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¿Qué es el amor? por liuny

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¿Qué es el amor?

Summary: Draco Malfoy era un Veela. ¡Que surrealista era en la situación que había caído! ¿Él? ¿Enamorándose de ese presumido rubio? ¡Por favor! Slash, Drarry.

Advertencia: OoC (¿Leíste bien, no? ¡Fuera de carácter!) AU (No importa que haya dicho Rowling). Y, la verdad, hasta ahora, no ha pasado nada digno de ser mencionado.

Notas de la Autora: Todo es de Rowling, pero, eso ya todos lo sabemos, no tengo remuneración económica, quiere decir, estoy mamandiniel título es una inmundicia por el amor de Dios, cuando se me ocurra una pendejada mejor, lo cambiaré, el Summary apesta, no sirvo para hacer sincopes de las cosas. Así que, mis disculpas….


Capítulo uno: Draco es un Veela.

— Esto es tan molesto —Dijo Harry levantándose de donde se encontraba plácidamente sentado. Se acuclilló al lado de su padrino desmayado y, tranquilamente como había ido, le lanzó un Enervate.

— ¿Dónde estoy? ¿Quién soy yo?

— Sirius, ¿Quieres dejar de hacer el ridículo?

— ¡Ah! ¡Ya recuerdo! ¿Dónde está el maldito de Malfoy? ¡Lo voy a matar! —El ojiverde se rascó la cabeza y se sentó en el piso con las piernas extendidas y las manos a cada lado de su cuerpo, sosteniéndolo.

— ¿No se supone que tendría que estar yo en su lugar? —Le preguntó mirando a Remus, el cual estaba allí tranquilamente a su lado de pie.

— ¿Quieres?

— Sólo pregunto. ¿Quieres ir a tomar chocolate, Remus?

— Pero Harry. Se supone que estamos aquí porque, sorpresivamente, Draco es un Veela, y te eligió a ti como pareja. Aunque me parece muy extraño que dicho no esté presente.

— ¿A sí?

— Sí, Harry.

— Ahhh… a mí no me sorprende. Es más, apuesto mi escoba a que No importa lo que haya escogido su instinto veela, su parte normal me odia a muerte, bueno ¿Quieres o no?

— No podemos salir de aquí.

— ¿Y por qué estamos perdiendo el tiempo? —El licano se encogió de hombros—. ¡Tengo un anuncio que hacer! —Gritó el pelinegro haciendo que la pareja Malfoy, Sirius y Dumbledore le prestaran atención. Se había levantado y estaba arreglándose la túnica—. Me halaga que él me haya elegido como su pareja por toda la eternidad, pero, lo siento, no tengo pensado emparejarme en muuuucho tiempo, y cuando lo haga, será porque me gusta, además, si tuviera que elegir a un hombre para que fuese mi pareja, en serio, no sería, ni rubio, ni Slytherin. Así que si me disculpan, Remus y yo iremos a tomar chocolate, ¡chaup!

— ¿Así como así? —Preguntaron Dumbledore y Lucius en shock.

— Si, así como así. Además, sería jodidamente cliché que Malfoy y yo por esas circunstancias de la vida terminemos enamorados. ¿Nos vamos, Remus? Además, Hoy algo importante va a suceder y sería cruel de mi parte no estar presente.

— Pero… —Siguió el director.

— Profesor —Dijo con voz calma en joven—. No voy a discutir. Es mi vida privada, por el Santísimo. ¿También se quiere meter en algo tan privado como esto? Y es definitivo, tengo tendencias heteras… así que, no; gracias, pero no. Me voy, no pienso seguir perdiendo el tiempo en esta tonta discusión.

1

Entró a las tres escobas, estirándose, al final Remus no había querido ir, bueno ¿Alguien tenía que controlar al perro, no? Porque en cuanto el Heredero Malfoy entrara en su campo de visión podía considerarse muerto.

— ¡Amigo! Ya nos tenías preocupado ¿Qué carajos te retardó? —Comenzó a preguntar el pelirrojo, muy, muy nervioso.

— Sí Harry, comenzábamos a pensar que un mortífago te había raptado —Bromeó la prefecta.

— Ah, no mucho. Me enteré que Draco Malfoy es un veela y que ésta me está reclamando como su pareja. O bueno, Lucius Malfoy lo está haciendo —Cabe decir que Ron escupió la cerveza, y Hermione que estaba meciéndose en la silla se cayó. Ginny parpadeó confundida, Seamus y Dean, se echaron a reír como desgraciados, por la reacción de las dos restantes partes del trío dorado.

— ¿Perdón? —Soltó Hermione incrédula, sobándose una nalga, la cual había servido anteriormente como colchón de impacto.

— Eso, lo que oyeron, Malfoy, Veela, Lucius, yo y pareja en una misma oración.

