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La razón por la que encontré la felicidad por Nasky

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Notas del capitulo:

Lo sé, lo sé, no es día de subir cap

"¬¬ que dices, ¿estuviste más de un mes fuera y vienes con eso?"

Shhhh, no arruines el momento ¬¬, Cof cof, como decía, no es día, pero como... bueno... no había subido cap, lo traigo acabado de terminar ^^

Espero les guste, bonito resto de semana santa, saludos ^^

"Saludos ni que nada ¬¬ ve trabajando en el siguente para que no dejes la historia a medias ¬¬"

Haré lo que pueda, también tengo interés en terminar la historia ¬¬

" ¬¬ ¿Terminar? si la historia de su amor apenas empieza"

¬¬ no ayudes

 Miranda

 

Bueno, quedamos en una cena, aunque pasaré por ella más temprano, dijo que no quería ir a un lugar elegante.

-          ¿Por qué tanto suspiro? – subo la vista y ahí tengo a Lore

-          ¿Qué haces aquí? ¿Qué no tienes trabajo o algo así? – me ve horrible

-          Es un lugar libre, se llama cooperativa- se sienta frente a mi- te ayudaré con tus pesares ¿en qué puedo ayudar a esta pequeña? – la veo, me irrita, pero a ella le causa gracia

-          Vete a tu empresa- la corro

-          Vine a tratar cosas con la universidad de mi empresa- pone actitud presuntuosa

-          ¿Corrieron a tus amigos? – le pregunto y se ríe

-          No, por un pelo, terminé salvándoles el pellejo, pero ya están advertidos que conmigo no se puede- se ríe- ¿Qué te acongoja?

-          No sé a dónde llevar a Isa- suspiro

-          El amor- recita y comienza a comer- ¿te consigo una reservación? -niego con la cabeza

-          La idea es cenar en un lugar “normal”, ir a su casa a ver una película

-          Ah, porno- me interrumpe y yo casi le pego porque los que pasaban se nos quedaron viendo

-          ¿Eres estúpida? – la mato con la mirada y sonríe- arg, olvido que sí- me tallo la cara con la mano- no, imbécil, en todo caso la película le toca a ella

-          Sabes Miranda, siempre te has complicado la existencia cuando se trata de citas, ¿te acuerdas de aquella vez con la güerita buenota? – hace la seña del cuerpo y los senos- que quisiste llevarla al pico de la rueda de la fortuna y ella tenía acrofobia o la Araceli que…- la detengo con la mano

-          No invoques a gente- suspiro, la última vez que la vi no fue nada cómodo

-          Nada más porque de ella era la foto que te sacaron, esa que vieron tus papás, aunque aún es sospechoso que haya llegado a ellos- suspiro, olvidé contarle esa parte

-          Su “mejor amiga” se la mandó a mis papás- resoplo y frunce el ceño

-          Ah, la que se moría por ella- se queda pensando y luego se bota de la risa- ahora que recuerdo se fue con ella ¿verdad? – me irrita y le doy un zape- auch

-          Con estas amigas…

-          Ay que, ahora tienes a una verdadera mujer que es millones de veces mejor que todas tus ex – se ve las uñas- llévala por unos taquitos, te acuerdas de aquellos- la idiota ya está babeando mientras mira al infinito- del puesto cucho

-          ¡No la voy a llevar a un puesto cucho! – rezongo, aunque debo decir que ¡si eran unos tacos buenísimos!

-          Ah, ¿no te dije? – se limpia la boca- están en el mismo lugar, pero ahora con un negocio legal y toda la presentación- suspira- el lugar es muy decente y la comida sigue rebuena como yo

-          De ti…- me río- de los tacos si puedo decir que eran rebuenos- me ve feo

-          Como sea, es una buena opción, el lugar no está mal, la comida es mejor y está cerca para dar la vuelta y por si se antoja algo más- me guiña el ojo- si se desvían bastante pues llegan a un hotel- la zapeo- ¡acabarás con mis neuronas! – se queja

-          ¿Tienes? – ahora bromeo yo

-          Todavía que te hago el favor- refunfuña

-          El favor puedo asegurar que nunca me lo has hecho- reímos

-          Y ni te lo haré- hace caras de asco- como sea, ¿Qué te dijeron del viaje? – asiento

-          Solo queda ver con el doctor si no hay problema- sonríe

-          Excelente- se ufana

-          ¿Solo viniste por eso verdad? – acrecienta su sonrisa

-          Vine con mi amiga del alma- pone cara de “santa”

-          Que te lo crea tu abuela- repelo con una sonrisa

-          Mi abuelita siempre me creía porque siempre digo verdades…

-          A medias- musito y reímos.

