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Tío Minho por Ari_123_love

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-Maldición, mi celular murió. Taem, amor, ¿puedo usar tu laptop? Me acaban de enviar unos correos de la oficina para que revisara los datos.

Minho exhaló desde la pequeña cocina en el departamento de Taemin. Taemin se encontraba en el baño, terminando de vestir a Myungdae después de haberle bañado. Y la única razón por la que no estaban los dos ahí metidos, era debido al tamaño de ese baño en particular. Minho había tenido que admitir su derrota y seguir trabajando desde la sala comedor. Además de que estaban compartiendo su día libre en el departamento de Taemin, porque este le había prohibido en lo absoluto que se quedara en casa a vigilar que nadie estuviera intentando entrar de nuevo. Sabía que Taemin lo había dicho porque se encontraba preocupado de que no pudiera quitar la cabeza de ese tema, pero realmente quería volver y vigilar su casa.

-Adelante, la dejé sobre el microondas.

Minho se levantó, mirando con extrañeza por encima de la barra de la cocina hasta encontrar efectivamente aquella computadora portátil sobre el microondas. Taemin si que tomaba decisiones extrañas, pero no se detendría esta vez a preguntarle por qué había cometido la locura de dejar su laptop sobre aquel aparato que emitía ondas electromagnéticas. Simplemente la levantó y se dirigió a la barra para revisar si seguía funcionando.

Mientras descubría que la laptop de hecho aun funcionaba, Taemin salió con Myungdae en brazos, tomando aquel portabebé que habían comprado porque era más anatómico de usar que el bambineto, y colocándolo sobre la barra para Minho pudiera verlo.

-¿No se ve lindo?- Taemin le cuestionó, obligando a Minho a alzar la vista de su cuenta de correo.

-Taemin, ¿lo vestiste de tiburón?

-Bebé tiburón, específicamente. Es tan bonito, quisiera comerlo.- Expresó, dejando su mano a medio camino antes de pellizcarle la mejilla. -Pero no puedo distraerme mucho, tengo que ir a comprar pañales- Se recordó en voz alta, dándose la vuelta para pasar por detrás de Minho hacia el gabinete donde tenía acomodadas sus tazas. -Amor, ¿quieres café? Pondré un poco antes de irme.

-¿Qué es esto?

-Uh, ¿un ofrecimiento de café?- Taemin terminó de bajar las tazas, girándose para mirar el gesto obvio que Minho le estaba dedicando. -¿Qué ocurre?

-Tengo un correo con actualizaciones del investigador que contratamos.- Explicó, exhalando lánguidamente.

-¿Y bien? ¿Qué dice?- Taemin abandonó su tarea, acercándose a ver la pantalla. -No hay registro de su embarazo… Bueno, al menos eso también explica por qué no hemos podido conseguir su acta de nacimiento. Mirae no lo ha registrado, y tampoco llevó asistencia médica.

-¿No te parece extraño? Es muy arriesgado de su parte no haber tenido una consulta; y el hecho de que se haya preocupado lo suficiente como para haber dejado a Myungdae con nosotros, demuestra que le interesa demasiado su bienestar como para arriesgarse de tal modo.- Minho se cruzó de brazos. Cada día que pasaba, la desaparición de su sobrina, la situación tan silenciosa, todo, era simplemente más extraño, y le llevaban a imaginarse cientos de escenarios que le aterraban.

-Definitivamente, lo es.- Taemin asintió, exhalando mientras le daba un ligero apretón a Minho en el brazo. -¿Deseas mandarle estos descubrimientos a la policía?

Minho soltó un sonido de burla hecho con su garganta. A pesar de las buenas intenciones de Taemin, sabía que el detective Ju no recibiría de buena fe la información que acababan de obtener. El hombre probablemente lo tomaría como que se estaban entregando y confesando cualquier crimen que se le antojara imputarles.

-No, no creo que eso sea una buena idea.- Chasqueó las palabras, cansado de no obtener nada de los que deberían estar moviéndose en el caso. -Dejemos que nuestro investigador arme su caso, y ya que él sea quien llame a las autoridades.

-Um, de acuerdo.- Taemin buscó sentarse del otro lado de la barra comedor, quedando de frente a Minho. -Aún así me gustaría que concertáramos una cita con el investigador. Quisiera que nos dijera, desde su experiencia, qué es lo que tenemos que esperar.

Minho suspiró, bajando la tapa de la laptop para ver a su novio. Taemin siempre tenía las ideas correctas. Estiró su mano para alcanzarle y acariciar con sus nudillos la mandíbula de Taemin.

-Te amo, ¿lo sabes? No sé qué estaría haciendo en este momento si no estuvieras aquí para darme un poco de perspectiva.

