El sol se levantaba de forma lenta, con sus rayos matutinos y cálidos hacían que el frío de la noche se fuese dispersando de manera lenta, la escena que comenzaba a iluminar definitivamente no era cualquiera, no lo era...
Su cuerpo estaba ahí, tirado entre los arbustos de un bosque donde horas antes encontró aquellos ojos negros que tanto tiempo ha estado buscando, pero el día siguiente, esa mañana, sus ojos azules ya no vieron la nueva luz del sol, su corazón ya no latía, sus pulmones ya no recibían ese aire tan preciado.
Frente a él, con la espada cubierta de sangre estaba su gran sueño, esos ojos negros sin emociones dentro de ellos, esos posos que le miraban como si no sintiera nada sin embargo....
Giró su rostro lentamente hacia el hermoso amanecer que estaba dando un espectáculo y le recriminaba su acto nocturno, siempre dando aquella esperanza de volver mientras estaban a escondidas, siempre mintiéndole de que volvería a su lado y que le quería, que deseaba tiempo para cumplir su venganza.
Engañándolo cruelmente para llevarlo él mismo hacia la muerte.
Dejó caer la espada lentamente a sus pies mientras sus ojos comenzaban a arder y se dijo a si mismo que era por la luz reciente del sol y desvió su rostro nuevamente al cuerpo inerte que ahora descansaba eternamente a sus pies y se dejó caer en el suelo para gatear lentamente y tomar entre sus manos aquel ser.
Sus ojos no lo soportaron más y dejaron salir ese dolor en forma de lágrimas silenciosas y sus manos rodeaban su cuerpo inerte, sus labios se posaron por los fríos del otro y la sangre que manaba por su pecho de forma escandalosamente rápida, manchaba ahora su yukata blanca.
Cerró los ojos fuertemente mientras intentaba pedir perdón...
Flash Back
Esa noche habían quedado de verse en el bosque como siempre que podrían verse a escondidas de los ojos de los demás, siempre con la misma conversación, el rubio intentando convencer al azabache para que regresara con él a la aldea, que si él quería le ayudaría con su venganza pero que volviera a su lado, mientras el azabache, renuente le respondía que no podría volver si no hasta que la sangre de ese ser que tanto odiaba estuviera esparcida a sus pies.
Se negaba a dejarlo ir una noche mas y se aferró a él, sus manos se enterraron en la espalda del albino rogando con su última carta que se quedase con él, por su parte el otro no dijo una sola palabra, cerró los ojos y devolvió el abrazo desesperado con una calma poco común en él.
Un beso suavecito que hizo que los sentidos y las suplicas se desvanecieran en los ojos azules del rubio, unas caricias que lograron que las lágrimas de frustración se secaran casi al instante y de sus labios comenzaban a salir suspiros.
Sus manos ahora se desplazaban con maestría por aquel cuerpo de piel tostada, le encantaba estar con él, poseerlo y marcarlo como suyo, le fascinaba esa sumisión que a veces mostraba solamente con él para intentar convencerlo de que volviera, dejándose engañar y engañando a su amante.
Esa noche fue la más apasionada de todas, se amaron sin reservas ni miedos a ser descubiertos, se susurraron y se gritaron sus nombres mientras que sus corazones latían de forma apresurada de la pasión la lujuria y los sentimientos acumulados por tantos años, se deseaban y anhelaban estar juntos pero cada uno tenía motivos para no abandonar sus sueños.
Sus caminos se separaban de forma dolorosa pero ellos se aferraban al sueño de estar juntos, a ese capricho de entregarse cada que podían verse a los ojos y estuviesen solos, solo en ese momento, la máscara fría de Sasuke se caía a mil pedazos y la sonrisa que guardaba el dolor de Naruto se desvanecía. Siempre se entregaban, siempre se amaban.
Esa noche como siempre, usaban las sombras y la oscuridad para jugar contra el destino como era costumbre, esa noche jugaban a amarse a escondidas sin tener que usar esa fachada entre ellos dos, no existían venganzas de un clan exterminado ni tampoco el sueño de ser el gran líder de una aldea que no te quería.
Entre ellos las historias del amor no eran las clásicas de besarse y unirse para siempre, para ellos cada beso los iba separando cada vez más, cada roce la distancia entre ellos iba creciendo, cada gemido y el vínculo entre ellos se iba rompiendo hasta que esa misma noche no quedó nada, no había nada que los uniera ya, no había nada que les hiciera el seguir con ese juego.
Naruto se negaba a creerlo muy a pesar de estar con Sasuke entre sus brazos, se quería aferrar al albino, a sus sueños, a su deseos pero en ese momento logró ver en los ojos de Sasuke...
