Camino en silencio por este bosque, ya me he cansado de correr, ya me he cansado de correr, me detengo frente a una cueva y me adentro en ella, apoyo mi espalda en la pared mientras me dejo deslizar suavemente, hasta caer sentado en el suelo, abrazo mis piernas y oculto mi rostro, estoy temblando, pero sé que no es de frío, estoy llorando, pero sé que no es de dolor, al menos...no de un dolor físico.... Miro cómo la lluvia a comenzado a caer, y, aunque no lo deseo, los recuerdos vuelven a mi, los recuerdos del cómo te conocí, y del cómo aprendí lo que es el amor...y el dolor...
Flash back
Recuerdo que esa noche también llovía mucho, me encontraba débil, ya que había tenido una fuerte pelea contra Naraku e Inuyasha malinterpreto todo creyendo que estaba del lado de ese maldito, y por lo consecuente me atacó; si no hubiese sido por Colmillo Sagrado, que me transporto a otro lugar, seguramente hubiese tenido aun más daños. Me sentía increíblemente mal, y la tormenta que caía sobre mi no ayudaba en nada la situación; sabía que no debía quedarme dormido y bajar la guardia, pues no tenía la menor idea de dónde estaba, pero a veces el cuerpo no hace caso de la razón, y yo...tenía tanto sueño...
Desperté en un futon con mis heridas ya curadas, y pude darme cuenta de que estaba en la guarida de un humano, miré mis alrededores y me tense al descubrir que no tenía mis armas y que además no estaba usando mi ropa, si no una algo extraña, en la que si soltaba la cinta amarrada a mi cintura quedaba por completo al descubierto mi piel, ni siquiera tenía pantalones [NT: Seshoumaru se esta refiriendo a un yutaka, a él le parece extraño, porque jamás a utilizado uno, y porque él usa una ropa que es mezcla entre kimono y pantalón con armadura]. Me levanté con la intención de buscar mis cosas y marcharme, pero en algún momento la curiosidad peso más en mi y fui en busca de quien me había auxiliado.
Busqué en cada lugar de esa gran mansión, pero sólo encontré mis armas, a ningún humano, por lo que volví al lugar en donde desperté para coger mis cosas e irme, sin embargo antes de llegar sentí varias presencias y un penetrante olor a sangre y muerte en ese lugar, me acerque con cautela y cuando iba a abrir la puerta alguien fue más rápido y la abrió desde adentro, dejándome así al descubierto. Sé que como Youkai que soy pude haber huido o matado a todo con gran facilidad, pero mi mirada quedo hipnotizada con unos bellos zafiros de tal intensidad como jamás había visto en mi vida; el dueño de esos impresionantes ojos se acerco a mi, por lo que instintivamente retrocedí hasta chocar con algo, lo que aprovecho él para acorralarme acercando su boca a mi oído, susurrando algo que no pude entender, pues mi cuerpo se lleno de escalofríos al sentir su aliento tan cerca. Se fue luego de eso y no le volví a ver durante un tiempo, pero no me fui de esa mansión, o mas bien dicho, no pude irme..., sus ojos me habían hipnotizado, y el sentir su aliento cerca de mi me había vuelto loco..., la sensación y el deseo de volver a tenerlo cerca me impedía abandonar el lugar...