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Gentle Lie por OsaKa

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Notas del capitulo: Pues nada...Solo decir que espero que os guste^^
- Uruha, ¡quieres concentrarte!…¿Qué te pasa hoy?
- Nada…- “Lo de siempre Kai…” pensé.
Estábamos ensayando para la gira que íbamos a hacer por Europa, ese día Aoi había llegado algo cambiado. Se había quitado el piercing del labio hacía ya un par de días, y ese día llegó con uno en la nariz. Eso me había dejado sorprendido, echaba de menos el de su labio, pero ahora había otro que lo compensaba. Porque Aoi sin un piercing en la cara ya no sería el mismo.
Desde que había empezado el ensayo no había parado de mirarle, normalmente lo hacía menos o con más disimulo. Pero es que tenía hipnotizado. Cada ligero movimiento que hiciera con la cabeza hacía brillar el pequeño circulito debido al reflejo de la luz. Parecía que no paraba de decirme “Mira Uruha…Estoy aquí…”.
Pedí que descansáramos un poco, tenía que relajarme.
Salí de la sala de ensayo y fui al primer piso en busca de la maquina de tabaco. Una vez con la cajetilla en la mano salí a la entrada del edificio a fumar. Tras la primera calada me apoyé en la pared y cerré los ojos. Me estaba desesperando, llevaba ya…¿Cuántos eran? ¿6 años?…6 años enamorado de Aoi…Pero no tenía sentido decírselo, eso puede que solo complicase las cosas, que nunca me volviera a tratar como un amigo…y eso no lo podría soportar.
Sentí la puerta abrirse. Gire la cabeza.
- Así que estabas aquí…- dijo Reita acercándose a mí y poniéndose en cuclillas. Me golpeó suavemente el tobillo.- Dame tabaco, por favor.
Le pasé la cajetilla. Cogió uno y me lo devolvió.
- Parece que te ha dejado en estado de shock lo de Aoi…-comentó.
Pensé mi respuesta.
- ¿Por qué dices eso?
Reita sonrió.
- No has parado de mirarle en todo el ensayo…Normalmente ya le miras bastante, pero supongo que es para no perderte ni confundirte.
Suspiré aliviado de que pensara que le miraba por eso.
- La verdad es que…Si, me sorprendió bastante. Pero supongo que un poco a todos…Me pregunto que opinaran las fans de esto.- añadí intentando desviar un poco el tema.
- Naa…Es Aoi.- sonrió.- Dirán Amen a todo lo que tenga que ver con él. Al principio puede que si se sorprendan, pero ya veras como al poco tiempo ya están otra vez, “¡Pero que bueno que esta Aoi!!” “¡Qué bien que le sienta el piercing!”…Así que no te preocupes.
Sonreí, por hacer algo. Me ponía celosísimo cuando las chicas gritaban cosas a Aoi y él las provocaba. Mientras tanto yo al otro lado del escenario, muriéndome de ganas de estar entre el publico para poder gritarle también lo mucho que lo deseaba…
Decían que había sido yo…Pero en el concierto del Yokohama Arena, había sido culpa suya que yo le hubiera ido a besar, no se puede ser tan sumamente perfecto y deseable sin esperar ningún tipo de consecuencia.
Ese beso…Ese beso me mató de vergüenza. Luego no hacían más que preguntarnos en entrevista, y tuve que mentir unas cuantas veces. Pero, la verdad, es que mereció la pena. El poder probar esos labios merece cualquier cosa…
- ¿Uruha?
Miré a Reita intentando disimular mi fastidio de que me hubiera saco de mis pensamientos sobre el sabor de aquel magnifico beso.
- Deberíamos ir subiendo ya…Recuerda que Kai no nos dio mucho tiempo.
Tiré la colilla al suelo y la apagué pisándola, Reita me imitó.
En el ascensor yo me apoyé en la pared de uno de los laterales, mientras Reita pulsaba el botón. Se dio l a vuelta y se acercó a mí. Se paró enfrente mío, cogió entre sus dedos un mechón de mi cabello y empezó a jugar con él. Yo ignoraba esa acción, a menudo lo hacía desde que nos conocíamos, además había vuelto a mis pensamientos.
- Uruha…- susurró de una manera un tanto extraña.
- Dime…
Sonó el indicador de que habíamos llegado al piso deseado y se abrieron las puertas. Reita se alejó de mí sin continuar con lo que al parecer iba a decirme. Me dejó confuso.
