Estaba parado frente al enorme ventanal que predominaba su cuarto mientras observaba el movimiento frenético de la ciudad. Hizo un gesto de desagrado pero continuó en silencio escuchando por el manos libres
- ¿Terminaste? – escuchó la respuesta mientras respiraba hondo – perfecto, porque ahora hablo yo. No T'Challa, sino el rey. Desde este momento estás en exilio. Tienes prohibido... ¡cállate! Tienes terminantemente prohibido pisar suelo wakandiano. No, si lo haces serás expulsa... mis órdenes no se discuten ¡se cumplen! Mientras yo sea el rey, ni tú, ni... ¡dije que no! ¡ninguno pisara suelo wakandiano! ¡jamás! – bajo el rostro – sabes que es lo correcto – ya con voz suave –. Nunca olvides que lo eres todo para mí. A... adiós mi amor – escuchó un momento y tratando de disimular su voz quebrada dijo – sabes lo que debes hacer – y volvió antes de tambalearse
Se sentía débil. ¿Por qué le hacía las cosas tan complicadas? ¿Acaso no entendía que esta era su última prueba de amor? Ya no tenía más fuerzas. Cerró los ojos conteniendo sus lágrimas. Le había llamado porque quería escuchar su voz y habían terminado discutiendo
No se sentía bien. El mundo giró a su alrededor mientras escuchaba a alguien gritar a lo lejos. No quería gritos, quería...
Lentamente volvió en sí. Escuchaba una discusión a lo lejos. Era su hermana y su madre
- No lo acepto – gritaba Shuri – debo salvarlo
- Él lo eligió así – decía Ramonda – entra a verlo. Despídete de él – suplicaba la reina madre
- ¡no morirá! – gritó la princesa fuera de control y se escucharon pisadas que corrían alejándose del lugar
- Madre – suplicó con voz casi inaudible. No quería morir solo
La princesa Shuri de Wakanda jamás olvidará el día que su madre entró lentamente con sus ojos llorosos. Ella que siempre había sido una mujer con un porte que inspiraba respeto allá donde fuese, ahora se veía tan débil. Había exigido que todos salieran del laboratorio. Tenía que concentrarse. La frecuencia cardiaca de T'Challa había caído a treinta y un latidos por minutos. Se moría. Y ella le suplicaba a Bast a medida que la hierba de corazón sintética se imprimía con un taza de confianza de apenas veintinueve puntos uno por ciento.
- Shuri... – susurro la mujer
- Ahora no madre – dijo está volviendo al trabajo
- Hija, te necesito – susurro Ramonda – eres todo lo que me queda
- No – susurro la chica – por favor no... ¿Griot, dime su frecuencia cardiaca?
- Tu hermano está los nuestros ancestros
- No... no... no... Griot, la frecuencia cardiaca, ¡ahora!
- Lo siento princesa – dijo la A.I. – el rey T'Challa a muerto
El grito en todo los confines del país. El dolor, la rabia, el desconsuelo. Ni siquiera tras la muerte de su padre se había sentido así. Herida... traicionada y... sola. Así la había dejado su hermano mayor. Su héroe. Quien no confió en ella para buscar la cura a su enfermedad.
Ya no tendrían más conversaciones sobre remodelaciones a trajes de pantera negra. Ni saludos casuales que la hacían sentir solo una humana, y no una de las mujeres más poderosas del planeta, no podría pararse en el balcón de su habitación y mirar hacia la derecha para ver movimiento en la habitación del rey y escabullirse para hablar de trivialidades. ¡Y todo por irresponsable! Tal vez si hubiese puesto más atención hubiese visto lo obvio. Tal vez si hubiese sido una mejor científica su hermano estaría ahora en su despacho revisando documentos, o pasando por las calles Birnin Zana conversando con los comerciantes. Tal vez si... nunca sabría la respuesta a ese tal vez
El camino hasta el lugar donde t' challa descansaría eternamente fue doloroso, como doloroso sería volver a recorrer esas calles sin él. La nave funeraria recogió el ataúd que se llevó su mayor derrota en la vida. Haberle fallado a su hermano
El año que seguiría a esos días sería terriblemente doloroso. No se sentía capaz de abandonar el laboratorio. No importaba cuanto se lo pidiese su madre, no podía. Debía encontrar la cura. Debía demostrar que ella era la responsable de esa desgracia. Debía pedirles perdón a sus padres, a Wakanda pero sobretodo debía pedirle perdón a su hermano
Según sus tradiciones, debían incinerar la ropa del difunto rey. Ella ya había pasado por eso. Ya sabía que era también como morir un poco, por eso debía aceptar que él ya no volvería. Pero no podía. ¡Simplemente no podía! Ya había enterrado a su padre, ¿debía enterrar a su hermano también? Y esa desesperación que tenía su madre por hablar del tema no la soportaba ¡no era justo!