 

Literal solo vino a comer y se fue… de hecho fue hacia las oficinas… que raro, diría que se la está salando, pero la conozco bien, cuando trabaja si lo hace y lo hace bien, es una mente bastante brillante, lástima que a pesar de que las dos somos botánicas no estemos interesadas en lo mismo.

-          ¿Qué debería de usar? – me pregunto viendo la ropa que tengo a disposición

-          Yo te recomiendo una falda o un vestido- brinco del susto y volteo

-          ¿Cómo carajos llegaste aquí? – mi corazoncito late rapidísimo

-          Con mucho esfuerzo- refunfuña

-          No quiere nada elegante- asiente

-          Si, a Isa le gustan esos detalles, pero le encantan más las cosas sencillas- me ve de arriba abajo- como tu comprenderás- entrecierro los ojos viéndola y voy por ella, siento que está a nada de desplomarse

-          Solo porque estás cucha no te aviento por ahí y te dejo estar aquí- la siento en mi cama y regreso mi vista al closet

-          Decía que le gustan cosas sencillas pero especiales- y sin que me vea saco una media sonrisa- esa blusa blanca y la falda azul- me dice

-          ¿Cómo sabías que no iba a regresar o más flaca o más gorda? – tomo la topa que me dice y saco unas cuantas más que pueden funcionar

-          Supongo que- frunce los hombros- me arriesgué- sonríe- instinto supongo

-          Mmm- me visto con lo que escogí primero

-          Miranda, a veces tienes feos gustos- hace gestos

-          De gustos ni hablamos- la fulmino con la mirada

-          Los míos son los mejores- presume y rodeo los ojos

-          Si si, como sea- me pruebo lo que me dijo y debo decir que me queda bien, bastante bien- que guapa soy

-          Si, si, ven para que te peine- la veo con miedo- no peino mal, así que ni empieces

-          Bueno- debo decir que desde que ella está aquí Eli va bien peinada a la escuela ¡y se ve tan linda!

Creo que me veo muy guapa, espero le guste a Isa, veo la hora

-          Me voy ya- sonrío, estoy nerviosa, ni entiendo por qué, pero lo estoy, bueno, es que es ella y ella siempre es muy linda y sus labios… mmmm, que ricos labios

-          Despierta- Diana me truena los dedos en la cara

-          Te he dicho que eso es muy molesto- la regaño

-          Pero tú no me hacías caso- refunfuña

-          Perdón- musito

-          Vas muy bella, todo estará bien, así que diviértete mucho- me estira los brazos y la abrazo

-          Ustedes pórtense bien y no les den mucha lata- nos reímos- si necesitan algo avísenme, dudo mucho que a Isa le moleste que vengamos- me detiene con la mano

-          Es su cita, estaremos bien y nada nos va a pasar ni las vamos a necesitar- se ríe- ahora llévame a mi cuarto, gasté toda mi energía en venir y peinarte- reímos y la ayudo a llegar a su cuarto, aunque afuera de mi cuarto vi la andadera

Susana ya estaba en la casa, supongo que también le ayudó a llegar a mi cuarto, luego llegaron las demás, así que me voy más tranquila.

Isa me dijo que pasara por ella a las 7 y ya son, estoy a nada de tocar el timbre.

-          Hola- abre antes de que toque

-          Hola- mi sonrisa crece al verla y escucharla- que guapa estás- trae un vestido sencillo otoñal naranja oscuro ¿o es café naranjoso?