Una de vez de vuelta a la sala evité mirar por todos los medios posibles a Aoi, si le miraba ya una vez, no pararía de hacerlo en el resto del ensayo.
Estuvimos allí dos horas más, no aparté la mirada ni una sola vez de mi guitarra, ni cuando alguno decía algún comentario.
Una vez acabamos recogimos rápidamente todo y salimos de allí. Los cinco teníamos unas ganas terribles de fumar.
- ¿Hay algún plan para esta noche?- preguntó Aoi.
Al ser su voz la que oí, había girado instintivamente la cabeza. Viendo justo el momento de como daba una calada al cigarrillo, acción que me hizo estremecerme.
De repente me di cuenta de que todos me miraban. Supliqué que no se me notara nada de mi anterior reacción.
- ¿Qué?- pregunté exagerando mi asombro.
- Que ¿a dónde vamos esta noche?- explicó Ruki.- Tú eres aquí el experto en sitios para beber.- iba a reprocharle ese último comentario.- Te guste o no.- sonrió.- Así que llévanos a bien sitio.
Bufé mientras pensaba.
- Si queréis os digo uno…Pero yo no voy, no me apetece.
Aoi alzó rápidamente la mirada.
- ¿ Qué tú no vienes? ¿ Cómo que tú no vienes?…No, no…Las palabras “Uruha” y “no ir a un bar a BEBER” no pueden ir juntas…
Los otros tres le rieron el chiste. Yo sonreí, aunque fuera solo una broma me fastidiaba en cierta manera, puesto que sabía que lo creían así ciertamente.
- Para todo hay una primera vez.- comenté.- No sé…Esta noche no me apetece beber, más bien me apetece componer algo…
- Ah bueno…- dijo Kai pensativo.- Entonces sí, quédate en casa y compón, Ya nos dirás mañana.
Sonreí para mis adentros, sabía que con esa excusa Kai me dejaría no ir con ellos.
El resto tampoco pareció negarse. Como no iba con ellos decidieron ir a un bar que ya conocían, los despedí y me fui a casa.
Una vez allí me hice un café, busqué partituras en blanco, un bolígrafo, las letras que había compuesto Ruki y fui al salón con todo, para sacar allí la guitarra de su funda e intentar sacar alguna melodía.
Leí las letras para ver por donde podían ir las melodías y empecé a probar cosas.
Hora y media después me tome un pequeño descanso. Repasando todas las notas que había hecho en las partituras me di cuenta que todas las melodías eran un tanto tristes…Algo un tanto normal teniendo en cuenta el estado en el que me encontraba. De igual modo se las llevaría a ver que podía hacer con ellas, si les gustaban mejor.
Posé la guitarra a mi lado, busqué en los bolsillos del pantalón el tabaco y una vez lo tuve en mis manos encendí otro cigarrillo.
Encendí la televisión a ver si por alguna casualidad estaban echando algo interesante.
Pasé todos los canales sin acabar de encontrar nada que me llamase la atención. Volví a pasarlos de nuevo, y otra vez, y otra…
Así me pasó el tiempo, los programas acabaron, y fueron empezando otros. Sin embargo nada interesante comenzaba.
Tan aburrido estaba ya que mis ojos se empezaban a cerrar, más bien ya estaba dormido. Entre los sueños oía un sonido conocido que no llegaba a identificar, pero me resultaba extremadamente familiar…Ese sonido fue arrancándome de mi sueño, hasta que por fin al despertar me di cuenta que era el timbre lo que sonaba. Miré el reloj mientras me dirigía a la puerta. Las dos de la mañana…
Al abrir la puerta me encontré con Reita sonriéndome extremadamente feliz. Su expresión me ponía un tanto nervioso, alcé una ceja.
- Buenas Noches…
- Hola…- contestó arrastrando un poco las palabras y sin borrar esa sonrisa de su cara.
Me aparté de la entrada para dejarlo entrar. Se notaba a la legua que un poco tocado por el alcohol. Pero no dije nada, yo estuve muchas veces así también.
Se sentó en el sofá, cogió cuidadosamente mi guitarra y empezó a tocar fragmentos de lo que yo había escrito. Al poco paró.
- Es precioso…- susurró simplemente.
