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El Gato y El Canario por insaneslasher

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Mientras el propietario de Perdidos se hace rico, yo tengo que ahorrar para comprarme tomos de The Sandman. Por favor, no me denuncies.


N/A: Terminé de escribir esto hace cosa de una semana, pero hasta ahora no había conseguido ponerme con el ordenador el tiempo suficiente para postearlo. En cuanto tenga tiempo postearé otro ¿capítulo? desde el punto de vista de Sawyer y otro en el que sí que habrá sexo.

Bañarme en el mar, pienso mientras salgo del agua, ya no es tan agradable como solía ser. Y no es sólo porque las sal me escuece en las heridas que ese cabrón de Sawyer me hizo cuando intenté recuperar los inhaladores de Shannon. Desde que aquella mujer se ahogó no puedo evitar sentirme culpable cada vez que veo el mar. Y puesto que Shannon y yo nos hemos apalancado en la playa eso ocurre mas a menudo de lo que me gustaría.

Es curioso. Kate fue corriendo a decirle a Jack que no era culpa suya que la mujer se ahogara pero nadie se molestó en decirme lo mismo a mí. A lo mejor creen que lo es. *Yo* creo que lo es. Si me hubiera quedado en la playa no habría olvidado de repente y sin razón alguna de como se nada justo mientras intentaba salvarla y Jack la habría rescatado a ella en vez de a mí.

Salgo del mar y me siento junto a Shannon. Intento pensar en como iniciar una conversación con ella, pero abandono casi de inmediato. Nos pasamos todo el día juntos, así que ni yo tengo nada que decirle ni ella tampoco tendrá nada que decirme a mí. Además acabaríamos peleándonos. Siempre lo hacemos...

Iría a dar un paseo sino fuera por esa cosa que derriba los árboles. De todas formas no hay ningún sitio al que ir. Y no pienso ponerme a explorar para encontrar uno, no soy estúpido. Con mi suerte se me comería un oso polar.

Al final es mi sed la que me da algo que hacer. Mi botella esta vacía, así que me levanto para ir a llenarla a las cuevas.

- Voy a llenar mi botella- Le digo a Shannon - ¿Te lleno la tuya?

Shannon me pasa su botella sin mirarme siquiera y sigue limándose las uñas. Por favor. Como si no estuvieran perfectas...

Sacudo la cabeza. No sé para que me molesto. Quiero mucho a Shannon y tal, al fin y al cabo es mi hermana, pero de vez en cuando me pone de los nervios. ¡Le estoy haciendo un favor!¡Incluso recibí una maldita paliza por ella!¡Lo mínimo que podría hacer es fingir por unos segundos que no es el ser más egoísta del mundo y hacer como que se preocupa por mí!

Jack tiene suerte de tener a alguien que se preocupa por él en la isla. O en general...

Por un instante pienso en ofrecerme a llenarle la botella de agua a alguien. Luego recuerdo como me miraron algunos cuando me ofrecí ayer. Pensaran que hacerme con sus botellas es parte de un plan maléfico para robar la cascada, o algo así. He intentado explicarles que no pretendía robar el agua sino protegerla y evitar que alguien la robara, pero nadie me cree. O quizá me creen pero les da igual.

Me adentro poco a poco en la selva. Como siempre, la belleza del lugar hace que me estremezca ¿Cómo puede algo tan hermoso ser tan peligroso? Quizá el que sea hermoso lo hace más peligroso. Si en lugar de hermosa la selva fuera como uno de esos bosques de dibujos animados en los que los árboles tienen grietas en forma de sonrisas malvadas y donde hay esa tenebrosa niebla permanente, no nos atreveríamos a acercarnos a ella, mucho menos a entrar. Y si no nos atreviéramos a entrar, cosas como el accidente con el oso polar no ocurrirían. Menos mal que Sawyer tenía esa pistola...

