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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El refrigerador estaba lleno de varios tipos de ingredientes. Realmente tenía de todo, desde alimentos frescos hasta condimentos. Ingredientes como conservas enlatadas y duraznos en almíbar, frijoles, todo alineado en los estantes.


Miró a su alrededor por segunda vez.


Mientras estaba allí, en realidad no se dio cuenta de que la gran mansión parecía un poco... Muy seria.


"¿No tienes sirvientes?"


"La señorita que me ayudaba renunció la semana pasada. No importa, era una mujer irresponsable en realidad. Tengo a alguien que viene para hacerse cargo de la limpieza y la lavandería, pero no siempre aparece".


De alguna manera, pudo imaginarlo tan perfecto que resopló. Kurose no parecía alguien que pudiera dedicarse por completo a las tareas del hogar.


"La comida de mi papá no sabe tan rica. Se quema".


"¡Papá hace huevos quemados los domingos!"


"Mamá ¿Puedes hacer huevos que sepan bien?"


Por supuesto, cuando lo llamaron "mamá", inmediatamente negó con la cabeza.


"No soy tu mamá, lo siento."


Al parecer, estaban en esa edad en la que pensaban que todo el mundo era su mamá. Eran como pollitos cuando salían por primera vez del huevo y pensaban que lo primero que aparecía frente a ellos eran sus padres.


"Pero, en un libro... En un libro vi que una persona que cocina al lado del papá es una mamá".


"Así es. Es una mamá".


"Y la maestra dice que todos tenemos mamá y papá ¿Verdad?"


"Puede ser... Oye tú ¿A dónde vas? ¡No dejes a tus hijos así como si nada!"


"Solo voy a cambiarme de ropa. Regresaré pronto".


Aunque en realidad, pareció que el Alfa había buscado un tipo de "escape" de la situación. No pareció ser del tipo de persona que podía explicar adecuadamente el concepto de "papá" y "mamá" a un niño tan chiquito y preguntón. Sin embargo, con su actitud rara y todo, Goshoku todavía pensaba que al menos debía dar comida para que las criaturas se calmaran y concentraran su mente tan alterada en algo más divertido.


"Veamos..."


Los hotcakes fueron rechazados. Eran 6 y no tenía tiempo para hornear uno por uno. Los Onigiri también. Los sándwiches también requerían una sorprendente cantidad de tiempo, y las tortillas necesitaban esfuerzo debido a la masa, el aceite y todas esas cosas que no tenía a la mano. En conclusión: Iba a hacer espaguetis a la napolitana. Los niños amaban el espagueti ¿No es verdad? Y podía hacerlos con solo ketchup.  


Goshoku sacó el jamón del refrigerador y buscó cebollas y pimientos. Encontró champiñones enlatados, los sacó y luego comenzó con los fideos que estaban en el contenedor de comida seca. De los varios tipos, tomó el que pareció ser el más grueso y buscó incluso el queso que estaba en el refrigerador. Cuanto más gruesos fueran los fideos napolitanos, quedaría más ricos. 


"¡Es sopita!"


"¡Quiero!"


Dos niños, que parecieron ser los más curiosos, entraron a la cocina para ver lo que estaba haciendo Goshoku con la lumbre.


Wow!"


"Entiendo. Está bien mirar, pero tienes que recordar que es peligroso. No debes acercarte al fuego ¿Está bien?"


Kurose, quien realmente se cambió de ropa, regresó para llevar a los niños directamente a la mesa del comedor. Tenía algo así como un documento en su mano y había comenzado a llenar algunas formas. Y, uff, si con uniforme militar se veía de maravilla, la simple apariencia de una camisa blanca con cuello abierto y pantalones negros lo hacía ver sensacional. El hombre tenía un atractivo sexual único y el encanto de un adulto que había adquirido inteligencia y cultura con los años... Realmente no podía explicarlo bien. No pensó que fuera la misma persona que había tenido sexo con él en un callejón por la noche.


Cuando lo analizó y recordó que estaba hundido entre sus piernas de una manera increíblemente pervertida, levantó las cejas, sacudió la cabeza como un loco y comenzó a cortar el jamón. 


