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Siempre es de noche... por Darkneko

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Notas del capitulo: Sasuke por razones mayores a él no ha podido llegar a la reunión con su nuevo amigo... Naruto por su parte le cuenta la "trampa" en el juego a Iruka y en la noche Sai inventa alguna excusa para evistar ver la mirada triste y opaca de su pequeño al ver que su amigo le engaño... mientras conocera alguno de los habitantes del lugar, junto con sus cuidadores, Sai esta en problemas, como contestar a las preguntas del pequeño rubio?

     Amanecía y una pequeña cabecita rubia se revolvía por las sabanas, intentando no despertar, quería seguir sintiendo el calor de las sabanas, el olor de la almohada, las caricias en su espalda y cabeza, que le arrullaban tan placidamente, pero las caricias cesaron, fue entonces que con el tacto intento en vano, buscar al portador de las manos que siempre le dormían con mimosas caricias, pero todo fue en vano, el ruido que la cama hace cuando una persona se levanta, no le anunciaba buenas noticias la pequeño aun con sueño. 

     - Dormilón… - le susurraron al oído, pero no se levantó, simplemente se dio la vuelta buscando algo a lo que aferrarse como lo estuvo la noche anterior, cuando encontró la almohada, sonrío para sí, pero antes de poder acomodársela entre las piernas algo o mejor dicho alguien se la quito, haciendo que bufara un poco molesto. 

     - Hay que levantarse dormilón… buenos días… - y con esto, su cuidador y protector depósito un tierno y dulce beso en la mejilla, que hizo al pequeño sonrojarse y lo más importante, abrir esos hermosos aunque inexpresivas orbes azules. 

     - Hm… buenos días Sai… - saludaba mientras se sentaba sobre la cama frotándose los ojitos con el dorso de la mano, una visión sumamente encantadora para el pelinegro que no pudo evitar meterse de nuevo a la cama para colocarse detrás del pequeño, abrazarlo por la espalda y depositar un tierno beso nuevamente en su mejilla. 

     - ¿Qué quieres de desayunar?... – pregunto Sai susurrándole al oído, esa era una parte demasiado sensible para el pequeño el cual solo atino a estremecerse y tratar de apartar el cuello por aquella sensación. 

     - Sai… no me gusta que hagas eso… me da cosquillas… - decía mientras intentaba quitarse aquella sensación de cosquillas tan molestas que le provocaban el aliento en esa parte de su cuerpo, tanto el pabellón de las orejas como el cuello eran sumamente sensibles a esas caricias o gestos, haciendo que se retorciera de la risa por la acción. 

     - Lo siento… no era mi intensión… demo no tengo otra forma de demostrarlo… - con estas palabras las cosquillas que momentos antes había sentido Naruto habían desaparecido y ahora estaba muy intrigado por ello. 

     Giró su rostro para colocarlo frente al de Sai, si bien no lo veía por las respiraciones y por la calidez sabía que se encontraba frente a él, años de practicar el juego hasta perfeccionarlo por completo, haciendo innecesaria la visión, hicieron que todos sus sentidos se encontraran al máximo de sensibilidad, por ello no era nada fuera de lo común, por lo menos para Sai que le tratara de ver el rostro, o que cuando le hablará corriera hacía él, sin tropezarse con las cosas, ya que el edificio lo conocía bastante bien, aunque ocasionalmente chocaba con uno que otro habitante de ese peculiar lugar al que muchos niños con diferentes capacidades llamaban hogar. 

     - ¿Demostrar?... – pregunto ladeando un poco su cabeza y colocando un dedo en la punta de sus labios, siempre le decían palabras que él rara vez entendía, tenía que preguntar por consecuencia, pero Sakura siempre se molestaba y los demás le decían que tenían cosas que hace, Sai era el único se encargaba de explicarle todo aquello que no entendía y eso agradecía de sobremanera. 

     - Hai… de esta manera… - decía mientras lo abraza un poco más fuerte y coloca un beso en su mejilla. 

     - Es como demuestro que eres importante para mi… y que siempre estaré aquí para protegerte… - sonríe al mismo tiempo que Naruto, rara vez le decían que era importante o que le querían, con excepción de Iruka y algunos de sus amigos en el edificio. 

