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Entre Silencios
Por Syry
Capítulo único.
Un cigarrillo a medio consumir en sus labios, la cerveza junto al ordenador, y la pantalla frente a sus ojos, emitiendo destellos blancos. Estaba concentrado, tres líneas más y habría terminado una novela más. Pero no una cualquiera, una muy especial. La ceniza le cayó sobre el teclado y soltó una maldición. Salvó datos, puso contraseña, y fue a la cocina a por un trapo húmedo.
A la vuelta, reparó que Shuichi no estaba en el comedor. "Bueno" pensó "más tranquilidad para terminar". Llegó a su despachó y limpió con cuidado el teclado. Sin ver dónde caía, lanzó el trapo lejos, esperando terminar de una vez la novela. Sacó el archivo desactivando el Keylogger y se concentró. Quería un final espectacular, pero sobre todo, realista y sincero.
Terminó a los pocos minutos, como el genio literario que era, y fue al salón. Shuichi seguía sin aparecer. Un poco molesto, se metió en la cama, quitándose los pantalones y la camisa, ambos de color cámel. Pasó unos minutos mirando el techo, pensando, razonando. Decidió que era absurdo lo que hacía y se durmió. Poco después, Shuichi entraba en el dormitorio.
Shu se quitó despacio los zapatos, el pantaloncillo corto, el chaleco y la camisa. Se tumbó sobre la colcha, sin taparse y se quedó mirando a Yuki. Llevaban mucho tiempo ya juntos, y aún no escapaba de la boca del escritor ni un solo vocablo cariñoso. Su decisión había sido dura, pero era la correcta, lo sabía. Mañana todo terminaría, y aunque no fuese parte de su carácter, se rendía. Mañana se iría de la vida de Eiri Yuki.
La mañana los sorprendió abrazados, Shuichi se levantó sin hablarle a Yuki, quien le miraba como si fuese un bicho raro. El chico más bajo empezó a recoger sus cosas, y el rubio sólo pudo mirar, sin hacer nada. Incluso cuando Shuichi abandonó la habitación. Luego de eso, salió con paso nervioso pero seguro al salón, comprobando que era real. Que Shindo ya no estaba.
Corrió a su portátil, conectó el modem y mandó un correo a su editor, para pedirle que editasen pronto el libro. Luego encendió un cigarrillo, fue a la cocina a por una cerveza y se sentó en el sillón del comedor, mirando a la nada, bebiendo y fumando. Esperando.
xXx
Shuichi llevaba tres días sin poder cantar con alma. Llevaba dos separado de Eiri y no podía más. Le extrañaba horrores, sentía que le faltaba algo importante, se sentía mal consigo mismo porque era la primera vez que se rendía del todo, que no hacía absolutamente nada por recuperar lo perdido.
Salió del ensayo sin esperar a Hiro, caminó por las calles llenas de tiendas mirando al suelo. Fue como una intuición, levantó la mirada y halló frente a sí un gran cartel que anunciaba el nuevo libro de Eiri Yuki: Entre Silencios. Debajo de la imagen, ponía una crítica del periódico más importante de Japón; Esta rezaba así.
"Hacía tiempo que no leía una novela sentimental tan innovadora, controvertida, divertida y a la vez real, llena de personajes cotidianos que te seducen, que te hacen desear leer más de ellos. El hecho de que sea de temática Homosexual desafía lo cotidiano. Pero estamos seguros de que será vendido, pues es una joya más que sumar a la lista de Bestsellers del escritor Yuki."
La palabra homosexual se le quedó en la retina a Shuichi, quién sin dudar entró y compró el libro, en parte para seguir teniendo algo de Su Yuki.
XxX
Hacía tiempo que no estaba tan nervioso. El libro ya estaba en las librerías, pero nada garantizaba que Shuichi lo comprase. Había pensado en mandarle un ejemplar, pero dudaba que así lo leyese. Su máscara le protegió cuando Touma fue a visitarle, tan misterioso e inoportuno como siempre.
-Es verdad que se ha ido... -Pronunció con una cruel sonrisa Touma
-Sí
-Que bueno...
-...-No dijo nada, no tenía ganas de que estuviese ahí, pero se tenía que morder la lengua.
-Bueno... veo que estás algo arisco, me marcho a la empresa. Ven a verme pronto. Bye, bye.-Y se largó.
-Estúpido... -Murmuró sin sentirlo demasiado.
Ahora sólo le tocaba esperar. Y siempre escribiendo le pasaban las horas volando, así que, cerveza en mano, fue a su despacho, encendió el portátil y empezó una nueva novela.
xXx
Llevaba tres horas leyendo la novela. Le quedaban seis capítulos, pero desde que había comenzado no podía parar. Esa historia era muy parecida a su romance con Yuki... con la diferencia de que estaba escrita desde el punto de vista del rubio. En los veinte capítulos que llevaba, había descubierto muchos secretos del Rubio.
... No sé decirle con palabras lo que siento. Hace años que no soy capaz de hacerlo con nadie. Puedo demostrarlo con actos, pero odio hablar sobre mis sentimientos o problemas.
