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Pastel Mil Hojas por aheijiletssingashu

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Notas del capitulo:

Esta obra está disponible en Wattpad con mi seudónimo Natsunoxx_ 

El fuerte retumbar de la puerta al cerrar, y el paso fuerte al andar eran suficientes para que los vecinos de abajo pensaran que era un terremoto. Y aunque así fuera, la furia de Sano Manjiro no podría ser descrita con esas pequeñas palabras.

Si bien, con la molestia que sentía, si seria capaz de destrozar el lugar. Pero, ¿Que era lo que había causado dichos sentimientos en el joven rubio de un tamaño menor al promedió?. La respuesta podría ser algo irónica y tonta, se habían comido su trozo de pastel de mil hojas.

Aunque pudiera ir a la pastelería a encargar más, no se podría, ya que la repostera estaba de vacaciones; y era la única que vendía ese tipo pastel en la cuidad nipón.

Si, también pensó en hacerlo el mismo, buscando los ingredientes en linea. Pero, no creía que su vago conocimiento de cocina lograría replicar la maravilla francesa que era la mil hojas.

No es como si no lo hubiese intentado, la masa de hojaldre se desmoronaba y el merengue sabía más amargo que dulce, pensó que el azúcar polvoreada lo solucionaria, metiendo el intento de postre en el horno. Para la cereza del pastel, se había quedado dormido a la mitad de la cocción y terminó con una casa llena de humo, siendo regañado por Enma.

No considero pedirle ayuda a ninguno de sus amigos para saber si alguien tenía un talento decente para la cocina. Incluso él prefería comer afuera de su casa.

Siendo unos de los matices de su personalidad ser infantil, se había encaprichado con la delicia francesa que probo en el cumpleaños número quiensede su adorada hermana menor.

Recorbada cuando su hermanita trataba de meterle la cuchara en su boca para que dejará de quejarse en su fiesta.

—Vamos, Mikey dí "aaah" —Dijo la muchacha riendo —Es buenísimo, lo probé con Ken en una de nuestras citas, aunque andaba algo raro...

Manjiro al oír eso último, se quedó un rato quieto a lo que ella aprovecho y metió la cuchara en su boca.

El crujiente sabor de la pasta de hojaldres, era el camino rudimentario que te llevaba al sabor fuerte y exótico del merengue mezclando con la crema pastelera quien bailaba tímida ente los dos sabores en un suave vaivén.

—Joder, Emma...—Se quejó mientras limpiaba el resto de sus labios — Pero si estuvo bueno, ¿Como se llama?

—Es francés, le dicen Mil hojas —Fue lo último que dijo, por qué vio a su novio acercarse a ella, su rostro está un poco serio. Hasta Mikey se siento incómodo por el aura que desprendía el de mayor altura, se puso de pie para preguntarle si había pasado algo malo pero sintió unos golpecitos en su hombro. Volteó y su corazón de un vuelco.

—Ho-hola Mikey-Kun —Hablo un nervioso Takemichi quien miraba hacia él luego a Draken quién se había llevado a la chica rubia a parte —¿Te gustaría bailar conmigo?

Teniendo en cuenta que era una fiesta y su Crush le estaba invitando, no puso objeciones cuando tomó la mano del muchacho y lo llevo al centro, no pudo estar más feliz esa noches.

Volviendo al presente. Solo podría a ver dos culpables de este vil crimen, las cuales charlaban tranquilamente en el sofá. Calladamente, se ubicó en el sillón izquierdo, al lado de una mesita que era custodiada por un gato de porcelana con rasgos chinos, un regalo de cumpleaños de Baji y Chifuyu.

Ajeno a la conversación, y no es como si lo quisieran hacer participe, analizo a los dos de esta, tratando de encontrar una tenue pista del hecho ocurrido, y por supuesto que era obvio su intención.

Simplemente, que era tierno ver al chico inflar los mofletes mientras entrecerraba los ojos café oscuros que poseía, por lo cual, no le hacían caso. Sano fijo su vista en la opción más sensata, Hanagaki Takemichi; y como si hubiera cierto, el muchacho de ojos azules se estremeció. Y los ojos del rubio brillaron.

