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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Murmullo. 

Murmullo.

Estaba la voz de alguien. 

Murmullo.

Risilla. 

"Jajajaja."

Aparentemente algo era divertido en el cuarto.

Con una conciencia poco clara, Goshoku comenzó a despertarse al escuchar la voz de una especie de "persona pequeña." Sin embargo, contrario a lo que pensó que iba a pasar, en realidad se levantó de un modo bastante placentero. Como si hubiera estado flotando en agua tibia y ahora lo estuviera abrazando una sensación de "curación" en lugar de una de estrés.

Abrió los ojos.

Y mientras movía la mirada, notó que en realidad estaba completamente rodeado de niños pequeños que lo veían directo a la cara.

"¡...!"

Despertó de inmediato. En realidad, casi gritó.

Cuando se levantó, como un resorte, los niños corrieron como pequeñas arañitas, se escondieron detrás de los muebles y de las cortinas también. Luego, comenzaron a asomarse de poquito en poquito.

Un segundo.

Dos segundos.

Sus ojos se encontraron de nuevo, dijeron "Wow" y volvieron a ocultar sus rostros. Él había visto ese tipo de cosas en un programa de animales en la televisión. En las suricatas. Es decir, salían de la madriguera, vigilaban los alrededores, se escondían, volvían a mirar y volvían a esconderse. 

Un, dos, tres, cuatro... Había un total de 6 personas. ¿Tenían entre cuatro o cinco años? No sabía cómo afrontar esta situación, así que se sentó lentamente en la cama para no irritar a los niños y luego observó una vez más el interior de la habitación: Cama con dosel, muebles blancos hechos a mano. ¿Eran de Francia? Takeda era un coleccionista así que le gustaban mucho ese tipo de muebles. Sabía cuanto tiempo y esfuerzo se necesitaba para conseguir estas cosas así que lo primero que se le vino a la cabeza era que se trataba de alguien bastante rico o al menos lo suficientemente acomodado. Sin embargo, la habitación era blanca. Pisos, techos, paredes, era incómodo.

"Oye... ¿Eres su novio?"

¿Novio de quién? Quería negarlo con todas sus fuerzas, pero no dijo absolutamente nada aún así. Luego miró alrededor del cuarto y recordó que el evento de anoche probablemente había sido todo culpa de su celo. 

Culpa del S Alfa.

Kurose no debería haberse visto afectado por el celo de un Omega, pero lo hizo. Además, escuchó que la tasa de embarazo de un Omega durante el celo era casi del 100 por ciento así que, aunque estaba enojado, miraba también su estómago todo el tiempo. Tal vez había un bebé allí, pero no estaba seguro. Por el momento, tenía que salir de la habitación y levantarse de la cama para llamar a Takeda. Pero sus pies solo se balancearon y se cayeron. 

"¡Ah! ¡Está enfermo! ¡Está enfermo!"

"¡Es difícil caminar porque está enfermo!"

"¡Tal vez va a morir!"

"¡Tenemos que ayudar!"

Estaba rodeado de niños y de voces.

"Oye, ¿Estás bien?"

"¿Tienes hambre?"

"¿Quieres leche con chocolate?"

Los ojos redondos de los pequeños, brillaban y parecían extremadamente curiosos por él. Por supuesto, eso solo lo estaba haciendo sentir abrumado por saber si realmente eran inocentes o se trataba de una especie de trampa. Los niños eran buenos para fingir ¿No? Es decir, tal vez trabajaban para los militares.

Con una mirada seria, respondió la única pregunta que recordaba:

"No, está bien. No necesito leche... Gracias."

"¿Conoces a nuestro papito?"

Una niña, con dos colitas de caballo en la cabeza y un osito de peluche enorme entre las manos, le preguntó algo de su papá. Claro, ese no era el caso en absoluto. No era el conocido de su papá o de alguien de su familia, pero lo que saltaba a los ojos de los niños era sin duda una fuerte llama de "espectativa." Diablos, si decía que no, los iba a decepcionar. No era su intención nublar esos ojos que parecían ser caniquitas brillantes. 

"Si no conoces a papá, entonces tal vez te dejó aquí porque hiciste algo malo".

Dijo el niñito que parecía ser el más fuerte del lugar.

"Oh, no. Ese no es el caso."

Pero al pensar en cómo lidiar con estas pequeñas criaturas para los que definitivamente no era nada paciente, sintió la señal de que había una persona afuera de la puerta. Se abrió, y entró Kurose con el mismo uniforme militar de todos los días:

"¡Oh, papito!"

"¡Papá!"

"¡Bienvenido de nuevo, papá!"

Los niños corrieron todos a la vez. Uno estiraba las manos para pedir un abrazo y había un niño que miraba con envidia al que estaba siendo besado en el cachete. Había varios pequeñitos que se quejaban desesperadamente y otros que querían que los siguiera, pero Kurose caminó frente a Goshoku como para ver si estaba bien.

"Buenos días."

"... ¿Dónde estoy?"

"En mi mansión. ¿Por qué estás sentado en el suelo?"

Esta vez, logró pararse correctamente en su lugar en vez de desplomarse.

"Oye, papá. ¿Este hombre es tu amigo?"

"No. Solo lo estoy protegiendo temporalmente".

"¿Cómo que protegiendo? Oye ¿Protegiendo de qué?"

Kurose resopló en cuanto notó que estaba más nervioso que al inicio 

"No te pongas así ¿Bueno? Te di los anticonceptivos correctamente. No
Tienes que preocuparte por quedar embarazado o algo así."

Era de sentido común que se podía usar anticonceptivos después de las relaciones sexuales, pero no lo recordaba. El Alfa estaba actuando como un hombre tranquilo que manejaba la situación adecuadamente, pero igual no pudo evitar quejarse de lo que había dicho y de la forma en la que lo dijo. Pensó que hasta le molestaba pensar en dejarlo embarazado. 

"¿Por qué... Estoy aquí?"

"Oye, tengo hambre."

El niño gordo, con el cuerpo más grande, habló con Goshoku utilizando una voz bastante triste. Se preguntaba por qué no le había dicho a su papá en lugar de a él, pero los ojos de los otros también miraban en su dirección. 

"¿Sabes cocinar?"

"... Para mí".

"Vengan niños, este chico cocinará de ahora en adelante".

Y gracias a las palabras de Kurose, todos los niños corrieron por la habitación con las manos en alto y diciendo "¡Viva!". 

"Oye, ¿Qué te pasa…? Son tus hijos ¿No? Hazlo tú."

"¡Yo quiero hot cakes!"

"¡Huevito!"

"Me gustan los sándwiches"

"Onigiri."

"¡Tortilla!"

"No voy a cocinar."

Sin embargo, él también tenía algo de hambre. No cenó porque tuvieron sexo ayer y aunque pensó que tenía suficiente fuerza física como para seguir, terminó por pedirle que lo llevara a la cocina.


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