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Expensive Love por SYRY

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Notas del fanfic:

Regalo de Cumpleaños por adelantado a Tamy. Quizá lo alargue o quizá lo deje así. Saludos

Notas del capitulo: Bien, sé que debería estar escribiendo y actualizando otras cosas. Pero este es un regalito para Tamy, por su cumpleaños. El final está muy abierto, y no llega a haber lemon. Quizá lo alargue, quizá no. De momento, Disfruten.

Expensive Love

 

Por Syry

 

Fanfic basado en: Yu-gi-OH!

 

Pareja: Seto & Joey

 

Género: Romance

 

Advertencias: AU, cambio de situaciones y un poco de personalidades. Vocabulario vulgar y grosero. Lemon.

 

Disclaimer: Nada me pertenece. Lástima, sería un anime yaoi n_n

 

CAMPAÑA LE FAY: No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo. Si conoces una historia robada denúnciala, no dejemos que el trabajo de los autores se vaya a la basura. Campaña promovida por Katrinna Le Fay, a la cual me adhiero.

 

Amor Costoso

 

 

 

 

Eran las doce y cuarenta de la noche, la música retumbaba en el lugar, junto a las luces de colores que inundaban el prostíbulo. Jóvenes vestidos con escasas ropas iban de un lugar a otro, sirviendo copas, ofreciendo sus servicios, saludando a conocidos. Había hombres en la pista de baile, más pendiente del espectáculo que ofrecía uno de los prostitutos que de la música en sí.

 

El lugar era muy afamado, gracias especialmente a los dos putos más codiciados: Black y White Dragons. Un rubio y un castaño. Los más acechados, aclamados y caros. El rubio poseía una voz melodiosa, que ayudaba en su parte del espectáculo nocturno, y el Castaño tenía un talento innato para los instrumentos. Juntos eran una combinación explosiva. Más de un valiente había contratado ambos servicios a la vez, saliendo satisfecho... y sin un solo yen.

 

Lo que nadie imaginaba era el tórrido romance que ambos chicos mantenían. Desde poco después de conocerse y que la tensión sexual fuese demasiada, empezaron a tener encuentros furtivos, fuera o dentro del trabajo, sin que nadie se enterase. Al principio fueron encuentros esporádicos, luego semanales. Ahora eran diarios. Eran realmente una pareja... aunque un tanto extraña.

 

Tuvieron que aprender con dolor que la famosa frase que decían cuando te contrataban en ese tipo de lugares era dolorosamente necesaria. "No te enamores". Tan simple como eso. No es que no puedas enamorarte, es que no debes, porque te ciega, te arrastra, te consume. Hace que desees ser otro, comenzar de otra manera. Su jefe, Pegasus, se lo dijo claramente:

 

"Ama al amor pero no a la persona, o te tendrá en su poder. No es absurda esta norma, todo tiene su porqué. Ojalá no te sea necesario aprenderlo de manera gráfica y personal"

 

Ahora, alejados del ruido, de las luces, de la gente, escondidos en un oscuro dormitorio, Seto y Joey, los prostitutos de lujo más codiciados, se besaban ansiosamente, tratando

de ignorar el aguijonazo de celos que atravesaba ambos cuerpos, al saber que en poco tiempo, tendrían que lanzarse a otros brazos. Se acariciaban, tratando de dejar evidencia de quien era el real dueño de sus cuerpos.

 

Cuando por el altavoz, Pegasus llamó a ambos para que se prepararan a salir, ambos se separaron sin quererlo, dejando que las manos siguiesen tocando sutilmente mientras las alejaban del cálido y amado cuerpo. Seto recompuso su fría máscara, que sólo dejaba caer ante su chico, y Joey trató que los celos y el asco a tener que dejarse tocar no rompiese su sonrisa.

 

-¿Listo?-Preguntó el castaño, White Dragon

 

-Siempre-Respondió con simpleza el rubio, Black Dragon.

 

-Bien... y recuerda...

 

-‘Sólo lo que sea necesario', lo sé, nunca faltaría a una promesa-Le sonrió sinceramente y con un suave beso salió del lugar rumbo al escenario.

 

-Lo sé... pero duele-Le dijo a la nada, para a continuación, salir el mismo hacia el mismo lugar que el Blanco Dragón.

 

Al llegar, todo estaba oscuro, Joey situado a espaldas del público, con el micrófono ajustado a la altura de su boca* concentrado en la canción, en recordarla. Se situó tras el teclado, y pronto, a la señal de un guiño hecho por su novio, empezó a tocar la melodía. A las primeras notas, el público rompió el silencio con silbidos y cumplidos. Las luces se aclararon y White Dragon giró en el preciso momento que de su boca salió la primera palabra de la canción.