Taemin rio, inclinándose hacia el tacto de la mano de Minho. Decidió no responder con uno de sus usuales comentarios, sólo lo dejó darle ese afectuoso gesto. Minho en realidad había estado muy abrumado con toda esta situación, aunado a el intento frustrado de robo en su casa. Lo único que necesitaba ahorita era un poco de certeza.

 

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-Señor Choi, señor Lee.-  El investigador salud con un gesto de cabeza al par de hombres que le habían citado en aquel restaurante.

-Detective.- La manera emocionada en que Taemin decía la palabra detective hacía que Minho casi olvidará la razón por la que estaban ahí. Le era fácil congraciarse con la emoción infantil de Taemin de estar hablando con un investigador privado, como si de una película se tratara. Ojalá sólo se tratara de una película.

-Agradecemos mucho que haya accedido a reunirse con nosotros tan rápido Lim.- Minho rápidamente recobró el punto por el que se habían reunido. -Nos acaba de mandar sus hallazgos, así que no esperamos que tenga algo nuevo.- Suspiró, torciendo la boca en una mueca.

-Lo entiendo por completo, señor Choi.- Aquel hombre aseguró. -Es la naturaleza de mi trabajo traer y explicar las noticias a mis clientes. Además, me temo que he de informarles que sí encontré un poco más de su sobrina en estos días.

Minho y Taemin se miraron, sorprendidos de saber que había más noticias. Y de la manera en que ese <me temo> había sido agregado en la oración. Era un poco exasperante que toda esta información la estuvieran obteniendo por medio privado, porque la policía no estaba haciendo su trabajo. Taemin se apresuró a tomar la mano de Minho bajo la mesa, dándole un sutil apretón buscando ser reconfortante.

-¿Está…

-Su sobrina está viva, pero aún no puedo asegurar su estado.- Sacó del bolso que llevaba consigo una carpeta, en donde guardaba en formas impresas toda la información que había recolectado. Por supuesto, era para entregárselo a Minho. -Tuve acceso a información de esferas más altas que su pequeña comisaría. Su sobrina, señor Choi, tenía una alerta de búsqueda para interrogación antes de que usted la reportará como perdida.

Minho dejó de hojear los papeles en el expediente, subiendo la mirada hacia el investigador.

-¿Está en problemas?- Se obligó a no titubear, guardando la preocupación que sentía al fondo de su garganta. ¿En qué momento su sobrina había quedado tan desprotegida como para meterse en problemas?

Se sentía culpable, y responsable. No había pensado en ella en casi dos décadas, y era obvio que Mirae le había necesitado en ese tiempo.

-¿La policía podría estar evadiendo nuestro caso por esto?- Taemin preguntó, tomando la carpeta del regazo de Minho para también revisar los papeles.

El investigador negó con la cabeza, aclarándose la garganta un segundo.

-No creo que se trate de algo más que la incompetencia usual de nuestro sistema, porqué están llevando tan mal su búsqueda.- Explicó a la pregunta de Taemin. -Creo que ni siquiera la policía de su comisaría saben de esta orden de búsqueda.- Apuntó al documento emitido por el otro escuadrón. -Es una búsqueda por interrogación, señor Choi. El caso aún no lo logro desbloquear, parece estar bien protegido. Pero sí le puedo dejar claro que, bien podrían querer eliminarla como persona de interés, o es un testigo potencial. Y en ambos casos, creo pertinente, ir con cuidado. Su sobrina podría estar envuelta en algo peligroso.

Minho contuvo la respiración, sabiendo que estaba atado de manos con esa información. Podrían ser miles de escenarios, pero nada era certero. Sólo le quedaba esperar a que el investigador siguiera haciendo su trabajo, y desear que pronto pudiera hacer algo un poco más activo por ayudar a su sobrina a volver con su hijo.

 

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Taemin deslizó la pañalera fuera de su hombro, dejando también el portabebé sobre la mesa. Había ocurrido uno de esos accidentes en donde todo estaba manchado, y ni siquiera quería pensar en que tendría que poner todo a lavar. Además, si Minho se enteraba que estaba en su casa, solo con Myungdae, probablemente desarrollaría algún problema cardiaco. Minho aún no podía superar el intento de robo a su casa, así que por todos los medios evitaba que tanto Taemin como Myungdae estuvieran en la casa sin él.

Pero Taemin necesitaba varias mudas de ropa limpias de Myungdae, cambiar el colchón de portabebé, bañarlo, cambiar la pañalera, y probablemente él mismo también necesitaba cambiarse de ropa. Exhaló, cansándose con la idea de todo lo que necesitaba limpiar. Pero había sido un accidente, y estos pasaban en los momentos menos previstos.