No debería haber pensado en la pistola. Ahora estoy recordando las caras de los demás cuando intenté tomarla prestada. En aquel momento me pareció lo más lógico del mundo. Tras haber visto a aquel oso polar pensé que estaría bien que alguien hiciera guardia. Y como nadie se ofreció decidí hacerlo yo. Así que me quede despierto, protegiendo al grupo aunque no me lo hubieran pedido y sin que el grupo lo supiera siquiera. Si lo piensas, es bastante heroico.

Pero mientras estaba ahí, junto a la fogata, mirando los árboles, se me ocurrió que si salía otro de esos osos polares de entre ellos no podría hacer nada por detenerlo. Pensé en coger una rama ardiendo, o en tirarle una piedra. Ambas cosas parecían demasiado primitivas. Así que sí, pensé en coger la pistola.

¡Pero no pensaba usarla! Era por si acaso. Shannon exageraba cuando dijo que voy a manifestaciones, pero es cierto que estoy en contra de las armas. ¿Pero me escucharon? No. Ni media palabra.

A veces pienso que cada cosa que intente hacer en esta isla saldrá mal. Es como si la isla no quisiera que triunfara, como si ella tuviera otro destino para mí.

Y si de verdad acabo de pensar lo que acabo de pensar entonces debo estar sufriendo una insolación. Mejor me doy prisa en conseguir el agua.

El crujido de una rama al romperse me sobresalta. Miro a un lado y a otro, pero no veo a nadie.

- ¿Hay alguien ahí?- Pregunto. Oigo un nuevo crujido.

No debería haber gritado. Quien quiera que sea sabe ahora donde estoy. Y eso asumiendo que es una persona. Podría ser un oso polar, o esa cosa que derriba los árboles. ¡Si al menos no estuviera tan lejos de la playa y de la cueva...! Nadie me escucharía pedir ayuda desde aquí.

Quizá este sea el destino que tiene reservado para mí la isla...

Un nuevo crujido, esta vez más cercano, viene del lado contrario del que vino el anterior.

Me doy la vuelta justo a tiempo para ver aparecer de detrás de unos arbustos... a Sawyer.

No me da tiempo a relajarme antes de ponerme nervioso de nuevo. Sawyer puede no ser un oso polar o... esa cosa que derriba los árboles - Tenemos que buscarle un nombre. ¿Qué tal elcruijh? Suena bien. Maldita sea, ¿en qué estoy pensando? - pero es perfectamente capaz de pegarme una paliza. Y no sólo eso, pienso mientras busco con la mirada algo con lo que defenderme en caso de ataque. Él me odia. Jack y Sayid lo torturaron por mi culpa. Debe estar deseando vengarse...

- Vaya, vaya, vaya. Mira a quien tenemos aquí... - Dice cuando me ve. Parece un gato que se ha comido un canario. O peor aún, un gato a punto de comerse un canario. Y sospecho que el canario soy yo.
- Sawyer.- Saludo. No puede saber que tengo miedo. No puede saberlo.

¿Los gatos huelen el miedo? Siempre fui más del tipo a los que le gustan los perros. Para que me ignoren, me miren con desdén y no tener nunca ni idea de lo que el otro ser esta pensando ya tengo a Shannon.

Sawyer avanza hacía mí y yo retrocedo. Su sonrisa satisfecha crece y pienso que en situaciones así un gato no necesita oler el miedo para saber que está ahí. Sawyer continúa avanzando. Yo sigo retrocediendo. Debería parar. Debería enfrentarme a él. Y lo haré. En cualquier momento. Cuando recupere las agallas que, por lo visto, me he dejado en mi bolsa de viaje.

Llega un punto en el que no puedo retroceder más. Mi espalda choca contra un árbol, un eucalipto, justo la planta de la que Sun hace ese potingue que le da a Shannon.

Nos miramos en silencio.

- Déjame ir- Digo.
- ¿Por qué?

Su cara, todo su cuerpo, está tan cerca de mí que puedo sentir su calor a través de nuestras ropas.

