Noah tuvo un sueño esa noche. Algo sobre... Ver una gran mansión en el medio del bosque. Y allí, pudo observar también a un anciano asomándose por la ventana. Los niños que rodeaban al hombre tenían diferentes apariencias, como cuernos que crecían en sus frentes y largas orejas de animal que se extendían entre cabellos cortos de color escarlata. Esos eran cachorros de dragón. Pero mientras los estaba mirando, completamente absorto en ellos, escuchó una voz pequeñita que cruzaba entre sus pies y que decía:
"Hola, Noah."
Era Alexander.
El pequeño gatito se había sentado para mirar directamente al rostro de Noah.
"Hola. Es extraño... Puedo escuchar lo que estás diciendo."
"Así es, te llamé en este sueño para poder hablar contigo."
Aparentemente este es el sueño que le había inducido Alexander. Noah se preguntaba vagamente si Luang también podía soñar cosas así.
"¿Qué quieres contarme?"
"Bueno, es sobre Lu. Ahora tiene una familia que lo hace muy feliz así que... Siento que ya no me necesita. No como antes, quiero decir. Por eso, estoy pensando en desaparecer la parte mágica de mi para volver a ser solo un gato. Sin embargo, no puedo hacerlo solo. Quiero enseñarte un poco de mi magia."
Noah se agachó y miró directamente a los ojos de Alexander.
"¿Magia de dragón?"
"Así es. La magia enseñada por esta persona. Mi antiguo amo."
Los ojos de Alexander reflejaron a un anciano rodeado de cachorros de dragón. Conocía la leyenda de él, pero parecía estar un poco equivocada.
Noah recogió a Alexander entre sus brazos y se acercó a la mansión pasito por pasito. Dentro, y viendo por la puerta entre abierta, notó que los tres cachorros de dragón y el maestro estaban discutiendo lo que pasaría en el futuro, y el destino de los próximos huevos que él creó. Había una olla sobre la chimenea y un estofado que se estaba hirviendo a fuego lento. En la esquina de la habitación, colocaron un montón de bolsas de tela llenas de monedas de oro y en la otra trastienda, tres huevos de dragón alineados en los estantes, como un producto listo para vender.
"¿Lu nació aquí?"
"Lu es el último cachorro de dragón que estuvo en manos del maestro. Él los creaba y los vendía como acompañantes para los hechiceros más importantes del mundo. Es solo que... Los humanos comenzaron a deformar ese propósito."
Miró a su alrededor y encontró las escaleras que bajaban directamente al sótano. Parecía que ni el maestro ni los niños dragón se habían dado cuenta de que Noah entró sin permiso.
El hombre bajó los escalones.
"¿Por eso los dejó de lado?"
"Fue atacado. Comenzaron a hacer cosas horribles con ellos así que el maestro pensó que era mejor darles un fin. Todos lo pensamos de hecho."
Entonces Noah se detuvo en el sótano, un lugar que podía usarse como un laboratorio especializado. Allí, un cachorro de dragón, con una mano en forma de garra inusualmente hinchada, se sentó en la esquina de una habitación que había sido desordenada y destruida. Parecía terriblemente lastimado. Una de las alas de su espalda estaba rota y la otra había desaparecido por completo. La sangre estaba corriendo por sus mejillas como lágrimas, y tenía la boca un tanto amoratada.
"Como el maestro dejó de practicar la magia para hacer dragones, los hombres poderosos intentaron robar los huevos de los cachorros que todavía quedaban en su poder. Por supuesto, los dragones supervivientes no lo permitieron. Al contrario, pelearon con fuerza y escondieron los huevos por todo el mundo. La mayoría de ellos ya no está."
Alexander se soltó del brazo de Noah y saltó sobre la mesa. Le mostró el pergamino de su maestro con las patas delanteras.
"Ahora, tienes que recordar esta técnica. Y cuando despiertes, debes buscar el momento adecuado para utilizarla."
"Yo..."
"Ahora todo está bien, Noah. Nuestra misión se cumplió. El último de nosotros está a salvo así que, estamos a salvo también."
"Pero ya no vas a poder hablar con Lu."
