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La razón por la que encontré la felicidad por Nasky

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Llegamos a la oficina de la directora que me ve evaluadora

-          Buenas tardes, bienvenida- nos señala las sillas, en eso entra otra mujer- ella es la psicóloga de la escuela- nos presenta- ya conoce a la maestra de la niña

-          Si- las veo, Susy las saluda con confianza

-          Supongo se imagina para que estamos reunidas el día de hoy- suspiro

-          Si y hasta por qué esta ella aquí- señalo a Susy con el pulgar

-          Porque alguien tiene que traducirte todo- se ufana

-          O complicarme más, cualquiera de las dos- se ríe

-          Yo sé que me amas- la humildad, ante todo

-          Más bien a tu marido y por eso te soporto- le respondo cruel

-          Ese es mío y solo mío y de nadie más- me ve asesina, que bipolar sale esta o más bien posesiva

-          Fue mi amigo desde antes- me veo las uñas- mi confidente- veo como se oscurece su mirada, creo que esto es entretenido, creo que ahora entiendo porque le gustaba tanto molestarme- que siempre veíamos y vemos el uno por el otro- las otras mujeres están boquiabiertas

-          Es MIO- se le sale el diablo

-          Y de Jess y de Sam- le aclaro, me ve contrariada- y no seas ridícula, ellas van a pensar que tu marido y yo alguna vez llegamos algo más que amistad y sabes bien que ninguno de los dos tuvimos otro interés que de amigos-hermanos- giro los ojos con fastidio

-          Solo que quede claro- refunfuña

-          Eso te debería de quedar claro a ti- finjo estar pensativa- tal vez si debí intentar algo con él- jejejeje si las miradas mataran- tal vez con él no sería lesbiana- aprieto los labios, creo que somos la comidilla para las demás, Susy creo que está a nada de aventárseme

-          Pero te gustaba mi amiga esa- saca una mueca burlona

-          ¿La güera? - hago cara de fuchi

-          No, la de la personalidad grande- hace la seña de busto grande recordándome a aquella amiga; pobre puberta, tenía unas enormes

-          Ah, no era mi tipo- recuerdo a la niña de ese entonces y sonrío, esa era del tipo de su marido, pero eso si no se lo voy a decir, ¡Edmundo me mataría!

-          ¿Te gustaba más la güera? – se extraña y niego

-          Ninguna de tus amigas o de mi hermana eran mi tipo- me encojo de hombros

-          Regresando al tema- la directora carraspea poniéndose seria, Susana la imita y eso me sorprende ¿Quién diría que si sabe ser seria?

En sí, la junta fue para ponerme al corriente de reglas y como se maneja la escuela, también de que les apenaba mucho la situación de mi hermana, que estaban en total disposición al apoyo para mi sobrina y para mí haciéndome ver cómo iba a estar el apoyo; hablamos que Eliana tiene las citas en la psicóloga a la cual yo también empecé a asistir, mi trabajo, etc, etc; Susana hizo énfasis en que yo soy la tutora y que por nada del mundo nada y nadie podía pasar por la niña al menos que fuera yo, ellos (Edmundo y Susana) e Isabella (cosa que me sorprendió mucho, pero al parecer a ellas no).

-          Fue mucho rato- me sobo el cuello en lo que vamos caminando al área de juegos en donde está mi sobrina, Jess e Isa

-          Bastante, apenas vas a alcanzar a comer algo en mi casa e irte a la consulta del médico- ve como juegan esas tres

-          Si- suspiro- ¿eh? ¿comer en tu casa? – pregunto extrañada

-          ¿No pensarás salir a comer otra vez? ¿o sí? – me ve horrible

-          Gracias ¿creo? – con esa mirada ni como decirle que no

-          De nada, vamos- caminamos hacia los autos, mi sobrina decide irse con Jess

-          ¿Quieres que te pase a dejar a algún lado? – le pregunto a Isa

-          No, la Sra. Susana me invitó a comer también y le prometí a Eliana ir con ustedes al doctor- me responde revisando su celular

-          No tienes que obligarte a hacer lo que Eliana te pide- digo poniendo en marcha el carro

-          No lo hago- siento su mirada- siempre es un gusto pasar el tiempo con ella- suspiro, entiendo eso, esa niña se da a amar sola, supongo que, como su madre, porque de mi cuñado nada… o por lo menos conmigo no surtió ese efecto.

