Preparatoria Furinkan.
-Ok, Sólo falta uno para el puesto de los besos.- Decía Isaac con una libreta en su mano, mientras tachaba nombres con un plumón.
-Yo pienso que Ikki estaría bien - Aportó tímidamente Seiya.
-¿Estás loco?, ¿Por qué no mejor tu?, ¡Pedazo de bestia! - Gritó de inmediato el peliazul casi medio estrangulando al caballito indefenso.
-Porque a Seiya nadie lo quiere - Respondió tranquilamente Isaac. - ¿Pero saben quien puede ser?
-No, ¿Quién? - Preguntó interesado Shiryu.
-Yo... ¿Verdad? - Habló Hyoga desde un rincón mientras ataba sus zapatillas.
-Sí, tu - Dijo con una sonrisa el peliverde. - Sucede que en el puesto, están Esmeraldita y Juncita. Las dos rubiecitas, y para no romper la línea... digo yo...
Al tiempo que los demás se burlaban del ruso, Isaac tomaba un labial en crema con protección uv para extendérselo.
-Yo no tengo problema, pero ¿Y alguien va a pagar para darme un beso a mi? - Decía el rubio al tiempo que examinaba el labial extrañado.
-Claro que sí - Decía Shiryu con seguridad - Están Eri y fleur que se van a gastar todos sus yenes en tus besos.
- Ha bueno, yo de eso no me quejo, pero puedo sólo por la tarde, estoy en la competencia de velocidad - El ruso acomodo su camiseta, asegurándose de que el número de competencia estuviera sujeto - Y... ¿Para que el labial?
-Pata que no se te partan los labios, puede que tengas mucha demanda - Respondió su mejor amigo sonriendo - Suerte en la competencia.
-Gracias - Dijo tímidamente Hyoga medio sonrojado, no creía realmente que tuviera éxito en el puesto de besos.
-¡Muy bien! - Terminó Saori - Estamos listos, nuestro curso será el mejor - Agarró un cartel que tenía muchos besos dados por ella en él con lápiz labial y lo alzó por sobre sus hombros. - Este puesto se llevará todo los aportes.
-Al final terminamos haciendo sólo lo que ella sugirió - Susurró Ikki a Shiryu y Seiya mientras Hyoga desaparecía a reunirse con los demás competidores de atletismo.
Mientras, dos salones más allá, se encontraba otro grupo de chicos preparando su participación el la feria.
-Entonces, Shuni será el conejito que venda los chocolates - Decía Reda muy complacido con su distribución.
-¿Por qué tengo que ser yo el conejito? - Reclamaba con un puchero el peliverde.
-Por eso mismo - Le respondió Mime sujetándole el labio y moviendoselo de arriba abajo como a un niño chiquito.
-¡No quiero! - Pronunció Shun, más nadie le prestó atención - ¡No me pongas esas orejas! , ¡Me va a dar calor el traje! ¡Es verano!
-Shun, es para que no te reconozcan o ¿Quieres dar a conocer tu identidad? - Le preguntó Mime mientras hacia entrar unos de sus pies en el traje.
-Está bien, pero no me jales, cuidado con mi ropa interior... ¡hay! , cuidado con ese zipeeeeeeeeeeeer!...- El peliverde se revolvía dificultando la labor de su amigo en el intento de caracterizarlo como conejo.
Y listo, Shun estaba dentro de un tierno disfraz felpudo, adorable, pero también increíblemente caluroso.
-Aquí tienes tu canasta señor conejo, te paseas por todo la escuela entre la personas para que te compren chocolates. - Aclaró Eri muy entusiasmanda.
-Pero aún no llega nadie, la feria comienza a las 9. ¿Es necesario que use el traje tan antici...
-Shuni, tienes que practicar, no sé, da saltos, algo. Tienes que hacerlo bien para que te compren mucho. No olvidemos que el grupo de Shyriu e Isaac nos desafió a quién era el mejor - Dijo Reda con tono autoritario. Los demás lo miraron serio.
