Con tal de estar entre tus brazos...
Una mujer elegantemente vestida con un traje sastre formado por una falda y una chaqueta ambas en color negro y largo cabello rubio entro decida en el restauran Lermontan’t.
Con mirada decidida se dirigió a la mesa que se encontraba hacia el final del amplio salón un poco apartada del resto.
Un hombre de cabello castaño y ojos miel la recibió, cuando estaba a punto de estrechar su mano, ella en forma tajante la alejo con desprecio y se acomodo elegantemente en una de las sillas.
Luego de pasar unos minutos en un incomodo silencio, el hombre, inquieto, comenzó a hablar.
- Bien, ¿Cuál era el asunto del que quería hablarme Narcissa?
Más silencio...
Cuando Remus iba a intentar nuevamente entablar una conversación, observo como los labios de Narcissa se movían y decidió esperar a que ella hablara primero.
-Verás Remus, ¿Puedo llamarte así, verdad? Después de todo creo que no es necesario tanto protocolo.
Las piernas de Remus comenzaron a temblar por debajo del mantel.
- No entiendo de que habla Narcissa.
- Veo que intentas negarlo, aunque resulta imposible a esta altura; él esta al llegar, lo cité también- Ah! Y allí está, tan puntual como siempre.
Por el pasillo, guiado por el mozo se acercaba Lucius Malfoy; pero no fue sino hasta que estuvo frente a la mesa que distinguió a las dos figuras que lo esperaban, Narcissa y Remus; su esposa y su amante, juntos. Y fue allí cuando su mirada se endureció para disimular el escozor que sentía y sin embargo se limito a pronunciar algunas palabras.
- Narcissa- y se acerco a su esposa para besar su mano- Lupin- dijo con desdén.
- A que debo este honor- continuo
- ¿Y bien?- Dijo impaciente mirando a Narcissa, con ojos gélidos, que ella bien conocía, la misma mirada que le dirigiera desde que sus padres anunciaron su compromiso.
- ¿Pero querido?, ¿Qué no entiendes? Ja! Y te jactas de ser un Slithering.
- ¿Cómo? ¿Qué significa esto?- Dijo ya a punto de perder la calma.
- Narcissa, creo que ni yo ni su esposo entendemos el porque de esta reunión.
- Bien, ya que ambos están realizando el patético intento de esquivar el tema, lo diré... Lo se... Siempre lo supe...las salidas de negocios, las misteriosas reuniones,...todo; donde, cuando.
- Pero... ¿Cómo?- exclamó asombrado Remus
- ¿Como?- Dijo Narcissa esbozando una sonrisa- Digamos que conozco bien a mi esposo y se que no soy yo quien...lo pone de humor.
Lucius, quien hasta el momento había permanecido callado replico:
- Si lo sabias, si siempre lo supiste, porque ahora... ¿Qué ha cambiado?
- ¿Qué ha cambiado? Bueno...ahora viene en camino el heredero de la familia Malfoy...
- Entonces, ¿Qué quieres?-Replico Lucius impasible.
- Quiero que dejes de verlo
- Eso no va a suceder... lo sabes...
Remus continuaba callado ajeno a la conversación que estaban entablando los esposos...la noticia de Narcissa lo había dejado inquieto...un hijo... lo único que Narcissa podía darle que él no, ahora que haría, esto lo cambiaba todo...ese bebe en camino sería lo primero, Remus sabia que lo más importante para Lucius era tener un heredero... lo sabia...
- Bien, entonces esta arreglado.
- Sí.
Narcissa se retiro del restauran y Remus se quedo a Solas con Lucius.
- ¿Qué esta arreglado?
- Continuaremos como hasta ahora y cuando él o ella nazca no debe enterarse de lo nuestro.
- ... Lucius, no creo que yo pueda continuar así...
- ¿No?; pero que dices será igual que hasta ahora.
- Pero, ¿Y el bebe? ¿Que pasará cuando nazca? ¿Qué le dirás de mi?
- Nada, tu no existirás para el.- Dijo con mirada gélida
- Pero... yo te am...- Y su frase fue cortada por la mirada fría de Lucius.
- Te dije que en público nos odiamos, deja eso para la cama.
Remus lo miró asombrado, sus palabras le hicieron recordar los días en que eran compañeros de casas enemistadas, cuando la pasión y las hormonas juveniles los llevaban a ocultarse en aulas vacías.
- Pero que tonto fui, no has cambiado desde que nos conocimos, me deje ilusionar pensando que en estos años habías comenzado a sentir algo por mí. ¡Pero soy un revolcón y nada más! ¿No es cierto?
- Verdad-Pronuncio tranquilamente Lucius.
- Pues este revolcón se retira, seguro encuentras a otro fácilmente.
Remus camino con el rostro lleno de lágrimas bajo la atenta mirada de una mujer rubia...
- Muy bien bebe... papá volverá pronto a nosotros- Sonrió cínicamente
- Ahora te tengo solo para mí. Ya entendiste Remus... Eres uno más, pero yo soy su esposa... la que le dará un hijo.
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En un departamento sencillo, pero acogedor, un hombre se encontraba en la cocina preparando una cena casera para dos.
Sin voltearse escucho la llegada de su amante, quien se acercó a su oído para susurrarle suavemente.
- Has estado increíble lobito. Eres un buen actor como dicen los muggles
- ¿De verdad?- dijo volteando para verlo a los ojos- ¿Lo creyó?
- Absolutamente, cada palabra- Se acerco para besar esos labios que lo volvían loco- Espere demasiado por esto...
- Era necesario...- Ah...Lucius... te amo.
- Yo también te amo lobito...- y nuevamente poso sus labios sobre los de su querido licántropo- Eres mío... y nadie va a separarnos... nadie
- La cena esta lista- dijo separándose de los posesivos labios de Lucius
- ¿Sí? ¿Qué preparaste?
- Tu favorito. Y espero una buena recompensa- dijo con una sonrisa coqueta.
- Y la tendrás...
Pero no fue si no hasta la mañana siguiente en la que despertó entre los brazos cálidos y fuertes de Lucius que entendió que ese era su premio, despertar entre los brazos de la persona amada, preparar su desayuno, ayudarlo a alistarse... aunque fuera a escondidas lo haría y lo soportaría, soportaría todo...con tal de estar entre sus brazos.