 

-          Ahora que soy novio de tu hermana ¿ya me dejarás tener una conversación larga y agradable contigo? - pregunta el pesado este poniéndose en mi camino; suspiro con fastidio, lo veo deseando que mis ojos puedan hundirlo en la tierra para que pueda pasar sobre él (si se pudiera pisando su cabeza sería mejor) y así no tener que soportarlo más

-          No- digo monótono y tratando de darle la vuelta

-          Pero si soy un sujeto agradable, mírame nada más- le doy una ojeada, alzo la ceja, parece vándalo, eso explica porque le gustó a mi hermana

-          ¿Cómo te llamabas? – cuestiono con sequedad, realmente siento que varios nos están mirando

-          Hugo, tú ahora cuñado favorito- lo veo aún más aburrida

-          Bien Hugo- comienzo, él sonríe fascinado porque por fin estoy intercambiando palabras con él o por lo menos eso supongo- voy a aclarar varias cosas- me ve atento- bien por ti y mi hermana que estén juntos, ¡súper! – digo sarcástica- pero eso- retomo de nuevo mi tono- a mí me vale madres- siento la mirada asesina de mi madre cerca, yo lo sé- no tengo relación con ella y por lo tanto menos deseo tenerla contigo;- carraspeo- solo para que quede claro, así que ni intentes tener una conversación conmigo porque a la otra te recuerdo a tu progenitora,- abre los ojos asombrado (ahora no de buena manera, tal vez un ligero divertido)- pero- entrecierro la mirada- eso no quita que si la dañas, puedes dar por seguro de que te vas a arrepentir- le pongo el dedo en la frente dándole golpecitos bruscos- adiós- lo esquivo y salgo del lugar

Ese pesado del mal, ahora que recuerdo esa mirada la tiene mi sobrina, esa mirada medio divertida… lo bueno es que en ella no me molesta

-          ¿Todo bien? – escucho la pregunta junto con el toquido en la ventana del auto

-          ¡Rayos Edmu! ¡no hagas eso! – me toco el pecho en lo que Isa y Edmundo se ríen

-          Así tienes la conciencia, toda cochambrosa- caballerosamente me abre la puerta en lo que Isa le gana y ella sale de su lado- como me encanta este auto- suspira viéndolo

-          Si, un hermoso BMW Cooper 1984 – Isa se incluye en el comentario y los dos se ponen a verlo

-          Y en ese rojo- Edmundo lo sigue viendo todo enamorado

-          Solo es un carro viejito y ya- resoplo cerrándolo y dirigiendo mis pasos a la casa

-          ¡Claro que no es solo un auto viejito! – reniega Edmundo

-          El Sr Hugo lo tenía super bien cuidado y el motor que tiene es toda una belleza- chifla fascinada Isa

-          Un gasto que pudo hacer en alimentar a los pobres, sembrar plantas o alimentar animales- bufo y Edmundo se ríe

-          Admite que es un carro lindo, que hasta lo puedes correr y que solo no te gusta porque era de tu cuñado- se ataca de la risa

-          Pesado- me largo de ahí, no voy a admitir nada de lo anterior, estúpido Hugo, niego con la cabeza, mejor dejo de pensar en él, no vaya a ser que me venga a espantar en la noche, aunque más le vale que no, estoy cuidando a su hermosa hija.