-Aún no puedo creer que esten dispuesto a vender besos - Dijo Mime algo contrariado - Además...es una mierda, me muero por darle un besito a esmeralda y jun, pero claro, no puedo ir y gastarme el dinero con la competencia.
-Todos ustedes son unos machistas, en especial esos idiotas que van a vender besos de esas chicas...siempre a las mujeres - Argumentó Fleur con su mejor tono de revolucionaria
.
-Shun, ¿Por qué no le dices a tu amiga June que no lo haga? Digo, ¿No te molesta que a tu mejor amiga la bese media escuela? - Reda le decia todo esto con la intención de que el pequeño peliverde sintiera que era su deber detener a su hermosa amiga en aquella idea, mas...
-No - Respondió sin remordimientos el conejito, que para ese entonces comenzaba a acostumbrarse rapidamente a su disfraz - Recuerden que hago esto sólo por el bien de nuestro curso, pero nadie debe saber que soy yo.
-¿Y que diremos si preguntan por ti? - Le dijo Mime con algo de risa, los saltitos que daba Shun de practica eran adorables.
-Le dicen a mi hermano que olvidé mi termito con chocolate caliente y que quizás me quede en casa para ver la novela.
-Entonces esta todo arreglado. Es hora de que armemos el puesto en el patio. Tenemos que vender muchas empanaditas de queso y chocolates si queremos ganarles a los demás.
Los muchachos salieron de su sala junto al conejo tamaño humano. Shun se desvió con la intención de asistir a los calentamientos que daban los chicos de atletismo antes de la competencia de la tarde.
Se fijó en que sus amigos comenzaran a trabajr arduamente y les dijo que se iría a mentalizar a un lugar mas tranquilo y así ser un mejor conejo. "¿Le creyeron?" Se preguntaran ustedes, pues no sé, la cosa es que el conejo se fue.
Mas su propósito no tenía nada que ver con el arte teatral, si no con el maravilloso mundo del voyerismo. La victima...Hyoga.
¿Era shun gay?....Sí, muy gay. Gay desde que se habia enamorado perdidamente del rubio amigo de su hermano. ¿Cómo supo que se enamoró? Como cualquier persona normal lo sabe. Una serie de caracteristicas le dieron el obvio conosimiento de que Hyoga tenía en sus manos el corazoncito mas calido de todos.
- 1- Sus cuadernos estaban llenos de su nombre con el deHyoga encerrado en corazones algo mal dibujados, pero corazones al fin y al cabo.
- 2- Tenía bajo su almohada una foto del curso de Ikki, donde el rubio salía sonriendo y muy apuesto.
- 3- Su termito de chocolate era el mismo que usaba Hyoga. Sí, ese también tomaba leche en termito. Lo compró en la misma tienda un día que lo espiaba.
- 4- Guardaba en un frasquito restos de envoltorios de dulces comidos por Hyoga, alguna goma de mascar abandonada, un pañuelo que había usado una vez que lo vio algo resfriado. Un poco de pelo que le cortó descaradamente con la excusa de que lo necesitaba en química. Algunos lápices que al rubio se le perdían casualmente debido a que Shun se los guardaba o tomaba prestados y es que el ruso solía mascarlos cuando estaba concentrado y eso a Shun le encantaba. Había guardado también un pedacito de tisa con el cual una vez Hyoga había dibujado en el pizarron a ikki a modo de burla sosteniendo a un lloroso conejito. Y por último...
- 5- Tenía una libreta donde escribía fanfics de él con Hyoga.
Así, en definitiva sabía que era su obsesión. Lo amaba y lo deseaba más que nada en el mundo, pero había un inconveniente. Hyoga era un chico, y no le prestaba la menor atención.
Se encontró en el camino con June que iba junto a Esmeralda, ambas muy sonrientes.
