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Amor a lo vampiro por Cristal

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Capitulo 13. ¿Ese soy yo?

Sentía como caía, como una oscuridad impenetrable lo envolvía... y luego como sus pies tocaban una superficie sólida, abrió sus ojos y vio ante el un gran pasillo de mármol blanco con varias puertas de madera a ambos lados, dio un paso confundido, definitivamente no conocía ese lugar, pero le resultaba familiar, demasiado familiar.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!—un grito rompió el silencio asustándolo.
-¡Rápido, Fai-san no resistirá mucho tiempo!—exclamo una voz de mujer a sus espaldas.
-¡Hai!—exclamo una voz de hombre de vuelta.
Junto a el pasaron una mujer de pelo negro largo, vistiendo un kimono rojo con adornos en dorado, y en su espalda unas alas blancas de gran tamaño. Junto a ella corría un muchacho de pelo corto negro, y un traje completamente negro, de su espalada también salían unas alas blancas de impresionante tamaño, aun que un poco menos grandes que las de la mujer, sus orejas sostenían unos lentes que no lograban ocultar unos impresionantes ojos color azul.
-¡Esperen!—se oyó exclamar a si mismo siguiéndolos por el pasillo mientras los gritos se hacían cada vez mas fuertes.
-¡Déjenme pasar, maldita sea!—exclamo una nueva voz de hombre al final del pasillo.
-¡Lo sentimos Kurogane-san, pero debe esperar aquí!—exclamaron dos niñas al uniso, una de pelo azul y otra de pelo rosa impidiendo el paso a la puerta de donde provenían los gritos a Kurogane.
-¡¿Qué pasa aquí?, no ven que una persona esta a punto de aliviarse ahí dentro!—exclamo la mujer de pelo largo parando la pelea.
-¡Mas te vale que tus mocosas me dejen pasar antes de que las mate, bruja del demonio!—exclamo Kurogane con los ojos llenos de furia y... otra cosa.
-Kurogane-san... ¿que esta pasando aquí, quienes son estas personas, donde estamos?—pregunto rápidamente poniéndose frente a el.
-Esta bien, esta bien, no hay necesidad de ponerse violento, anda pasa tenemos muchas cosas que hacer—indico la mujer abriendo la puerta.
-Hmp—Kurogane gruño pasando pro al puerta sin percatarse de su presencia.
Y entonces lo recordó, ellos no lo podían ver, estas eran sus memorias, sus verdaderas memorias y el solo era como un fantasma en ese lugar.
-Maru, Moro, ocupo agua caliente y toallas limpias—indico a continuación la mujer a las gemelas.
-¡Hai!—exclamaron las gemelas empezando a correr por el pasillo.
-Watanuki, mis instrumentos—indico a continuación entrando en la habitación.
-Hai, Yuko-sama—asintió el muchacho entrando también con una maleta en mano.
Entro detrás de ellos, confundido, ¿cómo era posible que esos fueran Kurogane-san y Fai si se veían de la misma edad que tenían ahora?
-Je, je, je, te tardaste en llegar Yuko-san—trato de sonreír Fai desde la única cama de la habitación, tomando fuertemente una de las manos de Kurogane.
-Mas te vale que te apures bruja del demonio, o yo personalmente acabare contigo sin importar lo poderosa que seas—amenazo Kurogane lo mas fríamente que pudo.
-Hai, hai, Watanuki—llamo la mujer sin inmutarse.
-¡Hai!—exclamo una vez mas el muchacho abriendo la maleta en sus manos para revelar varios instrumentos de hospital y pequeños tubos con un liquido transparente.
Tomo uno de los tubos y se lo dio a la mano extendida de la mujer.
-Esto es para que no sientas dolor, necesitare que se lo tome todo—indico la mujer entregándole el tubo a Kurogane.
Kurogane asintió brevemente y se dirigió a Fai.
-Fai, necesito que te tomes esto entiendes y entonces podrás dar a luz a nuestro hijo—indico Kurogane lo mas dulcemente que pudo lograr.
Fai asintió y abrió la boca para que Kurogane pudiera verter el liquido en ella.
-Muy bien, entonces a trabajar—sonrió la mujer poniéndose a los pies de la cama junto a un muy nervioso Watanuki.
Vio como la mujer sé ponía en medio de las piernas de su hermano, como esta le ordenaba que empujara y como los gritos de Fai se volvían cada vez más desgarradores, hasta que un llanto resonó en la habitación y Fai se dejaba caer pesadamente en la cama con sudor en todo su cuerpo.
-Es un hermoso varón—dijo Yuko envolviendo al niño en una manta y entregándoselo a Fai que lo acurruco contra su pecho dulcemente.
Se acerco con curiosidad a ver el pequeño bulto y vio como un bebe de piel blanca y unas extrañas marcas de bigotes en las mejillas, una mata de pelo rubio en la cabeza y unos ojos tan azules como los suyos le devolvía la mirada. Vio al pequeño fijamente al igual que sus padres que no podían apartar la vista de la pequeña forma.
-¡OTO-CHAN, OTO-CHAN!—exclamo de repente la voz de un niño entrando en la habitación—¡¿YA NACIO MI OTOUTO?!—exclamo la pequeña voz de un niño de pelo parado como el de Kurogane pero de color naranja y unos ojos castaños que miraban a Kurogane y Fai con emoción reprimida.
-Hai, ven a conocer a tu otouto-kun, Ichigo-kun—sonrió Fai palmeando el espacio vació en la cama a su lado.
-¡HAI!—exclamo Ichigo sin hacerse del rogar y aventándose al lado de su oto-chan.