     Naruto se voltea, como queriendo verlo, separándose unos instantes del abrazo del mayor que se encuentra sentado aun en la cama con las piernas en torno al pequeño, el ojiazul se abalanza a los brazos del moreno y deposita un beso, pero al no ver el rostro del mayor este le cae en los labios, un beso sin malicia, simplemente cariño, Sai sonrío por el acto tan lindo del menor y después de que se separaron, junto sus frentes. 

     - ¿Así se demuestra que te quiero?... – pregunto con una sonrisa, recibió un ronroneo afirmativo. 

     - Bien vamos a desayunar porque hoy llega Iruka… - sin más por hacer, el pequeño se cambió de ropa con ayuda de Sai, para tomar desayuno, nadie se imaginaria que tendrían que inventar otro juego para que el menor al pasar las horas no se decepcionará de su nuevo amigo. 

    

     En la casa Uchiha se llevaba a cabo una discusión un poco  irracional, la madre de ambos pelinegros se había marchado a trabajar, dejando a cargo al mayor quien en ese momento acaba de decidir que lo más divertido ese día sería hacerse el difícil con su hermano menor, le gustaba de sobremanera los gestos que hacía cuando se enojaba, sin saber el daño que estaba a punto de causarle a un pequeño de ojos azules. 

     - Nii-san… prometiste a mamá que me acompañarías… - lloriqueaba el menor, enojado por la noticia que acababa de recibir por parte del moreno que tenía en frente. 

     - Ya te lo he dicho… el día de hoy no puedo acompañarte…. Tengo muchas cosas que hacer como para quedarme a cuidarte solo porque un chiquillo así lo desea… - espetaba el mayor un tanto enojado por la insistencia del menor. 

     - Demo nii-san… lo prometiste… - decía tratando de que su voz no se rompiera, su hermano sabía que ese chico era especial, pero no sabía ni el porqué era especial para el o el porqué la necesitad de que le hablara del atardecer. 

     - He dicho que no… además ese mocoso no se morirá si un día no te ve… no creo que le importe… y si realmente es tu amigo te esperará… - termino la discusión sin saber el gran error en el que estaba. 

     - Naruto… gomen… esto no es algo que pueda controlar… - susurro mirando la puerta cerrada momentos atrás donde su hermano se encerró con una gran sonrisa en los labios. 

 

     Un Naruto lleno de comida en el edificio se encontraba saltando de un lado a otro, por curioso que parezca podía percibir las formas de las cosas después de hablar con sasuke, sin embargo estaba muy lejos de poder ver el objeto en concreto, solo una silueta, era todo lo que apreciaba, de cosas como las paredes o las ventanas, solamente eso y con eso le bastaba. 

     - Con cuidado Naruto-kun… no te vayas a… - demasiado tarde, por estar corriendo alegre como un chapulín, había chocado con otro de los inquilinos, uno que necesitaba atención especial al igual que el rubio. 

     - Gomen… iba distraído… - confesaba Naruto mientras se levantaba y ayudaba a la persona con la que se tropezó, se le hacía sospechoso que no hablara. 

     - Gaara-san… - hablo Sai revelando la identidad del chico. 

     - Lo lamento, Naruto-kun no tenía intenciones de lastimarlo… - hablaba el pelinegro, pero al pelirrojo no parecía importarle en absoluto, lo miraba sin observarlo realmente, era extraño de presenciar, Sai sabía que ese chico no respondería, pero si le entendía en ocasiones y eso era algo de agradecer, pero su respuesta fue una gran sorpresa para algunos. 

     - ¿Cómo te llamas?... – inquirió pausadamente refiriéndose a Naruto. 

     - Uzumaki Naruto… - respondió con una gran sonrisa, al parecer al chico le había agradado su compañía, tal vez podría tener otro amigo. 

     - ¿Quieres ser mi amigo?... – pregunto ilusionado, mientras Sai se acercaba para explicarle que posiblemente no le recordara cuando le volviera a encontrar. 

     - Amigo… - susurro el pelirrojo para asombro del mayor, ese chico siempre se encontraba perdido en su propia mente, Naruto tenía la gran habilidad de abrirse a los corazones de las personas, eso era algo que sabía por experiencia propia. 

