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Algo que no cambia por dark kirito

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Tensei shitara slime datta ken pertenece a Fuse-sensei. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo.

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Algo que no cambia

¿En dónde rayos se había metido Veldora?

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Veldora x Rimuru

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Tensei shitara slime datta ken

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Rimuru, la capital.

Toda la mañana me la he pasado recorriendo la ciudad. Estuve con Gabiru, escuchando de sus nuevos experimentos. También fui por un bocadillo con Shuna, en verdad me impresiona, cada día se supera más. Ha llegado el punto en qué no podría distinguir lo que prepara a lo que compraba en las mejores tiendas de Japón. Y si, lo sé, el dinero puede usarse para muchas cosas pero un hombre siempre tiene sus prioridades. No, no soy un glotón, solo se disfrutar de la vida, ¿qué? ¿qué si fuera el caso no habría muerto virgen? Haré de cuenta que eso jamás salió en la conversación. En fin, cada día me siento más orgulloso de mis niños, no puedo evitar sonreír enormemente.

—¡Rimuru-sama!

A lo lejos me saluda una goblina, ella pertenece a la primer aldea que se unió a mi, en sus brazos tiene a una pequeña, wah, su hija, si que han crecido, me siento nostálgico, ey… si ellos son mis niños y tienen descendencia, ¿eso significa que soy abuelo? Le preguntaría a Ciel-sensei pero hasta aquí puedo escuchar su suspiro. Acaricio la cabeza del bebé y le doy mis bendiciones, además claro de darle un nombre… ni lo menciones, sabemos que soy un caso perdido pero ey, un hobgoblin consume muy pocas magiculas, creo que gasto más en tonterías como crear un doble de cuerpo para abrazar cuando tengo calor… ¡no es una almohada que regule la temperatura! ¿De acuerdo? Es… no tengo excusas, está bien, me atrapaste ahí.

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Tres de la tarde.

Me tiro en el sillón de mi oficina. Visité cada rincón de la cuidad, incluido el laberinto y por supuesto mi bar de elfas pero nada. Arqueo la ceja.

—¿Y Veldora?

Pregunto en voz alta. Ramiris dice que estuvo con ella hasta bien entrada la madrugada y luego ni idea. Se que está bien porque el corredor de las almas que nos conecta no ha desaparecido. Ciel-sensei no se encuentra alarmada y bien podría usar mil y un maneras de encontrarlo por medio de magia o que se yo pero simplemente no quiero hacerlo. Ya aparecerá cuando se le dé la gana aunque… ¿y si se metió en problemas? O peor aún, ¿intenta provocarlos? Niego con la cabeza, no puedo estarme preocupando por ello todo el tiempo, ¿qué soy? ¿Su madre?

—Aaaaah~.

Suspiro pesadamente mientras me estiro sin ganas o más bien me desparramo en mi forma de slime sobre el escritorio.

—Si me permite ir a buscarlo…

Se ofrece Testarosa.

—No te preocupes — respondo — no quiero distraerte de tu trabajo, es muy importante para Tempest.

Digo y la felicito por la ardua labor que hace todos los días, ungh… siento que bien podría ayudarla un poco más. Ya hasta me da pena. Al final dejo pasar las horas, a eso de las siete de la noche comienzo a preocuparme enserio. Veldora se ha saltado no solo el desayuno sino la comida y no hay señales de que aparezca para la cena, no es algo típico de ese glotón… lo sé, no soy quien para hablar. Decido tragarme el orgullo y pido ayuda de la siempre confiable sensei.

Respuesta: Veldora se encuentra en su habitación del centésimo piso del laberinto.

¿Ah? Esa contestación no me la esperaba, ¿es que acaso sensei sufre una especie de descompostura? Ese fue el primer lugar donde busqué.

¡!

¡Wah! ¡Puedo sentir la furia silenciosa de sensei! Me inclino pidiendo disculpas (en el interior) al tiempo que la halago con todas las palabras conocidas, suerte que parece surtir efecto. Ah, cada día es más difícil de complacer, ¿porqué no puedo mantener mi bocota cerrada? Aunque ciertamente no fue en voz alta… como sea, será mejor ir al grano o tendré problemas de nueva cuenta.

—¿Existe algún lugar que haya pasado por algo en su alcoba? No me pareció haberlo visto.

Afirmativo. Seguramente se encuentra debajo de la montaña de mangas.

¡¿Pero qué?! ¡Creía que era un montón de futura basura! Incluso iba a regañarlo más tarde por botar así mi esfuerzo y desinteresadas intenciones, y no, no es porque yo también quiera volver a leer esos mangas más tarde. ¡Ese chico no ha aprendido nada! Si no le pongo un alto ahora se echará a perder. Furioso… o no tanto salgo caminando de mi oficina, olvidando por un segundo que puedo usar mi habilidad espacial, si, a veces soy un tanto distraído. Me riño a mismo y en poco llego a mi destino. Me detengo justo al lado del montón de revistas a la vez que coloco las manos en mi cintura.