"No te preocupes por eso. Todavía soy su gato."
Noah caminó hacia la mesa y miró el pergamino. Y tal vez era porque estaba dentro de un sueño mágico pero, incluso aunque estuviera escrito en lenguaje antiguo, Noah podía entender todo a la perfección. Vio la estructura de las técnicas mágicas y el significado de cada pequeña palabra así que lo repitió y lo repitió esperando que estuviera con él incluso al despertar.
Podía escuchar la risa de los niños dragón desde lo alto de las escaleras así que, se preguntó que hubiera pasado si Luang hubiese crecido en este lugar para empezar ¿Qué hubiese pasado si no hubiesen sido atacados y qué hubiese pasado de haber vivido con el maestro? No se podía evitar incluso si lo pensaba, por supuesto.
Noah leyó en voz alta la técnica descrita en el pergamino.
***
Después de subir la colina, llena de caballos y establos antiguos que tenían su propia vegetación, Nigel extendió una alfombra bajo la sombra de un gran árbol de jacarandas. Ivangeline, escoltada por su hermano, se sentó primero en un gran cojín y luego dejó que Luang hiciera lo mismo. El joven extendió los brazos para arriba y dejó que Noah le entregara a dos pequeños niños. Unos gemelos que usaban ropa a juego y que tuvieron la suerte de recibir los nombres de Wyatt y Luke. Crecieron de una manera bastante rápida en este tiempo y además, tenían que decir que los dos se veían exactamente iguales para los demás. En realidad, también eran bastante parecidos a Luang cuando era un bebé, pero su cabello resultó ser del mismo tono negro que el de Noah. Ninguno de los dos tenía habilidades mágicas o escamas en el cuerpo. Había pasado un año desde que nacieron y aunque las dos personitas a menudo tenían el mismo conjunto, sus padres no se confundían porque su individualidad salió a relucir casi al mes. Wyatt era el niño que se emocionaba y gritaba por todo, y Luke era él que se había espantado con las mariposas hasta un punto en que se aferró a Luang.
"Es un lugar hermoso."
El hermano mayor de Noah apoyó la cabeza en el borde del cojín en el que estaba sentada Ivangeline y luego estiró su cuerpo lentamente hasta quedar en una posición cómoda. El lugar que había elegido Noah para disfrutar de una tarde tranquila como familia, fue en los terrenos de su mansión junto al lago. Y si miraban alrededor, podían ver el jardín, el invernadero, la casa de seguridad y la tranquila corriente del agua.
"Siento como si no tuviera ningún peso encima, es fantástico."
La impresión de estar completamente perdido se había esfumado. Gracias a Alexander, había logrado avanzar dramáticamente en el análisis del equipo mágico de herramientas antiguas y darle a Ivangeline el poder que necesitaba para curarse. Gracias a eso, su vientre ya tenía una nueva vida creciendo de un modo perfecto.
"¿Les gustaría un té?"
"Sí, eso estaría maravilloso."
El juego de té, traído por Viola, era completamente estupendo. Incluso si no tenían una olla pesada y fuego, podían obtener agua caliente en cualquier lugar y a toda hora. Obviamente se trataba de una herramienta mágica inventada por Noah.
"¿Wyatt y Luke quieren su leche? También trajimos algunos bocadillos".
Los productos horneados, que Nigel preparó especialmente para los bebés, eran tan suaves que se desmoronaban en la boca en un segundo. Al parecer, Nigel había comenzado a pensar mucho en la dulzura después de que Luang y él trabajaran con miel para hacer un desayuno de panqueques. Algunas personas de la mansión decían que debería abrir una tienda en la capital real pero, Noah no estaba del todo dispuesto a dejar ir a Nigel. Estaban intentando llegar a un acuerdo para eso.
"Y estas son galleta con miel. Son una nueva creación."
Ivangeline sonrió cuando recibió un tazón de productos horneados de parte de Nigel.
"Dios, están riquísimos de verdad."
"¡Ah!"