-          Tú también- me ve de arriba abajo y a mí me causa cositas

-          Solo deja tomo mi bolsa, pasa- se da la media vuelta y entra mientras la sigo, la veo tomar su bolso, se ve tan bella, se acerca a mí y me besa

-          De verdad te ves muy bella- me vuelve a besar y me dejo hacer

-          No tanto como tu- suspiro en sus labios, siento mi pansa vibrar y sonreímos

-          Vamos o terminas comiéndome a mi- me dice entre risitas, la verdad es que, si tengo ganas de comérmela, pero… bueno, si tengo hambre

-          Eso después- le digo en lo que salimos de su casa y la veo sonrojarse

Subimos al carro de mi cuñado… ahora que lo pienso ¡¿Por qué no me he comprado mi carro y así dejo este que no me gusta?!, bueno, como sea, subimos al carro y nos pongo en marcha

-          Tal como querías, al lugar al que vamos a ir no es elegante- le veo de reojo y veo que tengo su atención en mi

-          Ah ¿sí? – trato de no quedarme embobada ya que voy manejando

-          Era un lugar al que iba, es bueno- sonrío

-          Si es como el que fuimos la otra vez, no lo dudo- hace media sonrisa

-          Es mejor en el sabor, espero siga así, aunque antes digamos que no se veía muy bueno, era más un puesto callejero, pero Lore me dijo que ahora tienen su local y que está bastante bien- se ríe- espero que así sea, sino, cambiamos de lugar- niega con la cabeza

-          Aunque siga siendo un puesto nos quedamos, tengo curiosidad- acepto debido a su tono juguetón, es ese como el que hace cuando va a hacer alguna travesura con Eli

-          Bien, mínimo la comida es buena hasta donde yo me quedé- siento su mano en mi rodilla

-          Tendremos que ir a los lugares en lo que comías antes para comprobarlos- su sonrisa se extiende y a mí me pone nerviosa y me río como babosa

-          Claro- con eso le doy el gane porque el tono era de ¡nervios total!

Creo que las manos me sudan, esas son de las cosas que me chocan, aunque tenía tanto de que no me pasara, nunca creí que Isa me pusiera nerviosa con un simple comentario y una sonrisa que me quita el aliento ¿Cuándo fue que me empezó a gustar tanto? Simplemente no lo sé, pero ahora no puedo negar que estoy enamorada de ella, tal vez fue de solo verla cuidar a Eli, ser tan entregada a ella y bueno… que poco a poco convivimos más. A pesar de estar nerviosa estoy muy feliz, es una bomba de emociones las que tengo ahorita.

-          ¿Qué tal el trabajo? – decido seguir la plática, me ve y sonríe traviesamente en lo que veo como se muerde el labio

-          Bien, tuve que atender a un perrito que llevaron, tenía muchas infecciones en la piel- pone cara triste

-          ¿Su dueño no lo cuidaba? – sonríe

-          Fue un hombre que lo vio en la calle, se veía muy preocupado, lo empezamos a atender, la verdad es que no sé qué tanto efecto le hagan los medicamentos, pero tengo fe- pone cara de esperanza y eso me gusta

-          Yo creo que con tus cuidados estará muy bien- sonríe

-          Eso espero- suspira, veo la calle y aunque ha cambiado bastante, sé en dónde estoy, me fijo y veo donde estacionar el carro

-          Ya verás que sí, estacionaremos aquí y caminaremos un poco ¿importa? – le pregunto viéndola de reojo y atenta para que no me ganen el lugar

-          Por mi está perfecto- la escucho

-          ¿El hombre que llevó al perro se hará cargo de él? – le pregunto para no perder tema de conversación

-          Dijo que se haría cargo de todos los gastos, pero aún no sabe si se quedará con el perrito- la escucho suspirar y termino de estacionar el carro

-          Mmmm, bueno, ya se verá, por ahora lo más importante es que se mejore- tomo su mano y le sonrío - ¿no crees? – su sonrisa se extiende y asiente- bajemos

-          Si, es lo importante- me sigue, tomo su mano- ¿es muy lejos? – se pone a ver la colonia

-          No, en la esquina estaba el puesto, según Lore es ahí mismo, pero ya como local- le señalo, me detiene, hace que la vea a la cara

-          ¿Por qué estás nerviosa? – me pregunta con una sonrisa y mirada pícara

-          No, no estoy nerviosa- frunzo el ceño y ruego que no me lea, su sonrisa se agranda y niega con la cabeza, da un paso hacía mi quedando muy cerca y en susurro me dice

-          A mí me parece que si- deja un suave beso en mis labios que me arrebata un suspiro y me quita los nervios, carraspeo

-          Si te acercas así, si me voy a poner nerviosa- miento, le sonrío y dejo un beso en sus labios para seguir caminando de su mano.