—¡Ey Veldora!

No hay respuesta, ¿en verdad se encuentra…? Mejor no moverle al asunto con sensei. Me inclino escarbando entre los mangas hasta que por fin topo con un conocido brazo de piel morena.

—¡Ajá!

Tiro de él sacando a mi incómodo amigo que duerme, si que tiene el sueño pesado para no haber despertado. Meditaba en las formas de castigarlo cuando comenzó a reír aún en dominio de Morfeo, eso sí que es perturbador. ¿Qué le tendrá de tan buen humor?

—Je, je, je, Rimuru…

No es la habitual carcajada en tres tiempos o aquella escandalosa, no, es mucho más mmm ¿cómo describirlo? ¿Tierna? ¿Tiene siquiera sentido al calificar a este dragón que tantos dolores de cabeza me da? Le remuevo para tratar de despertarlo pero no surte efecto, ¿qué ha comido algo preparado por Shion?

—Ey, Veldora…

Soy sutil durante unos segundos pero no tardo en perder la paciencia. Tengo cosas mucho más importantes que hacer, a este paso Milim me dejará sin postre. ¿Es que esa niña no tiene labores que atender? Ya imagino a Frey furiosa pero lo que pase entre ellas no es mi responsabilidad. Como si Milim fuera a hacerme caso para ponerse a trabajar.

—¡Veldora!

¡Y nada! ¡¿Es enserio?! Esto ya es frustrante. Estaba en ello cuando el aludido se giró bruscamente y terminó por caerme encima. Vaya, esto luce tan comprometedor, suerte que no haya nadie cerca. Lo empujo pero no logro moverlo, que raro, usando mis habilidades no debería ser posible. Además, ¿qué no lo vi venir? Ser capturado con tanta facilidad, si los demás se enteraran… ni hablar, ya imagino al menos a Diablo planeando algo raro si me supiera vulnerable. Pero enserio, sensei, ¿porqué no puedo quitarlo?

Respuesta: El maestro solicitó ayer que sus estadísticas físicas fueran temporalmente establecidas dentro del promedio humano para fines de investigación.

Ah… es verdad. Últimamente se había vuelto tedioso el jugar en el laberinto, todo resultaba tan fácil que bien podría hacerlo con los ojos cerrados, literalmente. Así que le pedí a sensei ese pequeño favor, ya sabes, es igual a cuando jugas un videojuego en modo normal, luego difícil, luego en abismo e infernal. De acuerdo, me dejé llevar y haberlo olvidado fue aún peor, simplemente soy un idiota, quizá Veldora me esté contagiando algo. Sensei… Estaba a punto de pedirle que regresara todo a la normalidad cuando mi acompañante se movió, quedando ambos de frente, el sobre mi, su rostro sobre mi cuello y lo sentí, su aliento cálido. Quedé helado, abrí la boca sin emitir sonido, abrí los ojos con gran sorpresa y lo sé, me sonrojé. ¿Pero qué? Estaba en shock, nunca estuve ni remotamente cerca de algo así, el corazón me palpitaba violentamente y el no ayudaba al seguir respirando sobre mi piel. ¡Para ya hombre! Quería gritar pero me sentía tan indefenso y al mismo tiempo me daban tantas cosquillas que estaba confundido. Tenía un algo en el estómago, ¿quizá las mariposas que muchos describen? ¡¿Cómo que mariposas?! ¡¿Y por él?! ¡No! ¡Sensei! ¡Sensei! ¡Dime que no estoy borracho y lo olvidé!

Negativo.

Ah, eso me tranquiliza… ¡al carajo! ¡¿Estoy en mis cinco sentidos?!

—Mmm…

Genial, tengo la peor sincronización de la historia, justo cuando no deseo que despierte lo hace y me mira.

—¿Rimuru?

Ey, soy yo quien debería hacer el interrogatorio, ¿no te parece?

—Ah, disculpa, me quedé dormido.

No, ¿ enserio? ¿Qué te hace pensar que tenías que informarlo? No soy tan tonto, ¿sabes?

—¿Te sientes bien? Tienes la cara roja.

Rojo te voy a dejar el… y solo asiento, tímidamente. No podría ser peor.

—Disculpa.

Me dice y se reincorpora ofreciéndome la mano para hacer lo mismo.

—No lo pude evitar — y ahí va con sus excusas — me quedé picado leyendo un manga — no es una sorpresa — uno de slimes — me dijo sonriendo. ¿Eh? ¿Había uno así en los mangas que le di? Ah, ¿se refiere a ese? Pero…

—¿Es de tu gusto? Es un poco sencillo, lo leía de niño y le tengo cariño pero no…

¿No era educativo? Ese slime se baña, prepara la comida, va a la escuela… es de preescolar.

—Es que era como verte.