—Tengo un asunto que atender —Hablo su mejor amigo Kenchin, mientras metía las manos en sus pantalones —¿Vienes o te quedas, Cariño?

—¿Me quedó?

—Claro, no hay problema —Una sonrisa que ocultaba su verdadera intención se reflejaba en los labios de Manjiro —Siempre serás bienvenido aquí, Takemichi, todo lo que gustes

Sus ojos marrones aún reflejaban el amor que no desaparecía de su ser, pesé a ser doloroso.

—Bueno, si estás de acuerdo. Mikey, acompañalo a su casa.

Kecchin le dio un beso en la mejilla al de ojos azules. Haciendo que el rubio volteara al otro lado aún se hacia la idea sobre lo que pasa entre ellos dos.
Y no es que tuviera un problema con eso. Es solo que, nunca es fácil aceptar que la persona a la que quieres, lo hace a alguien más.

Eso ya era un asunto aparte. Estando una vez solos, se sintió libre de sentarse al lado del pelinegro. El olor picoso del perfume del chico se apodero le hizo arrugar la nariz, haciendo reir a Hanagaki por el gesto.

—Que tierno... —Murmuró , pero al darse cuenta de la mirada ajena, que se volvió un poco intensa, corrijo su palabras - y-yo... lo quiero decir...lo siento..

—Descuida, lo tomaré como un cumplido y más si viene de ti —Le guiño el ojo, siendo muy consciente que era el novio de su mejor amigo.

Sin embargo, estando cerca del chino, reconoció un olor más dulce, uno que reconocería en cualquier lugar....

—Entonces...Take ¿Como esta Hina-chan? —Preguntó, llamándole por esa pequeña abreviatura. Él otro se removió de su asiento.


—Muy bien, le va bien en su nueva escuela —Miró a otro lado, rascándose la nuca —.Ella lo ha tomado bien, eso me alivia, no me gustaría perderla por algo así, aunque entiendo sus razones.

—Me alegro, es una buena chica.

—¿Y Emma? No la veo desde entonces...— Se vio obligado a preguntar el ojiazul.

—Bueno, aún esta procesando todo —Fue lo más cercano a lo que pudo responder, Emma había vuelto a América como estudiante de intercambio, dejandolo solo y dolido a pesar de sus llamadas poco frecuentes, le entendía perfectamente.

—Sabes que quiso a Kenchin desde hace mucho tiempo —Sus brazos se cruzaron en su pecho, su cejas se fruncieron —Ustedes no pudieron si quiera esperar a que pasara su cumpleaños, para que Kecchin terminara con su relación.

—Lo se...yo..

—Y tu, fuiste igual de insensible invitándome a bailar —Inquirió el otro alzando un poco su voz, el ambiente calmado de la habitación se tenso, y el asunto del pastel fue dejado a tras. Ahora sus sentimientos reprimidos por días salieron a la luz, le miró a los ojos — Yo estaba feliz...
pensé que sentias lo mismo que yo.

—Pero al final, no fue así —Expresó con tristeza, una sonrisa a medias salio sus labios.

—Mikey, se que me equivoqué...no de hecho.... es imperdonable —Los ojos de Hanagaki estaban llenos de culpa, por sus errores infantiles, sabía bien que no podía justificarlos —Pero...no sabía que sentias eso por mi, lo siento.

Iba a ponerse de pie, cuando una mano lo jalo y empujó a su asiento original.

—Mi hermana es hermosa y joven aún, encontrara al chico ideal, y puede que no les perdones esto —El chico miranba a Mikey sin entender bien por que lo retenía —pero en cuento a mi, no importa... eres feliz y yo... Te prefiero con esa sonrisa tuya.

Las palabras que no pudo evitar salir, causando que el chico se sintiera confuso. Sin embargo, para Mickey quién estando cerca suyo tomo repentinamente posesión de sus labios, probando su suave sabor.