Su madre había asumido la regencia y a ella poco le había importado que no le hubiese pedido su opinión. Ella nunca tomaría el trono. Era de T'Challa no suyo. De hecho, desde... "eso" sentía que ya nada le pertenecía.
Una noche su madre entró a su laboratorio y pidió que la acompañase. Prácticamente la obligó a salir del palacio,
Caminaron un largo rato a la orilla del río, y aunque solo eran ellas dos, sentía que alguien más estaba con ellas, de cierta manera eso la inquietaba, ya que su madre le había pedido que dejará sus piedras Kimoyes en su laboratorio. Habían caminado cerca de una hora, cuando su madre le pidió que se sentara con ella alrededor de una fogata que habían hecho minutos antes
- Esta es la única manera de sanar esa... herida que tienes a causa de la muerte de tu hermano
- Estoy bien, madre – dijo ella – no tienes que preocuparte por mí. Él ya no está per...
- T'challa murió pero no significa que no esté – interrumpió su madre – después que él se fue lo he sentido en...
- Solo es tu imaginación – dijo la princesa
- Nakia te ha llamado y no le has respondido
- Ando ocupada – dijo la chica mirando el agua – igual que ella mientras mi hermano moría
- Toma – dijo Ramonda entregándole unas prendas blancas
- ¿cómo las conseguiste? – dijo Shuri sorprendida
- ¿eso qué importancia tiene?
- ¿esto tiene que ver con tu ritual? – pregunto la chica
- Quemar las prendas funerarias marca el fin del periodo de duelo y el principio de una nueva relación con nuestros seres amados que han fallecido
- No puedo hacer esto, madre – dijo con la voz entre cortada –, si me siento a recordar demasiado a mi hermano, no solo quemaré estas prendas... quemaré este mundo... y todo lo que hay en él
- Shuri – exhaló su madre – hija, hay algo importante que debes saber sobre tu hermano...
Sin embargo la conversación fue interrumpida por la llegaba del rey de Atlántida.
No pasaría mucho tiempo antes que la princesa Shuri se sentara nuevamente frente a un ritual funerario. Esta vez con las ropas no solo de T'Challa sino también de su madre. Le había cedido la regencia de Wakanda a M'Baku y una fuerte alianza con Namor. Ella había decidido aceptar la invitación de Nakia para visitarla en Haití. Había sido recibida por la ex agente y llevada hasta la playa trasera de su casa, donde intentaría ponerle fin a su dolor. Tal vez al final su madre hubiese tenido razón. Solo que esta vez no solo serían las prendas de T'Challa sino también las de su madre
Cuando el fuego ya se empezaba a apagar sintió pasos detrás suyo y se limpió sus lágrimas
- Shuri ¿ya podemos unirnos? – preguntó Nakia detrás suyo. Giró y la vio parada junto a un niño de unos cinco años – él es Toussaint – dijo la guerrera – Toussaint, ella es tu tía... Shuri
- Hola – dijo el niño sonriendo mientras Shuri lo miraba atónita
- Se decidió que lo mejor sería que él viviera aquí – dijo Nakia – lejos de las presiones del trono. Tu padre, tu babba, nos preparó para su muerte ¿no es así? – le pregunto Nakia al niño quien asintió – pero prohibió que fuéramos al funeral, porque sentía que no era el momento indicado, así que se hizo una ceremonia para él, pero aquí
- Lo escuche – dijo Shuri – no sabía que era... ¿lo pudo conocer mi madre?