Llegamos al local, debo decir que estoy totalmente asombrada, ¡está excelente! De verdad que le han invertido, las mesas son de madera y están bonitas; las paredes blancas, una buena iluminación, es sencillo, pero muy bonito y tienen plantas. Me quedo ensimismada hasta que escucho un cristal romperse y giro a ver de donde proviene el ruido.

-          Creo que llegamos muy temprano- me susurra Isa sin soltarme la mano

-          Muchacha- escucho al señor que tiene las manos estiradas y en el suelo unos platos rotos, es un señor grande, viejito, delgado que si lo ves no darías ni un quinto por que tenga fuerza- eres tú muchacha- da unos pasos torpes para acercarse hacia mi

-          Papá, calma, lo siento mucho- una mujer trata de detenerlo en lo que se disculpa con nosotros, pero él la quita. Llega a mí y toca mi mejilla

-          De verdad es usted muchacha- me sonríe y de reflejo se la regreso

-          Ahora ya debe de ser rico por tener un local tan bonito como este- le digo con mi sonrisa, palmea mi mejilla y sonríe

-          Ah, veo que el destierro no te cambió- bromea con voz suave- mira ven, mis plantas tienen algo que no están tan bonitas- me jala a ver las plantas

-          Mmm, ya veo- asiento al verlas de cerca

-          Les cambié la tierra, mi mujer le echó su santa mano y ni así- me río

-          Miguel ¿Qué pasa? – sale una mujer rellenita y grande, al vernos sonríe y niega con la cabeza- ah, Rosita, levanta eso, los clientes no han de tardar en llegar- regaña a la muchacha

-          Ellas son clientas, se iban a sentar- se queja la joven

-          Pues… dudo que tu papá la deje hasta que no le solucione lo de mis plantas- se ríe y la veo ir a donde mi novia se quedó

-          Creo que puedo venir a dejarle lo que necesitan las plantas para que se pongan bien bonitas- le comento al Señor

-          Qué bueno, porque hasta las cambiamos de lugar ni nada- refunfuña entre sonrisas

-          Pues si hay que cambiarlas, a esta especie le va a gustar más ese lugar que no le da tanta luz, a esa de allá- comienzo a decirle en lo que él saca una libretita y empieza a anotar

-          Gracias muchacha, entonces te espero pronto para que las plantas de mi Rosita no mueran- en su voz tranquila resuena la alegría

-          Claro que si- ve mis manos y sonríe

-          Ve a lavarte esas manos, esas no son pa comer- me dice con cara severa y entrecierro los ojos, luego sonríe- ¡mujer! – llama a su esposa que estaba con mi novia- hay que darles el especial, está muy delgada, seguro que en donde estaba no la alimentaban bien- refunfuña y la señora se ríe

-          Viejo, ella es delgada y su novia también- dice a carcajada suelta

-          Que va- se queja el hombre- seguro que como solo cuida plantas era todo lo que comía, le falta CARNE, esa cosa que dicen de proteína, hasta pálida está- me ve- ¿Qué no andabas en el campo? ¿Qué era un campo sin sol? – y ahora escucho la risa de Isa

-          He estado en el laboratorio- refunfuño

-          Ah, con razón, seguro te enclaustras ahí como siempre y se te olvida que, así como a las plantas, también los humanos necesitamos de sol- ahora me regaña la señora- niña, debes de sacarla de esa cueva en la que se mete, una vez vino y ya estaba como fantasmín- la señora comienza a contarle la historia en lo que el señor me manda (a empujones) a lavarme las manos

Ya que me lavé las manos voy y me siento en la mesa que nos dieron (sentaron a Isa ahí), Isa me ve divertida

-          Creo que ya sé con quien ir si quiero saber algo de ti- me dice divertida

-          Mmmm- refunfuño sería y luego me río- podrías preguntarme directamente mejor- le guiño el ojo- bueno, ahora hay que pedir el menú- veo alrededor para pedir el menú

-          El Señor dijo que nos iba a traer el especial- me detiene, parpadeo

-          ¿No fue broma? -ella niega con la cabeza y con la mirada me señala que ya están preparando todo