-Dentro de la oscuridad... el amor no puede verse ...-las palabras frías de Sasuke fragmentaron su corazón, sus ojos azules se clavaron en la oscuridad de los negros de Sasuke e intentó aferrarse una vez más.
El cuerpo de Sasuke le dejó tirado ahí, mirándole directamente a los ojos, no lo reconocía, ese que tenía enfrente, mirándolo de aquella manera tan despiadadamente fría y distante no era el Sasuke que buscaba cada noche a escondidas, no era el que perseguía para traerlo de vuelta.
-Tu... no eres Sasuke... –dijo temblorosamente.
-Solo éramos dos extraños... que jugábamos a querernos, que nos aferramos a algo que no existe... –Naruto abrió los ojos y se levantó de forma apresurada.
Ambos desnudos, frente a frente con la verdad delante de sus ojos y seguía negándose a entenderlo y asimilarlo e intentó tocarlo, intentó alcanzarlo pero Sasuke retrocedió de su contacto y se quedó quieto, en ese momento juro que algo dentro de si se escuchaba claramente como se rompía y su mente dejó de pensar, sus sentimientos se apoderaron de él.
Cuando vio a Sasuke vistiéndose de manera lenta, él le imitó para después intentar volver a alcanzarlo pero solo alcanzó a sentir como algo le atravesaba el corazón, el filo de algo frío y notó los ojos de Sasuke frente a los suyos, la espada que este empuñaba en su pecho y el frío de sus facciones clavándose en la memoria y cayó de rodillas para después sentir como cruelmente era retirado el filo de esa espada y cayó hacia atrás por una patada del pelinegro.
-Sa-Sasuke... –dijo un poco antes de comenzar a toser un poco y la sangre brotaba de su boca, sus ojos se cerraron y su corazón dejó de latir.
Fin de Flash Back.
No podía haber sido peor, sabía que era necesario esto pero no creía que junto a ese rubio muchas cosas que él mismo creía que no existían, morían definitivamente a su lado mientras que cada vez más, el cuerpo inerte entre sus brazos se vaciaba de sangre.
Cuando levantó la mirada, vio una silueta muy apenas que se notaba, era la silueta de Naruto mientras que le sonreía, las lamas blancas que ahora adornaban su espalda se desplegaron y comenzó a elevarse, Sasuke sintió la grande necesidad de seguirle, de ir tras él, ser ahora él quien fuera detrás de su rastro hasta encontrarlo.
No dijo nada, no se movió y sintió alguien cerca de él, una silueta entre las sombras que causaban los árboles con esa brisa matinal y la reconoció, se levantó dignamente para enfrentarle, esos ojos rojos y fríos, la causa de su odio, la causa de sus acciones y su venganza estaba frente a si.
Una pelea, una guerra entre dos hermanos que se enfrentaban con todo su poder, Sasuke había alcanzado el máximo poder que su hermano tanto le había dicho que era necesario para matarlo y la lucha sin fin se dio.
Después de miles de formas, por fin la mano de Sasuke atravesaba el pecho de su hermano que le miraba directamente a los ojos que ahora eran negros, cerró sus ojos dejándose caer al suelo con pesadez, su pequeño hermano menor le había arrebatado la vida y no se sentía mal.
Sasuke por su parte solo sintió que todo su cuerpo estaba cubierto de sangre, de la pura sangre de Naruto y la asquerosa sangre de su hermano, giró sus ojos hacia el cielo azul que se levantaba y de nuevo, las lágrimas hacía presente en sus ojos rojos que mostraban altivos aquel poder que solo la sangre de Naruto podría activar.
Lo amaba, amó a Naruto más que a nada en este mundo y se odio por haberlo matado, se detesto y sacó su propia espada para ver el filo de esta, todavía con rastros de sangre del rubio y sonrió como nunca antes lo había hecho.
-Irónico... cuando el amor, se convierte en muerte... –dijo al acercarse al cuerpo ya casi azul del rubio y se hincó frente a él mientras le besaba la frente, se maldijo una y otra vez por haber antepuesto el deseo de venganza ante su propio amor y comenzando a destruirse a él... y lamentablemente a su único gran amor junto a su propia destrucción.
El filo de su propia espada atravesó su corazón y la sacó como entró con un gesto de dolor y dolía, dolía el verlo ahí sabiendo que se había ido sin saber la verdad, sin haber escuchado jamás las verdaderas palabras que siempre quiso decirle y cerró los ojos impidiéndose llorar una vez más.
No valía llorar, ya no tenía caso y se dispuso a desplegar sus alas negras para volar, a donde quiera que haya ido su ángel de cabello rubio, le alcanzaría, volaría la eternidad para encontrarle y sonrió suavemente cuando su cuerpo en la orilla de la muerte cayó sobre el cuerpo del otro.
-Te amo... Naruto –susurró antes de que sus alas se abrieran dispuestos a volar.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español