- Claro que sí – dijo Nakia
- Gusto en conocerte – dijo Shuri levantando la mano
- Lo mismo digo – contestó el niño chocando la palma
- Toussaint es un nombre muy bonito – dijo Shuri – tiene una larga historia
- Gracias – dijo el príncipe animado – el tuyo también es cool. Eso creo – y Shuri no pudo evitar reír animada
- Dile tu nombre wakandiano – dijo una voz varonil detrás de ellos y Shuri giró sorprendida
- Mi nombre es T'Challa, hijo del rey T'Challa, príncipe heredero de Wakanda
- ¿sargento Barnes? – pregunto Shuri sorprendida
- Bienvenida – dijo Bucky mientras cargaba un bebe moreno de alrededor de un año que tenía un mirada que la hizo estremecer. Una mirada que hacía más de un año que no recibía
- Papi – dijo Toussaint corriendo hacia el hombre que lo recibió con los brazos abiertos – mi tía ya hizo el ritual como la abuela quería
- Eso la ayudara con su dolor – dijo james
- Y también que nosotros la queramos muchos – dijo Toussaint
- También – dijo Bucky sonriendo
- Baba ati awọn obi estarán felices – dijo Toussaint
- Bienvenido alteza – dijo Nakia
- Sabes que me, molesta que me llames así – dijo Bucky
- Y por eso lo hago – dijo la chica viendo bufar al soldado y reír al niño
- ¿cómo estuvieron las cosas por aquí? – pregunto Bucky
- Bien – dijo Toussaint sonriendo
- ¿comiste el cereal? – pregunto Bucky entrecerrando lo ojos
- Se acabó – dijo el niño sin pensar
- Lo compre ayer – dijo el militar
- Pero se acabó – dijo Toussaint encogiendo los hombros – la tía Nakia lo vio – dijo señalando
- Tengo... tengo una... reunión en el colegio – dijo esta – nos vemos luego princesa – y se alejó deprisa
- Nakia... – dijo Bucky pero esta ya se había ido por lo que giró a ver a su hijo
- Tengo tarea y tía Nakia se molesta si no la hago – dijo Toussaint antes de correr hacia su habitación mientras el bebe de los brazos de Bucky reía
- Perdón por eso – dijo Bucky mirando a la princesa – cuando ese par se junta...
- ¿él...? – susurro Shuri con un hilo de voz
- Te presento al príncipe Azari – dijo Bucky sonriendo – tu otro sobrino
- ¿también es hijo de...?
- Nació después de... – dijo Bucky mirando al bebe – aunque sabía que lo esperábamos, él decidió el nombre
- Tú... – susurro y su mirada se posó en la mano derecha del hombre – el anillo de la reina...
- Me lo dio el día que nos casamos – dijo Bucky mirando su mano – fue una ceremonia muy sencilla e íntima, pero hermosa. Solo él y yo. Se lo entregaré a Toussaint el día de su matrimonio. – james respiró hondo – todos estos meses he intentado hablar contigo. Al principio supuse que no querrías hablar conmigo por eso le pedí a Nakia que te llamara. Pero cuando te rehusaste a hablar con ella entendí que menos querrías hablar conmigo
- ¡no lo puedo creer! – dijo Shuri – ¡me oculto todo...!
- No fue a ti – dijo Bucky – se lo ocultó a Wakanda
- ¡y tú se lo permitiste! – dijo la morena
- Yo se lo pedí
- ¿por qué?