     - Sai… mira… ya tengo otro amigo… ¿puede Gaara acompañarme cuando llegue Sasuke?... – pregunto dirigiéndose donde la voz de Sai se escucho. 

     - Necesitamos preguntarle a su cuidador… - respondió Sai, a lo que Naruto hizo un puchero. 

     - Quiero que él también lo vea como lo hice yo… - propuso con la mirada ilusionada y a la vez triste, un momento de silencio se formo, mientras el mayor se peleaba con el mismo. 

     Era sabido que Gaara no se encontraba al cuidado de nadie por las tendencias que en ocasiones tenía, podía ser peligroso para Naruto al no poder verle cuando este se acercará con sigilo, pero no podía detener la felicidad del pequeño, suspiro resignado. 

    - Esta bien… veré que puedo hacer… demo debo advertirte… - en esos instantes Naruto se encontraba sumamente feliz, por fin comenzaba a tener amigo, amigos que no se burlaran de sus juegos y con quien poder compartir vivencias y experiencias en el edificio. 

     - Gaara-san también se encuentra en una especie de juego… - respondió el mayor intentando el modo menos doloroso de explicar la situación del pelirrojo de ojos verdes y distantes. 

     - ¿Qué juego?... – pregunto aun mas curioso Naruto de saber que él también jugaba. 

     - Pues verás… el esta dentro de una especie de burbuja en su mente… y no podrá salir de allí hasta que esa burbuja se rompa… puede que en ocasiones no te preste atención o haga cosas algo extrañas, pero no sabe como las hace… me entiendes… - como explicarle a un pequeño al que ni siquiera le habían contado de su propio problema, como decirle que en ese edificio todos los niños “jugaban” cada uno con diferentes capacidades o discapacidades según el punto de vista de los demás. 

     - No mucho, pero parece divertido… quiero ayudarlo… ¿puedo?... – pregunto entusiasmado. 

     - Claro, pero duraras mucho, ¿no importa?... – como respuesta recibió una negativa con la cabeza, acto seguido se encamino a donde a tiendas, supo que se encontraba Gaara por el tamaño que tenía, un poco mas alto que él, pero solo un poco. 

     Naruto tomó los hombros de Gaara y se acercó a él con sumo cuidado, pudo sentir el calor que desprendía el pequeño del rostro, por lo cual se colocó entre el hombro y el cuello del pelirrojo para susurrarle con cariño. 

     - Ahora yo te ayudaré a romper tu burbuja… somos amigos… y ya te quiero mucho con el solo hecho de aceptarme como tal… - acercó su rostro a la mejilla del ojiverde y besó con dulzura el rostro impasible del cuerpo que tenía al lado. 

     Con una gran sonrisa se alejó y después comenzó de nuevo a correr cuando escucho la voz distante de una persona muy conocida para él. 

     - Ya me voy, nos vemos después… Tío Iruka ya viniste… - corrió a donde la voz saludaba a las personas de la recepción, anotando su nombre en una libreta de visitas, como era costumbre. 

     - Naruto… - grito el joven de cabellos castaños amarrados en una coleta, y una peculiar cicatriz a la mitad de su nariz, causada en un enfrentamiento tiempo atrás, su rostro demostraba mucho amor hacia el pequeño que corría a su dirección sin ser conciente de las personas que empujaba o los objetos que tiraba por el lugar, los cuales eran recogidos por un pelinegro que le seguía con una sonrisa al verle tan feliz. 

     Mientras que el pelirrojo emitió una sonrisa que nadie percibió y una de sus manos rozo ligeramente la mejilla en donde le fue depositado un beso calido y lleno de aceptación. 

     - Tsk… que chico tan problemático… fíjate por donde corres… - comentó un joven desde el piso, lucía cansado, llevaba aun puesto su pijama, era uno de los pocos inquilinos a los que no se les dejaba salir por su condición, las pocas veces que se encontraba despierto comenzaba a deambular por los lugares buscando algo con que entretenerse. 

     - ¿Te encuentras bien?… Shikamaru… - pregunto otro joven al lado del caído, sosteniendo un par de golosinas entre las manos, un poco gordito, con aspecto bastante aniñado a pesar de su edad. 