-¡ICHIGO-BAKA, ¿POR QU… NO ME ESPERASTE?!—exclamo un niño de pelo azul corto y ojos azules escondidos detrás de unas gafas, entrando en la habitación por la puerta aun abierta.
-¡NO ME LLAMES BAKA, DOBE!—exclamo Ichigo desde la cama.
-¡ISHIDA, ¿QU… TE HE DICHO DE DECIR MALAS PALABRAS?!—exclamo al ayudante de la mujer mirando severamente al pequeño niño de anteojos.
-Lo siento, oto-chan—murmuro el niño haciendo una reverencia.
-Bueno bueno, no seas tan severo con el Watanuki-kun, solo son niños, anda acércate tu también Ishida-chan para que conozcas al nuevo ototou-kun de Ichigo-kun—sonrió Fai.
Ishida asintió tímidamente y se subió a la cama con la ayuda de Ichigo que era un poco mas alto que él, así ambos se inclinaron sobre el pequeño bulto que Fai sostenía en sus brazos.
-Es muy lindo Fai-san—susurro Ishida mientras el pequeño tomaba uno de sus dedos entre sus pequeñas manitas.
-Muchas gracias, Ishida-chan—sonrió Fai orgullosamente.
-¿Y como se llama mi hermanito, oto-chan?—pregunto Ichigo sonriéndole a su nuevo hermanito.
Fai volteo a ver a Kurogane con una sonrisa y este asintió levemente todavía viendo a su nuevo hijo.
-Naruto, su nombre será Naruto—contesto Fai.
-Naruto...—susurro Ichigo—vaya tu nombre es mucho mejor que el mío ototou-chan, y no te preocupes yo te protegeré de todos.
-Si como no—bufo Ishida cruzándose de brazos.
-¡¿Crees que no podré cuatro ojos?!—exclamo Ichigo de repente enojado.
-Si, es exactamente lo que estoy diciendo, ¿qué vas a hacer con eso, fresa?
-Ush, deja de llamarme así mi nombre es Ichigo, entiendes ICHIGO—exclamo tratando de tomarlo del cuello, pero Ishida fue más rápido y salto fuera de la cama antes de que Ichigo lo alcanzara—¡VUELVE AQUÍ COBRADE!—exclamo correteándolo por toda la habitación.
-Je, je, je, parece que Ichigo-kun e Ishida-chan son igual que tu y yo Kurogane-san—sonrio Fai alimentando al pequeño Naruto.
-Hmp, jamás dejaría que mi hijo se casara con un quincy—gruño Kurogane sentándose en una silla cercana.
-Pus yo jamás dejaría que mi hijo se casara con un shinigami—gruño a su vez Watanuki cruzándose de brazos.
Vio a los pequeños correr, a Watanuki observarlos con el seño fruncido al igual que Kurogane y a su hermano... no... Fai no era su hermano, Fai era su oto-cha, e Ichigo-san era su ni-san, ellos tres eran su familia Kurogane era su padre, Fai era su papa e Ichigo era su ni-san, su nombre era Naruto y estaba realmente feliz de que fuera así...
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Vio como corría delante de Ichigo, como reía de una forma que el jamás se había permitido lo mismo que Ichigo, y vio como un hombre de pelo negro corto y ojos dorados entraba por la puerta tomándolo del cuello de la camisa y alzándolo en el aire.
-¡Suéltame, suéltame!—exclamo Ishida retorciéndose en el aire tratando de soltarse.
-Así que aquí estabas—dijo la profunda voz del hombre.
-¡Ah!—exclamo sorprendido Ishida viendo por fin el hombre que lo había sujetado—je, je, hey oto-san.
-Tienes entrenamiento—dijo el hombre simplemente llevándose al niño con el.
-¡NO QUIERO QUE LLEGUEN TARDE DE NUEVO A CENAR SHIZUKA DOUMEKI!—exclamo Watanuki asomándose por la puerta para ver la espalda de su esposo.
-Hm—asintió el hombre calmado como siempre.
-Oh vamos Watanuki-chan, Watanuki-chan, apenas esta empezando tu embarazo le va a hacer daño al bebe y va a ser un gruñón como tu—sonrió Yuko.
-¡NO SOY UN GRU—ON!—escucho exclamar cuando daba la vuelta por el pasillo detrás del pequeño Ichigo que a su vez corría detrás del hombre y el que al parecer era su oto-san, mientras que el que había dejado atrás era su oto-chan, y parecía que al igual que Ichigo pronto tendría una nueva hermano o hermano pequeño.
-¡ICHIGO!—exclamo la voz de Kurogane-san detrás de ellos causando que Ichigo se parara en seco.
-¿Sí, oto-san?—pregunto el pequeño Ichigo.
-Nosotros también vamos a entrenar, espero que no te moleste Shizuka.
-Hm—asintió Doumeki sin detenerse.
-Jejejeje, puedes estar seguro que esta vez te venceré Kurosaki.
-Puedes tratar Quincy de tercera—se burlo Ichigo.
-¡¿Cómo me llamaste?, vuelve aquí!—exclamo el pequeño Ishida soltándose del agarre de su padre y corriendo detrás del pequeño Ichigo delante de el.
Corrió detrás de los niños dejando a los padres atrás, y al pasar junto Doumeki pudo ver claramente las alas como las de Watanuki solo que negras escondidas debajo de la amplia capa negra que traía puesta. Se pregunto si Kurogane-san tendría esas alas, pero supuso que ya lo sabría cuando los viera entrenar.
Cruzaron dos puertas de cristal y se encontró con un enorme jardín donde sobresalían varias arenas de combate y algunos muñecos con varias flechas y kunnais enterrados en ellas y en el suelo.
Vio a los niños correr a un campo de batalla y empezar a pelear pero siempre con una sonrisa en el rostro, una sonrisa que ahora estaba recuperando.
Su nombre era Ishida Uryuu, hijo de Watanuki Kimihiro un ángel y Shizuka Doumeki un demonio, con un hermano en el camino y ahora realmente era el mismo después de tanto tiempo.