-          Este hombre- pongo mi mano derecha en mi frente- perdona, él normalmente es más calmado- sonríe- no sé qué le pasó hoy- y me doy cuenta de que la abandoné en cuanto llegamos al lugar, bueno técnicamente fue un secuestro- de verdad perdón- siento el sonrojo en mi cara- te dejé así en lo que él me jalaba- se ríe

-          Fue divertido, fue como ver a un abuelo llevar a su hijo a que vea lo que le gusta- toma mi mano- algo muy tierno, por cierto- suspira, sus ojos me llaman, aunque aún siento la cara arder

-          De verdad disculpa, me dejé llevar- se me queda viendo

 

 

Isabella

 

-          ¿Cuánto tiempo tenías de no venir? – le pregunto

-          Lore me trajo la noche antes de partir- me responde

-          Con razón estaba tan emocionado- fue una escena que al principio me asustó, pero cuando vi con que dulzura el señor ponía la palma de su mano en la mejilla de Miranda fue demasiado tierno, la forma en que le hablaba y le pedía consejo, todo demasiado bello como para molestarme por dejarme a la deriva- pero deberé que tener cuidado cuando regresemos, si no, te arrebatan de mis manos- bromeo, ella toma mis manos

-          No creo que alguien pueda sacarme de tus manos- las lleva a su boca y las besa, dejándome con la boca abierta y un sonrojo asomándose en mis mejillas- es en donde yo quiero estar- mi corazón late con tanta fuerza que siento que se va a salir.

-          Les traigo las bebidas especiales que mi papá les recomienda- la muchacha nos interrumpe con un carraspeo y una risita- la comida no tarda en llegar, espero les guste- y se va divertida, Miranda la ve fijamente

-          No puede ser- susurra y me le quedo viendo- ¿Cómo dijeron que se llamaba? – me pregunta cuchicheando, así como la Sra Diana

-          Rosa- se ríe y me le quedo viendo

-          Era la mocosita que iba y venía- sigue riendo

-          Pero dijo que era su papá- ella asiente

-          Si, el Sr Miguel dice que fue la colada, creo que el hermano que le sigue le lleva como diez años- sigue entre risas

-          Oh- eso explica, veo a la joven- pensé que te gustó- se pone sería

-          No, a mí la única que me gusta eres tú- responde firme y haciéndome sonrojar

-          Es- carraspeo – es bueno saberlo- tomo de la bebida

-          Ah, pero si no le pusimos tanto alcohol como para que se le subiera jovencita- me dice la Sra con una sonrisa- les traigo sus platillos- deja un plato grande lleno de- es bistec, chorizo, adobada, tripa, suadero… - comienza a enunciar- les dejo sus tortillitas, salsas, limones, servilletas, si les falta algo o quieren más me avisan- nos guiña el ojo y se va

-          Con razón es el especial- digo al ver la cantidad de comida

-          Y lo bueno es que nos sirvieron uno para las dos- Miranda comenta asombrada- pero tienes que probarlo- inhala y la imito, definitivamente el olor es delicioso

-          Luego traemos a Eli y a la Sra Diana- se ríe

-          Diana será feliz- asiente, recalca el nombre de su hermana, aún me cuesta solo decirle por su nombre ¡fue mucho tiempo diciéndole Sra!

La cena… fue una cosa exquisita, hace mucho que no comía unos tacos tan buenos como estos.

-          Creo que estoy muy llena- digo sobándome la panza

-          Te entiendo, caminemos un rato para bajar la comida- me dice y acepto- deja pido la cuenta- hace la seña y el señor se acerca- ¿Cuánto le debo? -se queda pensando el señor

-          ¿De qué? – las dos lo vemos

-          ¿Cómo que de qué? De la comida- le responde

-          ¿Cuál comida? Si apenas probaron- el señor frunce el ceño y Miranda lo imita- por eso están tan flacas, deberían de venir más seguido para alimentarse como debe de ser- su esposa llega entre risas (bastante fuertes)

-          Migue, solo diles que esta vez fue por la casa- la señora nos deja unos dulces de menta- espero regresen pronto y no solo por arreglar mis hermosas plantas- Miranda los ve y sonríe

-          Bien, sólo por esta ocasión – se pone de pie y la imito- fue un gusto volver a verles y comer su deliciosa comida- agradece