 

Desde la barra, unos ambiciosos ojos verdes miraron con pasión y lujuria al rubio. Ese White Dragon le excitaba, y gracias a la buena marcha de su empresa de juego de dados, se iba a dar el lujo de convertirse en el único dueño de ese ser dorado por una semana completa. Lamió sus labios con ansia y anticipación. A su lado, Yami miraba a Black Dragon, seducido por la indiferencia de su mirada. Gracias a la ayuda de Duke Deblin, el hombre a su lado, iba a poseer ese fiero espíritu.

 

Terminó la canción y ambos Dragones saludaron al público, ignorando la mirada depredadora de los dos hombres frente a ellos. Salieron por el lado derecho, yendo juntos hacia el camerino del rubio, comiéndose a besos al entrar. Iban a disfrutar de una ardiente sesión de sexo antes de que les llamasen a trabajar. Se marcarían una vez más. Seto exploró el suave y firme estómago bajo la camisa de Licra negra, mientras mordía el blanco cuello, y Joey sólo podía gemir y ondular sus caderas contra las de su Neko.

 

Absorbidos por el placer, tardaron en notar los suaves toques en la puerta. Eran Mokuba y Yugi, los jóvenes ayudantes de los chicos. Moki era hermano de Seto, y su ayudante. Era el único no prostituto a parte del jefe. Yugi por su parte, sólo ‘Trabajaba' los fines de semana, algo así como un especial. Mientras ayudaba a su rubio amigo. Se separaron atolondrados y arreglaron sus ropas con presteza. Luego abrieron con cierto desgano la puerta.

 

-Pegasus les llama. Al parecer tienen clientes especiales-Remarcó Yugi, y ambos dragones cerraron con fuerza los ojos.

 

Los clientes ‘especiales' eran aquellos que les contrataban durante un largo periodo de tiempo, por una alta suma, convirtiéndolos en algo parecido a esclavos sexuales, no podían tener sexo con nadie más, ni actuar, ni salir de la habitación que les asignaran. Si la suma era lo bastante alta, debían irse al lugar que el cliente deseara. Mokuba abrazó a su hermano, consciente de que odiaba esos malditos contratos. Yugi tomó la mano del rubio y la apretó con gentileza

 

-Os esperan-Dijo Yugi, sin querer realmente decirlo

 

-Dadnos un minuto, por favor-Murmuró Joey con una triste sonrisa

 

-Lo siento hermano-Susurró Mokuba mientras iba saliendo. Cuando la puerta se cerró, Seto abrazó con fuerza a su Cachorro

 

-No quiero-Murmuró con dolor

 

-Seto... Mi amor... Elegimos este camino... prometimos

 

-A la mierda esta promesa-Gritó, no demasiado alto, pero Joey sintió que le atravesó el alma.-No podré soportar estar lejos de ti otra vez... no lo lograré-Dijo, apretando el abrazo.

 

-Elegimos el riesgo. Sabíamos que en nuestro trabajo no debíamos enamorarnos ni tener pareja... sobre todo entre nosotros. Pero elegimos intentarlo, darlo todo, soportar los celos. Esta es nuestra vida, Seto. Y esta no será la última vez que pase esto.-Le dijo, con tono resignado y conciliador

 

-Promételo de nuevo-Le pidió, consciente de que se tendrían que separar enseguida

 

-Prometo que sólo haré lo que sea necesario, y evitaré lo que no. Prometo que nunca dejaré de pertenecerte. ¿Sabes que te quiero?

 

-Lo sé-Besó esos labios con fuerza, con desesperación. Se separaron sin quererlo, y Seto le miró intensamente a los ojos-Yo también-Pronunció antes de marcharse, y el rubio aceptó esa torpe declaración. Su novio nunca sería amigo de las palabras.

 

-Espero que los celos no nos vuelvan locos-Y con eso, salió tras de White Dragon.

 

En la oficina, Pegasus les presentó a ambos clientes. Los dos chicos abrieron grandemente los ojos, pues eran chicos muy atractivos. Duke con sus luminosos ojos verdes, capaces de enmudecer a cualquiera, y Yami con su cabello a tres colores, y su aspecto maduro y sabio. Se miraron furtivamente entre sí, renovando sus celos al ver a tan bellos especimenes humanos tras ellos.

 

-¿Quién es mi comprador?-Preguntó seco y directo Seto.

 

-Yo-Contestó de igual manera el joven Atemu.

 

-Con lo cual... -Comenzó a susurrar Joey

 

-Sí... Tú eres para mí-Dijo intentando sonar seductor y ganándose una mal disimulada mirada de odio por parte del castaño.

 

-Seguro-Susurró el rubio, mandándole al castaño una mirada, para que se contuviese.

 

-Dragons, ellos serán por una semana vuestros dueños. Denle a cada uno lo que se merecen... lo que saben. Y por Dios, intentad controlaros.-Ellos creían que se refería a que no quisiesen evitar algún tipo de juego sexual a golpes. Pero la realidad era otra.

