Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Me Gustas por Iztaxochitl

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola Hola!

Pues aquí está un nuevo capítulo, el cual espero que disfruten de verdad.

Gracias a todos los que vienen y leen esta bella historia, producto de mis locuras.

 

A disfrutar

 

¡¡Amor para todos!!

Seto Kaiba tecleaba con velocidad en su laptop. No tenía trabajo pendiente, pero estaba adelantando lo más posible porque en un par de días salía de la ciudad con su cachorro para pasar las fiestas con él.

 

Señor Kaiba, el señor Nakano ha llegado y dice que quiere hablar con usted–  la voz de su secretaria interrumpió el silencio, pero no su trabajo. Siguió tecleando hasta que llegó a un punto en donde pudo hacerse un espacio.

 

–Dile que pase– dijo por el intercomunicador. Unos instantes después se abrió la puerta, dejando ver al pelirrojo enfundado en un traje color aqua.

 

–Hola Kaiba– el abogado se acercó a su cliente, quien asintió con la cabeza.

 

–Hiro, ¿qué te trae por aquí?– en ese momento el único asunto pendiente de Seto con su abogado era el caso de Joey, por lo que estaba interesado en lo que le quisiera decir.

 

–Vengo a traerte noticias del proceso legal de Joseph Wheeler– Hiro se sentó frente al ojiazul, quien guardó los archivos en los que estaba trabajando para cerrar su laptop y prestarle toda su atención al pelirrojo.

 

–¿Son buenas noticias?– la mirada de Kaiba era intensa.

 

–Depende de la perspectiva en la que lo veas, pero pienso que son buenas noticias– Seto se le quedó viendo sin decir nada, expectante. –Todo va caminando bien. De hecho están a punto de llamar a Joseph a declarar. La cosa es que todo se atrasó– Kaiba no se inmutó; no era su costumbre mostrar lo que sentía.

 

–¿Por qué lo están atrasando y hasta cuándo?– la voz del CEO era firme, pero Hiro lo conocía bien, por lo que no le molestó.

 

–Los juzgados tienen vacaciones por las fiestas. Dejan de laborar el día 20 de diciembre, y retoman sus actividades el día 10 de enero del próximo año– Seto enarcó una ceja.

 

–¿Mañana?– el pelirrojo asintió.

 

–Sí. Yo pensé que llamarían a Joseph a declarar antes de que terminaran labores por este año, pero no fue así– Seto se recargó en su silla y suspiró.

 

–¿Crees que en verdad alcance a declarar?– Hiro pensó un poco antes de contestar.

 

–No estoy seguro. Tomando en cuenta que Joseph cumple la mayoría de edad el 25 de enero, quizás no alcance. Ya sabes que este tipo de trámites son lentos– dijo Hiro, y notó que Seto pensaba en algo. –¿Algo que te moleste al respecto?– Kaiba lo volteó a ver y asintió.

 

–Me preocupa su padre. Aunque se diera el extraordinario caso de que el proceso terminé antes de su cumpleaños, o llegue a cumplir sus 18 años, su padre ya se ha enterado del proceso legal. Me parece que ese hombre es más agresivo de lo que parece, y me da pendiente que le haga algo a Joey– las preocupaciones del  castaño tenían fundamento, y ambos lo sabían. –¿Checaste lo de la orden de restricción?– Hiro asintió.

 

–Sí, pero como les comenté la otra vez, no es seguro que eso lo mantenga alejado. Claro que en cuanto se acerque pueden llamar a la policía y se lo van a llevar, pero si lo encuentra solo, puede ser peligroso.

 

–Eso no es problema. Puedo ponerle guardaespaldas– Hiro sonrió.

 

–Me da la impresión de que no le va a gustar la idea. Podrías asignarle uno sin que sepa– Seto lo escuchó, pero negó con la cabeza.

 

–No importa si le gusta o no; lo primero y más importante es su seguridad. Tiene la suficiente inteligencia para entender eso. Y no le pondría uno sin avisarle, Hiro. Eso sería ocultarle algo, y no estoy dispuesto a hacerlo– la voz y mirada del CEO eran implacables, y el abogado sonrió ante sus palabras.

 

–Estás muy enamorado, Kaiba– no fue una pregunta, sino una afirmación. Kaiba no pudo evitar sonreír.

 

–Hemos avanzado mucho desde que se queda en mi departamento. No pienso echarlo a perder ocultándole algo. Prefiero hacerle consciente del peligro en el que se encuentra y hacerlo entrar en razón– Hiro asintió, sonriendo.

 

–Pues habla con él, algo me dice que no será fácil convencerlo– Seto sonrió pícaramente.

 

–Tengo mis métodos, no te preocupes– Hiro rio ante esas palabras y se puso de pie.

 

–Entonces me retiro. Veré si puedo saber algo acerca de la orden de restricción antes de que terminen labores, porque si no será hasta enero. Cuida bien a tu chico hasta entonces– Seto asintió con su sonrisa en el rostro.