-Hola Juni - Saludó el conejo a la chica que al verlo se quedó primero estática y luego soltó la carcajada.
-Shuni, ¿Pero que haces vestido así? - Reía la rubia junto a su amiga.
-Pues, ya vez, vamos a vender dulces y más te vale comprarme muchos - Le dijo algo avergonzado el peliverde.
-Claro que sí, pero tú tienes que ir por besos también - Le dijo Jun, esta vez muerta de la risa.
-No, ¿Cómo crees?, No quiero besos tuyos - Respondió burlonamente Shun.
-Lo sé, no tienes que decírmelo tan directamente, pero resulta que hay alguien más que estará dando besos por la tarde - La voz de su amiga estaba cargada de picardía. Ella sabía que su amigito estaba loquito por el rubio y le pareció divertido decirle que éste estaría en el puesto.
-¿Quién? - Preguntó extrañado Shun.
-¡Hyoga! - Terminaron Esmeralda y June al mismo tiempo.
-¡Se lo contaste! ¡No puedo creerlo! - Gritó molesto el conejo y sintiendo mucha vergüenza.
-Discúlpame Shun, pero es que a Esmeralda le estaba gustando un poco y decidí marcar territorio por ti - Se disculpó su amiga de infancia y confidente.
-Es verdad, Hyoga está como quiere, pero si ya tiene a quien amar...- Dijo Esmeralda resignada.
-El no me ama, no se burlen de mi - Llorisqueó el conejito tapandose sus ojos con las patas.
Las chicas se miraron entre si.
-¡Vamos Shun! no te lo tomes así, nosotras guardaremos tu secreto.- Le dijeron acariciándolo en su cabeza.
- Además no tienes que rendirte, si no me veré obligada atacar yo - Finalizó Esmeralda con una gran sonrisa.
Shun estuvo sollozando un rato más y luego se calmó, al menos confiaba mucho en June y sabía que ella nunca lo lastimaría. Las chicas se separaron de él y se fueron a su puesto de besos.
Mientras, el conejo con su canasta en pata, comenzó a pasearse entre las pocas personas que llegaban a la feria. Vendiendo los chocolatitos.
La mañana pasó rápido, había vendido muchos chocolates y la gente se tomaba fotografias con él, se sentía realizado como conejo. Lo único que lamentaba era no haber podido ver la competencia de Hyoga.
No se había pasado tampoco por el puesto de besos, pero por lo que le contaban sus amigos, Mime, Reda y Habu, la cosa iba muy bien.
Como debía vender aún más chocolates para poder hacer la competencia con los del otro grupo, se esforzó todavía mucho más.
Finalmente se había cansado y se sentó a tomar algo de aliento, retiró un poco sus orejas y las puso a un lado para refrescarse, se sudaba mucho dentro de ese traje. Sintió su aroma y...apestaba.
-Sea todo por la victoria - Recitó en voz alta.
Las horas pasaban y se acercaba la tarde y el fin de la feria. El conejo no había podido apartar de su mente que el rubio estaria en el puesto de besos.
Sintió un poco de celos. Seguramente muchas tontas pagaron por darle besos. Y como ese era un interesado, seguramente los daría a cambio del dinero.
Decidió psicopatearlo un rato (es decir, ir y espiarlo). Llegó pronto donde una fila larga de chicos estaban esperando su turno. En la fila habían chicos y chicas, porque se podía pedir que fueran Esmeralda, June o Hyoga.
El conejo esperó y esperó, viendo como a veces era el turno de su amado. Unas chicas horribles se le acercaban, podía ver su cara de horror y como Ikki se burlaba de él luego.
Para su disgusto, algunas eran lindas, y sentía arder en celos su corazón y su alma.
-¡¡Maldito mal nacido!! - Se decía para si.