Sé que le quiero. Lo sé desde el momento en que me di cuenta de que cuando no estaba cerca era incapaz de hacer algo sin pensar en él.
No temo el que dirán. Eso me es indiferente. No me importa que sea hombre, adoro su cuerpo y me excita con él. Todo él me provoca. Lo adoro por completo...
Le quería. Eso decía el libro. Le adoraba por completo. Una sonrisa llena y feliz surcó el rostro del chico. Siguió leyendo, emocionado.
... Mi mayor miedo es que huya de mi lado. Sé que no soy cariñoso, apenas soy paciente y que el sexo es mi manera de decirle ‘Te Amo'.
Odio ser ñoño y cursi, e incluso estuve pensando en ahogarme cuando pensé que sus ojos eran más interesantes que mirar el cielo. Pero no puedo evitar pensar en eso, me hace feliz...
Soltó una corta carcajada. Sí era un poco cursi, pero también tierno y dulce, y una vez al año no hace daño. Le quedaba sólo una página. Las cuatro horas y media merecían la pena, sobre todo con ese final.
... Dudo que alguna vez sea capaz de decir con palabras un ‘Te amo', pero es lo que siento. Lo plasmo aquí, en cada vocablo impreso, desborda mi pasión, ternura y cariño por él.
Espero que me entienda. Le amo. Él conquistó lo bueno y lo malo de mí, él liberó al chico miedoso y cursi de mi interior. Pero me gusta.
Te quiero, Baka...
Cerró el libro y sonrió con dulzura. Esa misma noche volvería a su lado. Pero ahora iba a escribir él también. Una nueva canción brotó en su mente, tomó papel y lápiz y se estiró en el sofá y empezó con sus desvaríos musicales.
XxX
He prometido pedirme perdón
me he confesado con mi corazón
me he enamorado de todo mi amor
me he permitido cerrarme tu adiós
y de repente apareces tú
mientras me hablas hago que estoy dormido
te mentiría si negara hoy
que desde entonces solo sueño contigo
tú entiendes mis silencios solo tú
conoces mis secretos solo tú
comprendes cada gesto solo tú
me ha sonreído el espejo hoy
he decidido levantar la voz
he despedido mis fantasmas hoy
y me he gustado tal y como soy
y de repente apareces tú
mientras me hablas hago que estoy dormido
te mentiría si negara hoy
que desde entonces solo sueño contigo
tú entiendes mis silencios solo tú
conoces mis secretos solo tú
comprendes cada gesto solo tú
y yo sólo quiero entregarme comprenderte cuidarte
darte mi corazón quiero que llegues
a ser mi alma y mi intención
mi vida y mi pasión mi historia de amor
tú entiendes mis silencios solo tú
me subes hasta el cielo solo tú
eres mi alma y mi inspiración
[La oreja de Van Gogh,
Apareces tú, del albub 'Guapa]
Yuki miró la poesía que había escrito y por un momento estuvo tentado a borrarla, pero el sonido de unas llaves le distrajo, bajó la pantalla rápidamente y salió al salón, para encontrar como el chico con el pelo rosado luchaba con sus maletas, llenas hasta arriba. Una sonrisa burlona escapó a sus labios mientras caminaba hacia el centro, donde estaba Shuichi. Tomó la maleta en silencio y la metió en el dormitorio.
Al volverse, Shu no estaba tras él. Salió y lo encontró, mirándole sonrojado, con una sonrisa de oreja a oreja y un papel entre las manos. Cuando le tendió la hoja, la tomó y leyó, sin demostrar por fuera la alegría que le producía leer lo que había escrito.
Entre silencios me pronuncias un ‘Te amo'
Que yo entiendo sin que lo sepas.
No te pido que me lo digas, mas no me trates como tu esclavo.
Pídeme lo que deseas
Te lo traeré sin dudarlo,
Pero por favor, no me apartes de tu lado.
Tus silencios me ensordecen,
‘Te amo' me gritan.
Mis sonrisas te obedecen
Y un ‘Te amo' te repiten.
Entre silencios me amas
Y yo entre sonrisas te respondo
Entre silencios me adoras
Y con mi cuerpo te correspondo
Entre silencios, Baby,
Vivimos entre silencios
Unos silencios que amo
Porque me acercan a tu alma
Tus silencios me ensordecen,
‘Te amo' me gritan.
Mis sonrisas te obedecen
Y un ‘Te amo' te repiten.
Tus silencios me ensordecen,
‘Te amo' me gritan.
Mis sonrisas te obedecen
Y un ‘Te amo' te repiten.
Para Eiri Yuki.
Una sonrisa escapó de los labios del escritor. Un lejano recuerdo le vino a la mente, y lanzando la letra al suelo, acercó el cuerpo del más bajo hacia el suyo. Posó la mano que no tenía en la cintura en la nuca del pelirrosa y antes de besarle, susurró contra su boca:
-Es horrorosa. Gracias.
Y se fundieron en un cálido beso. Se conocían bien. Se querían. Y ambos sabían que entre silencios, siempre había flotando millones de ‘Te amo'.
Fin