-Ven amorcito.- Le sonrió al bebé, sacándolo de su asiento para poder empezar a quitarle la ropa y el pañal. -Hoy tu pancita te dio muchos problemas, ¿verdad? Espero que ya no te duela.- Arrulló, con voz media. Myungdae ya estaba tranquilo, después de haber estado llorando toda la mañana. -Como quiera, iremos al doctor jovencito. Después de que te bañe, y ponga todo a lavar.

Taemin fue diligente, tras bañar a su sobrino y vestirlo, le dejó en la cama, arreglando un par de almohadas alrededor para que no se rodara de más, en lo que él terminaba de limpiar el resto de las cosas que se habían ensuciado. La ropa sucia la sacó de la pañalera, botándola de inmediato en la lavadora. También dejó la colchoneta del portabebé, y de paso tiró la camisa que había estado usando. Tomaría alguna de las que había dejado en el closet de Minho algún tiempo atrás, nunca pensó que en realidad las usaría para algo más que haber pasado la noche con él. Vaya sorpresa que le había dado la vida. Pero era una sorpresa agradable, después de todo.

Encendió la lavadora, se terminó de vestir y empezó a rearmar la pañalera que usaría en el día. Ropa, leche en polvo, biberones, un juguete para que Myungdae mordiera durante el día. Parecía estar lista. Lo siguiente que necesitaba era colocar una colcha nueva en el portabebé, porque no podía salir de casa sin él. Usaría el de su bambineto en lo que el otro terminaba de lavarse y sacarse.

-Bien DaeDae, parece que ya logramos arreglar todo. Ahora, tu cita con el médico.- Soltó en resuello, tomando al niño de la cama y acomodándolo en el portabebé. -Si te sientes mal de nuevo, ¿me lo dirás cierto?- Le preguntó, riendo ante el puchero inconforme que el niño hizo por estar sentado de nuevo en el portabebé. -Vamos, sé que te sientes mal. Pero no puedo cargarte mientras estoy manejando. Cuando llegue tío Minho te prometo que él va a cargarte de regreso todo el camino.- Le aseguró, mientras se colgaba la pañalera sobre el hombro y recogía el portabebé para poder salir de casa y dirigirse al hospital.

Sólo iba a ser un chequeo, Myungdae se había estado sintiendo mal ya por un rato, así que la tarde pasada Minho había puesto una cita con el pediatra. Taemin llevaría a Myungdae, y ahí se encontrarían con Minho. Ese había sido el plan.

Una examinación más tarde, el diagnóstico había sido un caso más de rotavirus. Lo único que el pediatra les recomendó era mantener a Myungdae bien hidratado en lo que el ciclo del virus terminaba. No era otra cosa más que darle su biberón un poco más seguido.

Y como Taemin lo prometió, de regreso a casa, Minho sostuvo en brazos a Myungdae todo el trayecto. El niño realmente encontraba consuelo a su malestar en los arrullos que Minho le daba constantemente. Aunque fuera sólo un poco. Lo suficiente como para poder quedarse dormido en brazos del adulto.

Así fue como regresaron a la casa. Taemin se estacionó frente a la puerta, ayudando a abrir la puerta de atrás para que Minho no tuviera que maniobrar mucho y poder bajarse sin despertar a Myungdae. Tomó el portabebé y la pañalera también, asegurándose de no dejar nada. Parecía que esa pequeña incursión al pediatra estaba colocando todo en la rutina que habían tenido previamente.

Sólo debía desbloquear la puerta. Taemin tenía las llaves en la mano. Algo tan sencillo como introducir la llave hasta que hiciera click y cedieran los resortes. La puerta abrió, mientras el suelo de Taemin se movía. Si no hubiese sido porque Minho notó que Taemin iba a caer y logró liberar una de sus manos para sostenerle por la cadera.

-¡Taemin!- Iba preguntarle qué había ocurrido, cuando alzó la mirada y lo vio. -Mierda, no.

Habían entrado a la casa, y todo estaba revuelto. Justo como lo había pensando, aquel intento de allanamiento no se había quedado en intento. Alguien había querido entrar en ese momento, y lo habían logrado en un segundo intento.

-Min, Minho.- Taemin lloriqueó, tratando de hablar aunque su voz se cortó. -Estuve aquí hace una hora, dos horas. La casa…La casa no estaba así.- Se escuchaba falto de aliento, y sabía que si Minho le dejaba de sostener se caería.

¿Taemin había estado en la casa? Minho pudo escuchar alarmas timbrar en sus oídos muy alto, mientras una bola amarga se asentaba en su estómago. Se obligó a tomar una respiración por los dos, evitando decir su molestia a lo único que le había pedido y Taemin no había acatado. Pero Taemin no se veía para nada bien como para recibir un sermón en este momento. Luego pensaría en la idea de su novio y su sobrino estando en la casa, cuando posiblemente ya había alguien afuera vigilando el lugar. Tenía que mantenerse sereno por ahora.