Sé que en algún momento todo esto va a parecerme terriblemente irónico y voy a empezar a reír como un loco. En cualquier momento. En cualquier momento que será cuando Sawyer no me tenga aprisionado entre el árbol que le ha salvado la vida a mi hermana y su cuerpo perfecto. Perfecto en el sentido de que es musculoso. Digo... fuerte. Sí. Fuerte. Lo bastante para pegarme una paliza. Porque en eso estoy pensando. No en... Otra cosa.

- ¿Y bien, chico?

Parpadeo confundido. ¿A qué se...? Oh, sí. Por qué tiene que dejarme ir. Uhm. Difícil pregunta. ¿Qué puedo decirle para convencerle?

- Tengo que llenar las botellas- Digo finalmente, señalando con una mirada rápida y un gesto con la cabeza a los recipientes de plástico en mi mano derecha.
- Puedes llenarlas luego- Dice con la más sugerente de las voces... No. No sugerente. No era eso lo que quería decir. Quiero decir que parece que me lo estuviera sugiriendo en lugar de, ya sabes, ordenándomelo o lo que sea.
- Shannon necesita esa agua- ¿Por qué estoy susurrando?
- ¿Ah, sí?- ¿Está mirando mis labios o me lo estoy imaginando?
- De hecho dijo que quizá vendría si tardaba mucho- Me invento. Eso es, Boone. Amenázale con la posibilidad de que os encuentre tu... hermana... pequeña...asmática. Vale, quizá no es tan buena idea. Y Sawyer no parece muy impresionado.

Se nota que no la conoce. Shannon puede dar mucho miedo cuando quiere.

- Mm. Ya veo. Entonces tendremos que darnos prisa, ¿Eh?

Su rostro se acerca más al mío ¿Qué pretende? Ahora puedo sentir su aliento sobre mi cara.

Cierra los ojos y respira hondo. No, es más respirar. Es algo casi religioso. Es como si deseara llenarse los pulmones de un aroma, como si deseara impregnar cada una de sus células con él. Y me doy cuenta de que eso de lo que quiere impregnar cada una de sus células soy yo.

Cuando abre los ojos tiene las pupilas dilatadas y sus ojos - son verdes. Y muy bonitos. No me había dado cuenta hasta ahora- parecen empañados con deseo.

Vale, esto si que es raro. Es decir, no es la primera vez que alguien hace, bueno, algo así. Tampoco es la primera vez que un hombre hace algo así. Durante la universidad tuve un par de rollos de una noche con hombres - Nada serio. Mamá siempre fue demasiado clara al decirme que como su heredero debía darle un nieto que se encargara de la empresa cuando ambos pasáramos a mejor vida - Pero esto...

Vuelve a acercar su rostro al mío. Y yo, yo no sé que hacer. Llega un punto en el que nuestros rostros no pueden acercarse más sin tocarse.

Y se tocan. Vaya si se tocan... Sus labios se posan sobre los míos casi tiernamente. Intento decir algo, pero lo que quiera que fuera a decir muere cuando Sawyer, con una brutalidad que contradice su anterior ternura, empuja su lengua entre mis dientes. Trató de apartarme pero una de sus manos - ¿importa cuál? - me agarra del cuello y sujeta mi cabeza contra la suya.

La idea de morderle me viene a la cabeza. Estoy a punto de hacerlo cuando algo me hace cambiar de opinión.

¿Quién quiere morder a alguien que te esta haciendo algo tan deliciosamente placentero como lo que Sawyer me está haciendo? La punta de su lengua se desliza sinuosa y provocativa por mi paladar, tocando puntos que para otro parecerían casuales pero que *deben* ser planeados. Nadie puede hacerte sentir lo que este hombre me está haciendo sentir por pura casualidad.

Estoy en medio de una isla prácticamente desierta, totalmente desarmado, acorralado y con un hombre más fuerte que yo y que además resulta ser increíblemente atractivo besándome como nadie me ha besado nunca. Como nadie ha sido besado nunca, si te pones quisquilloso. Está claro que sólo puedo hacer una cosa. Me aferro al cabello que surge de su nuca con una mano y a su cuello con la otra y comienzo a participar - activamente, se comprende - en el beso.