- Acompáñame – dijo Bucky empezando a andar mientras se alejaban de la casa
La playa era realmente paradisiaca. La brisa del mar le acariciaba la piel y la estremecía al mismo tiempo. Se sentía tan parecido a cuando su hermano la abrazaba al visitarla en su laboratorio. Miró a su alrededor y de pronto noto que había muchas cosas que demostraban que ese era un hogar wakandiano. Detalles que tal vez a muchos les parecería triviales, pero para ella eran prueba irrefutable de que esa era la casa de su hermano. Su verdadero hogar
- ¿sabes dónde vamos? – preguntó Bucky cuando Azari lanzó un gritillo de alegría – T'Challa sabía perfectamente que el concejo jamás aceptaría tan fácil nuestro matrimonio – le dijo a Shuri – por lo tanto ni Toussaint ni yo podríamos ir a Wakanda en mucho tiempo. Luego vino lo de... su enfermedad. Se lo pedí muchas veces... pero siempre me lo negó. Le dije que podría ir solo como americano y quedarme en mi vieja choza. "tú no eres solo un americano, eres el consorte real" esa fue su respuesta. Así que trajo a Wakanda aquí para nosotros
- La noche que me enteré de su enfermedad... él discutía con alguien al teléfono – dijo Shuri – exilio a alg... eras tú
- No quería que lo recordáramos postrado en una cama – dijo Bucky – sino como el hombre fuerte. Como la pantera negra que conocimos
- Debió ser difícil – dijo Shuri
- No tienes idea – dijo Bucky con voz quebrada –. Todo lo que quería era sostener su mano y no me dejó. Lo entiendo, y aunque lo perdono, no deja de doler – y la miró sonriendo – te va encantar este lugar
Se escuchaba una caída de agua no muy lejos. Shuri estaba casi segura que era una cascada. Y no pudo pensar en la catarata del guerrero, el lugar donde deberían estar coronando a M'Baku en ese momento. Y fue cuando lo entendió todo. Toussaint era el nuevo rey y al renunciar al trono ella había traicionado a su sobrino. ¡Bast! ¿Qué había hecho? Traicionó a su hermano
- Hiciste lo correcto – dijo Bucky de repente sacándola de encimamiento
- ¿Cómo? – dijo Shuri
- Permitir que M'Baku asuma el trono. Será un buen líder para Wakanda
- El trono es de Toussaint – dijo Shuri angustiada – T'Challa...
- No – interrumpió Bucky – no, no. Ni T'Challa ni yo queremos esa presión para él por ahora. Es solo un niño. Y si tú no estás en posibilidad de asumir el trono en este momento, M'Baku es la mejor opción. Tu hermano lo aprobaría y Wakanda estará en buenas manos. Estoy seguro que llegado el momento Toussaint se presentará y reclamara su derecho para honrar a sus ancestros, por ahora déjalo hacer travesuras
- ¿Cómo...? Tú y mi hermano...
- No lo sé... – dijo Bucky – nunca me detuve a pensar como, solo... lo viví. Venía tan seguido como sus responsabilidades se lo permitían. Amaba Wakanda y se sentía honrado de ser su líder, pero decía que venir aquí lo volvía solo hombre. Padre... esposo... hijo... hermano – y señaló hacia adelante por lo que instintivamente Shuri miro hacia el lugar
- ¡Bast! – susurró la princesa mientras su lagrimas caían
- Mandó construir este lugar para ti cuando le confirmaron su enfermedad – dijo Bucky – pensó que necesitarías un refugio
Shuri quiso gritar pero su dolor era demasiado hondo
Flashback
Tenía ocho años y su hermano ya casi cumplía los veintitrés, estaba de vacaciones en Wakanda, y las responsabilidades reales que venían con ello, pero siempre encontraba tiempo para ella, para ser solo hermanos. Ese día su padre la había regañado por no haber asistido a su clase de etiqueta por terminar de programar su nueva A.I.
- Estúpidas tradiciones, como si fueran más importante que la ciencia – dijo la niña arrojando su almohada
- ¡oye! – dijo T'Challa cubriéndose para entrar a la recamara cuando la almohada pasó rozando su cabeza – no soy el enemigo
- ¿qué quieres aquí? – gruño la chica – déjame adivinar... ¡eres mi carcelero!
- Más o menos – dijo el príncipe moviendo la cabeza dubitativamente – ahora camina. Necesito que me ayudes con algo
- ¿que escuche? – dijo Shuri con ironía – ¿su alteza real, el príncipe, el hijo perfecto me está pidiendo ayuda? ¡a la científica loca!
- ¿vas a protestar toda la noche y a exponerte que madre venga a arrastrarte a tus clases aburridas y babba te aumente el castigo? – dijo T'Challa – ¿o... prefieres mi regalo?