La gente comenzó a irse poco a poco, el día llegaba a su fin. Muy pocas personas daban vueltas y llegó el momento en que Shun decidió acercarse a saludar a sus amigas, aprovechando que estaban cerca de su bom bom helado.
-¡Hola niñas! - Saludó sonriendo tras su disfraz Shuni.
Las chicas lo iban a saludar, pero en ese instante, se les vino una idea a su cabeza.
-¡Hola Shina! - Le dijeron alegres. - Mira Hyoga, otra clienta para ti.
-¿¿¿Qué??? - dijo el conejo sorprendido.
-Aprovecha - Le susurró Esmeralda mientras se alejaba con June a una distancia prudente, la idea era hacer creer al conejo que no estaban mirándolo.
-Son 100 yenes el beso - Informó Hyoga mirándolo de arriba abajo al tiempo que señalaba el precio en el cartel - ¿Estabas vendiendo chocolates?
-Sí, y no puedo gastar el dinero que recolectamos, no traigo mi billetera, mejor me voy - Balbuceó nervioso y asustado el pequeño.
-¡No! ¡Espera!, podemos hacer un intercambio. Llevo mucho tiempo aquí y me gustaría comer algo. Un chocolate estaría bien.
El conejo lo miró, se veía tan lindo. Sus labios algo rojizos e hinchados. Tan delicioso.
Sus pensamientos oscuros se mezclaron con los inocentes. El nunca sabría que era un chico quien lo besó. Nunca sabría que probó sus labios un conejo loco de amor, desbordante de pasion.
"¿¿Qué más da??" En la vida hay que correr riesgos.
Sacó de su canasta un puñado de chocolates, sí después tenía que pagárselos a Reda, le daba igual, y los puso sobre la mesita del puesto.
Hyoga lo miró interesado.
-¿No te vas a quitar esa cabeza? - Preguntó el ruso. Shun tembló asustado, sin saber que excusa dar a eso. Deseaba tanto probar esos labios, ¿Cuantas veces había imaginado a Hyoga besándolo con pasión? Demasiadas.
Su fantasía más habitual era él secuestrado por alienígenas extorsioncitas y Hyoga lo rescataba con su poder telepático y con ese mismo poder le hacía el amor adivinando todos sus deseos... "él amante perfecto".
-No, es que, tengo prisa y me tardo mucho en colocarlo de nuevo en su lugar - Le dijo nervioso.
-Está bien, como quieras - El rubio se acercó a él y le rodeó por la espalda con sus manos.
El traje era grande y le costó tenerlo en un abrazo. Shun apenas podía respirar. El no había hecho eso con nadie jamás. Hyoga separó como pudo la parte que representaba el hocico del conejo y divisó los labios rosa pálidos del peliverde. Inclinó su cabeza para tener mayor comodidad y se acercó lentamente.
Shun sintió los labios de Hyoga que rozaban erróneamente su barbilla. Con tanta tela de por medio, era difícil mantener el blanco. Un frío le recorrió la espalda, como si repentinamente lo hubieran desnudado frente a una ráfaga de aire.
Levantó sus brazos y guió la cabeza de su amor hasta dar con el sitio correcto, su boca.
El beso fue largo, muy largo.
Shun tembló, se congeló, perdió el conocimiento y lo recupero, se quedó dormido y despertó. Pudo soñar algunas cosas incoherentes, "derroche de subconsciente", pensó.
Respiró por un instante y saboreó la boca exquisita de Hyoga.
Perdió el control.
Abrazó al rubio con fuerza, apenas rodeandolo con sus patas grandes. Metió su lengua y recibió la del rubio. Ahora sí que era como lanzarse de un avión a 15000 metros de altura sin paracaidas, bajar a los mas oscuro del mar sin tanque de oxigeno, pedalear fuerte en una bicicleta sin llevar las manos en el manubrio y lanzarse del columpio cuando este va en lo alto.
"¡Que lengua mas caliente y sabrosa!", pensaba a momentos el conejo cuando recuperaba algo de razón.