—¿Eh?

—Si, desde como te levantas e incluso tu manera de dormir. No pude evitar mirarte en él así que lo leí una y otra vez.

No por el contenido sino, ¿por mi? Esto se está volviendo incómodo. Me levanto nervioso y le doy la espalda rumbo a la puerta.

—¡Hora de cenar! El último se queda sin postre — anuncié desvergonzadamente y entonces un par de brazos me rodearon con fuerza. Su aliento estaba de nuevo en mi cuello pero está vez me tenía por detrás… lo sé, sonó fatal.

—¿V-veldora?

—Me gustas.

Y bum, soltó la bomba tan directo como es él. ¿Pero estoy seguro de que significa lo que creo? Es más, no me parece el tipo de sujeto que se guarde las cosas, no quiero ser un capricho de último segundo.

—Me di cuenta está mañana.

¡Vualá! Y ahí lo tienes; mis sospechas confirmadas por el responsable.

—Siempre me has parecido divertido e interesante pero últimamente mis pensamientos han ido en otra dirección. — ¿enserio? Porque juro que no lo noté. — Creo que por fin logré entender a mi hermano. Perder todo mi poder por ti no parece mala idea.

Calmado amigo, ¿a quién intentas preñar? ¿Se te olvida que no tengo género? Arqueo la ceja aunque desde su posición no se ve.

—Bueno, mi hermano se debilitó al tener una hija, en mi caso era más como que te daría todas mis magiculas si las necesitas porque no podría soportar el perderte, creo que enloquecería.

Vaya, es lo más lindo que jamás me hallan dicho y ahí voy de mal pensado. Sin embargo no tengo idea de cómo responder, soy un lío con mis propios sentimientos. ¿Escapar? Si, es una opción pero eso no terminaría lastimándolo? Es decir, si me hicieran lo mismo en una confesión sería difícil ver la cara de la otra persona más tarde, quizá me cambiaría de casa o trabajo… lo sé, estoy desvariando.

—Veldora…

Como si fuera capaz de entender a la perfección me soltó, no lo esperaba.

—No necesito que hagas nada, solo debías saber.

¿Así de fácil? ¿Vas y me pones en aprietos para luego fingir que no pasó? ¡Tan irresponsable como siempre! Me giro indignado, listo para darle un buen sermón más, me topo con esa cara que tan bien conozco, la que ha puesto tantas veces. No, es un hecho que la situación no le deja conforme pero lo hace por mi, de nuevo. Siempre a mi lado, desde que llegué a este mundo, de no ser por él, le debo mucho más que solo mi vida, incluso nuestras almas están conectadas a un nivel impensable. No quiero pensar, no hablaré, a veces arruino las cosas con mi bocota. Me acerco a el, extiendo las manos hacia su rostro, atrayéndolo, me pongo de puntitas, maldición, ¿porqué estoy tan enano? Da igual, con algo de trabajo finalmente le robo un beso bastante inocente a decir verdad. Ah, conque así se siente, no esperaba que fuera con otro hombre pero pues… si había de ser uno en lugar de una elfa, sonreí, me alegra que halla sido con el. Veldora me cogió por la cintura y volvió a unir nuestros labios… me hizo mucha gracia, es evidente que ninguno de los dos sabe besar… incluso mordió mi lengua accidentalmente y no preguntes cómo pasó. Rompimos el contacto para mirarnos, yo aún entre sus brazos. Justo ahora no tiene esa expresión de hace un rato sino una muy tonta, ha de estar confundido y no culpo.

—¿Eso significa que sientes lo mismo por mi, Rimuru?

—No — me golpeo la frente mentalmente — voy por la vida besándome con todos, ayer lo hice con Benimaru.

—Ah…

¡¿Pero qué carajos con esa decepción?!

—¡Claro que no tonto! ¡Lee entre líneas por dios santo!

No pude más y me escondí en su pecho. ¡Qué vergüenza! ¿Porqué es tan lento en este tipo de situaciones? Veldora tomó mi mano y la posó suavemente sobre sus labios, se sentía raro. Nos quedamos en silencio pero pudimos comprendernos mejor… o eso espero. Pasados lo que parecieron varios minutos (quizá estoy exagerando) me liberó.

—Gracias por venir a buscarme Rimuru. Dijiste que es hora de cenar, ¿vamos?

Me extendió la diestra no como lo haría un simple amigo, la tomé con alegría.

—¡Vamos! — contesté expectante.

—Mañana juguemos en el laberinto, hagamos morder el polvo a todos.

—Tu lo has dicho.

¿Lindo no? Alguien que ha visto lo peor de mi, con quien no tengo que fingir y puedo ser tal como soy. Mi gran amigo, el chico que me gusta y el héroe que me salvó en todos los sentidos en qué podía hacerlo. Porque un día de romance entre nosotros en uno más en nuestra existencia, algo que no cambia y también que lo hace por completo.


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