 

Me sobo la frente con el entrecejo fruncido, esto de venir al doctor y esperar a que le entreguen los exámenes es un completo fastidio ¡más porque estamos en su consultorio y no afuera leyendo unas revistas!, suspiro, mi sobrina no me puede ver tan exasperada, volteo a verla y ella está picando un material que tiene el doctor en su consultorio.

El doctor entra dejando ver apenas a Isa que está en el celular… debí dejar que ella entrara con la niña y yo estar con el celular

-          Las lesiones de Eliana van sanando muy bien- el hombre detiene mis pensamientos

-          ¡Genial! – la veo sonriendo

-          Hay que seguir cuidando que no haga muchos movimientos con su brazo, ya saben, saltar y demás- creo que mi cara nos delató, eso o la de mi sobrina que al todo indica es muy parecida a la mía, él se ríe- no puede andar con mucho movimiento- nos hace la indicación con el dedo índice a ambas

-          Bien- musito avergonzada

-          Si todo sigue igual de bien en 3 semanas se va el yeso, pero quedaría con un soporte ajustable de fractura- ve a los ojos a mi sobrina- hay de diferentes colores

-          ¡Quiero amarillo! - mi sobrina lo ve emocionada

-          Solo si no brincas y te portas bien de aquí a que te haga la revisión ¿vale? -le da el meñique y mi sobrina lo engancha, me hace sonreír, el me ve y me sonríe

-          ¿Qué sigue ahora? – la verdad es que nosotras nunca nos rompimos nada, si raspones y caídas, pero a lo mucho fue una que otra torcedura

-          Solo les daré algo por si le llega a doler el hueso en estos días, pero si no es necesario de favor no se lo dé- me explica coqueto, hasta me guiña el ojo

-          Okey- respondo viendo a mi sobrina que ahora frunce el ceño

-          Pues sería todo, nos vemos en 3 semanas- se levanta y nos abre la puerta caballerosamente y antes de que cierre la puerta mi sobrina me habla

-          Tía ¿Por qué no le dices que no te interesa, que a ti no te gustan los hombres? – me pregunta en “secreto”, pero ese donde todos oyen y se nos quedan viendo, me pongo rojísima, el aire se me va ¡¿Quién rayos le dijo a la niña?! ¡¿Cómo es que ella sabe?! Yo pensando que iba a tener que comportarme y no decir cierta información delante de ella; escucho la risita del doctor y se mete

-          ¡¿Qué?!- por fin sale algo de mi boca, escucho como se acerca alguien que esta con risitas

-          Mamá me dijo que a ti no te gustaban los hombres, que a ti te gustaban las mujeres- se cruza de brazos enfurruñada mientras yo mantengo mi cara de sorpresa

-          Pues- parpadeo varias veces, alzo la vista e Isa (que era quien se estaba riendo) se hace la desentendida- porque él nunca dijo nada

-          Te echaba sonrisas y te guiñó el ojo- sigue molesta

-          Si, pero no dijo nada mi niña, si me hubiera dicho algo o invitado algo, solo tengo que negarme y ya- le trato de explicar

-          ¿Te gustó? - cielos, no pensé que los niños fueran tan difíciles

-          No, no me gustan, a mí me gustan las mujeres- ¡las mujeres!

-          Bueno- suspira y sonríe- Isa, el doctor me dijo que cuando me quite el yeso me pondrá algo amarillo- me río, ¿Cómo puede cambiar tan rápido de estado de ánimo?

-          Un soporte- le responde Isa

-          Si, eso- comienzan a caminar dejándome atrás observándolas

-          ¿En qué me he metido? – susurro para mi

 

El timbre suena, mi cabeza duele, el maldito timbre resuena como ¡loco histérico! Voy a la puerta y la abro queriendo matar al lunático que toca tan horrible la puerta

-          ¡¿Qué quieres?! – espeto molesta viendo a Susana ahí parada viéndome más que sorprendida

-          Verte- responde como si nada alzando la ceja- ¿mala noche? – pregunta irónica y pasa