Wyatt, que había notado los dulces, sacudió su trasero, bastante abultado debido al pañal, y se apresuró a extender las manitas en su dirección. De hecho, ya hasta estaba sobre la rodillas de Ivangeline así que el rey comenzó a reírse.
"No, no, Wyatt. Creo que ya es mucho dulce para ti. Tus padres van a regañarnos si te llenamos de galletas."
El rey, que se levantó del cojín, tomó el tazón y se lo entregó de inmediato a Luang. Si lo escondía en su espalda, de esa manera, Wyatt ya no lo buscaría y ya no lloraría por tener dulces.
"Mira, Wyatt. Alexander está aquí."
Luego, trató de llamar la atención de su hijo de otra manera. Y como dijo, un gato negro salio de detrás de los arbustos y a su lado, cinco pequeños gatitos comenzaron a pedir su atención.
"¡¡Ato!!"
Wyatt pareció muy feliz por su presencia así que Luke, que seguía muy interesado en las mariposas, también comenzó girar la cabecita en esa dirección.
"No había visto a este gatito por un tiempo y ahora ya está más grande. ¿Estos son sus hijitos?"
"Que lindo."
Alexander, que había sido un gatito que siempre cabalgaba sobre el hombro de Noah, se había convertido en un digno gato adulto. Ahora se había mudado a los establos y rara vez aparecía en el edificio principal. Se estaba centrando en su vida como un gato normal en lugar de ser el guardián de Luang pero, aún así, si lo escuchaba tan de cerca era obvio que vendría a verlo para estar con él.
"Así es, señor. La gata que vivía en el establo ahora es la esposa de Alexander, pero es un poco tímida con los extraños".
Luke se aferró a Alexander para comenzar a acariciarlo y, justo detrás de él, Noah sostuvo a Luang tan pronto como tuvo la oportunidad de hacerlo. Lo abrazó por la espalda y enterró su nariz en su cuello hasta que su dulce olor llenó sus pulmones. Incluso si no estaba en celo, sentía algo muy parecido a la euforia cuando lo tenía así. Podía ser porque era su persona más importante.
"Alexander es una parte importante de la familia. Gracias a él, Lu está conmigo ahora, y la investigación sobre herramientas mágicas antiguas progresó maravillosamente."
"Es verdad." Luang se inclinó hacia adelante, sin soltarse de Noah. "Es mi familia."
"Alexander, come. Esto es completamente para ti, esta es para los gatitos y este es para tu novia."
El almuerzo especial para los gatos, algo a cargo de Nigel, se sirvió en un tazón colorido que colocaron justo frente a Alexander. Y debió estar realmente delicioso porque comenzó comer incluso aunque tenía al bebé pegado en su espalda. Sin embargo, los gatitos parecían estar más locos por rodar y jugar, mientras evitaban las manos reptantes de Wyatt, que por probar los bocadillos.
Luang sonrió. Incluso si no podía hablar con él ahora, el vínculo que habían construido no cambió en absoluto. Alexander había sido, durante mucho tiempo, el único compañero compasivo para Luang. Sin él, sus heridas habrían sido más grandes y profundas y su corazón podría haberse roto de un modo irreparable.
Noah se acurrucó para cubrir a Luang entre sus brazos y enterró entonces su nariz sobre su bonito cabello color perla. Respiró profundamente e intentó sentir un poco del calorcito que le llegaba hasta las manos. Además, no era sólo la existencia de Alexander la que era mágica sino que parecieron serlo todos los eventos que se dieron consecutivamente hasta llevarlo allí. Si no se hubiera apresurado a comprometerse con un niño tan pequeño, hoy no tendría esta familia ni un círculo mágico en su taller que pudiera activar en cualquier momento. No le gustaba la palabra "destino" pero ahora, Noah ciertamente pensaba que esta era su recompensa presente por lo que había hecho en el pasado. Le encantaba estar casado, la apariencia de sus niños jugando con un gato y tener a su hermano tan cerca de su bonita esposa. Todos tan relajados y felices. Unidos. Hace solo dos años, la vida de Noah estaba un tanto apagada así que nunca pensó en esto. Es decir, bajo el cielo despejado, Noah podía comprender completamente lo que era ser feliz.