Es un beso brutal, casi salvaje, lleno de ira y de pasión. Labios, lenguas e incluso dientes combaten por un objetivo vago. Respiramos el uno el aire del otro y nos asfixiamos juntos. Nos abrazamos, no, nos aferramos el uno al otro como si temiéramos que si nos soltamos el otro será engullido por un tornado y nos quedaremos solos. Nos devoramos mutuamente y pienso que quizá, sólo quizá, no somos un gato y un canario sino dos gatos hambrientos.

Finalmente nos separamos jadeantes.

- Vaya...- Dice Sawyer, y suena realmente sorprendido.
- Sí...

Sawyer se aparto un poco de mí y respira hondo. La sonrisa afectada vuelve a su rostro.

- Aquí tienes- Dice, tendiéndome una bolsa de plástico ¿De donde la ha sacado?

La cojo. Dentro están... ¿los inhaladores de Shannon?

-¿Pero qué...?¡Dijiste que no los tenías!

Sawyer sólo sonríe antes la acusación en mi voz.

- Mentí- Ah, que bien. El cabrón mintió sobre los inhaladores. ¡Shannon podría haber muerto, maldita sea!
- ¡Te torturaron!
- Por favor- Resopla. A la petulancia en su rostro se une desdén hacía mí. Más. ¿Cómo podía desear tanto hace unos instantes a alguien tan... desagradable?- Se necesita mucho más que clavar un par de astillitas de bambú bajo mis uñas para hacerme hablar- Un escalofrío me recorre la espalda. Sabía que lo habían torturado, sí, pero no es como si hubiera ido a por Sayid y Jack y les hubiera pedido una descripción completa de la tortura. Que es más o menos lo que Sawyer me ha dado.
- Pero... Kate te besó...

Su sonrisa aumenta aún más ¿No le duelen las mejillas al hacer eso o algo?

- Su beso no mereció la pena. El tuyo, en cambio... Oh, a propósito- Vuelvo a estar acorralado contra el árbol. Una mano - de nuevo, ¿importa cuál? - aprieta mi cuello, pero noto que no pretende estrangularme, sólo asustarme. Y, ¿para qué engañaros?, lo ha conseguido- No le vas a decir a nadie que te los di, ¿entendido?

En ese momento me vienen tres cosas a la cabeza. La primera es que si le digo a Jack y a los demás que Sawyer me dio los inhaladores me preguntaran que tuve que hacer para conseguirlos. La segunda es que preferiría que nadie se enterase de que no soy totalmente heterosexual. Y la tercera y quizá la más importante, que no quiero que Sawyer me dé otra paliza.

- ¿Y si me preguntan como los conseguí?- Pregunto de todas formas.
- Estoy seguro de que un chico listo como tú pensará alguna mentira.
- De... de acuerdo.

Me suelta. No puedo evitar frotarme el cuello.

Para cuando miró a Sawyer este ya ha desaparecido tras unos arbustos.

Recojo las botellas de agua y me dirijo a las cuevas.

***

Me desplomo junto a Shannon en el suelo.

- ¡Hey!¡Ten más cuidado!- Hace Shannon. La miro interrogante y ella me señala sus... ¿pies?- ¡Me has llenado las uñas de arena!¡Y estaban recién pintadas!¡Ahora tendré que volver a empezar!- No era a sus pies, entonces. O sí, pero no a sus pies en general sino algo más local. En este caso sus uñas. Que están en sus pies. Pero no es lo mismo una uña que un pie. No se pueden andar con las uñas. Al menos creo que no.

Me siento drogado.

Y tengo un blanco en la memoria entre el momento en el que Sawyer me dio los inhaladores y hace, no sé, cinco minutos. Es decir, sé que fui a las cuevas y llene las botellas porque las botellas están llenas y porque sé que fui, pero no recuerdo haber sido consciente de haber ido a la cueva y haber llenado las botellas. Debía estar actuando automáticamente, por pura costumbre. Lo cual no tiene sentido porque tampoco hace tanto que encontramos esas cuevas. O que se estrelló el avión. O que fui a Sydney. O que recibí aquella llamada de Shannon. No, no ha pasado el suficiente tiempo como para hacer las cosas por pura costumbre.