-          Mala es poco- suspiro y mi enojo regresa - ¿Por qué carajos tocas el timbre si tienes llaves? – cuestiono apretando los dientes y cerrando la puerta, frunce el ceño

-          Pensé que era una buena forma de tener respeto por tu intimidad- responde obviando

-          Bien- suspiro y me siento en un banco de la isla ¿Cuándo llegamos acá? Pone música alta- oye bájale- le señalo

-          ¿Por? – frunce el ceño de nuevo

-          Eliana está dormida- en su ceño se asoma una arruga más fruncida, o es la edad o son lo hijos y supongo es Sam el que le sacó esa arruga, pero si le digo me abofetea

-          ¿Por qué? – pregunta molesta y esto me recuerda que solo abrí el ojo hace rato, mandé el mensaje a la psicóloga, la escuela y ni revisé si había respuesta

-          Porque- suspiro

 

Isa se despide de nosotros con una sonrisa ya que la dejamos en su casa (está como a dos cuadras de la de mi sobrina), seguimos hasta llegar a la casa, Eliana está muy inquieta brincando en los asientos

-          Recuerda que el doctor te dijo que nada de andar brincando- le recuerdo estacionando, lo bueno es que vengo a 5km/h

-          Oh, cierto- se sienta con una sonrisa, termino de aparcar, salgo y le abro la puerta, la pequeña me ve con una sonrisita y - ¿me cargas? – me estira los brazos (el enyesado a cómo puede)

-          Bien- me rindo ante su carita, la tomo en mis brazos, cierro el carro, abro la casa y entramos

-          ¡Quiero ver tele! – se baja corriendo a la sala y prende la tele

-          Tú tienes clase mañana…- me quedo pensando en lo que ella me deja en segundo plano- ¿tienes tarea? – me ve

-          No- creo que… creo que dejamos la mochila en casa de Susy

-          Bueno, a bañarse, después de media hora de tele y a cenar- hace muecas

-          Eres como mamá- me suelta la pedrada en lo que va mascullando cosas

-          Eso fue muy bajo- susurro, el recuerdo me azota de que mi madre nos decía lo mismo ¡lo tenemos tatuado! - como sea- suspiro yendo a ayudarle

 

-          ¿Hoy intentarás dormir en tu cama? – le pregunto al terminar de cenar

-          No- me ve pidiendo dormir conmigo

-          Está bien, adelántate a mi cama- le sacudo el cabello, se levanta y va en lo que acomodo la cocina y lavo trastes- esto es tan extraño

Entro al cuarto y ya está acostada con su peluche, bien puesta para dormir, me cambio en el baño, me recuesto a su lado y en lo que le hago piojito se queda dormida, aprovecho para leer un poco un libro de botánica que recién sacaron sobre unas investigaciones, apenas pude lo compré.

Cierro el libro, la investigación está muy buena, tanto que al ver la hora me sorprendo ¡ya son las 12!, me levanto, regreso del baño y me acomodo para dormir, en eso mi sobrina salta gritando “¡NOOOO!”, comienza con sus sollozos buscando algo

-          ¿Qué pasa mi amor? – la abrazo

-          Mamá- apenas puede pronunciar y con esa palabra escasamente dicha me destroza el corazón, la tomo en mis brazos, la apapacho todo el tiempo y le doy besitos en la cabeza hasta que después de mucho rato cae dormida, eso no quita que tenga suspiros ahogados por el llanto y brincos toda la noche

 

-          Eso pasó- suspiro

-          Con razón la cara- suspira

-          Pedí consulta con la psicóloga hoy- veo el celular, tenemos que ir a las 4

-          Bien, si necesitan algo por favor, no dudes en decirme- me ruega con la mirada

-          Muchas gracias- suspiro- si mañana va a la escuela iré a ver a mi hermana y platicaré con ella- debe de enterarse que su hija la necesita y que tiene que salir adelante por ella, no puede quedarse en cama cuando su hija la necesita tanto