 

Hiro salió de ahí sin decir más; había suficiente complicidad y confianza entre él y Kaiba como para hacer eso.

 

Kaiba suspiró. Cerró sus ojos un momento, sonriendo. Sacó su celular y busco el contacto «Cachorro», y le marcó.

 

–Hola Seto– la voz de su rubio se escuchaba alegre como siempre.

 

–Cachorro, ¿cómo estás?– Kaiba escuchó algo en el fondo, pero no pudo distinguirlo.

 

Muy bien Seto, vine a pasar un tiempo con los muchachos– Kaiba enarcó una ceja.

 

–¿Fuiste solo?– Kaiba no podía evitar preocuparse por él, más con la situación de su papá encima. Debía hablar con él acerca del guardaespaldas, y pronto.

 

Claro que no, Yugi y Yami fueron al departamento para que viniéramos a pasar un rato.

 

–¿A qué hora te desocupas? Me gustaría pasar por ti– Kaiba escuchó risas en el fondo; de seguro ahí estaba toda la pandilla amistad.

 

No lo sé, pero si quieres puedes venir y estar un rato, y ya después nos vamos– Kaiba suspiró sin que su chico lo escuchara; no le encantaba la idea, pero no quería dejarlo solo.

 

–Mmm... si es para estar contigo, ahí estaré– Kaiba podía asegurar que su rubio se había puesto rojo. –Llegaré en un rato más; no vayas a irte antes de que llegue– Kaiba sabía que no lo haría, pero le era difícil no ser protector con él.

 

No te preocupes Seto, aquí te esperamos.

 

–Te amo cachorro– dijo Seto y colgó la llamada; quería apresurarse para ir a sus brazos lo más pronto posible.

 

Un par de horas después, Kaiba manejaba hacia la casa de Yugi Mutou. Estaba bastante cansado, pero el hecho de ir por Joey lo reconfortaba. Había querido desocuparse antes, pero no le fue posible; quería dejar todo listo para su viaje dentro de dos días. Mañana solo quedaba afinar uno que otro detalle, y podría irse sin preocupación alguna.

 

Estaba emocionado por estas vacaciones, y eso era nuevo para él.

 

Siempre había procurado pasar tiempo con Mokuba, no solo en las festividades navideñas, sino cada vez que podía, pero siempre trabajaba a la par; nunca había dejado Kaiba Corp por más de un fin de semana.

 

Claro que se llevaría su laptop y estaría al pendiente de todo en los próximos días, pero su atención estaría en Joey, por lo que era importante dejar el menor trabajo posible.

 

Estacionó el auto afuera de la tienda de los Mutou, donde se podían ver luces encendidas. Tocó el timbre y esperó. A los pocos segundos, Yami abrió con una sonrisa.

 

–Hola Kaiba– el tricolor se hizo a un lado para que el castaño pudiera entrar.

 

–Atemu, vengo a buscar a Joey– el tricolor asintió.

 

–Te está esperando junto con Yugi; pasa– Yami caminó y el CEO lo siguió.

 

–Me pareció escuchar a todos sus amigos cuando hablamos por teléfono– si bien Kaiba no era el mismo insoportable que antes con todos, tampoco le agradaba demasiado la idea de pasar tiempo con ellos; en especial con Tristán, de quien sentía celos.

 

–Estuvieron aquí toda la tarde, pero hace rato Duke tenía que irse, y se llevó a Tristán y Tea. Ofreció llevar a Joey, pero él insistió en que ibas a venir a buscarlo– Yami entró a la cocina seguido de Kaiba. –¿Quieres tomar algo?– ofreció el tricolor, y Seto negó con la cabeza.

 

–Estoy bien, quiero ver a Joey– Yami sirvió un vaso de agua y se lo extendió al castaño.

 

–Están arriba, ahorita vamos con ellos. Primero quiero saber algo– el castaño recibió el vaso y tomó de él, más por cortesía que por ganas.

 

–¿Qué quieres saber?– ambos cruzaron miradas.

 

–¿Cómo va la situación de Joey? Me refiero a lo de la emancipación.

 

–Todo va caminando. Hoy estuvo conmigo mi abogado para comentarme que mañana salen de vacaciones los juzgados, y regresan hasta el 10 de enero. Estamos a la espera de la resolución, pero a mí me da la impresión de que Joey cumplirá su mayoría de edad antes de que esto se resuelva– Kaiba volvió a tomar agua.

 

–Entonces debemos seguir cuidándolo hasta entonces– Kaiba asintió.

 

–Más allá incluso, porque su padre puede atacarlo aunque sea mayor de edad. Estamos tramitando una orden de restricción para que no se le pueda acercar, y quiero hablar con él acerca de ponerle un guardaespaldas para cuando ande en la calle– Yami pareció sorprendido.

 

–¿Será necesario con todo y orden de restricción?

