Aprendiendo a amarte por Naara

Naruto estaba durmiendo, tenía el cabello rubio suelto por la almohada y se agitaba violentamente bajo las sábanas.

         - ¡Naruto! ¡Naruto! - Gritó alguien y el rubio fue abriendo los ojos poco a poco para encontrarse en su propia cama, se levantó y se frotó la cabeza.

         - ¡Kuso otra vez esa pesadilla con el teme de Sasuke! - Rezongó y fue hacia la puerta que no paraba de sonar como si alguien estuviera a punto de derrumbarla. Llegó al salón sólo con los boxers puestos y con mala cara porque había dormido fatal.

         Iba a abrir la puerta, pero alguien dio un fuerte puñetazo y la partió.

         - ¡Naruto! - Gritó Sakura y al ver a su amigo sano y salvo no pudo evitar abrazarlo con fuerza. - ¡Gracias a Kami-sama que estás bien!

         - ¿Ocurre algo, Sakura, dattebayo?

         - Sasuke ha venido a Konoha.

         - ¿El teme? ¿Aquí? ¿Por qué? - Preguntó nervioso.

         - No lo sé, ahora mismo está en el despacho de Tsunade-sama.

         - ¿Por qué estabas preocupada, dattebayo?

         - ¡Baka yo no estaba preocupada por ti! - Contestó Sakura con un leve sonrojo en sus mejillas y le propinó un puñetazo a Naruto que lo tiró al suelo.

         - Pero si hace un momento tú misma dijiste...

         - Quizás algo sí. - Sakura miró a Naruto. - Espié un poco a Sasuke y Tsunade. - Reconoció y se sonrojó nuevamente. - Y oí claramente que había logrado el Mangekio Sharingan  y pensé que... por un momento... que te... porque él dijo claramente que tenía que matar a su mejor amigo para lograrlo y... yo pensé... y claro llegué y tú no contestabas... y por eso... - Terminó la pelirrosa y cuando se quiso dar cuenta se encontró rodeada en un abrazo protector de su mejor amigo y recién descubierto amor.

 Porque sí, le había costado mucho, pero finalmente había descubierto que amaba a Naruto y que no soportaba la idea de que algo malo le ocurriera.

         - Te prometo que nunca te dejaré sola, ttebayo. - Dijo el rubio y acarició tiernamente el cabello de su amiga.- Y sabes que yo siempre cumplo lo que prometo.

         - ¡Hai! - Contestó la pelirrosa más animada y se quedó entre los brazos de Naruto durante un largo rato para tranquilizarse.

         - Ahora tendré que arreglar la puerta... - Dijo el rubio.

         - Yo lo pagaré, Naruto. - Comentó Sakura. - Yo la he roto, es mi responsabilidad arreglártela y mientras podrías venir una temporada a mi casa. - Añadió.

         - No me parece una buena idea, Sakura.

A tus padres no les gustaría que me quedara allí, ttebayo.

         - Ellos saben que eres mi mejor amigo.

         - Sí, pero tú eres una mujer, yo soy un hombre y que yo me quede en tu casa... no sé... no me parece bien dattebayo. - Dijo rascándose la nuca.

         - Pero no puedes dormir aquí hasta que la puerta esté arreglada. - Sakura observó el rostro de Naruto compungida.- Necesitas otro lugar donde dormir.

         - No me queda otro remedio, ttebayo. - El rubio contempló a su amiga. - Se lo tendré que pedir a él...

         - ¿A Sasuke? ¿Quedarse en su casa?

         ¡No se te ocurra, Naruto!

No tenemos ni idea de qué intenciones tiene y no pienso dejarte ni un solo instante a solas con él. - Sakura se llevó las manos a la cadera. - Hace cuatro años  tuvisteis la última pelea y te recuerdo que quería clavarte su katana y además ha venido con ese nuevo grupo, Hebi.

Y hay una tipa muy rara que cada vez que ve a un hombre guapo lo desnuda con la mirada, ni de broma te dejó con Sasuke y sus renegados.

