Capitulo II: Sorpresas._
“nigiyaka na hitogomi ni tokeru tsubuyaki ga/pequeños susurros que se funden con la muchedumbre ashí moto ni chirabatta omoide nijimaseru / manchan las memorias que esparciste entre tus pasos”
-suena bien- afirmo Ritsuka al tiempo que caminaban por los pasillos en dirección a las clases.
-s cierto, suena muy bien- rectifico su acompañante pelirrojo- entonces ese es tu talento, y tu Ritsuka? Cual es tu talento especial?- pregunto mirando al aludido.
-pues… yo… creo que se trata de… dibujar-articulo sin prestar atención.
-Oye Ritsuka sucede algo?-pregunto Shu- te noto algo distraído.
-tengo muchas cosas en que pensar eso es todo- aclaro apretando contra si el cuaderno de dibujo que llevaba en las manos.
-oye Ritsuka ese cuaderno, ya lo has usado antes?-pregunto Keita colocándose frente a Ritsuka para impedirle el paso.
-esto?-susurro mirando el cuaderno, instantáneamente su cerebro trabajo en retrospectiva- si.
-puedo verlo?- pregunto con sumo interés.
Dudo por unos instantes en si dejar que viera o no sus dibujos, después de todo no estaba acostumbrado a que las personas se interesen en su trabajo.
-tal vez después, ahora tenemos que darnos prisa- aseguro adelantando el paso y dejando atrás a los otros dos.
“no es que no confiara, es solo que, vamos, admitámoslo, a ti no te gustaría que yo leyera tu diario, es algo muy personal, entiendes?”
-que le sucede?- pregunto Keita algo preocupado.
-no lo tomes personal, viste como se comporto ayer, solo hay que darle un poco de tiempo- aclaro Shu iniciando la marcha.
“ese chico realmente me caía bien, y. creo que por eso me interese en lo que le sucedía desde un principio, que puedo decir, parecía alguien con muchos secretos y ganas de olvidar”
-oye, yo tengo que irme a clase de biología, nos vemos en el almuerzo- comento Keita al tiempo que se despedía con la mano de Shu y se alejaba por la derecha.
Camino a paso lento en dirección al salón de literatura, realmente le parecía que la actitud de Ritsuka había cambiado, no es que lo conociese mucho, es decir, que tanto conoces a alguien de un día para otro?, pero, desde un principio le parecía que el en particular prefería no contar las cosas, o era demasiado frío.
“ la verdad es que, acababa de quedar en shock, es decir, que harías si descubres que has sufrido por algo inútil e irreal?, le sonreirías al ver su cara de nuevo?”
Flash Back.
-bienvenido a Bell Liberti, querido loveless- susurro con una sonrisa.
Abrió los ojos desmesuradamente al tiempo que caía sentado sobre la cama, llevo una mano a su frente por pura inercia, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, por Kami-sama!
-Seimei- dijo sintiendo como las lágrimas se agolpaban en sus ojos.
Una sonrisa se fue curvando en los labios del pelinegro de ojos violeta cuyas orejas y cola de gato habían desaparecido para siempre ( con quien las habrá perdido? ¬ ¬), acerco una silla a la cama de su pequeño hermano de 16 que se mantenía atónito frente a el.
-Seimei, estas… estas vivo- susurro alargando la mano al rostro de su hermano mayor quien permanecía sentado frente a el.
-por lo visto la vida no te ha tratado mal querido hermanito- aseguro Seimei en tono indiferente.
-Pero… es imposible, pensé que… que te habían acecinado.
-supongo que conociste a Beloved- dijo ignorando los comentarios anteriores.
-así es- afirmo extrañado por la actitud de su hermano- oni-chan, por que? Por que nunca nos buscaste a mamá y a mi? Por que esperaste hasta ahora para salir?
Demasiadas preguntas- susurro de pie.
Camino en dirección a la puerta con Ritsuka siguiéndole de cerca, giro manija y atravesó el marco de esta, allí, se giro en dirección a Ritsuka.
-adiós hermanito- susurro sujetando sus hombros y dándole un ligero beso en los labios al menor…
End of flash back
-Ritsuka, Ritsuka, siéntate antes de que llegue el maestro- escuchó que le susurraba Yayoi.
Miró a su alrededor algo extrañado, no tenia ni idea de cómo había llegado al salón de pintura, pero allí estaba, rodeado por limitado grupo de chicos con un cuaderno de dibujo y sentados frente a unos enormes lienzos.
-Ohayou Gozaimasu clase- escucho saludar al maestro.
Giro instintivamente la cabeza en dirección a la puerta provocando que sus ojos chocaran con unos orbes hermosamente azulados ocultos tras unos anteojos, su mirada recorrió completamente el cuerpo del recién llegado, desde los pantalones de tela negros, la camisa de mangas largas color azul y la pálida bata colocada sobre ella, el pelo rubio opaco sujeto en una cola y los finos y sonrosados labios curvados en una sonrisa, sin perder detalle observo como avanzaba lentamente hacia el centro del salón.
-Soy su maestro de artes, mi nombre Agatsuma Soubi- aclaro.
Suspiro profundo al tiempo que clavaba la mirada en el exterior, tenia 15 minutos esperando que iniciase la clase de literatura, realmente no entendía por que debía de tomar esa materia, ah claro, por lo de componer.
-sucede algo malo Shuichi?- escucho la preocupada voz de Hiro.
-claro que no, no sucede nada- aseguro el pelirrosa con una enorme y espontanea sonrisa que calmo a su amigo.