Debería olvidarlo ahora. 


Debería sacarlo de su cabeza porque no valía la pena para nada.


Goshoku sacó la olla más grande, le echó agua y la puso al fuego. Lo probó, le echó sal y después sacó el sartén más grande y comenzó a engrasarlo. Mientras tanto, había comenzado a poner el jamón, la cebolla y los pimientos y cuando la sartén se calentó lo suficiente, agregó todos los champiñones. ¡Estaba haciendo un sonido delicioso!


"¡Que rico!"


"Es mejor que el que hace papá".


Lo importante aquí era cocinar bien y eliminar el agua. De esa manera, la dulzura de los tomates se destacaría sin necesidad de poner sabores adicionales, como por ejemplo el vino. Ese era el secreto para hacer una Napolitana en una cocina asiática, solo muchísima salsa de tomate y ajustar el sabor con sal y pimienta para complementar la salsa. Luego puso los fideos y lo revolvió muy bien hasta hacer una cantidad bastante pesada para las personas que estaban presentes.


"¡Vaya, se ve delicioso!"


"No solo se ve delicioso, huele delicioso".


"Huele rico, rico".


"Es verdad. Quiero comer."


Cuando se despertó, estaba tan cansado que se cayó al suelo. Pero ahora aparentemente era todo lo contrario. Los ojos de los niños brillaban de un modo tan hermoso que se emocionó y deseó hacer su mejor esfuerzo para hacerlos sentir bien. Es decir, por primera vez aprendió lo divertido que era hacer comida para alguien más.


Sirvió la sopa en pequeños platitos y se los entregó:


"Tú también, ven a comer."


"¿Yo también?"


"Sí, por supuesto."


¿Sería una señal de rebeldía decir que no quería? Kurose aún no se había disculpado por lo de anoche y de todos modos ¿¡Quería que fuera a comer y ya!?


Por supuesto que aceptó.


Eran seis niños y dos adultos en la mesa del comedor. Aun así, era lo suficientemente grande como para que todos estuvieran reunidos para rezar y dar las gracias.


"¡Es delicioso!"


"Es realmente delicioso."


"Papi, papi, más."


El espagueti fue bien recibido.


Todo el mundo estaba comiendo con una sonrisa enorme mientras pintaban el área alrededor de sus bocas de un color rojo brillante. Y mirándolos, se convenció de que había sido buena idea hacerlo así.


¡Además no podía creer que Kurose estuviera probando también!


Lo penetró como un animal la noche pasada, pero ahora estaba comiendo tan educadamente que ni siquiera podía recordar como se había visto en ese momento.


(Que guapo...) Luego se detuvo en seco (En qué estás pensando, idiota ¡Gobiernate!)


Las mejillas se le pusieron calientes así que se regañó a si mismo por ser tan descarado.


"Oh, oye. No es bueno si pones los codos en la mesa así. Vas a mancharte."


Cuando señaló al niño, que estaba sentado en diagonal, obtuvo una respuesta agradable de inmediato. Sin embargo, cuando vio que otro niño no podía comer bien, inmediatamente se puso de pie y fue a su lado.


"Vaya, veo que lo agarras todo con la mano izquierda. Eso está bien. Pero si lo haces así, vas a llenarte los deditos con ketchup. Y no sorbas los espaguetis. Mira, te enseñaré a enrollarlos". 


"¿Es más fácil?"


"¡Sí! Si lo haces así, no te mancharás."


"Bueno..."


"¿Está delicioso?"


Cuando se lo preguntó, solamente sonrió en silencio. Goshoku hizo lo mismo.


"¿Sí?"


"Mucho."


Pero cuando pensó que podía ir finalmente a su lugar, un osito de peluche cayó contra el plato haciendo un ruido como de "¡Splash!"


"Ay, mira lo que hiciste."


"¡Es porque está sosteniendo esa cosa todo el tiempo!"


"No es cosa, es Kuma-san."


Y cuando vio en su dirección, descubrió que la camisa de color crema que usaba la niña de dos colitas, se había llenado completamente de ketchup. Goshoku corrió hacia la mesa.