- Yo no hablaba del teme. - Naruto observó a su amiga. - No me siento con fuerza para vivir bajo su mismo techo. - Reconoció el rubio.- No logré que regresara a Konoha y por ese motivo no me atrevo siquiera a mirarle a la cara... - Mintió porque no le apetecía reconocer ante Sakura que por culpa de Sasuke llevaba cuatro años teniendo la misma pesadilla. Una en la que su mejor amigo le clavaba a Kusanagi y él moría.

- ¿A quién entonces? ¿Shikamaru?

No es mala idea, ahora vive en su propio apartamento y seguro que no le molestaría acogerte hasta que arreglen la casa.

         O puede que mejor sea que vayas a casa de Iruka, él seguro que te cuida bien. Y vigila que Sasuke no se te acerque. Pensó la pelirrosa.

         - No se me habían ocurrido esos dos, la verdad. - Naruto miró a su amiga.- Había pensado en pedírselo a Sai, ttebayo.

         - ¿A Sai? - Sakura miró a Naruto cual bicho raro.

         - Sí. - Naruto se rascó la cabeza. - Ya sabes que a pesar de nuestros principios ahora nos llevamos bien y además confío mucho en Sai, dattebayo.

         - Pero Sai es... raro, no habla mucho y aún se empeña en mostrar esa sonrisa tan falsa...

         - Estoy decidido a pedírselo de todas formas. - Naruto sonrió zorrunamente. - Conmigo no es como con el resto de la gente.

         - Espero que sepas lo que haces, Naruto. - Dijo Sakura. Sí, que esté con Sai es una magnífica idea, al fin y al cabo, él es un AMBU y también, si Sasuke pretende hacerle daño entre los dos lo detendrán. Reflexionó la pelirrosada.

         - ¿Vamos al despacho de Tsunade Obachan, dattebayo? - Preguntó Naruto. - Me cambio de ropa en un momento y ahora vengo.

         Sakura se quedó sola diez minutos.

         Con lo bien que le quedaban esos boxers ajustados a Naruto ^¬^... ¡Ay qué cuerpo que tiene! Pensó Sakura  y en cuanto regresó su amigo los dos se desvanecieron en una nube.

         Llegaron al despacho de Tsunade, tocaron a la puerta y Shizune les abrió.

         Al entrar lo primero que vieron Sakura y Naruto, fue la mirada carbón de Sasuke y las de sus tres compañeros también.

         La pelirroja empezó a babear al ver el cuerpo de Naruto y como no tenía ningún control sobre sí misma cuando veía a un chico guapo fue hacia él y le sonrió.

         - Me llamo Karin, ¿y tú? - Karin se acercó peligrosamente a Naruto, pero un fuerte puñetazo de Sakura la apartó de su objetivo rubio.

         - Ya venimos en otro momento, Tsunade obachan. - Dijo el kitsune.

         - No te vayas, Naruto. - Tsunade observó al contenedor del Kyubi y le sonrió. - Tengo una misión para ti el día de hoy.

         - ¿De qué rango, Tsunade obachan? - Preguntó el rubio y se planteó que quizás debería haber llevado sus ropas de AMBU y la máscara.

         - Tendrás que escoltar con Sakura y Sai a Sasuke y su equipo hasta el barrio Uchiha.

         - ¿Cómo? - Sakura lanzó una mirada de profundo enfado a Tsunade. - ¿Por qué motivo nosotros? ¿Es que no hay algún AMBU dispuesto a hacer el trabajo sucio?

         - Tsunade obachan... - Naruto miró a la Hokage y un miedo se apoderó de sus entrañas.

Durante cuatro años había tenido una pesadilla continuada en la que moría a manos de Sasuke y ahora que lo tenía delante, el miedo regresaba a él. Porque Naruto no temía nada salvo morir a manos de la persona a la que más había amado.- ¿No sería mejor que se ocuparan de Sasuke, Kakashi o Yamato, dattebayo?

- ¿Es que me tienes miedo, dobe? - Se burló Sasuke y se acercó a Naruto hasta que sus caras casi se quedaron pegadas.

- No, teme estúpido. - Respondió Naruto inflando sus mofletes.