     - Si… sabes que no me puedo enojar… así que le dejare pasar por esta vez… apenas desperté y no pienso de nuevo caer… - murmuro mientras le miraba alejarse. 

     - Gomen… es que Tío Iruka vino a visitarme, ¿quieren jugar con nosotros?... – preguntó a los tres chicos, esperando que estos jugaran con él y la persona que le vino a visitar, pero unas personas mayores se acercaron a ellos y se los llevaron, alegando de que no estaban en condiciones para ponerse a jugar con él. 

    - ¿Por qué no les dejan jugar conmigo?... ¿es por mi apariencia?... ¿Por qué parezco un demonio por mis cicatrices?... – preguntaba triste mientras se incorporaba y colocaba sus manitas en las cicatrices, tenía tantas ganas de llorar que olvido por completo el hecho de que Iruka le visitaba. 

     - No es eso… - respondió Sai acercándose para sacarle el polvo. 

     - Entonces… - intentaba sacar una respuesta, pero aquellas palabras eran difíciles, como explicarle que el edificio donde se encontraba era como un centro de recuperación para aquellos pequeños que necesitan tener un lugar. 

     Todos los pequeños que en ese edificio se encontraban tenían diferentes atributos, como le decían los cuidadores, cosas que les hacían diferentes a los demás y que les impedían tener una vida normal, por los peligros que esto implicaba. 

     Shikamaru por ejemplo tenía cerca de 15 años, un año mayor que él y desde los 5 años se le había diagnosticado una enfermedad bastante rara pero muy peligrosa, el hecho de dormirse por la simple razón de sentir algún sentimiento era algo horrible, eso significaba una vida llena de monotonía, cuando comenzaba a divertirse en pleno acto de risa, sus piernas flaqueaban y terminaba cayendo abruptamente al suelo, su cuidador Kiba había pedido permiso de tener cerca de su mascota Akamaru, un sabueso capaz de ayudarle a incorporarse o vigilarlo cuando el episodio comenzaba, procurando en todo momento que se encontrará bien, dentro del edificio si se llegaba a desvanecer, le llevaba a un lugar seguro y llamaba a Kiba ladrando, quien llegaba enseguida para llevarlo de nueva cuenta a su cuarto.  El nombre de su enfermedad, narcolepsia, no mata, pero destruye la vida de la persona.

     Chouji… el joven de las golosinas, tenía un problema muy serio con una parte de su cerebro, el cual no producía suficientes hormonas para crecer y sobre todo afectaba de sobremanera su hígado y riñones, viéndose en la necesidad de consumir cantidades industriales para poder seguir adelante sin tener que ser intervenido por los doctores o ayudas de máquinas, aun no saben la causa por la cual se enfermo de esta manera o como solucionarlo, pero el edificio esta dispuesto a tenerlo como habitante hasta que se recuperé o hasta que lamentablemente fallezca, su cuidadora es una joven rubia de hermosos ojos azules, muy buena pero con poca paciencia, su nombre Yamanaka Ino de 20 años al igual que Sai, Sakura y Kiba. 

     Y sobre todo, el caso más especial del edificio, Sobaku no Gaara, un pequeño que nació con autismo un problema que evita entender el claramente el lenguaje tanto el lenguaje verbal como el no verbal, ocasionando de manera agravante el poder tener contacto o socializar con las personas, además de que influye mucho en el desarrollo conciente del pequeño, es decir, no tiene mucha imaginación, además de que le cuesta hablar, este problema no tiene cura, pero puede tener grandes avances si tiene la ayuda y el cuidado adecuado, cosa que desgraciadamente en el edificio no tenían, si bien de vez en cuando tenía la visita de sus hermanos mayores, el pequeño permanecía la mayoría del tiempo solo, provocando un desarrollo muy pobre o nulo en relación a sus interacciones con el mundo exterior, tiene la misma edad que Naruto, y al parecer esta nueva amistad le será de mucha ayuda para su recuperación o avance. 

     - Naruto… - se escuchó nuevamente la voz tranquila de Iruka quien no podía creer que el pequeño siguiera siendo tan descuidado. 