 

Pegasus conocía la supuesta secreta relación entre sus mejores chaperos. Y les conocía lo suficiente como para saber que si la mantenían era porque se amaban de verdad. También sabía que eran posesivos y celosos, por eso le sorprendía un poco su sangre fría en ocasiones. Mas sabía también, que el vaso estaba a punto de desbordarse. Ignoraba quién explotaría primero, pero sabía, que le partiese un rayo que lo sabía, que no iba a terminar con flores y miel. Y le dolía, pues eran como sus hijos.

 

-Claro Pegasus... Ahora, léenos las cláusulas del contrato. -Dijo Seto de manera profesional.

 

-Vivirán con ellos en sus hogares-"Maldición", pensaron ambos-Como dije, durante una semana. Harán vida como si fuesen sus parejas, lo demás se lo irán indicando los jóvenes.-Les miró con dulzura, digna de un padre-Vuestra paga será muy alta. La más alta que hayáis recibido.

 

-Bien... ¿Cuándo partimos?-Interrogó Joey

 

-De preferencia hoy, ah...

 

-Me niego. Esta noche la pasaré aquí, que el contrato empiece desde mañana-Ordenó Kaiba

 

-Bien, si eso deseas-Declaró Atemu

 

-Yo no quiero esperar, he pagado mucho dinero como para tener que ceder mi tiempo-Reprochó el de verdosa mirada

 

-Si no acepta, romperé nuestro contrato-Desafió el cachorro

 

-Por favor, jóvenes, no discutáis. Creo que mis Dragos tienen razón, es justo que se les dé una noche de descanso, ya que habrán de estar toda una semana, ¿Me siguen?-Dijo el dueño del lugar, calmando los ánimos.

 

-Bien. Mañana a primera hora. Estad listos.-Y con una mirada frustrada, Duke salió del lugar, seguido del tricolor, quien guiñó un ojo a Seto.

 

Una vez solos en el despacho de su jefe, éste último les encaró. Estaba decidido a hacerles saber que tenía conocimiento de todo, pero las miradas ansiosas por salir de allí y calmar los celos le hicieron desistir de su empeño. Le miró con algo de reproche y habló. No iba a dejarles ir sin desahogarse un poco.

 

-Espero que sean conscientes de lo que hacen. Los celos... -Ante la mirada asombrada y algo asustada de los chicos, decidió sincerarse-Sé que sois pareja. Y me ofende que creyeseis que estando en mis dominios podríais ocultarme algo. Pero eso no viene a cuento. ¿Sabéis lo que estáis haciendo?

 

-Follar-Declaró impasible Seto, ganándose un codazo del rubio

 

-Kaiba...-Siseó Pegasus, pero no pudo decir más porque Wheeler le cortó

 

-Sé que te desobedecimos, pero no dañamos a nadie, ni descuidamos nuestro empleo. Ni lo vamos a hacer. Sólo... sucumbimos, no es tan grave-Declaró White Dragon convencido de la sabiduría de sus palabras. Maximiliam suspiró derrotado.

 

-No hay peor ciego que el que no quiere ver-Dijo para sí mismo-Bien, es vuestra decisión. Os deseo suerte. Podéis iros.-Cuando se quedó solo, dejó escapar un profundo suspiro-Os dañáis a vosotros mismos-Le reveló a la nada.

 

 

 

 

 

Mientras, Seto y Joey habían llegado al cuarto del castaño, y lejos de lo habitual, en vez de devorarse se sentaron uno al lado del otro en la cama, callados y mirando al suelo, incapaces de realizar cualquier movimiento. Joey alzó la mirada, viendo a su chico más frío que nunca, pues con él desde el principio fue amable y cálido. Tomó su mano, pero el castaño la apartó sin delicadeza alguna.

 

-No-Dijo sin más explicación, y eso molestó demasiado a su rubia pareja

 

-¡No! ¡No! ¿No a qué? ¿A sentirme? ¿A que te toque? ¿A qué? ¡Como un demonio, Seto! ¿Cuándo me dirás las cosas claras?-Le espetó

 

-¡Cuando analice las cosas y deje de desear fugarme contigo, a un lugar donde nadie más que yo pueda tenerte!-Le dijo, y le agarró de la cintura, apretándole contra él y besándole con fuerza.

 

-Pues vayámonos-Le contestó Joey, mirándole con una sonrisa

 

-Hecho...

 

 

 

¿Continuará?
Notas finales:

* Es de esos micrófonos que esta sujetos como auriculares, no sé si me explico. Algo así como un manos libres

Ojalá les haya gustado. Estoy trabajando en mis demás historias, poco a poco pero sin detenerme. Besos.

Syry


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