- Si puedes leer y tocar lo que hay ahí es que no estas tan mal como aparentas…
Rió.
- Estoy bien, ya sabes que yo tengo bastante aguante. Además bebí menos de lo normal.
Simplemente asentí.
- Y…¿Qué haces aquí?
Posó la guitarra y bajó la mirada. Me quedé más extrañado todavía.
- He venido a decirte lo que no te pude decir esta tarde…
Me senté en un sillón enfrente de él.
- ¿ El que?
Algo en su mirada hacía que no pudiera entenderle, que no tuviera ni la menor idea de qué podía hablarme. Reita suspiró.
- Como decírtelo…Es que es…Un tanto delicado, y no tengo ni idea de cómo será tú reacción.
Tragué saliva, que tardara tanto en decirle lo que era me estaba matando.
- Lo que quiero decirte es que…- según muy a su pesar clavó sus ojos en los míos, noté sus mejillas encendidas. Me asusté.- Me gustas…Ya desde hace mucho tiempo…
Según dijo esas palabras apartó súbitamente su mirada de mí, aun así mirándome de reojo para ver mi reacción. Yo había quedado paralizado, en ningún momento me esperaba eso, más lo que pensaba que iba a decir era que había descubierto mi interés por Aoi…Pero eso, nunca.
El silencio continuó invadiendo la sala. Reita se mordió el labio,
- Uruha…- susurró.- Por favor, di algo…lo que sea…
Me fijé en sus mirada, en lo que escondía. Había mucho temor por mi silencio, pero también amor, mucho amor. Esa mirada me desgarraba por dentro, recordaba haberla sentido varias veces antes. Pero nunca me había parado a analizarla, puesto que todos mis sentidos solo estaban puestos en Aoi.
Me infundía un poco de temor, pero a la vez me encantaba esa mirada, decía que yo le importaba a alguien…Aunque no fuera el que yo más deseaba. Me vi a mi mismo incapaz de negarle nada a Reita mientras no dejara de mirarme así. Sabía que los sentimientos que estaba deseando que nacieran en mí en ese preciso instante no nacería, por lo menos no por ahora…Tal vez si luchaba y me esforzaba porque aparecieran…
Me levanté del sillón y fui hasta el sofá, me arrodillé delante de Reita. Que aun no había cambiado de expresión.
- Uruha…- susurró.
Llevé mis manos hasta sus labios, rozándolos con las yemas de mis dedos. Me fui acercando más y más, Reita temblaba ligeramente. Uní nuestros labios, al principio me pareció un tanto extraño todo aquello. Pero la pasión y alegría con la que Reita me respondió me dio valor para continuar con esa locura.
Al separarnos noté cierta tristeza en sus ojos…
- ¿ Qué pasa?- pregunté.
Simplemente negó con la cabeza acariciándome las mejilla, al instante volvió a besarme. Esta vez más intensamente todavía. Parecía que creyera que yo era un sueño y que quería cerciorarse de que real. Posé mis manos en su cintura, haciendo que nos juntáramos más. Una de sus manos que tenía en mi hombro, fue deslizándose llegando a mi entrepierna. Empezó a acariciarla, sus labios estaban en mi cuello, alcé la cabeza y ahogué parte de los gemidos mordiéndome el labio. Con los ojos cerrados mi cabeza cambiaba la compañía, y, por muy cruel y perverso que fuera, yo no hacía nada para evitarlo. Continué todo el rato con los ojos cerrados…Mientras me llevaba a la habitación, mientras me desnudaba, mientras me acariciaba por completo…En mi cabeza no era Reita con el que estaba en ese momento, si no, con ese maldito guitarrista que me había robado el alma. Era Aoi quien me embestía en ese momento, era Aoi el que me susurraba palabras de amor entre gemidos al oído, era Aoi el que limpiaba las lágrimas que se escapaban de mis ojos por la culpabilidad que estaba sintiendo.
Ya conocía ese escalofrío que pasó por mi espalda, al sentirlo me obligue a mí mismo a volver a la realidad. Tenía miedo de seguir con esa fantasía y que acabara haciendo algo indebido por ello. Gemí al llegar al placer máximo haciéndolo también poco después Reita. Cayó encima mío totalmente agotado, acariciándome el cabello cubierto por pequeñas gotitas de sudor.
- No te puedes ni imaginar lo que te quiero…
Notas finales:

Gracias por leer x3

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