— ¡Pero eso es imposible!

— Sí, eso mismo dije yo hasta que aparecieron Sirius y Remus, éste último agarrando a Sirius para evitar que matara a Malfoy, a cualquiera de los dos, el que tuviera más cerca.

— ¿Y cómo saliste de allí? —Dijo Ginny preocupada.

— ¿Cómo, que cómo salí? ¿No estarán de joda? ¿Malfoy y yo?

— ¿Huiste? —Preguntó Hermione incrédula.

— No, le dije a todos que se olvidaran de tal asunto, dejen de darle vueltas, no voy a terminar con Malfoy… —La castaña iba a abrir la boca—. Sí, ya sé Mione, he leído lo mismo que tú acerca de las veelas ¿Recuerdas cuando nos dio el ataque de curiosidad?

— Estás en peligro Harry, en realidad toda la escuela lo está… Si Malfoy te ve en actitud sospechosa con alguna otra persona, no dudará en matarla.

— Oh vamos, no exageres.

— ¡No exagero! ¡Harry James Potter!

— ¿Qué sucede? ¿Por qué me regañas? ¿Qué querías? ¿Qué me lanzara a sus brazos y le dijera: “Oh si Malfoy, soy todo tuyo, cógeme”? ¿Estás demente? ¿O se te zafaron los tornillos? No sé si te habrás dado cuenta, me gustan las mujeres.

— ¿Ron, estás en shock? —Preguntó Ginny zarandeándolo.

— Malfoy, Harry, pareja… —Repetía frases incoherentes en forma de mantra—. ¡Voy a matar al hurón!

— ¡Hey tranquilo, vaquero! —Le paró la castaña—. ¿A dónde crees que vas?

— ¡Crees que voy a dejar que ese imbécil le ponga las manos encima a Harry! ¡Primero lo castro!

— Ron, gracias, pero como te podrás haber dado cuenta, no soy una damisela en peligro.

— ¡¿Estás loco?! ¡Tienes a un veela tras tu cabeza! ¿Y tú tan tranquilo?

— Soy el jodido niño-que-vivió, he luchado contra Voldemort, tantas veces que ya he perdido la cuenta y me vienes a pedir que le tenga miedo a un veela, que aparte es Malfoy? Andas flipando. No estamos aquí para hablar de mí y mi reciente encontrado problema de Malfoy-Veela… Ron, ¿No le tenías que decir algo a Hermione?

— ¡Eso puede esperar! Lo tuyo es más grave.

— A la mierda con eso, muéstrale el anillo de buena vez… mira que no me tuviste quince noches haciendo de Hermione para que ahora lo vengas a posponer sólo por eso —Seamus y Dean explotaron de nuevo en risas al recordar esos días.

El cuarto de los chicos de Gryffindor de séptimo curso, Ron se acercaba con cautela a la cama de Harry, el cual estaba escuchando música con unos nuevos reproductores mágicos. Tenía los ojos cerrados y estaba en su mundo, pensando en las musarañas alegres que habitaban en las islas de algodones felices.

— Harry —Había susurrado en plan misterioso el pelirrojo. Dos espectaculares obres se abrieron mirándolo directamente.

— ¿Qué pasó? ¿Quién se murió? —Los demás compañeros de cuarto se callaron para ver que iba a hacer Ron.

— Quería pedirte un favor, de hermano a hermano… ¡Necesito ayuda desesperadamente!

— ¿Para qué? —Se quitó los audífonos y dejó todo a un lado, hasta el libro que estaba leyendo para prestarle atención. El pelirrojo sacó un anillo y se lo mostró.

— Harry…

— ¡Oh Ron! ¡Lo siento! ¡No sabía que tenías esos sentimientos por mí! Pero, como sabrás no puedo aceptarlos.

— ¡No seas idiota! —Rugió, mientras su cara se tornaba de un fucsia muy escandaloso, al escuchar las risas de sus compañeros y de su mejor amigo.

— ¿Entonces?

— Se lo quiero dar a Hermione.

— Sí, Ron, yo los ayudé para que se hicieran novios, pero, no le puedo preguntar por ti si quiere que se casen.

— ¡No hablo de eso joder! Déjame terminar.

— Termina —Dijo sin poder ocultar la risa, y el coro de atrás no ayudaba mucho a enseriarse.

— E… es que… m-me, preguntaba… si, si tú…

— ¿Si yo qué?

— ¡Sitúharíasdehermionesóloparapracticar! —Harry entrecerró los ojos en un intento fútil de afinar su oído.

— ¿Perdón?

— Que si tú… harías, de hermione, para… ¡Parapracticar!

— ¿Para qué?

— ¡Joder! ¡Para practicar!

— ¡Ahhh! —Corearon todos.