     - Tío Iruka, tío Iruka, tengo muchos amigos… Sasuke y Gaara, son mis mejores amigos, ¿ne? Sai… - el rubio sabía que el moreno siempre permanecía a su lado, por eso no se preocupaba de saber si realmente le escuchaba o no. 

     - Claro… - contesto con una sonrisa, que solo el mayor pudo observar. - Me da gusto escuchar eso, Naruto… - contesto el castaño. 

     - Tío Iruka… ¿me vas a regañar?... – pregunta inocente mientras da pequeños pasos hacía atrás mientras bajaba la cabeza a modo de sentirse o realmente mal o que había hecho algo realmente malo. 

     - ¿Por qué?... ¿Ahora que hiciste?... – preguntaba acercándose al rubio quien al sentir que chocaba con Sai rápidamente se escondió detrás buscando protección, acción que no incomodo en lo más mínimo al moreno, siempre sucedía. 

     - Etto… yo… yo… hice… trampa…dattebayo… - susurro, mientras se aferraba con fuerza a la camisa de Sai, cerrando con fuerza los ojos, esperando que le regañasen. 

     - ¿Trampa?... – repitió sin entender. 

     - Hai… el juego… yo… vi… vi el atardecer… - contesto totalmente nervioso, nunca había faltado a su juego, había acatado las ordenes, esperando que la noche se hiciera de color de la tarde, pero nunca creyó lograrlo, más porque solo eso fue lo que puedo ver, al parecer, el juego aún seguía su curso. 

     - ¿Vi… viste… el atardecer?... – iruka no sabía si estar contento o frustrado, hace unos momentos lo vio tropezar más de cuatro veces en su recorrido por el pasillo, ya que se negaba a usar el bastón de soporte y ayuda que le entregaban de vez en cuando y ahora le decía que había visto el atardecer, fue en ese momento que recordó el “juego” que iniciaron hace tanto tiempo atrás. 

     - Ha… hai… - mencionó en un susurro que lleno de felicidad al mayor presente, tenía tantas ganas de llorar, aunque fuese una cosa, por lo menos su pequeño ya había visto algo y eso era para celebrar. 

     - ¿Cómo?... ¿Cuándo?... – invadía de preguntas, tenía curiosidad de ver ese mágico lugar donde el rubio había visto por primera vez después de tanto tiempo. 

     - En el parque, donde siempre me siento… demo… no lo vi exactamente… - murmuro, no sabía como explicarle que lo que había visto fue gracias a una persona demasiado perceptiva y su mejor y primer amigo, aparte de Sai. 

     - No te entiendo… explícame… - el mayor tomó la mano de Naruto y se encaminaron a un lugar alejado de las gentes curiosas para poder hablar tranquilamente, cuando por fin se encontraron sentados el menor comenzó. 

     - Sasuke… me ayudo a ver… - comento sonriente recordando como fue que le conoció y sobre todo lo que le hizo sentir al hablar con él. 

     - Sasuke no es de por aquí… ¿como te ayudo?… -  siempre era lo mismo, cuando llegaba en su día libre a visitar a lo que se podía denominar como su única familia, pedía todos los nombres de los niños que junto con Naruto se encontraba, pero nunca había escuchar hablar de Sasuke. 

     - Pues… el me lo contó Tío iruka… me contó todo, como puedo explicarlo, cuando sus palabras entraron a mis oídos, las imágenes surgieron en mi mente dattebayo… - su sonrisa no se apartaba de su rostro, se encontraba realmente feliz de conocer a Sasuke y de ver nuevamente gracias a él, Iruka se percato de ello y estaba tan contento que no podía dejar de mirar al chico, ahora las cosas se veían mejor. 

     - Mmm… - medito un poco, si las cosas seguían así, necesitaría pensar en una nueva forma de acomodar las “reglas del juego” para que Naruto pudiera conocer el mundo, era poca la esperanza, pero las palabras del doctor se hacían frecuentes y todo este tiempo había esperado para ver podía ayudarlo, lo único que pudo hacer fue dejarlo en ese lugar, su falta de dinero constante al igual de una ayuda para poder cuidar de él mientras Iruka trabajaba, le orillaron a dejar al pequeño en ese lugar en contra de lo que él mismo deseaba. 