-          Bien- toma mi mano- ve a descansar, mientras les dejo comida

-          No tienes que- frunzo el ceño, pero eso solo hace que me dé cuenta del dolor de cabeza que me cargo

-          No, no tengo, pero me da la gana- responde dura y luego sonríe

-          Gracias- no pienso pelear con ella, me duele la cabeza

 

Veo a la psicóloga mover la boca, mi sobrina contestarle en lo que juega con no sé qué… o tal vez solo es dibujar, mis ojos se cierran, pero tengo que estar atenta

 

  Me dijo que durmiera, pero ¡está haciendo un desgraciado escándalo en la cocina!  ¿Cómo fregados piensa que puedo dormir así?

-          ¿No tenías otra forma más silenciosa de cocinar? ¿si sabes cómo? Sino, mejor déjalo, ya veo después y cocino algo- me ve con la mirada de que ya estoy muerta

-          No tengo la culpa de que todo esté mal acomodado, así no lo acomoda Diana- me ve con reproche, giro la vista

-          Detalles- musito

-          Detalles- refunfuña

-          Tía ¿Qué pasa? – Eliana me pregunta tirando de mi pijama

-          Tía Susy nos va a hacer de comer, en la tarde vamos a ver a la psicóloga

-          Okey- bosteza- tengo hambre- me ve con esos ojitos suplicantes

-          ¿Cereal? - asiente

 

-          ¿Verdad Miranda? – la pregunta de la psicóloga me regresa a la realidad

-          ¿Qué? -  pregunto temerosa

-          Que mis sillones son cómodos- ¡se burla de mí!

-          Algo – refunfuño

-          Hay que ser sinceras- me ve juguetona

-          Si tía, siempre hay que ser sinceras- Eli me reprende también

-          Son cómodos- contesto con un suspiro de pesadez

-          Por hoy sería todo, nos vemos el martes- me ve y me entrega una hoja- aquí van las indicaciones, siento que si te las digo ahorita con lo mal dormida no lo recordarás, cualquier cosa márcame

-          Gracias- tomo el papel, pago, tomo la mano de mi sobrina en lo que ella se despide con una sonrisa y me detengo de golpe- espera- se me quedan viendo, carraspeo

-          ¿Sí? – meto de nuevo a mi sobrina al consultorio y cierro

-          Necesito explicarle a Eliana lo de mamá antes de ir a visitarla -la psicóloga asiente entendiendo el tema, siento a la niña y me siento a su lado pero viéndola en frente- los doctores…- pienso que decirle, según lo que me dijo Susana tuvieron que intervenir a mi hermana ayer, cosa que me molesta por que espero que la pesadilla de mi sobrina con mi hermana no esté conectada- los doctores siguen tratando a mamá- asiente- ella sigue dormida y- la psicóloga pone su mano en mi espalda para darme ánimos- ellos la siguen atendiendo para que esté mejor cada día- mi sobrina no deja de verme- ahorita tiene unas mangueritas

-          ¿Cómo las que me pusieron a mi cuando desperté en el hospital? – pregunta inocente

-          Mmmm- madre santa- también, pero estas son un poco más grandes y tiene una que le está ayudando a respirar- suspiro- los doctores la tienen ahorita en un área en donde no la podemos visitar, - pone cara triste- aunque Susy me dijo que iba a ver la forma de que pudieras verla, aunque sea desde una ventanita- siempre y cuando no sea muy traumante

-          Bien, cuando eso pase ¿iremos? – me ve severa

-          Si, te lo prometí por el meñique ¿Qué no? – sonríe

-          Si- me abraza

-          Recuerda que nada de lo que pasó es tu culpa y que mamá está dando todo para pronto despertar y regresar a ti- le acaricio la espaldita

-          A ustedes- me corrige la psicóloga

-          A nosotras- la veo feo

Después la psicóloga le explicó unos detalles más sobre como tal vez mamá se vería pero que era temporal entre otras cosas, salimos de ahí ya más tranquilas y con la mente algo más despejada.