— Pues, ejum… no creo que sea una posición muy decorosa.

— ¡Te lo ruego!

— Supongo que no me puedo negar. Mira lo que me haces hacer.

Sí, así había acontecido todo. Lo tomó por la camisa y lo arrodilló.

— Ahora Weasley.

— P-p-pero…

— ¿Qué sucede? —Preguntó Hermione sin entender del todo. Ésta tenía unas botas marrones hasta las rodillas y unas medias beige hasta la mitad del muslo, una falda lisa de patrones escoceses en tonos marrones le acompañan, terminando en una camisa del mismo color de las medias y un sobre todo del piel sintética de los mismos tonos (ropa escogida por todas las alumnas de Gryffindor, por pedido de Harry).

— Ron te quiere hacer una proposición —Por lo que veía, al final si tendría que ser como cuando ‘ayudó’ a su mejor amigo a declarársele, o sea, decirlo él…

— No yo —Dijo tratando de escapar. Harry lo sostuvo, le sacó la caja de terciopelo se la puso en la mano y lo volvió a colocar frente a la mujer.

— Ron, no pasé quince días humillándome a actuar como una mujer mientras que Dean, Seamus y ¡Hasta Neville! Se desternillaban de la risa para que tú ahora te eches para atrás ¿Dónde está tu coraje Gryffindor?

— ¿Ron?

— ¡¿HERMIONETEQUERRÍASCASARCONMIGO?! —La prefecta parpadeó.

— Lo siento ¿Qué? ¿Qué yo qué?

— Idiota, más lento… ni yo entendí… Ahora. Yo —Dijo en pos para que repitiera.

— Yo, yo… ¡Yo soy un cobarde! —Gritó tratándose de ir, sin embargo, Harry lo tenía bien sujeto.

— No entiendo nada.

— Si abres la cajita Ronny, sería más ilustrativo —El aludido hizo lo que le era demandado y allí dentro, había un sencillo y precioso anillo de oro, con una serie de incrustaciones de lo que parecía swarovski blanco.

— ¡Bien! ¡Llevo esperando esto desde que me enteré! —Expresó la menor de los Weasley frotándose las manos.

— Hermione Jean Granger…

— Perfecto, sigue —Le obligó el ojiverde.

— Yo, quería saber, si, si después de terminar Hogwarts o antes, cuando mejor te parezca, ¡Claro! Tampoco estamos apurados y entenderé sino quieres y…

— Ronald…

— Sí, ya voy. ¿Te… te casarías conmigo?

— Yo, yo… —Eso la había agarrado fuera de base... ¡Ron le estaba proponiendo matrimonio! Buen Merlín ¿Cuántas noches no había soñado con aquello? ¡Era casi como lo había imaginado! En su mente no era tan hilarante, pero, definitivamente, Harry estaba en la misma situación no importa en que escenario fuese… las manos le habían comenzado a sudar, y estaba muy nerviosa.

A cada tartamudeo de la castaña, el joven se desilusionaba más, y un recuerdo llegó a su cabeza.

Harry estaba sentado en su cama, leyendo como se había hecho costumbre. Tenía una mano apoyada laxa al lado de su cuerpo, apoyada en la cama, mientras que con la otra, sostenía el libro. Sus piernas estaban cruzadas, explayando toda su sensualidad, sólo estaba con un bóxer y una camiseta negra.

— ¡Hermione! —El moreno lo miró con una ceja enervada—. ¿Te casarías conmigo? —El moreno sonrió malvado en su mente.

— Yo, yo… —Tartamudeó perdiendo toda la inicial petulancia—. Yo… lo siento Ron… p-pero, —Tomó más confianza—. Es que, necesito a alguien que me pueda mantener en un futuro, y no creo que tú seas esa persona.

— ¡Menudo hijo de puta estás hecho, Potter! —Le gritó el pelirrojo luego de pasar el trauma, mientras todos encendían las luces y se echaban a reír descaradamente.

Claro, que nunca hubiese imaginado que algo así pudiera suceder en la realidad. Harry lo soltó y el pelirrojo iba a guardar en anillo y, perdiendo todo su orgullo comenzar a llorar como un niño en el hombro del ojiverde.

— ¿En serio? —Respondió, y todos la miraron expectantes.

— ¡Sí! Te lo juro, ¡Sé que no soy el mejor partido, pero, te amo con toda mi alma!

— ¡Oh Ron! ¡Tontito! ¡No tenías que haber hecho todo esto! ¡Por supuesto que sí me caso contigo! —Dijo tirándosele en sus brazos y plantándole un beso con lengua y todo. El lugar prorrumpió en aplausos, vitoreando la buena noticia.