 

–Lo mismo pensé yo, pero mi abogado insiste que sí, porque puede ignorar esa orden y acercársele, y para cuando obtenga ayuda podría ser muy tarde. Aún no he hablado con él acerca de eso, pero lo haré pronto– Yami asintió; se le quedó viendo al castaño, quien le sostuvo la mirada sin titubear.

 

–Parece que estás realmente enamorado de él– Yami sonrió, y Kaiba suavizó su mirada.

 

–Lo estoy– Seto sonrió suavemente. –Y me siento feliz de que ahora soy correspondido– la manera en que dijo esas palabras no le dejaron dudas al tricolor; esos dos estaban juntos y felices, y nada podría opacar eso.

 

–Me da gusto por ti– y era verdad. Atemu sonrió con sinceridad, y Seto asintió como agradecimiento. –Bien, vamos por tu cachorro– el tricolor rio y Kaiba sonrió.

 

Pasaron a la sala en donde Yami pidió a Seto que esperara. Le aseguró que podía sentarse, pero decidió quedarse de pie. Atemu fue a la habitación de Yugi, que estaba en la planta alta, para buscarlo a él y a Joey.

 

Un par de minutos después, Yami, Yugi y Joey entraron a la sala.

 

–Hola Kaiba, bienvenido– saludó Yugi, recibiendo un asentimiento en respuesta.

 

Joey sonrió y se acercó a su novio.

 

–Hola Seto– le sonrió, y Kaiba volteó a verlo.

 

–Hola cachorro– saludó Kaiba, y puso una mano en su barbilla, acercándolo a un beso que los hizo vibrar a ambos. No fue un beso largo, pero cuando se separaron, Joey estaba muy rojo.

 

–Vaya, un poco más y destilan miel por aquí– dijo Yami en un tono burlón pero sin mala intención. Yugi rio con suavidad y Joey se apenó en verdad. Kaiba sonrió con superioridad.

 

–¿Por qué no?– dijo el castaño, y volvió a besar a su chico ante las miradas de «los clones», como solía llamarlos en su mente.

 

–¡Ya deja de hacer eso!– dijo Joey, con el rostro completamente rojo. No es que le molestara que lo besara; al contrario, lo había extrañado. Pero hacerlo frente a sus amigos era otra cosa.

 

Kaiba rio ante eso y le revolvió los cabellos.

 

–¿Listo para irnos?– Joey asintió.

 

–Sí, estoy cansado– Joey estiró todo su cuerpo, liberando tensión. Luego volteó con su mejor amigo. –Muchas gracias por todo Yug, la pasé de maravilla– Yugi abrazó a su amigo y le sonrió.

 

–Ha sido todo un placer; espero que vuelvas pronto– Joey asintió, y Yugi volteó a ver a Kaiba. –Eres bienvenido cuando gustes, Kaiba– el castaño asintió, agradeciendo la invitación.

 

–Los acompaño– dijo Yami, y Yugi asintió.

 

Atemu los guio hasta la puerta, en donde se despidieron afectuosamente. Joey la había pasado muy bien, y se le veía radiante.

 

Cuando llegaron al vehículo del Kaiba, este se acercó a abrir la puerta para Joey; pero antes de eso decidió devorarlo con un intenso y necesitado beso.

 

–Wow, ¿a qué debo eso?– dijo Joey extasiado cuando el beso terminó.

 

–Te extrañé cachorro– Seto sonrió y le abrió la puerta. Desde que vivían juntos, pocas veces se había ido a KC todo el día; siempre procuraba regresar temprano para pasar tiempo con él. Pero como estaba adelantando trabajo para su viaje, se había ido todo el día, resultando en unas ganas enormes de verlo. –Vamos– dijo, y ambos subieron.

 

El camino a casa fue tranquilo; Seto estaba atento al camino pero no dejaba de echarle miradas llenas de amor a su novio.

 

Cuando llegaron al departamento, fueron directos a la habitación. Ambos se alistaron para dormir, y en poco tiempo estaban acostados; Joey estaba acostado del lado, y Seto lo abrazaba por la espalda. Estaban ahí, tranquilos, disfrutando de la presencia del otro.

 

–Cachorro– susurró Seto, sin recibir respuesta alguna. Acababa de recordar el tema del guardaespaldas, y quería hablarlo con él. –Cachorro– volvió a susurrar, pero esta vez se dio cuenta de que la respiración de Joey era tranquila y acompasada; se había quedado dormido.

 

Seto sonrió. Acarició su cabello, embelesado con su chico. Joey era todo lo que había soñado, y mucho más porque era real. Hiro y Atemu lo habían dicho, estaba realmente enamorado de él.

 

Depositó un beso en los rubios cabellos y cerró los ojos, aspirando su aroma.

No había nada mejor para él que compartir con su cachorro.

 

 

Notas finales:

¡Hermoso día!

¡Bonita noche!

 

¡¡Amor para todos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).