TBC...

-Cristal--¡Ya casi se acabo no quiero buuuuuaaaaaaaaaaa!
-Shikamaru—Por fin, esta tontería estaba durando demasiado.
-Cristal—¡Shika-chan malo, en vez de animarme me deprimes mas bbbuuuuuuaaaaaaaaaaaaa!
-Naruto—¡Cristal-chan, Cristal-chan, rapido escondete!—exclamo un Naruto salido de la nada.
-Cristal—¿Naruto-kun, que pasa?
-Naruto—¡Esssscccccccccoooooooonnnnnnnddddddddddddeeeeeeeeeeetttttttttttttttteeeeeeeeeeeeeeee!—grito corriendo a su lado a una dirección desconocida.
-Shikamaru—¿Ahora que le pasa a ese?—pregunto confundido rascándose la nuca.
-Cristal—No tengo la menor idea.
-¿?—CRISTAL WHEELER KON.
-Cristal—No… puede ser... e sa voz...—tartamudeo dando precavidos pasos hacia atrás.
-Sasuke—Lo encontramos—sonrio entrando en la habitación.
-Yuki—Hola Cristal...—sonrio malévolamente recargándose contra la puerta.
-Cristal—¿Cómo... como...?
-Yuki—¿Creíste que encerrandome en esa caja fuerte y aventándome al mar podrias detenerme escritora de cuarta?—susurro friamente acercándose.
-Cristal—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH NARUTO-KUN ESPERAME!—exclamo corriendo en la misma dirección que Naruto.
-Yuki—¡VUELVE AQUÍ Y NO TRATES DE HUIR QUE NO LO LOGRARAS!—exclamo corriendo detrás de ella.
-Shikamaru—Tch, asi que por fin lo encontraste.
-Sasuke—Hmp, el dobe por fin confeso haberla ayudado a atraparlo en la caja fuerte.
-Shikamaru—Tch, lo suponia.

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