— ¡Esto me ha hecho el hombre más feliz de todo el mundo! —Dijo llenándola de besos. Harry tenía su mano derecha en su cubito, mientras sonreía alegremente, bien por ellos dos, realmente esperaba que tuvieran todas las bendiciones del mundo, perdió un poco la sonrisa, otra vez se estaba quedando sólo.

Draco estaba entrando en las tres escobas cuando sintió una terrible tristeza traspasar y tomar posesión de sus sentidos. Miró hacia todos los lados, y allí vio la gran conmoción, donde una pareja era felicitada por todos. Un poco más rezagado, estaba nada más y nada menos que Harry Potter, algo melancólico, y definitivamente, fueron sus sentimientos lo que le habían llegado, no había de otra, al fin y al cabo, él era su alma gemela, aunque no lo supiera, y él no lo aceptara, primero se suicidaba antes de terminar con el cara-rajada de Potter.

— ¡Felicidades! —Concedió Albus Dumbledore llegando al establecimiento con un séquito bastante extraño.

— ¡Director! —Dijeron todos extrañados mientras se acomodaban.

— ¡Tranquilos! Esta maravillosa noticia ha de ser celebrada correctamente —Le colocó las manos en los hombros del moreno, el cual ante el gesto, encontrándose de pie en la barra, sintió que algo muy malo iba a suceder. Un brillo plateado cruzó fugaz los ojos de Draco, el cual comenzaba a sentir sus celos, bullir desde lo más profundo de sus entrañas ¿Qué carajos le estaba pasando?—. Pero, Harry aquí presente, no debió haber escapado así. Aunque tenías tus buenas razones.

Sirius miró al heredero Malfoy…

— ¡Así que allí estás pequeño demonio! —Gritó Sirius. Lanzándose encima del menor.

— ¡Black! Ponle una mano encima y te juro que lo que sufriste en Azkaban será poco en comparación con lo que yo te haré sufrir —Siguió Lucius, apuntándole con la varita.

— Caballeros, ¿Podrían comportarse como gente de su edad? —Preguntó Mcgonagall.

— ¿Padre? ¿Qué demonios está sucediendo aquí? ¿Qué haces en Hogsmeade?

— Solventando un problema…

— ¿Problema? ¿Qué problema podrías tener tú en Hogwarts?

— Creo que estamos llamando mucho la atención —Puntualizó Hermione, viendo que Harry iba a abrir la boca para hacer un comentario similar pero más hiriente.

— Cierto, todos deberíamos regresar a Hogwarts y seguir el tema que nos concierne allá.

— ¿Concierne? Eso me suena a poliedro —Dijo Harry olvidándose de la tristeza que lo había invadido hacía algunos momentos y volviéndose algo pedante—. Yo ya dije que no. No ha pasado tanto tiempo como para haber cambiado de opinión…

2

— ¡Padre! Pero ¿¡Cómo pudiste!? ¡¿Madre?! —Exclamó Draco muy enfadado, llevaban en el mismo plan casi dos horas.

— Lo siento Draco. Pero, Severus lo dijo claramente. Dentro de poco las pociones dejarían de hacer efecto… llevas año y un poco más con ellas, eso es más de lo que un veela normal aguantaría…

— ¡Pero! ¿¡Cómo se atreven!? —Repitió por enésima vez en el día. Ante esto, todos miraron a Harry, incluyendo Hermione y Ron, lo cuales se habían sumado al grupo de Sirius para exterminar a Malfoy hijo. El niño-que-vivó, se encontraba bien mono jugando con Fawkes, y sonriendo, hasta que sintió que todo estaba muy callado. Con algo de cansancio, volteó, hasta que su cuello de dio y no fuera incómodo.

— ¿Puedo servirles de ayuda caballeros? —Preguntó tranquilamente.

— ¿¡Cómo es que estás tan tranquilo?! —Gritó Ron.

— Pues, yo ya dije, no voy a hacer nada más que continuar mi vida ¿Por qué habría de preocuparme? Que sepa yo para bailar tango se necesitan dos, así que, dudo que puedan obligarme a poner mi firma en algún ridículo papel de enlace, no hay nada que discutir, y creo que Malfoy está de acuerdo conmigo ¿No es así?

— ¡Hasta que dices algo coherente, Potter! Es más, doscientos puntos para Gryffindor —Otra vez se cayó en una discusión acalorada.

— ¡Sileeeencio! —Gritó el director. Todo el mundo cesó—. Harry…

— ¿Profesor?

— Un Veela no es un juego, dejar la situación como está será poner a todo el colegio en peligro. Toma en cuenta que, si a Malfoy le parece que alguien se está extralimitando contigo, se verá en la obligación de entrometerse.

— ¡Ah que genial! —Expresó Harry irónicamente.

— ¿¡Extralimitarse!? —Gritó Hermione fuera de si—. ¡¿Extralimitarse dicen?! ¡Si yo llegara a abrazar a Harry cuando Malfoy perdiera por completo los alicientes, me mataría!