 

-          Bien, ni tiempo he tenido de venir a verte como se debe- tomo asiento a su lado- ¿Sabes Diana? Me caes mal, muy mal ¿Cómo se te ocurre ponerme a mí? – suspiro- aunque lo entiendo, tu hija es… súper hermosa, aun teniendo la mitad del pesado de Hugo- la veo ahí en cama y niego con la cabeza- es realmente hermosa, tal vez si me hubieras dicho cuando estabas embarazada (con una foto de preferencia) hubiera venido a conocerla, aun aguantando a tu esposo- sonrío y pongo mi mano sobre la de ella- ella te necesita mucho, tienes que echarle muchas ganas, que tu cuerpo se recupere pronto y despertar para ser la loca de siempre aunque yo no te soporte- una sonrisa lastimera se asoma junto con una lágrima- nunca te desee esto y menos que Hugo muriera, tienes que despertar, tienes que echarle ganas, tu hija te necesita y quiere ver a su mamá, cielos- suspiro- hasta yo no me veo en una niñez sin la madre que tenemos- el nudo en mi garganta se hace más grande, guardo silencio tratando de recomponerme- te amo Diana, de verdad que sí, haré todo por tu hija para que estés tranquila y puedas recuperarte sin presiones, solo no la dejes sola, solo…- el nudo creo que ahora es una madeja de estambre- solo no nos dejes solas- y lloro acariciando el dorso de su mano.

 

Veo a mi hermana y su novio bailar, tiene una radiante sonrisa de oreja a oreja y el tipo otra de no caber en sí mismo, pues claro, está con mi hermana, espero toda su vida vea lo afortunado que es el imbécil este, aunque mi hermana sea una desquiciada sin remedio.

-          Pues felicidades- me atropello al decir, mi hermana me abraza y el solo me da una mirada de soslayo

 

-          Bueno, me voy, tengo que ir por tu hija a la escuela y atenderla- carraspeo- espero pronto despiertes para estar mucho mejor, como te dije, le haces falta, yo soy solo su tía- beso su cabeza y salgo del lugar con un pensamiento en mi mente ¿Qué carajos están haciendo mis padres que no vienen? Por mucho odio… su hija está muy grave ¿Qué acaso no tienen sentimientos?

 

 

Veo jugar a mi sobrina, siento que está como siempre, pero a la vez cabizbaja, cosa que sería completamente natural, pero a lo mejor son mis ideas.

-          ¿En qué piensas? – Susana me pasa una taza de té y se sienta a mi lado

-          ¿Ella está cabizbaja? – señalo con la mirada a mi sobrina

-          Creo que es muy normal que lo esté- responde obviando

-          Yo no la conozco y a simple vista diría que está normal, que está feliz- sonríe con el sonidito de la nariz

-          Siempre supe que eras observadora y sin que te des cuenta tienes una conexión con tu sobrina- suspira- ciertamente si no conociera tanto a Eliana también pensaría que es una niña que en estos momentos no tiene preocupación alguna o que se está enfrentando a una terrible situación- vuelve a suspirar viendo a mi sobrina y sus hijos jugar- pero la conozco mucho, es como tu hermana que era muy buena ocultando muchas de sus emociones

-          Ciertamente- aunque a Diana también podía leerla, claro que con el paso del tiempo y nuestro distanciamiento cada vez era menos

-          La verdad- voltea a verme- es que desde que Eliana estuvo contigo en la cafetería le resurgió una nueva esperanza- sonríe- se reanimó, estaba tan perdida antes de que llegaras, eres su nuevo empuje y por eso ahora puede sonreír de nuevo- sus palabras me toman por sorpresa y me hacen sentir sumamente importante

-          Me da gusto que mínimo pueda animarla un poco- suspiro viendo a los niños

-          Le das más que eso, mucho más- pone su mano en mi espalda y la soba- a todos, a decir verdad, no dudo que hasta a tu hermana cuando vas a hablar con ella- sonríe