____________________ Flash back ________________________

     - Lo sé… esto es sumamente extraño… - decía el doctor examinando los resultados impuestos al pequeño horas antes. 

     - ¿Qué sucede doctor?... ¿tan grave es?... – estaba temeroso, no quería pensar que sucedería, hacia unos meses atrás el pequeño se encontraba en perfectas condiciones.

--------------- Flash back, dentro del flash back ------------

     Sus padres habían sido sepultados hacía meses, el pequeño seguía preguntando por ellos, a lo que el castaño respondía que habían llamado cuando éste estaba dormido, siempre había tenido que estar trabajando medio tiempo para poder descansar un poco, ya que vivía solo no eran mucho los gastos, pero con el pequeño con él, los gastos se incrementaban grandemente, haciendo con esto que tuviera que tomar otro trabajo de tiempo completo por las tardes, lo que dejaba al pequeño solo la mayoría del tiempo, las cosas de la casa eran peligrosas, pensó que la mejor solución a esto, ya que ninguna de sus vecinas quería ayudarle a cuidarlo, alegando de que el pequeño era demasiado hiperactivo, dejarlo jugando en el parque. 

     Ese día en particular, al llegar y notar que el pequeño no estaba en los escalones de la casa como siempre, se puso a buscarlo en el parque donde lo había dejado jugando con varios chicos de su edad, al encontrarlo sentado cerca de la caja de arena sin moverse se asusto, pensando en lo peor y al acercarse se dio cuenta de que el pequeño estaba aterrado, tenía los ojos opacos y se sostenía la cabeza de forma alterada. 

     - Naruto que pasa… - estas palabras causaron un gran impacto al pequeño que quiso huir en el acto pero tropezó, al ver esto se acercó con cuidado susurrando. 

     - Tranquilo soy yo, no me reconoces soy el Tío iruka… - flexionó sus rodillas para quedar a la altura del menor. 

     - ¿Tío Iruka donde estas?... te escucho pero no puedo verte, tengo miedo… Tío Iruka…. – llamo el pequeño estirando sus manitas intentando en vano alcanzar al mayor, quien lo tomo en brazos de forma protectora y sin dudarlo se fue rumbo al hospital. 

--------Fin del flash back dentro del flash back ------------- 

     - No es eso… es que los análisis muestran que no tiene nada mal, todo esta en perfecto orden, al parecer solo es un lapso… le sugiero que mientras el pequeño se recupere le lleve aquí… - le entrega un papel donde viene la dirección del centro donde actualmente vive Naruto. 

     - Arigato… - musito tomando el papel mientras finas lagrimas caen de sus ojos mojando se mejilla hasta derramarse en el rostro tranquilo de un Naruto dormido. 

     Desde ese día iruka dejó al pequeño rubio a cargo de un joven llamado Sai, que era nuevo, pero aun así le daba una gran confianza, solo esperaba el día en el cual pudiera llevar nuevamente a Naruto a casa. 

_____________________ Fin de flash back._________________

     - Como veo que hiciste trampa, creo que lo mejor será cambiarlas para que no las vuelvas a hacer… te quedo claro… - pero pequeño rubio asintió a forma de afirmación. 

     - Muy bien… solo que ahora tendrás que pedirle ayuda a tu nuevo amigo… a través de él… tendrás que ver todo lo que en este mundo te rodea… cada cosa, cada lugar cada persona… y el juego termina cuando logres ver todo sin que el te lo cuente… ¿te parece?... – pregunto mirando la cara entusiasmada del pequeño. 

     - Perfecto… ¿Quieres conocerlo?... el prometió venir esta tarde… - lo que el pequeño no se había dado cuenta es que el sol ya se comenzaba a ocultar, habían pasado toda la tarde platicando por lo que no se acordó cuando su ritual comenzaba, Sai negó en respuesta a la mirada del mayor, era mejor no romperle la ilusión de su amigo al pequeño. 

     - Vale, pero me tendré que ir en un rato más… - decía tratando de animarlo. 