— Soy un Malfoy, Granger, para mí, mi autocontrol está por encima de todo.

— ¡A sí! ¡Permíteme que te contradiga! —Le increpó casi en un reto—. Perdóname Ron —Dijo la prefecta, agarrando a Harry y plantándole un beso, no faltó mucho antes que el moreno sintiera las ansias asesinas de Draco y le colocara la varita en el entrecejo separándose de Hermione.

— A-a-a… ¿Acaba de besar a Harry?

— Imagínense que no hubiese sido yo y que Harry no hubiese estado tan alerta como para protegerme. ¿Extralimitarse dicen? ¡Hay que ponerle a Malfoy un bozal!

— ¡Basta Hermione! —Dijo un poco fuerte el moreno. Mientras terminaba de despertar al veela—. Primero y principal Malfoy, no es un animal. Por amor Dios, que alguien cachetee a Ron…

— ¿Qué? ¿Qué sucedió? —Preguntó el rubio desubicado.

— Nada interesante —Le cortó rápido para seguir hablando—. Además, es un híbrido, podríamos tratar de separar su esencia.

— No había pensado en eso, creo que Potter, por primera vez en la vida, estoy considerando en tomar tus palabras.

— Olvídense de eso —Bufó Lucius.

— ¿Por qué?

— Draco es una situación especial —Habló Narcisa por primera vez en el día. Ella era una mujer de pocas palabras que sólo estaba allí para hacer callar a Lucius cuando se excedía. Todos incluyendo Sirius la miraron con curiosidad—. Lucius y yo, somos veelas, los DOS, ¿Entiendes eso Potter? No es un cuarto veela, ni nada así, Él es la perfección en si. Un veela totalmente humanizado, no se transforma, no pierde el control, pero, lo que sucedió hace unos momentos es por la falta de pareja. La pareja de un veela es lo que controla su magia.

— ¿Está diciendo que…?

— Que Draco vendría siendo como un príncipe, Señor Potter —Dijo Snape llegando por órdenes de dumbledore el cual había aprovechado para llamar al padrino, casi segundo padre del chico, que era quién podría manejar mejor la situación. Draco idolatraba a Snape, y Harry le tenía demasiado respeto y estima, como para cometer alguna imprudencia.

— ¡Qué! —Gritaron todos. Excepto el ojiverde que quedó en shock.

— Exacto…

— ¡Primero me acuesto con Crabbe que casarme contigo Potter! ¿¡Comprendido!?

— Escucha Malfoy, no sé si te habrás dado cuenta que estoy dando lo máximo para que sus pequeños cerebros entiendan que no voy a permitir ni siquiera que estés cerca de mí.

— Allí tienen —Dijo Black—. Si Harry no quiere tener nada que ver con Malfoy, no hay nada que hacer. Si es por su seguridad, entonces me lo llevaré a que estudie su último año en Egipto o en China…

— ¡Cállate Black! —Gritó Lucius otra vez perdiendo los estribos, y ensartándose en una contienda con Sirius. Harry cogió un libro de la estantería personal del director y se sentó en la confortable silla de éste, giró; y se puso dándole las espalda a todos sus ‘comensales’.

— ¿¡Qué no oyen!? ¡Yo no quiero nada con Potter!

— ¡Escúchame Draco! Puedes morir ¡¿Entiendes, carajo!? ¡MORIR!

— Yo no voy a morir —Escupió el menor.

— Hijo —Dijo calmada su madre. No era la primera vez que Lucius y Sirius se ponían en esa situación y terminaban despeinados, cosas que los dos odiaban con pasión particular. Snape aguantaba a Malfoy Padre, mientras que Remus un poco harto de la situación, hacía lo suyo con Black. Hermione y Ron estaban demasiado en shock como para hablar y el director trataba de calmar a los dos hombres—. Tu padre exagera un poco, cierto, tienes posibilidades de morir, pero, la única manera de desvanecer todas las probabilidades, es que Harry Potter te rechace.

— ¡Bueno! —Se dirigió hacia donde estaba el moreno y volteó la silla, éste lo miró de forma escéptica—. Potter recházame, grita a los cuatro vientos que me odias y que me has deseado la muerte incontables de veces.

— ¡Señor Potter! ¡Draco! ¡Silencio! —Exigió venenoso el pocionista—. Para que el señor Potter lo rechace tienen que haberse cumplido una serie de formalidades. Y si me hubiesen dejado hablar antes, y si Lucius no hubiese cometido la estupidez de soltar todo a la mansalva, ¡No estaríamos pasando por esta! Aunque debo felicitarlo señor Potter, ha mostrado una conducta intachable el día de hoy.

— Me halaga ¿Entonces?