 

 

Primer día de trabajo y aquí estoy como loca desquiciada corriendo de un lado a otro, entre arreglándome, arreglándola, el desayuno, el lunch de las dos, los útiles de ella, ¡quiero llorar!, suspiro, la veo

-          Creo que ya estamos listas- veo la hora y pego el grito mental en el cielo si es que se puede- ¡vámonos! - tomo a la niña en brazos y nos llevo al carro, paso a dejarla a la escuela, se despide con un fuerte abrazo y un beso que me anima el día

-          Recuerda que hoy vamos con mamá- frunce el ceño

-          Hoy vamos con mamá- le aseguro

-          Invité a Isa, así que viene por mí al rato con tía Susy- me quedo boquiabierta en lo que la niña se mete a su escuela.

Llego a saludar al doctor que me recibió con mi sobrina el otro día, me da un recorrido por las instalaciones (aunque ya las conocía) para mostrarme las actualizaciones que han tenido, el equipo renovado entre otras cosas, presentarme con el personal que no me conocía, saludar a viejas caras, etc.

-          Y esta es su nueva oficina- abre la puerta mostrándome un lugar de casi el metro cuadrado, bueno, un poquito más grande, con un solo escritorio, unas pocas gavetas y una buena ventana- aquí puede poner algunas de sus plantas de observación- sonríe- aunque sabe que tiene su laboratorio botánico

-          Gracias- sonrío

-          Ahora vayamos a su laboratorio, es uno del que renovamos el espacio y contiene equipo nuevo- se ufana avanzando y entregándome las llaves de mi nuevo espacio

El laboratorio es… ¡wooo! Un sueño increíble, creo que realmente no quiero dejar de trabajar aquí, es precioso, espacioso, tiene muchas de las plantas que he investigado (me declaro culpable en que algunas de ellas inconclusas) y, sobre todo, la más hermosa que ha tomado 5 años de mi vida y el no haber estado en la gestación, nacimiento y crecimiento de mi sobrina.

-          Es precioso- suspiro

-          Lo es, sin duda y esa planta hace que sea aún mejor el lugar- me guiña el ojo y sonríe- espero se sienta cómoda- palmea mi hombro- también tienes compañeros que son muy agradables- asiente satisfecho- te dejo, espero te sientas cómoda y si necesitas algo solo avisa- sale campante el hombre

-          Por ahora- me acerco a ver las plantas, tomo la libretita que siempre cargo y comienzo a hacer anotaciones de todas las observaciones que encuentro de cada una de las plantas que tengo aquí en mi jardín especial, en mi laboratorio

-          Hola querida- el saludo es en tono sumamente coqueto y la risita que le acompaña me hace reconocerla

-          Lidia que sorpresa- digo dando la vuelta

-          Solamente no brinques- sigue con la risita y viene a darme un abrazo y un beso que si no esquivo cae en la comisura de mis labios- te ves excelente- me ve de arriba abajo, sin tapujo alguno

-          Tú también te vez muy bien, no sabía que trabajabas aquí- de haberlo sabido abro una orden de restricción… me río de mi travesura mental

-          Si, llevo apenas el año, ya sabes que ciertas materias se me dan muy bien- ay, pero si la sencillez andando- y la escuela me pidió- seguro estuvo metiendo papeles hasta que estuvieron hasta la madre de ella, eso o usó sus “palancas”- que viniera a apoyarles con una clase, - significa que vino a suplir a alguien- y como les gustó tanto mi trabajo me pusieron de planta- bueno, debo aceptar que en ciertas materias es buena dando clase

-          Ah, ya veo- sigo con mis anotaciones- me da gusto por ti- mi planta Tristán se ve diferente, me acerco a revisarla

-          ¿Y tú? ¿Qué cuentas? Te hacía por acá hasta dentro de unos meses- bufa al saber que no tiene toda mi atención- incluso pensé que te irías de doctorado a otro lado- suspiro, esa opción por el momento o tal vez de plano está más que cancelada