Sano delineado los labios ajenos, aunque no tuvo respuesta por parte del chico, metió su lengua sintiendo un sabor desconocido, encontrando ligeros rastro de merengue en la boca de Hanagaki, este le dió un apretón en los hombros por la falta de aire que le ocasionó el repentino beso.

—Fuiste tu —Se apresuró a decir, la expresión confusa del culpable era notoria mientras procesaba lo que acaba de ocurrir. Mikey lo había besado. ¿No se suponía que debía estar molesto por ser el causante de la ruptura del noviazgo de su hermana?

—Tu tomaste mi pastel.

—N-No pensé q-que te molestaria— Balbuceó nervioso, queria irse de allí—Te conseguiré otro.

—¿Pero que dices? Si lo he encontrado —Hanagaki se sintió más fuera de lugar, mientras era acorralado por el otro —En tus labios,Take.

Finalizó robadole otro beso, más lento, totalmente ido, ilusionado por ser correspondido. Takemichi se removía debajo de él. Siendo esta una acción que claramente estaba mal. Y como si no llevara más pecado sobre si, se sintió caliente por el peso del rubio sobre su cuerpo.

Los mechones de su cabellera le hacían cosquillas en la cara, mientras los labios se apretujaban sobre los suyo, movió una mano sobre la cintura de Mikey para que esté se pegará más.

La falta de oxígeno los interrumpió, ambos se miraban deseosos y consumos sobre lo siguiente que iba a pasar.

—Él nunca hace esto —Comparó el de cabellos oscuro, no hay que ser muy listo para saber de quien hablaba.

—Supongo que esto tampoco —Le continuó estrechándose más al cuerpo del contrario, recorriendo con la boca su cuello, probando de la piel ligeramente tostada de Hanagaki hasta lamer la manzana de Adán, bajando en un sendero de chupetones y mordiscos haciendo temblar al chico.

Metió la mano en la camiseta hasta, siento bajo su dedo el abdomen semi-marcado de ojiazul. Sintiéndose orgulloso de las horas de entrenamiento con Takemichi, cuando este se le pidió que le ayudara a ganar resistencia. Más por que podía apreciar su cuepo sin camisa en aquellas tardes de verano.

Fastasiando con lamerlo y tenerlo sudoroso bajo suyo. Justo como ahora. Reclamando como suyo, aquel cuerpo temblaba por más.

La mano de Manjiro se dirigió a la prenda inferior del muchacho, siendo estos unos shorts algo flojos que solía usar el ojiazul, fue fácil para su mano bajárselos lo suficiente para dejar ver el boxer blanco que tenia un bulto a la vista.

Para este punto dejo de atacar el cuello del joven quien miraba hacia el techo siento el ardor de su piel por los chupones, no lo malentiendan, le encantaba, aunque esta era la primera vez que alguien se lo hacia. Cuando le hizo un chupetón a Hinna, por mera curiosidad de ambos, la chica tuvo que usar una bufanda para ocultárselo de sus padres. Además que se quejaba del dolor.

Takemichi bajo la vista para sentir de pronto algo mojado pasar por encina de su ropa interior, era lengua de Mikey. Este le miraba profundamente, sus respiración caliente chocaba con la tela húmeda dando una sanción extraña. Gimió mientras esté seguía dando lengüetazos sobre el boxer.

Sintiendo la lengua picar incomoda, bajo sin pedir permiso la ropa interior, el miembro siendo expuesto repentinamente golpeó el abdomen bajo de su dueño en un ligero "plap".

—Nada mal para ser un llorón,Take — Ronroneó el rubio quien lo tomó de la base, subió y bajo su mano suavemente. Torturándo al chico sobre su mano, quién parecía querer decir algo -Dime lo querías y lo cumpliré.

—Manjiro....

—Pidemelo, di que lo quieres en mi boca —Siseo Mikey, quien sentia su propia erección apretarse sobre su entrepierna, seguía masturbando el miembro ajeno, las gotas de pre-semen salian desde la punta llegando hasta sus manos. Deseando que el otro le dirá la orden para sobrarle con sus labios, el sabor de su ser.