— Para que pueda rechazar a Draco, luego que éste pierda todo rastro de poción inhibidora, tendrá que cortejarlo hasta que sea su cumpleaños, si hasta allí, aún siguen con lo mismo, entonces, Potter, podrá gritar a lo cuatro vientos como quiero Draco que haga que lo odia.

— ¡¿Y por qué no empezaron por ahí!? —Gritaron los dos chicos.

— Severus… ¿Cómo has podido?

— Lo siento Lucius, no seré yo quien propicie la infelicidad de mi ahijado, y menos lanzándolo a los brazos de Potter.

— ¡Tú no entiendes! SU felicidad está al lado del mocoso de Potter.

— ¿Cuáles son las principales características por la que un veela elige a su pareja? —No dejó que respondiera y siguió—. Aroma, poder, pureza y belleza, en esto orden si a alguien le interesa informarse. Así que no seas un maldito hipócrita llamando amor a un jodido e irracional llamado de la naturaleza —El rubio iba a abrir la boca para renegar—. Si Weasley hubiese sido más poderoso que Potter, seguramente hubiese sido elegido.

— ¡Eso es atentar contra el mal gusto Severus! —Renegó el menor de los ojigris

— ¿Habla quién prefiere acostarse con Crabbe? —Preguntó socarrón Harry comenzando a molestar al rubio.

— Prefiero mil veces antes que contigo.

— Eso es desagradable, quiero salir de aquí —Pregonaba Ron casi muerto. ¿Él? ¿Emparejarse con Malfoy? Un escalofrío lo recorrió.

— Claro que no, yo amo a Narcisa —Puntualizó el rubio de cabellos largos.

— Lo tuyo con Narcisa fue diferente, ya babeabas por ella, antes de tener o ser tan siquiera conciente de tus genes…

— Claro que no… —Se defendió.

— Lucius —Siseó amenazante—. Creo que recordar que nacimos en la misma clínica y que estuvimos al lado en las incubadoras. ¡Te conozco desde hace demasiado tiempo! También como recuerdo que en tercer año, te encontraba en el baño de Slytherin, pensando en Narcisa y no hablo más de aquí por respeto a mi ahijado.

— Tendré pesadillas, no dormiré en mucho tiempo —Dijo derrotado el rubio.

— Te repondrás —Se burló el ojiverde.

— ¡Cállate Potter!

— Claro, lo que el hurón de su alteza diga —Le dijo con burla. El rubio lo iba a agarrar para comenzar una de sus peleas a golpe limpio, cuando Potter con una mirada que helaría los infiernos habló, mientras le sostenía la mano.

— Malfoy, vuelve a tratar de tocarme, y te demostraré porqué me llaman el niño-que-vivió —Todo el mundo miró a la pareja. Éste se soltó de su agarre con molestia.

— No me asustas Potter. ¿Por qué habría de creer en una amenaza de una niña-de-mami, como tú? —Harry sacó la varita, pero, Dumbledore se la arrancó de las manos.

— No tenemos porqué ponernos ofensivos. Vuelve a sentarte y respira —Le recomendó al heredero de Gryffindor casi obligándole a regresar a su posición inicial—. Draco, creo que deberías disculparte con Harry, y viceversa.

— No tengo pensado disculparme con el cara-rajada.

— Profesor, me parece una real pérdida de tiempo, saliva y esfuerzo, esto que estamos haciendo. Jamás había visto a Remus perder la paciencia, ni al profesor Snape gritando de tal forma. Yo guardaré el secreto de que Malfoy es un veela, y roguemos porque se encuentre una pareja más adecuada —Se levantó—. Está bien, lo siento Malfoy, no fue mi intención llamarte hurón. Ahora ¿Podemos cada uno devolvernos a nuestras vidas normales?

— ¿Potter acabas de disculparte?

— Por supuesto que acabo de disculparme —Admitió sin ningún corte.

— Potter, ¿Tú no haz oído nada de lo que hemos dicho, verdad?

— ¿Básicamente? No, estaba entretenido leyendo el diario de Salazar Slytherin —Dijo mostrándole el libro.

— Potter —Comenzó Snape—. Draco tiene altas posibilidades de morir… —Le explicó suavemente. Es más, el ojiverde se extrañó que estuviera siendo tan condescendiente. Reviró sus ojos, en su mente, y recordó que Snape sería capaz de rogarle de rodillas todo con tal de proteger a Malfoy.

— ¿Ah sí? —Preguntó haciendo que su codo se apoyara en la mesa de vidrio y su barbilla en la mano—. Bueno, no sé si se habrán dado cuenta, pero, Malfoy ya lo dijo anteriormente, y sí, es cierto que le he deseado muchísimas veces la muerte, claro, menos de las que él me las ha deseado a mí. Y definitivamente, yo no dejaría dormir a mi lado, a alguien que mientras estaba en la enfermería, me atacó… sin contar que estaba en igual o peor estado que yo.