-          Lo mismo para ti muchacha- ahora la señora le toca la mejilla, y luego me ve- cuídala mucho, es un tesoro enorme

-          Realmente lo es- los dos sonríen

-          Si, la vi y dije: esta muchacha se ve buena para mi muchacha- comenta el señor al verme y la señora se ríe

-          Ya lo creo- responde la señora en lo que Miranda me toma de la mano- bueno, ahora sigan con su cita- nos guiña el ojo

Se despiden de nosotros y caminamos hacia una plaza que está cerca; una parte de mi se alegra mucho porque Miranda tuvo personas buenas cerca de ella cuando ya no tenía contacto con su familia, la otra tiene demasiadas preguntas, pero… aun no creo que sea tiempo de hacerlas, tal vez, nunca tenga que hacerlas y Miranda sola me lo cuente algún día.

-          Demasiado consentida- le digo en lo que caminamos

-          Ellos nos agarraron cariño a Lore y a mí, son buenas personas- me ve a los ojos- y te dieron el visto bueno- sonríe

-          Eso es bueno- se ríe, la verdad es que no me importa si me dan el visto bueno o no, bueno, solo Eli

-          Lo más bueno es que a mí me encantas- me suelta el comentario con una sonrisa tan sinvergüenza como la de su hermana y su sobrina, pero debo decir que tiene un toque, un toque juguetón único en sus ojos- me encantas tanto- pone su frente a la mía- ¿A dónde más quieres ir? – sonrío y veo la hora

-          Vamos a ver la película- le propongo

-          ¿Algo que comprar? – me lleva en dirección al carro

-          No, nada, ya tengo todo listo – se me queda viendo

-          Ya que la cena nos salió gratis, eso lo podemos dividir- me río

-          No salió gratis, vas a ir a ayudarles con sus plantas y conociéndote no les vas a cobrar- se sonroja

-          Bueno, entonces película en tu casa- aprieta mi mano con dulzura

-          Si – me río

Llegamos a la casa, ella saca una maletita de la cajuela y mi sucia mente piensa que no la necesitará, pero la verdad es que estamos muy tranquilas, igual no pasa nada, esa vez teníamos mucho alcohol en nuestro sistema por la fiesta de mis amigas, aparte, también había mucho estrés en esa época.

Entramos a la casa y me descalzo, se me queda viendo y sonríe

-          ¿Pones los zapatos en la entrada? – pregunta, sonrío

-          Normalmente- me río, luego se me olvida y mis zapatos andan por toda la casa, pero eso no se lo voy a decir

-          Normalmente- susurra con una sonrisa, la veo descalzarse

-          Ya tengo todo listo- le señalo el sillón- voy por el vino- camino a la cocina y la veo seguirme- aquí están los vasos- le señalo- el agua por si te da sed y en el refri puedes tomar lo que gustes- le ofrezco

-          Gracias – ve las cosas- ¿te ayudo con algo? – le paso las frituras y las carnes frías en lo que tomo la botella de vino y de salsa

-          Vamos

Nos acomodamos en el sillón pongo la película, espero que le guste “Yo antes de ti”; sirvo el vino

-          Gracias- me dice al recibir su copa

-          De nada- me acerco a dejar un beso en sus labios y veo su sonrisa

Pasa el tiempo y sale la escena en donde el novio le regala el dije

-          Que pendejo- musita Miranda con su sonrisita que hace cuando está peleando con la Sra Susana

-          Oh, solo quería que siempre lo tuviera en su mente porque solo puede pensar en el mismo- le digo, se me queda viendo, se ríe a carcajada y me besa

-          Me agrada tu sentido del humor- me vuelve a besar

-          A mi el tuyo- la beso y seguimos viendo la película después de que se me escape un suspiro

 

-          Que difícil que un hombre que no se puede mover- comienza Miranda a decir y la veo atenta- y tu siendo tan narcisista te baje a tu mujer- se ataca de la risa

-          Eres terrible- le pico las costillas y se ríe más

-          Pero si es cierto- sigue riendo en lo que nos metemos en una batalla en “yo haciéndole cosquillas” y ella “tratando de detenerme entre risas”

-          Eso es muy cruel lo mires por donde lo mires- y de alguna manera la que termina debajo soy yo y ella deteniéndome las manos para que no siga

-          Eso le pasa por no cuidar y ser atento con tu pareja- me besa – una relación siempre hay que cuidarle y no darla por segura- me vuelve a besar y besar y besar hasta que nos enfrascamos en besos sin poner atención en lo que resta de la película

Su cuerpo se posa en el mío dejándome sentirlo y entre besos suspiro, ahora con mis manos en sus mejillas. Siento el calor hacerse presente cada vez con mayor intensidad; recuerdo que traigo vestido (que ha de estar bien arrugado ya) y ella falda (ha de estar igual que mi vestido).

