El crecimiento de los niños era rápido, tanto que Riku cumplió cuatro años el mes pasado. Eso significaba que tanto Lanan como Riku habían estado en el Reino de Randina durante un año y medio, y para ser sincero, estaba un poco conmovido por el paso del tiempo.
Y el segundo verano en el castillo real del Reino de Randina, el mar brillaba y mostraba el inicio de lo que sería una hermosa estación. Lanan se sintió radiante desde el fondo de su corazón.
"Señor Lanan, ¿Qué tal estas pasas?"
"Están perfectas así, ponlas en el cuenco por favor".
"Sí".
"Señor Lanan, ¿Puede verificar la temperatura del kamado?"
Lanan dejó de lavar las frutas porque los estudiantes le pidieron que corriera de un lado a otro entre la cocina. Ahora, Lanan estaba enseñando la manera correcta de hacer dulces, como un instructor. Aush reconstruyó un antiguo castillo a poca distancia del palacio real, y creó una cocina exclusiva para Lanan. Además, el lugar estaba justo al lado del jardín de niños donde asistía Riku.
"¡Ya vine, mami!"
"Riku, bienvenido de nuevo. Mira, lávate las manos y ayúdame".
"Sí"
"Hola, pequeño Riku".
"Hola".
"Hola, ¿Está bien hoy?"
Riku, que vino directamente del jardín de niños al viejo castillo con Touma y algunos amigos, besó a Riku y luego se lavó las manos. Por supuesto, su propósito era ver los dulces que estaban horneando su mamá y los alumnos de Lanan. Sería más correcto decir que iba solamente a comer muchos bocadillos. Sin embargo, Riku y sus amigos eran obedientes porque eran chiquitos y solo comían dulces cuando les daban permiso. Los dulces que Lanan pensaba que no tenían tanta azúcar (Porque la lengua de un niño pequeño era particularmente sensible). Aunque era consciente de que era malo que casi siempre lo pasara por alto porque tanto Riku como los otros niños se acababan todos los dulces mientras decían: "¡Delicioso!"
"No vayas a enfermarte."
"¡Aush! Llegaste."
"Sí, pasé por el Ministerio de Puertos y Transportes y ahora tengo hambre."
"Príncipe Aush, ¿Quiere un bocadillo?"
"Sí. Pero es extraño encontrar un dulce que me convenza. Después de todo, como los dulces de duque Lannan Ta Ai , el mejor pastelero del país, todas las noches en mi casa. No sé si estos estén a la altura."
"Entonces, ¿Por qué no vas a la habitación hasta que los dulces estén bien horneados? Prometo que te van a gustar".
"Está bien".
Los estudiantes eran de hogares comunes. La competencia era alta si querían estudiar con Lanan, el único pastelero de la familia real, así que muchos vinieron desde muy, muy lejos. Algunos habían salido del campo y otros llegaron a través del mar. Sin embargo, todos ellos se pusieron nerviosos porque el príncipe del país apareció en la clase de confitería y por supuesto, aunque estaba bromeando, no habían logrado comportarse como lo hacían de costumbre. Por lo tanto, Lanan instaló una habitación en el piso superior para él, que a menudo venía solo para esperarlo. Eso hacia que se aliviara la tensión entre los alumnos.
"Oye, mami ¿Qué vas a hacer hoy?"
Cuando Riku le preguntó, mientras hacía bolitas de pan con las manos, Lanan sonrió y lo miró:
"Hoy voy a hacer dulces occidentales. Hornearé un pudín con muchas pasas y unas galletas de mantequilla."
"¡Sí! ¡Me encantan las galletas!"
" Riku-sama , ¿Qué es un galleta?"
Preguntó uno de sus amigos. Riku se volvió hacia él con los ojos brillantes:
"Las galletas tienen un sabor agradable. Tienen un aroma crujiente a mantequilla y son muy dulces, aunque también hay unas saladas. A mí me gustan más las galletas con chocolate".
"¡Chocolate! ¡Yo también quiero comer galletas!"
Los ojitos de todos brillaban, imaginando un sabor desconocido. Riku, quien estaba junto a Touma y quien utilizaba un pequeño delantal, comenzó a explicarles a sus amigos los utensilios de cocina, teteras, ollas y sartenes como si estuviera guiando la clase en lugar de su mamá.
"¿Seguirá Riku el camino de hacer dulces?"
Recientemente, a Riku le encantaba tanto hacer y comer dulces que Touma pensaba que de seguro también sería pastelero. O al menos, que ocasionalmente haría dulces como pasatiempo o para las personas que lo rodeaban.
Cuando estaban de pie en el podio donde brillaba una luz cálida y en donde podía enseñarle a los estudiantes cómo hacer pudín, un sirviente de repente saltó como si lo estuvieran persiguiendo.
"¡¡La-Lanan-sama!!"
"¿Qué pasó? ¿Por qué vas con tanta prisa."
Lanan se sorprendió, así que los estudiantes también levantaron la cabeza. Entonces, el sirviente tomó aliento y, cuando se acercó a él con paso rápido, dijo con una voz un tanto misteriosa:
"Hay un problema."
"¿Eh? ¿Qué pasa ahora...?"
Ante esas palabras, sus ojos color caramelo comenzaron a entrecerrarse.
"Hay una persona que dice que es la hermana menor de Lanan. Está furiosa en la entrada diciendo: "¡Déjame ver a mi hermano!" Y cosas así."
Entonces, antes de que pudiera responder, la puerta de la cocina se abrió de repente. Cuando miró hacia atrás, sorprendido por ello, una mujer cuyas axilas estaban siendo tomadas por los soldados, levantó su cabello negro y abrió la boca de una manera terriblemente malhumorada.
"Tiempo sin verte, hermano".
El sonido del baúl que dejó en el piso fue muy similar al sonido de una guillotina cayendo.