— Harry, no estamos pidiendo eso —Habló Dumbledore—. Y tú no eres de los que van deseándole la muerte a nadie —Le soltó con convicción. Harry sonrió el su mente, no por nada consideraba al hombre casi como su abuelo—. No es que te vas a casar con él. En su cumpleaños, podrás rechazarlo formalmente y bueno, que suceda lo que el buen Merlín decida.

— A ver —Contó con los dedos—. Estamos en octubre, Malfoy cumple años el nueve de enero… ¿Cuatro meses y un poco más aguantando a Malfoy? ¿Qué masoquista me cree?

— No estoy más feliz que tú, Potty.

— Deja de insultarlo Malfoy —Retomó la palabra Ron—. ¡Joder! Mira que serás cara dura. Tu vida está en manos de Harry literalmente, y ahora que lo están chantajeando con tu muerte, y conociendo el grado de su altruismo, no pongo en duda que acepte. Así que cuando menos, podrías ser un poco menos borde y hacérselo fácil. Maldita serpiente —Murmuró exasperado por lo bajo.

— Eso que acabas de decir Ron, me ha hecho orgullosa —Dijo Hermione sonriéndole—. Y no me parece justo que chantajeen a Harry con la pequeña posibilidad de muerte que tiene Malfoy… además, si como el profesor Snape dice, son simple feromonas, la ciencia está de nuestro lado ¿Verdad, Harry? —Éste entrecerró los ojos—. Entre nosotros podemos zafarnos de este problema. ¿Si me hago entender?

— ¿Profesor me permite hablar con Hermione a sola en el baño?

— ¡Hey!

— Silencio, no le voy a hacer nada.

— Tienen diez minutos.

4

— ¿Quieres clonar mi esencia en otra persona? ¡¿Estás loca?! —Dijo cerrando la puerta del baño tras de sí. Mientras que Ron y Malfoy (inconscientemente) miraban la puerta como posesos.

— Que Malfoy elija la persona que quiera como pareja y se hace la poción… tendrá la duración de un año, lo suficiente como para que ya tu hayas desaparecido de su vida para siempre.

— No hay que ser tan drásticos… Malfoy no me cortejará como es debido, y yo puedo esperar hasta su cumpleaños para rebotarlo.

— ¡No seas loco! ¡Actualmente Malfoy está inhibido! ¿No viste lo que pasó cuando te besé? ¿Sabes cuantas personas anda tras de ti, en el mal sentido de la palabra?

— ¿Perdón?

— Joder Potter, eres de lo peor cuando se trata de este tema. Demasiado denso para mí, en este campo.

— ¿No estás exagerando un poco? Nadie me va a saltar encima a besarme. Bueno, Malfoy lo haría cegado por su instinto… como si yo no me pudiera defender, de todas maneras…

— Dame paciencia, Dios mío. Te lo voy a poner claro: Si alguien se te acerca lo suficiente mientras Draco Malfoy te esté cortejando, puedes decirle adiós al desdichado que lo intente. Capisci?

— Cuatro meses alejado de la gente, me hará bien…

— No puedo contigo —Le tocaron la puerta.

— ¡No han pasado diez minutos! —Le dijo sin que se escuchara fuera.

— ¿Proponemos lo de la poción?

— No, es demasiado rollo.

Salieron del baño, todo el mundo estaba tomando té, estos dos supieron que estaban sentados distribuidos así, por órdenes del mismo Dumbledore.

— ¿Entonces? ¿Para qué la reunión?

— Existe una poción —Todo el mundo la miró, incluyendo Harry.

— ¡Hermione!

— ¡No! ¡Basta! No voy a exponer tu integridad física y la vida de millones por un capricho. Malfoy elegirá a la persona que quiere como pareja y nosotros clonaremos la quintaesencia de Harry.

— Señorita Granger. Como siempre, derrochando inteligencia…, clonar así a Potter daría resultado, pero viene resultando que sería riesgoso…

— Como todo —Recordó ésta.

— Perfecto, pongamos este escenario —Dijo Snape comenzando a hipotetizar, no le había venido eso a la mente, era una buena solución, excepto por algunos problemillas menores—. La poción es exitosa, nadie lo pone en duda. Cualquiera de nosotros podría hacerla sin ningún tipo de fallos. El gen se confunde, Potter queda ‘libre’. Si el Veela descubre que la esencia de su pareja está clonada o bifurcada de alguna forma, matará al impostor, que en este caso es Potter… ¿Si me hago entender?