-Mhg mhg - A lo lejos a Shun le parecía escuchar algo. No prestó atención, tenía entre sus labios la carne suave de su lengua. ¿Eso eran sus dientes?, los lamió.
"¡Que rico cada parte de esa boca!". Su saliva era mejor que chocolate en termito.
-Mmmm, cof, cmmhasfd - Algo venía a lo lejos. Abrió sus ojos y alcanzó ver que Hyoga tenía la piel de otro color, algo más morada de lo normal.
Dejó triste que los labios se separaran, él mismo tomó una volcanada grande aire. El ruso quedó de rodillas tras el puesto.
-¿¿¿Estás bien??? Preguntó el peliverde conejo.
-Sí, ¡Dios!, nunca me habían besado así... ¿Quién eres? - Preguntó el rubio levantandose y mirándolo a sus ojos diractamente.
-Ya me tengo que ir - Dijo el conejillo arrepentido y sonrrojado. Esperaba que el nunca supiera que otro chico lo había besado.
Por dentro dolía mucho saber que si el se enteraba de quien era, ya no le parecería tan buen beso. Quizás lo golpearía o humillaría publicamente.
Se podía visualizar en medio del colegio, en una tarima. Siendo señalado por todos como el conejo sicopata de Furinkan. Le arrojaban tomates y piedras. Y en una esquina Hyoga comenzaba a vomitar escandalosamente sujetando un cepillo de dientes con pasta dental súper poderosa..
-¡Nooooo! - Gritó el conejo y salió corriendo lejos, muy lejos, tirando de sus orejas de peluche. Sus chocolates olvidados en el puesto de besos. Un Hyoga que apenas y sabía que camión lo había arrollado. No había podido tomar la patente.
Sin embargo, esa boca que lo devoró momentos antes, le había dejado mal. Estaba justo en uno de los "sube y bajas del sabor" cuando el aire le faltó, y se sintió mareado.
Le había gustado el sabor, la textura, la pasión y quería más, definitivamente quería más.
Cuando el atardecer dejaba caer su manto rojizo sobre la escuela, la multitud de personas que fue a pasar un agradable día a la feria del colegio, comenzó a retirarse por completo.
Los puestos poco a poco comenzaron a ser desarmados por los alumnos y la basura recogida por otros.
Hyoga sacudió su cabeza un par de veces. Unas risas se escuchaban a lo lejos.
En los arbustos estaban escondidas June y Esmeralda. Ambas sonrojadas y cómplices.
-¿Estaban mirando? - Les preguntó con rabia el chico. No era muy agradable que lo hubiesen visto en semejante entrega pasional.
-No, sólo nos reímos de un chiste, sí, de eso - Respondió June con seguridad.
-No les creo nada... ¿Saben quien era esa chica? - El tono de voz era ahora amable, su cerebro le había dicho que ellas podrían ayudarlo a dar con ella.
Las muchachas se miraron y rieron con fuerza otra vez, casi dejando salir lágrimas de sus ojos.
-¿Qué es tan chistoso? - El tono furioso había regresado.
-El chiste, ya te dijimos - Esmeralda trataba de contener su mueca burlesca mordiéndose los labios mientras June recuperaba la compostura.
-Dijiste que era una amiga tuya June, ¿Quién es? - La calma regresaba a sus palabras, era mas fuerte el deseo de saber quien era la dueña de esa boca que otra cosa.
-No te lo puedo decir, prometí guardarle el secreto- Le confesó picadamente - ¿Por qué? ¿Te ha gustado?
-Bien, no te negaré que... ¡Estoy algo interesado! - Respondió el rubio en tono indiferente
-Sólo interesado - Repitió lentamente June - Entonces no es necesario que te lo diga, tu sólo estas ALGO interesado.
Las chicas se dieron media vuelta y se marcharon, dejando al rubio con medio cuello.