¿Me hablo alguien mientras estaba en las cuevas? Porque no recuerdo haber dicho nada. Quizá me hablaron pero no respondí. Quien quiera que me hablara debió pensar que soy un maleducado. Pero también puede que no me hablaran. No es que me ignoren de un modo activo o algo así, pero tampoco es que la gente vaya corriendo a hablarme cuando paso por su lado. Sencillamente no se dan cuenta de que estoy ahí, y...

A lo mejor Sawyer me drogó.

O a lo mejor el beso fue lo bastante bueno como para tenerme desvariando durante horas.

Dios. Fue increíble. Nadie me había besado nunca así. Fue como sí... Mm...

- ¡Boone!
- ¿Eh?¿Qué?- Como siempre mi querida hermanita se encarga de devolverme a tierra.
- ¡Cabeza de chorlito!¡Llevo media hora intentando que me escucharas!- ¿Media hora? Sé que mi hermana suele exagerar, pero de todas formas me preocupa. Normalmente escucho a la primera a Shannon. Es imposible no escucharla. Tendrá asma, pero pese a todo tiene unos pulmones increíbles.

- ¿Qué pasa?
- ¿Por qué has tardado tanto?¿Y qué hay en esa bolsa?

¡La bolsa! Dios, ¿cómo me he olvidado de la bolsa? Se la paso a Shannon.

- ¡Mis inhaladores!¿Dónde los has encontrado?

Me los dio Sawyer a cambio del mejor beso de mi vida. Pero eso no puedo decírselo.

- Los... encontré... en unos arbustos.
- ¿En unos arbustos?
- Sí. Entre las ramas de unos arbustos. Ya sabes, en la selva.
- Ya.- Noto por su tono que no me cree. ¡Oh, Dios mío!¿Y si sospecha algo?

...¿Y de verdad sería eso tan malo? Quiero decir que sé por experiencia que ella se hace lo que sea para conseguir lo que quiere, independientemente de lo que la moral y la educación dicten. Si se lo digo quizá incluso aprecie lo que he hecho... ¿Shannon apreciando algo que yo he hecho? Nah. No me lo creo ni yo. Conociéndola me lo echará en cara, la muy... Shannon. O sacaría el tema en nuestras discusiones incluso años después: "No sé por qué te quejas. Tú eres igual que yo. Y si no recuerda aquella vez con ese Sawyer-o-como-se-llame que..."

- ... y puedes devolverme el cepillo de sobra que te presté, y...
- Espera, espera. ¿Qué?- La interrumpo. ¿Shannon estaba hablando?
- ¡Que me devuelvas lo que te preste!- Chilla.
- ¿Por?- Grito yo. El niño de Michael, Walt, pasa con su perro y se nos queda mirando. Genial. Mi madre perdiendo el tiempo organizando bodas cuando el verdadero negocio sería vender tickets para ver nuestras peleas.

- ¿Cómo que "por"?¡Porque ya tienes tu neceser!
- ¡Pero no lo tengo!- ¿Qué le hace pensar eso?
- ¿Me estas diciendo que has encontrado los inhaladores, que estaban en tu neceser, pero no has encontrado tu neceser?

Y de repente me doy cuenta. Si Sawyer tiene los inhaladores, entonces tiene mi neceser. Y si tiene mi neceser, entonces tiene la mochila en la que estaba el neceser. ¡Y yo ni le pregunté por mi mochila!

Soy idiota. Soy rematadamente idiota.

- ¿Y bien?- Exige Shannon una respuesta.
- Ah. Uh. Yo... Debió de caerse del neceser. Estaría en un árbol... la mochila, digo, y se abrió la cremallera y se calló.
- Ya.
- Y ahora mismo voy a ir a buscar mi maleta...
FIN


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