— La poción duraría cuando menos un año, y faltaría menos de eso, para que Harry desaparezca de la vida de Malfoy. Además, en este año hay un periodo de tiempo, de febrero a marzo para ubicarnos mejor, en los que no sólo Harry, todo el mundo se irá paulatinamente a las diferentes instituciones universitarias para presentar la prueba de admisión. Se haría todo cuando Harry estuviese presentado, cuando Malfoy y su pareja se unan, todo el peligro mayor habrá cesado,

— Pues, odio reconocerlo, está muy bien planeado —Dijeron Albus y Draco al mismo tiempo.

— No puedo creer que aquí estén las personas más inteligentes de casi cuatro generaciones —Bufó Narcisa con incredulidad—. ¿Qué te hace pensar niña que algún tipo de poción podría burlar a un veela? Tendrías que drenar toda la esencia del otro contenedor y darle toda la vida de Potter, matándole, cabe acotar, y cayendo en redundancia, y aún así, no lograrías confundirnos.

— Ahora me van a empezar a llamar contenedor. Que de lo peor… —Dijo harto.

— Potter, sólo son cuatro meses… si tu odio es tan grande te lo pasarás bomba con Draco tratando de cortejarte.

— ¡Madre!

— Luego —Siguió sin prestar atención—. Podrás rechazarlo con tu mejor sonrisa y probablemente hundirlo en la peor depresión que puedas haber visto.

— ¿Y aquí es donde se me ablanda el corazón? Señora Malfoy, seamos razonables… aunque tratara de enamorarme de él, no podría, somos incompatible. Sólo, sólo mírenos vestidos —Ejemplificó. Todos se fijaron en ese insignificante detalle y nadie sabía porque exactamente. Draco tenía unos pantalones de pinza gris claros, una camisa manga larga de popelina blanca como las que se usaban en el uniforme, sólo el último botón estaba desabrochado, una corbata azul marino estaba colgando como decoración en su pecho, y el sobretodo negro que antes cargaría encima estaba colgado perfectamente encima de una silla. Pasaron al ojiverde. Jean azul algo grande, una camisa, muy sencilla y algo desteñida de color rojo, y zapatos deportivos, el suéter estaba mal colgado en alguna parte no definida de la oficina del director.

Había que admitirlo. Luego de ver ese detalle, se pasaron al cabello. Por más que el ojigris había peleado, gritado y sofocado, el rubio seguía casi perfectamente peinado y acomodado. Potter, apenas si había hablado, lo tenía todo desordenado y disparado en caótico desorden. Los ojos del Gryffindor brillaban con pasión y luz propia, destilando sentimiento confusos, mientras que los del Slytherin, sólo se veía una sólida placa de uranio, frío y calculador, definitivamente, no eran precisamente lo que pudiéramos llamar compatibles… es más, ni siquiera tenían alguna cosa a común a primera vista.

— ¿Ve a lo que me refiero? ¿Quiere ver a su hijo con semejante persona?

— Voy a dejarte esto claro Potter, para mí, no hay nada más sagrado que la felicidad de mi hijo, sobreponiéndose a quién sea. Y si tú eres eso, entonces no habrá nada que hacer.

— Dios, ¿En que idioma digo que la parte Veela de Malfoy está un poco encandilado con mi poder? Que creo que ni siquiera es el mío, Voldemort tiende a dejar muchas secuelas de su poder, en mí —El mismo y estúpido comportamiento ante el nombre—. No podemos estar seguros de nada. ¿Qué sucede si no soy yo?

— ¡Por eso te estamos pidiendo que dejes que Draco te corteje por estos meses! —Habló Lucius ya perdiendo toda la paciencia—. ¿Qué no has escuchado? ¡Nadie te obliga a casarte! Draco ha tomado inhibidores desde que recibió sus poderes… encontró su pareja inhibido, sí, como tú dices, hay mucha probabilidades de equivocación, pero, si no te dejas no lo podemos arreglar.

— Harry, te lo pido de rodillas si quieres —Dijo Remus fuera de si, no se sentía nada bien, quería ir a descansar antes de que la jodida luna apareciera—. Por favor cachorro, hazlo por mí, ¿Vale? Serán sólo cuatro meses, Sirius, Lucius, Narcisa, y yo ¡Y sé que también Snape! Todos estaremos en Hogwarts todo el rato, por si cualquier inconveniente se presenta.

— Está bien —Suspiró el moreno. Ron abrió la boca, entrando en shock por enésima vez. Hermione sonrió, sabiendo que iba aceptar a fin de cuentas, lo conocía demasiado bien, no era que le gustara la idea, pero, iba a ser divertido ver a Malfoy sufriendo por Harry una vez que estuviera desintoxicado—. ¿Qué tengo que hacer?

— Nada, sólo esperar a que Draco se desintoxique y pierda la cabeza por ti, en toda la literalidad de la palabra —Contestó Lucius.

TBC


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