-          No, veré la opción del doctorado aquí- pone una cara de extrañeza que me da risa

-          ¡¿Queeeeé?!- no se guarda la pregunta

-          No grites que afectas a mis plantas- la veo horrible y ella se tapa la boca- tengo que seguir con mis investigaciones aquí por un periodo más- suspiro- y el doctorado que puedo hacer aquí está muy bien, la verdad es que es uno de los mejores

-          Pero tú no querías estar aquí, ni siquiera querías regresar- gruñe y me río

-          Mejor salgamos de aquí, no quiero que tus malas vibras afecten a mis plantas- le señalo el camino

-          Bueno, así tengo tiempo de conquistarte- suspiro con pesadez ante lo dicho

-          No tengo intenciones de tener una relación con nadie y tú y yo ya habíamos hablado de este tema

-          Pero una escapada no te caería mal- propone jocosa, claro, una escapada con la niña en casa, esperándome y así tan indefensa como está… no, eso no es una opción remota

-          Por ahora no lo creo- abro mi oficina

-          Estuviste una eternidad lejos de la civilización, no creo que hayas tenido nada de acción en esos lugares donde la mente la tienen bien cerrada, yo creo que hasta las arañas y telarañas que se te formaron ahí ya están más que muertas y caídas- se ríe y me contagia

-          Tu y tus cosas- le señalo una de las sillas para que tome asiento y voy a mi lugar atrás de mi escritorio, lo que necesito es un algo que le estorbe para que no se me lance, que de esta si lo creo capaz- hay cosas que pasan a segundo plano- se espanta con lo dicho

-          Suenas a mujer con hijos- se ataca de la risa, esa risa descarada y desagradable

-          Pues casi- susurro bajo

-          ¿Acaso adoptaste a un niño de por allá y ahora eres madre de la caridad? – se me retuerce la tripa de escucharla hablar así, me dan unas ganas de agarrarla a batazos

-          ¿Ahora ya saliste? – pregunto entre dientes

-          Que va, acabo de llegar y te vi pasar con el viejillo ese- dice despectivamente

-          Ese hombre es mi jefe y me trata muy bien

-          Un rabo verde cualquiera- aprieto mis manos

-          Jamás he visto que le falte el respeto a ninguna mujer- gruño y endurezco la voz- así que ten cuidado con tus palabras y respétalo, que si él te escucha o te escuchan sales de patitas a la calle- endurezco mi voz, supongo que mi cara a decir más porque me mira incómoda

-          Si te gustaban viejos solo tenías que decirlo y no buscar a mujeres hermosas como yo- gruñe pegando su mano en mi escritorio y su torso acercándolo, pero solo hago media sonrisa

-          Ardida porque a él si lo veo- ladeo mi cara y acrecentó mi media sonrisa

-          Bruja- escupe la palabra

-          A de ser por eso que aún no me superas- se lo restriego

-          Ja- se acomoda serena en su silla- a ti te superé hace mucho querida- se ufana y suspira- mejores cosas vinieron después de ti- me río y se me queda viendo

-          Es bueno saberlo- aunque no sé si por cosas se refiere a objetos, porque yo no soy cosa y eso solo me dice que no hubo mujer que le enamorara- bueno- suspiro- es tiempo de que yo me ponga al día, tengo mucho que hacer y hasta donde sé- alzo una ceja divertida- tú tienes que dar clases- sonrío- diviértete

-          Mmm- refunfuña, se para y se va

-          Es mejor así, en plena soledad- suspiro, aunque en estos últimos años no había tenido mucho tiempo de soledad, los niños de la aldea se encargaban de no dármelo mucho, creo que también eso evitaba que los jóvenes varones se acercaran a mí con otras intensiones o mínimo eso espero, eso y que no tenían interés alguno en mí, porque siendo sincera, yo en ellos no.


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