     - ¿Tan tarde es tío Iruka, que ya te tienes que ir?... – pregunto sintiendo que algo en su interior le hacía regresar el dolor de la soledad y eso no le agradaba, si Iruka se marchaba significaba que ya era de noche y que pronto tendría que irse a dormir. 

      - No… pero me pidieron que fuera a ayudar… que te parece si merendamos algo… - le mintió, el pequeño cambió su rostro de tristeza para regalar una enorme sonrisa. 

     - Hai… quiero ramen con  una soda… - después de comer ya eran cerca de las 9 de la noche, por lo cual Iruka necesitaba marcharse a su casa para descansar, a la mañana siguiente necesitaba levantarse temprano para ir a sus dos empleos y el pequeño tendría que irse a dormir, ¿Cómo le dirían que su amigo probablemente no regrese? 

     - Naruto-kun, la merienda me cayó un poco pesada… ¿nos dormimos un ratito en lo que esperamos que lleguen las horas de ver el atardecer y a Sasuke-kun?... – pregunto Sai, para alivio de Iruka que no sabía como decirle, el pequeño asintió y felices de despidieron del Iruka quien prometió regresar “esa misma tarde” para conocer a su amigo y ver el atardecer que el pequeño disfruto. 

     Naruto tenía el sueño extraño, siempre que dormía aseguraba solo haber cerrado los ojos, si se trataba de una siesta al mediodía y cuando se trataba de dormir toda la noche decía que solo había descansado 1 hora, en estos momentos Sai agradecía de sobremanera el ser así del pequeño. 

     A la mañana siguiente siguieron las cosas normales, el rubio no recordaba muy bien lo que había ocurrido en la “mañana” y ahora que Iruka había regresado para conocer a Sasuke, nada podía ser mejor, Gaara se encontraba a su lado esperando a que Sasuke apareciera. 

     Cuando por fin apareció, Sai se adelanto para notificarle lo que había pasado, para que el moreno menor no dijera nada, a lo cual acepto sin más complicaciones. 

     - Hola, Naruto… - saludaba el Uchiha menor. 

     - Hola Sasuke… sabes, he tenido un día bastante extraño dattebayo… - decía el pequeño rascándose la nuca. 

     - ¿Qué sucedió?... – pregunto interesado, Iruka para no decepcionar a su pequeño en conocer a su amiguito, había tomado el día libre, lo que le costaría horas extras en su horario ya atareado. 

      - Pues tuvimos varias sesiones de bocadillos y meriendas, y muchas siestas, hacia mucho que no tomaba una tan larga… - comentaba mientras se ponía un dedo en la barbilla a modo de estar pensando. 

     Itachi se había quedado callado, pasmado por la belleza del pequeño, rápidamente se percato de la situación en la que se encontraba y sonrío para si, sonrisa que nadie excepto el mismo notó, podía usar a su hermano para tomar a su presa, pensó. 

     - Sasuke… mira… él es Gaara mi amigo… quiere ver el atardecer conmigo… puedes comenzar onegai… - suplico el chico y de esta manera el Uchiha comenzó con el relato que dejo boquiabierto a mas de uno, en especial a su hermano mayor quien no conocía ese lado tan poético de su hermano menor. 

     Gaara permanecía inmóvil, mirando el rostro de su amigo para poder comprender el porqué tenía los ojos cerrados y una sonrisa en los labios, si bien se encontraban en un lugar lleno de gente, en su mente solo existía él y el rubio. 

     Mientras Naruto e Iruka cerraban los ojos dejándose llevar por las palabras del moreno y se sintieron en completa paz, nuevamente se despidieron y prometieron verse a la misma hora el día de mañana en el mismo lugar.

 

Notas finales:

konochiwa... gomen... por los inconvenientes, antes que nada necesito decirles que si no actualizo rapido es porque me cortaron el internet u_u lo que pasa es que esta a mi nombre, pero lo estoy compartiendo, por ello no depende tanto de mi, sino que los demás cooperen, por eso gomen su no puedo actualizar rapido, tengan por seguro que si eso llega a pasar, pondre dos capitulos seguidos como recompensa, ok? gracias por leer y disculpen si esto molesta un poco... ^u^ hasta el siguiente capitulo... matta ne...


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