-no te parece que ese profesor se esta demorando mas de la cuenta- comento Hiro cruzando las manos sobre su pecho.
-si pero no podemos hacer nada- suspiro el pelirrosa al tiempo que apoyaba la mejilla derecha en una de sus palmas.
Vio distraídamente como Hiro colocaba los pies sobre el escritorio, suspiro pesadamente al tiempo que se ponía de pie, susurro un “ahora vuelvo” para Hiro y se encamino a paso lento hacia la puerta, giro la perilla e intento cruzar la puerta pero algo lo hizo detenerse en seco.
-iba a algún lado?- le pregunto el rubio fijando la mirada en el chico.
“por un instante me quede estático, sin ser consiente de lo que sucedía fuera de aquellos ojos dorados”
-solo me dirigía al baño- aseguro el pelirrosa tratando se sonar firme.
-pues, ahora no ira a ninguna parte señor Shindo- aclaro asiendo a un lado al chico y entrando al salón- ahora tome asiento- termino al tiempo que colocaba algunos libros sobre su escritorio, y girándose en dirección a la clase dijo- yo soy su maestro de literatura, mi nombre es Yuki Eiri, ahora que tal si iniciamos con la clase, señor Shindo, háblenos un poco de filosofía, sonrió.
El pelirrosa de puso de pie lentamente y en son nervioso negó con la cabeza.
-mal inicio señor Shindo- sentencio el maestro al tiempo que el pelirrosa se sentaba maldiciendo su suerte.
-Keita… oye Keita- escucho que le gritaban, se giro por puro instinto y una sonrisa ilumino su rostro.
-Hola Kazuki- saludo amigablemente – sucede algo?
Fijo la mirada en el chico rubio de ojos amatista que tenia frente a el examinado minuciosamente todo desde la punta del pelo rubio, los ojos purpura, la nariz perfilada, los finos y sonrosados labios, el pecho firme y el proporcionado cuerpo.
-Nakajima y Niwa te esperaran en las canchas de tenis para que les presentes a esos chicos nuevos- dijo el rubio.
-solo es eso?- pregunto viendo como el rubio asentía. De acuerdo- dijo sin mucho ánimo iniciando de nueva cuenta su camino en dirección al salón dejando a un muy extrañado Kazuki.
Sin darse cuenta fue desviándose del camino original, últimamente casi no veía a su amigo y cuando lo hacia era para nada mas que un recado o alguna petición, realmente tenia que admitir algo, maldecía la hora en la que Nagisa-sensei llego a la academia, desde entonces su amigo no hacia nada mas que hablar de ella ignorándolo por completo, a el, que le amaba tanto.
-valla que soy algo tonto- susurro para si al tiempo que una sonrisa amarga se dibujaba se dibujaba en su rostro.
-oye Keita- escucho que le llamaban – podrías venir un momento?
En ese momento se percato de que estaba caminando por el área de ciencias, y que el hombre de pelo a la nuca de color rubio opaco y anteojos que lo llamaba estaba sentado tras un escritorio en el interior de un aula, suspiro lentamente y se dispuso a entrar.
-Ohayou Ritsu- saludo con una sonrisa.
Tomo su cuaderno de dibujo y lo abrió empezando una serie de trazos sin prestarle atención a lo que hacia, su mente permanecía en constante estado de alerta, a pesar de que una voz le decía “sal de aquí” se mostraba muy calmado, hasta tranquilo con aquella situación, sin mas remedio, suspiro al tiempo que miraba los dibujos que acababa de hacer.
-son muy buenos trazos Ritsuka- escucho una voz por sobre su hombro.
Sintió la rabia agolparse dentro de si al ver aquellos trazos y aumento en exceso al ver que el alago había venido del mismísimo Soubi, sin poder controlarse arranco la hoja arrugando el rostro del rubio entre sus manos, bruscamente se puso de pie ante la atenta mirada del maestro y tiro el boceto en el cesto de la basura.
-no pretendes que no sucede nada, no quieras venir a enmendar tus acciones con estúpidos halagos- aseguro en tono únicamente audible para el maestro, acto seguido, salió del salón sin decir una palabra.
Inicio un lento trayecto sin rumbo por los pasillos al tiempo que sentía como con cada paso se encogía mas y mas su corazón, le dolía el pecho, sentía unas tremendas ganas de llorar como hacia ya mucho tiempo que no lloraba, se ubico en una esquina entre pasillos y se hizo un ovillo en el suelo ocultando la cara entre sus piernas y dejando salir un grupo de lagrimas, deja escapar un par de sollozos al tiempo que sentía como el nudo en su garganta se hacia mas fuerte.
“no tenia idea de lo que estaba pasando dentro de la escuela, ni de las verdaderas intenciones de aquel sujeto”
-oye tu, estas bien?
Levanto la mirada y se quedo observando al sujeto de cabellos purpura parado frente a el, asintió lentamente sin importarle mucho lo que pensara el extraño cuando noto que este se agachaba, sintió como lo sujeto por el mentón y antes de darse cuenta era besado por ese desconocido que jugaba con su lengua como si de un caramelo se tratara.
-Que significa esto?- fue ahora la molesta voz de Soubi la que escucho.
El chico de pelo purpura y anteojos se separo lentamente de un sonrojado Ritsuka acto seguido se giro en dirección al maestro con evidente ironía.
-Quien eres?- consiguió susurrar Ritsuka.
-Yo- dijo mirando a Ritsuka por sobre su hombro- yo soy Loveless.
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