me gustan los dulces."
"Estoy seguro de que es porque nunca has comido dulces realmente deliciosos".
Si ¿Por qué los dulces de este país sabían tan feos? Esto requería consideraciones históricas y culturales, así que decidió discutirlo con un historiador más tarde y primero, concentrarse en hacer dulces.
La Tulumba la elaboraba solo con sus recuerdos, sin mirar la receta y casi sin pesar. Aush quedó impresionado con la forma de cocinar de Lanan así que nunca parpadeó. Al principio, su mirada era tímida, pero mientras se concentraba en hacer dulces, pareció tan decidido como un animal a punto de cazar a su presa. Luego, minutos más tarde, Tulumba, que se frió hasta volverse crujiente y se remojó con almíbar, se sirvió en unos pequeños platitos decorados.
"¿¡Qué es esto!? ¡Es delicioso!"
"¿Verdad?"
La voz de Aush, con sus ojos azules bien abiertos, resonó por toda la cocina. Luego, los cocineros, que estaban allí, se reunieron con interés y le preguntaron por la receta y por los pasos exactos que lograron que estuviera tan rico.
"¡Este es un dulce realmente delicioso!", Dijo Lanan, enfatizando la parte de "realmente", hasta hacer que Aush comenzara a reír
"Bueno, no hay dulces tan deliciosos en este país. ¿Quieres abrir una tienda de dulces en el Reino de Randina?"
"¿Hablas en serio?"
"Si quieres hacerlo, está bien, pero en forma de un director. Quiero que les enseñes a los artesanos como hacer dulces, porque eso aumentará el número de industrias por aquí."
No sabía si era una broma o algo serio, pero sabía que sus ojos brillaban con esperanza. La vida en el castillo a menudo estimulaba la curiosidad y nunca era aburrida, pero estaba tan feliz de poder recuperar su propósito inicial más allá del cuidado de su niño.
"¡Quiero abrir una escuela de dulces! ¡Y quiero mostrarle a la gente de este país que hay dulces realmente deliciosos!"
Luego, cuando le sirvió a Habat los dulces hechos por él, también provocó que sus ojos azules se agrandaran dos veces su tamaño original. Le sorprendió lo delicioso que era.
"Esto es un oro. Está muy bueno."
"Gracias."
Las palabras del rey, que murmuró mientras admiraba el plato, parecieron un poco graciosas. Dijo que estaba lo suficientemente delicioso como para hacerle querer darle una medalla. Sin embargo, esta palabra no era una broma, porque Lanan recibió más tarde la medalla como primer pastelero de la familia real.