-Ven, necesitas sentarte.- Le ayudó a llegar hasta los escalones del pórtico y sentarlo ahí. -Sostén a DaeDae. Tengo que revisar, ya vuelvo.

-¡No! Minho, no puedes entrar.

El terror en la voz de Taemin y su mirada casi hizo que Minho se detuviera de entrar a la casa. Pero tenía que asegurarse que quién sea que haya entrado ya no estuviera ahí. Sólo le dio un beso, buscando consolarle un poco.

-Sólo iré a revisar. Llama a la policía mientras tanto. Estaré bien.- Le aseguró.

La casa estaba hecha un desastre, con todo revuelto y algunas cosas más que rotas. No había habitación que hubiese escapado de lo que sea que habían estado buscando e intentando robar. Incluso el sesto de ropa sucia había sido vaciado.

Minho volvió a recordarse que debía respirar con regularidad, en vez de dejar que su enojo le hiciera sostener el aliento. Algo estaba completamente mal, y no entendía por qué habían elegido como blanco su casa, pero más le valía a la policía que esta vez hicieran su trabajo.

<<No es como que tengamos algo exageradamente valioso en casa, no tenemos nada diferente a los demás aquí.>> Recordó las palabras que Taemin le dijo en el primer intento de robo. Realmente no tenían algo que se considerara lo suficiente valioso como para intentar dos veces robarles.

Escuchar un auto estacionarse afuera de su casa, le hizo salir. Era una patrulla, de la cual bajaron dos oficiales y se acercaron a Taemin. Minho se apresuró a llegar a su lado, escuchando la explicación que Taemin estaba dando.

-Llegamos y estaba todo así.- Parecía estar un poco más calmado, pero algo en la voz de Taemin sonaba aún como si estuviera temblando. -Yo estuve aquí hace dos horas, necesitaba cambiar al niño, y lavar ropa. La ropa sigue en la lavadora… Estuve un rato aquí. No sé cómo no los vi.

-Señor, lo mejor es que no los haya visto.- Uno de los oficiales le tranquilizó. -Revisaremos la casa y el perímetro.- Entonces hizo una seña hacia su compañero y se dispusieron a revisar el lugar.

Minho exhaló, sintiéndose al fin un poco más calmado de su furia como para poder decirle algo a Taemin. Sólo le tomó un segundo de verle para saber que lo primero que tenía que hacerle era envolverle entre sus brazos y consolarle.

-Lo siento mucho Min.- Taemin susurró, escondiendo su rostro en el hombro de Minho. Myungdae se encontraba atrapado entre ambos hombres, sin realmente comprender por qué el emparedamiento.

-Está bien amor.- Le consoló. -No les pasó nada, que es lo que más me importa.

-Realmente creí que estaría bien.- Fue más bien un lloriqueo que se ahogó en la garganta de Taemin. -Que así podríamos empezar a recuperar la rutina. No pensé…Min, perdóname.

Le volvió a abrazar, consolándole mientras le aseguraba que estaba bien y que su molestia ya había pasado, perdonarlo era sencillo. Minho jamás se había imaginado lo doloroso que sería el escuchar miedo en la voz de Taemin. No era un escenario que por algún motivo hubiese pensado.

El par de agentes terminaron de revisar el lugar, regresando al frente de la casa donde se encontraban.

-Parece que está despejado.- Afirmó uno de ellos. -Sólo quisiéramos tomar su testimonio para levantar el reporte.

Taemin asintió, apresurándose a hablar con uno de los agentes, mientras el otro entrevistaba a Minho. Odiaba lo familiar que se estaba sintiendo el conversar con policías. Así que mientras explicaba que este sería el segundo reporte, se preguntaba si en algún momento todo volvería ser como antes que lo que más le preocupaba en su vida era saber si llegaría a tiempo a trabajar.

Apenas terminaron de dar sus testimonios, cuando otro auto se detuvo a lado de la patrulla. No tenía los colores, pero se notaba que también era un auto policiaco. Un hombre no muy mayor bajó, haciéndoles una señal a los agentes.

-Detective Kwak Yeonsul. Me haré cargo de esto agentes, pueden retirarse.- Despachó al par de policías que habían atendido a la llamada, acercándose a Minho y Taemin. -Señores.

-¿Qué significa esto?- Minho frunció el ceño, preocupándose que un detective hubiese atendido a un llamado por allanamiento.

-Caballeros, tenemos que hablar. Es sobre su sobrina, señor Choi.


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