"Tienes razón. Kuma-san no es una cosa. Pero tengo que quitarlo de aquí para poder limpiar tus mangas ¿Me dejas?"


"¡Sí!"


La comida se había derramado por completo sobre la mesa así que, entre esto y aquello, cuando finalmente terminaron de comer, estaba más que exhausto. Sin embargo, era extraño que los niños que deberían haberle parecido horribles, por alguna razón le conmovieran el corazón. Es decir, era extraño que la individualidad de cada uno fuera clara a pesar de que todavía eran muy pequeñitos. Por ejemplo:


Yuki era un chico descarado y fuerte que decía todo el tiempo que Goshoku era el esposo de su papá. 


Meg era una bebé que llevaba dos colitas de caballo en la cabeza. Además, todo el tiempo tenía entre las manos un enorme osito de peluche. 


La niña que parecía ser muy penosa, era Yo.


Al y Taki eran mellizos. Tenían los ojos un poquito rasgados, su cabello era claro, pero Taki lo tenía recogido en una cola de caballo alta.


El gordito, de piel clara, era Maruo. El niño más cercano a Yo y un comensal perfecto. 


Y gracias a todos, Goshoku había estado completamente ocupado alimentando a los niños como para comer cualquier cosa. (Muy al contrario del señorito Kurose, quien terminó la comida como si no hubiera pasado nada de nada)


Que molesto.


"Oye ¿Qué te pasa? Si no cuidas a los niños a la hora de comer, van a tener problemas cuando crezcan. Se manchan toda la ropa ¿No viste?"


"Son niños, es normal mancharse. Además, la hora de comer era responsabilidad del sirviente".


"Pero ya no hay uno. No es bueno dejar a tus niños solos".


"Pero ahora no estarán solos ¿No? Te... Te tengo a ti."


No le gustaba la línea que le hacía ver como si Goshoku fuera a quedarse allí en la casa para siempre. Le hubiera gustado decir "No" y darle una patada en la cara. Pero no estaba dispuesto a discutir.


"Después de todo, eres el esposo de papá ¿No?"


Siguiendo la línea de esa voz, descubrió que se trataba de Yuki. Aunque era pequeño, aparentemente era de esos que decía lo que pensaba. 


"Yuki, es suficiente. Lleva la vajilla al fregadero porque es tu turno de lavarlos hoy. No vayas a romperlo y ten cuidado".


"Sí, papá."


Yuki llevó una silla al fregadero y se subió allí porque no podía alcanzar la tarja. Puso los platos de todos y dejó abierta la llave mientras los comenzaba a enjabonar. Aunque era pequeño, ya estaba demostrando un fuerte liderazgo. 


"Deberías hacerlo tú, eres su padre".


"¿Y por ser su padre soy el nuevo sirviente o qué?"


"... No digo que seas su sirviente, digo que seas su familia."


"Somos familia, es lo que una familia hace."


Kurose llevó la vajilla al fregadero y no dijo nada más. Era normal que actuara así porque siempre pareció del tipo idiota y arrogante.


"¿Sabes qué? Voy a lavarlo yo."


Después de todo, lo único que tenía que hacer era ponerlo en el lavavajillas y ya. ¡Pan comido! Aunque nuevamente, como a la hora de comer, los niños se aferraron a sus piernas de tal manera que pareció ser difícil de progresar. 


"No puedo... No puedo moverme".  Dijo "¿Pueden ir a otro lugar mientras yo...?"


"No. ¡Quiero estar con mi mamá!"


"¡La nueva mamá que papá secuestró para nosotros vivirá en casa!"


"Necesitamos un nuevo nombre para mami Goshoku."


"¿Mamita querida?"


"¡Goshokito!"


¿La razón por la que los niños estaban desesperados por una madre era porque el ama de llaves los había dejado? Estaba seguro de que dejarían de llamarlo así cuando encontraran a una nueva pero, era lamentable pensar que les estaba dando falsas ilusiones. Pasando tiempo con los hijos de ese hombre, cocinando, lavando, en una mansión enorme, sin madre... Se sintió como estarle llevando problemas.


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