- Tsunade-sama. - Sakura se adelantó un poco y se colocó frente a la Hokage. - Sé que usted no hace nunca las cosas sin pensar, pero...

Sasuke acaba de regresar a Konoha y no hemos sabido nada sobre él en estos últimos cuatro años, así que aunque nunca he dudado de su capacidad de mando. - Sakura miró a su tutora realmente avergonzada. - Creo que no debería usted dejar a Sasuke con Naruto porque intentó matarlo muchas veces en el pasado.

- Sakura no seas estúpida. - Se enfureció la Hokage. - Si sospechara que Sasuke tiene intenciones ocultas hacia Konoha lo metería en la cárcel sin dudar, pero ha traído información muy valiosa sobre el Akatsuki y por ese motivo le he restituido su lugar en Konoha.

- Puede ser una trampa. - Insistió la pelirrosa.

- ¿Por qué no dejas de decir estupideces, Sakura? - Protestó Sasuke y se colocó frente a la pelirrosada. - He vuelto, ¿qué no era eso lo que tú más anhelabas?

- Ya no me interesa lo que hagas, Sasuke. - Sakura se sitúo entre Sasuke y Naruto. - Dejé de respetarte hace mucho tiempo y por ese motivo no creo ni una sola de tus palabras.

Para mí, el Sasuke-kun que yo conocí se murió hace muchos años y tú sólo eres una serpiente traidora.

- Sakura... - Naruto miró a su amiga y la rodeó afectuosamente con sus brazos. - Tranquilízate, prometo que cumpliré la promesa que te hice esta mañana. - Dijo el kitsune y Sakura besó la mejilla de Naruto con ternura.

         La escena de Sakura y Naruto besándose y abrazados, despertaron el Sharingan de Sasuke que a punto estuvo de olvidarse de todas las cosas que le había prometido a la Hokage porque no pensaba permitir que esa tonta se quedara con "su dobe".

         Iba a lanzarle su ataque más violento a la Kuonichi, pero entonces los dos cuerpos se separaron y el Sharingan se desactivó por sí solo.

         - Vayamos a por Sai. - Sakura cogió la mano de Naruto.

         - Sí, vamos a por esa copia de cuarta. - Dijo Sasuke y se interpuso entre Sakura y Naruto deshaciendo el agarre que la muchacha tenía sobre su dobe. - Karin, Suigetsu, Yuugo. - Sasuke se giró hacia su equipo y éstos lo siguieron.

         - Sasuke-teme. - Naruto miró a su amigo a los ojos y el corazón le latió apresurado por un instante.

 Al principio fue por miedo, pero luego sintió una sensación cálida sobre su estómago y recordó levemente el lazo que alguna vez los había unido.

Se preguntó si lograría restituir ese lazo, parecía que esta vez Sasuke había vuelto dispuesto a hacerlo, pero ahora era él quien se resistía a reconstruirlo. No voy a dejar que me vuelva a hacer daño. Pensó el kitsune. Tardé tres años en olvidar mis sentimientos hacia él y no pienso permitir que regresen, desenterré a Sasuke de mi vida y no quiero amarlo de nuevo. - No te acerques a Sakura. - Le amenazó. - O no respondo, ttebayo.

         - Usuratonkachi... - Sasuke se perdió un instante en las orbes azules de su mejor amigo y ahogó un suspiro interno. Creo que será más difícil de lo que pensaba lograr que me ames de nuevo. Pensó el pelinegro. Pero lo conseguiré y te separaré de Sakura, mas que la tenga que matar para alejar sus manos de ti. - No podrías vencerme aunque quisieras. - Terminó y se dio cuenta de que había herido los sentimientos de su amigo por la mirada que Naruto puso. Se arrepintió un instante, pero jamás pediría perdón porque él era un orgulloso Uchiha.

         - Vamos, Sakura. - Naruto se separó de Sasuke y tomó de las manos a Sakura. Los dos salieron corriendo del despacho de la Hokage seguidos muy de cerca por Sasuke y su equipo.

         Al llegar a la casa de Sai, Naruto se separó del grupo.

         - Voy a por él, dattebayo. - Dijo y entró por la ventana a la casa de su compañero de equipo.