- ¿qué regalo? – pregunto Shuri intrigada
- Camina, y en silencio – dijo el príncipe en voz baja mientras salían al pasillo mirando si no había moros en la costa – si madre nos descubre y me delata con babba seremos dos los castigados, y no creo que nadie nos salve – avanzando por un pasillo antes de doblar a la izquierda y esconderse entre dos muros
- ¿te estás arriesgando por mí? – susurro Shuri
- ¡y si no corres me asesinaran por ti! – grito T'Challa empujándola
- ¡Okoye! – grito Shuri en medio de una carcajada echando a correr
- ¡corre! ¡corre! – gritaba el príncipe detrás suyo
- ¡príncipes, regresan ahora! – gritaba la guardia
- ¡salta por la ventana! – grito el moreno – ¡salta por la ventana!
- ¿estás loco? – grito Shuri
- Mejor loco que muerto – gritó T'Challa jalándola del brazo –, o peor aún, castigado antes de tiempo – y saltó por una ventana hacia afuera. Eran al menos veinte metros de altura los que cayeron mientras ambos hermanos gritaban antes de aterrizar sobre paja
- ¿cómo sabias que esto amortiguaría nuestra caída? – pregunto Shuri medio desorientada
- No lo sabía – dijo T'Challa – levantándose y ayudando a hacerlo también
- ¿estas bromeando, cierto? – dijo Shuri atónita – ¡pudimos morir!
- ¿dónde está tu sentido de la aventura hermanita? Mira que están a punto de descubrirnos
- Babba – susurro la chica viendo una sombra acercarse
- Camina, genio – dijo T'Challa empujándola hacia la sombra
El camino por la sabana africana de noche era peligroso, pero Shuri no tenía miedo, su mayor héroe la acompañaba, su hermano mayor. T'challa pronto recibiría el manto de la pantera negra y ella estaría allí. Inventaría la mejor de las tecnologías para evitar que algo lo lastime. Siempre estaría allí para cuidarlo. Después de todo no siempre sería una niña
- Confía en mi Shuri – le dijo el moreno poniéndole la mano en el hombro – no importa lo que pase, yo siempre estaré contigo
Fin del flashback
Era una choza casi tan simple como en la que Bucky se había alojado en su estancia en el país africano, y para muchos parecía un insulto que la reina regente del país más poderoso de la tierra se alojarse en un sitio como aquel, pero el regalo de t ́challa solo probaba cuanto amor, respeto y admiración sentía por ella. Era una especie de mano tendida diciendo que él aún estaba ahí, con ella. Que no la dejaría sola sin importar cuan negro se viera el panorama
- A los niños y a mí nos encantaría que te quedaras en la casa... con nosotros – dijo Bucky –, ya sabes, en familia. Pero entenderemos si prefieres quedarte aquí. Lo único que queremos es que tú estés bien
- Yo...
- Tú nunca le fallaste – dijo Bucky – así debía de ser. Deja de culparte. De él aprendí que la muerte no es el final. Es más un punto de partida. Alcanzas con ambas manos a Bast y Sekhmet, y ellos te llevan al llano verde donde podrás correr por siempre – y sonrió nostálgico mientras colocaba una llave en su mano – me gusta imaginarlo justo así. Feliz. Libre. Hazlo tú también. Él lo quería así
Con paso tembloroso entró al lugar, era una copia exacta del primer laboratorio que le había regalado. Pero a diferencia de aquel, el principal objetivo de este era su paz mental y emocional, cosa que dudo poder recuperar al leer: "no importa lo que pase, yo siempre estaré contigo"
Shuri se cubrió la boca para contener el grito desgarrador que amenazaba con salir de su boca. Con ella. Lo podía sentir. Tal como le había dicho su madre aquella noche junto al río. T'challa estaba ahí,
Sintió una mano sobre su hombro por lo que giró a mirar al dueño
- Bienvenida a casa... hermana – dijo Bucky regalándole una sonrisa radiante
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La cena ya estaba servida cuando Shuri llegó a la casa, hacía tres meses que había llegado a Haití y la verdad es que le había hecho mucho bien. Se sentía más como ella misma, aunque sabía que le falta mucho para poder decir realmente que estaba bien. Como cada noche Toussaint protestaba para comer verduras, pero ya había aprendido que si le hablaba de ciencia el pequeño se volvía más dócil. Azari estaba activo sentado en su silla alta negándose a comer y dándole verdaderos dolores de cabeza a Bucky. Miro hacia la repisa de la sala y la sonrisa de su hermano al lado de un retrato de sus padres le dio la bienvenida. Definitivamente estaba en casa