Dejo a mi mano derecha aventurarse por su espalda, bajar un poco a su muslo

-          Sé lo que intentas- se detiene alejando su cara un poquito

-          Ah ¿Sí? ¿Qué? – me sonríe pícara

-          Quieres subir mi falda- hace risitas

-          ¿Acaso quieres hacer lo mismo? – se ríe más abiertamente, se ve tan hermosa con esa carcajada y se muerde el labio inferior

-          Yo quiero hacerte eso y más- su mirada se enturbia provocándome de todo, un turbio que me prende mucho

-          ¿Cómo… que… más? – pregunto casi tartamudeando, sintiendo los nervios a full; su sonrisa se acrecienta y hasta pierdo la respiración

En vez de responderme con palabras me propina un beso que me derrumba por completo los pensamientos, su lengua entrelazándose y jugueteando con la mía; mi mente regresa justo cuando siento sus manos en mis muslos… ¿Cuándo subió el vestido?

-          Mmmmm- no puedo contenerlo, abro más la boca y ella se aprovecha

Mis manos comienzan a ir y venir en su cuerpo

-          Tu falda no sube- me quejo y se ríe

-          Puedes quejarte de la falda con Diana, ella la propuso- se burla y regresa a besarme

-          Pero te queda tan bien- me muerdo el labio

-          Tu vestido también te queda divino- me muerde el labio en el que estaba mordiéndome, pasa su lengua por mis labios, suspira, se pone roja, aprieta los labios y me dice- pero tengo unas ganas de quitártelo

Me siento con ella en mis piernas en lo que le arrebato besos, siento como se sorprende, pero me sigue los besos pasando sus manos por mi cuello.

Miranda me gusta mucho, demasiado diría yo, pocas cosas son las que no me han gustado y tantas las que hacen que me enamore cada día que convivo con ella.

Sus besos van hacia mis mejillas y luego a mi cuello, mis manos solo saben apretujar sus glúteos, sus labios regresan a mi boca y mis manos van a desabrochar su blusa.

-          Listo, por fin- dice separándose de mí y veo como sus manos bajan la parte superior del vestido descubriendo mi pecho

-          ¿Cuándo bajaste el cierre? – ¡tiene manos sigilosas y peligrosas! (por supuesto, en el mejor sentido)

-          ¿Estás bien con que sigamos? – pregunta conteniéndose

-          ¿Tu lo estás? – asiente

-          Yo también- y creo que fue lo necesario porque ahora me tumba con una sonrisa peligrosa y se vuelve a lanzar a mi cuello

Que bien se siente sus labios y lengua en mi piel; poco a poco va bajando a mis clavículas, sus manos juguetean con los elásticos del brasier, siento pequeñas mordiditas; baja más sus besos a mi esternón quedando justo en medio de mis pechos, levanta la mirada y sé que me está pidiendo la autorización, suspiro y asiento, baja un poco más le sujetador dejándole a la vista mi busto

-          Que hermosas- dice maravillada y eso me emociona más, pasa su lengua por ellos y me estremezco

-          No es justo- suspiro sintiendo lo que me hace

-          En esta vida nada es justo- se burla en lo que en uno siento su boca y en el otro su mano, paso mis manos por su cintura y subo a los suyos

-          Sobra la ropa- se ríe causándome no sé qué en el cuerpo

-          ¿Qué propones? -me mató, me levanto, me sigue con la mirada y bajo por completo el vestido dejándola boca abierta, eso me alegra y siento el poder

-          Que me dejes quitarse esa ropa que te sobra- sigo ronca, sin oponerse, se pone de pie y se deja hacer, esta va a ser una buena noche, ¡muy buena noche!


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