—Ponlo en tu boca —Dijo avergonzado, sus mejillas rojas por el calor . Manjiro no tardo mucho en acumular algo de saliva para facilitar la introducción del glange en su cabida bucal. La lengua subía y baja acariciando la punta dejando saliva por el camino que sus labios trasaban, estos inchandos por el beso previo envolvian con suavidad el miembro. Las gotas aún tanto amargas, que goteban de éste por la estimulación corrían a la parte trasera de su garganta.

Takemichi temblando gruñia de placer por la atención que le daba, sientiendo que su cuerpo alcanzaría l tope del clímax, quiso apartar al rubio de su parte inferior, un tanto tarde. El ojizul terminó corriendose en el rostro de Sano, quién habia dejado los labios semiabiertos al ser apartado derrempente de su labor. Algo frustrado, sintió como la semilla de su acompañante resbalan por su rostro pálido, desde su frente hasta bajar por la barbilla y su ropsa. Algo del semen cayó en sus labios, probándole.

Sonrió complacido.

—Que lascivo es tu cuerpo, Take. Sabe como a mí amado pastel que ahora has derramando en mi rostro —Se limpio las mejillas sucias con los demos para llevarlos a la boca del nombrado. Viendo que, lo dicho por el contrario no eran solo delirios de la excitación, sino que también le sabio a dulce su semilla.

—Ahora es tu turno de chupar algo —Mencionó Mikey aún con sus dedos en la boca contraría — Usa la legua para dejar tu saliva.

Takemichi hizo caso en ello, un poco torpe. Luego que esos dos pares de dedos estuvieran ensalivados. Mikey abrió sus piernas con su otra mano libre. El chico entendió lo que su amigo iba hacer, se relajo más en el sofá, que gracias a Dios, era amplio y acolchonado.

Un dedo se coló en su interior dando movientos circulares. El segundo amplió más su estrecha entrada. Besos y mordidas recibía sus muslos internos, cuando un tercer dedo se metió en su interior.

—Ah-ahg..allí...

Se escuchó gemir cuando su punto interno fue encontrado. Su miembro otra vez se alzaba erecto antes las caricias de Manjiro. Quién listo para reclamarlo como suyo, había retido su mano de la entrada del chico para desvestirse. Unos ojos azules se posaron sobre su cuerpo cuidado, bajando por el abdomen hasta que su saliva se entraganto en su garganta al ver la parte que pronto estaría dentro suyo. Erguida y goteante sobre unas venas algo marcadas.

Mikey beso su rostro, haciéndole reír por su gesto atento pero pronto lo siento adentrarse dentro de su pequeño agujero. Se encogió por el dolor.

—Descuida, ya pasará, lo haré lento... nunca te lastimaria — Esto último su susurrado a lo bajo, Takemichi se sorprendió por lo dicho, siendose cálido por dentro, un sentimiento de plenitud embriagó a los dos,cuando Mikey estuvo dentro totalmente. Este movió sus caderas dándole profundo, sosteniendole por las caderas, de una forma que seguro dejaria marcas en la piel.

Ambos gemían sin escrúpulos. Daba igual si los vecinos de abajo creían que se caería el techo por el golpeteo del sofá. Sano se inclinó hasta el pecho del contrario, los pezones del pelinegro fueron estimulados por su lengua, la  piel ajena ardía y el frió que soplaba sobre ella le hacía estimularse más.

La entrada apretó su glangle, robándoles un gruñido, sabía lo que significa así que aumento en ritmo de sus movimientos. El ojizul abrió los ojos por la repentina ola eléctrica que paso sobre su espalda, su punto G siendo arremetió. Se liberó entre ambos abdomenes, y el calor se acumuló dentro suyo, el hilo de semen se hizo prente bajo sus piernas como señal de lo que acababan de hacer, ambos recuperando el aliento.

— Martes, a las 12:30 pm, dejare otro trozo de pastel —Hablo con voz ronca y cansada, Mikey, este reposaba sobre él. Quien parecía dispuesto a compartir, convenientemente una vez más. Porqué sin duda alguna, el pastel mil hojas sabían mejor dentro de la boca de ese chico, su nuevo sabor favorito.


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