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Para domar a un conejo... ¡Hay que ser rudo! por ringox

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Respuestas a sus lindos comentarios: Primero que nada, pedir disculpas por colocar a aquí las respuestas, pero me pasa siempre que algunas de las respuestas no se publican y no me gusta dejar sus post sin responder, primero porque lleva tiempo dejar post y muchas veces no se tiene, por lo tanto, me gusta demostrar mi agradecimiento respondiendo y haciendo saber que soy feliz de que lean el fic.  También aprovecho de decir, que he tardado mas de lo normal en publicar, ya que estoy haciendo un curso que termina el 24  de octubre con un examen difícil (al menos para mi) y es por eso que sumado al trabajo, me que he quedado casi sin tiempo. De todas formas, decirles que estoy muy agradecida con todas y este fic no pienso abandonarlo ni nada, es sólo que a veces, el día se hace muuuuy corto. Espero les guste la conti. Besos a todos!

 

Amaris   t.t perdón, no quería dejarte sin dormir, de verdad XD, En este capi, pues de cómo saldrán de ese lío hay muy poco, pero espero te guste esta capi de todas formas. Trataré de no tener tan tarde el próximo ^_^ y muchas gracias por continuar leyéndolo, me haces muy feliz.

 

Hactor   jajaja que mala, como que estás esperando que le quiten la virginidad al conejo? XD, espero que esperaras que fuera hyoga ajajjaaja. Y si, pobre pato, al fin es correspondido y ZAZ, le arrebatan al conejo XD, Sobre tu presentimiento de ikki y shaka, pues no estas tan lejos, nada mas pensemos que se lo llevan a  Tokio al pobre t.t . Yl el delirio del patito, es que el se enamoró demasiado, pero el conejo no se quedara atrás, nada mas esperen XD jejejeje.   Bueno niña, a mi me hizo muy feliz que continuaras leyendo el fic, aun después de esos capis en que a shun se le trato mal (directamente por mi que escribo la historia) pero yo lo amo, amo  a los dos y siempre quier que sean felices *_* espero te guste como va la historia *_* gracias por tu apoyo, un beso gigante!

 

Zoe Wayne  t.t lo siento,no quiero hacerlos sufrir, pero.... Espero te guste como van los siguientes capis ^^.  Gracias por tu coment ^_*

 

Murtilla   Si, maldición, no pudo el conejo contarle todo y ahora, es todo un gran enredo, porque el pato no sabe porque se ha ido con esos tipos, porque quería partir, pero eso si, sabe que lo ama *_* y veamos como soluciona el problema, aunque es este capi eso no pasa aún =P. muchas gracias por tu post ^_*

 

Kami chan  jajajja, cuidate esa ulcera niña XD, y el pobre pato, dios si no hay quien aguante ne?, pero el conejo no la pasará mejor de ahora en adelante t.t esperemos que todo salga bien, gracias por tu post, espero te guste como va el fic *_*

 

Trianiluz  Kya, muchas gracias, ya me puse rojita XD jajaj perdona por tarda tanto, te juro que fue coincidencia, justo me dices que saco capis seguido y yo me paro como por un mes t.t, pero fueron motivos de fuerza mayor. Ojala te guste como va la historia *_* besitos bonita!

 

Remusfax    mi remix querida, no quiero que sufras, de verdad, encima las cosas no mejoran mucho en este capi T_T, perdóname por favor, pero la historia me lo pide T_T  gracias por apoyarme siempre, de verdad que tus post son de los que mas espero XD, me dan mucho animo y me hacen feliz. Ya se que este fic ha estado algo desesperante, pero se acerca el final y espero tenerlo pronto para todos los que me apoyan siempre ^^  ha todo esto, me gustaría leyeras un fic que tengo aquí publicado, se llama "loca navidad" y pues es mas alegre ^^, para que no estés triste *_* también tengo otro que no es triste "feria de besos" y pues, no quiero que estés triste, okas? Este capi no es tan feliz, pero espero te guste de todas formas *_* besitos amiga *_*

 

Kasami    Perdón por tardar tanto. T_T Espero que te guste este capi que viene, muchas gracias por tus animos ¡ ^_*

 

Julxen  WUaaa, quizás somos como almas gemelas para escribir XD, iré a ver tu fic a la nochecita. Espero te guste la conti, aunque este no es nada poético XD muchas gracias por apoyar el fic siempre, en verdad me haces feliz *_*. Un besote grandote y nos vemos!

 

Suichi   Kya, si, debia ser un dia feliz por que vino estrellita junior al mundo y ZAS, se declaran su amor y alguien llega  a joderlo todo T_T; Espero te guste este capi y pues, muchas gracias por tu apoyo ^^, tratare de sacar esta semana el prox capi ^_*, besotes!

 

Miyu   jajaja pobre Shiryu, a mi nada mas se me dio la gana ponerlo de malo XD, jajjaja espero te guste la conti, me he tardado en actualizar, pero ha sido por fuerza mayor T_T, muchas gracias por continuar leyendo el fic *_*, muchos besitos!

 

Deneb  Kya, amiga, seguimos sin encontrarnos, pero la verdad, que no me queda tiempo para entrar al msn T_T espero te guste la conit y que pronto si `podamos conversar ^_* te extraño, besotes!

 

Dai shun  Kya, perdona por tardar tanto jajajaj, soy una irresponsable, espero te guste la conti, besotes y abrazos!

 

Ahora sí, el capi, *_*

 

Capitulo 16: "Sin ti"

 

Eran las 6 de la mañana cuando los 4 hombres llegaron hasta el hotel del pueblo. Cassius avanzó primero sujetando con fuerza por demás innecesaria al menor que no se resistía, presa de un in mutismo casi aterrador. Reda le ordenó quedarse tras el hotel, para esperar que ellos fueran por un vehículo sin ser vistos por otras personas que pudieran percatarse de la llevada forzosa de Shun.

 

-Iré a hablar con el dueño por un auto, tú regresa esas moto-nieves al viejo del bus - Indicó Reda mientras revisaba las finanzas para arrendar dicho vehiculo, no era la idea llevar uno por la fuerza para que los persiguieran por un robo sencillo, siendo que en realidad se dirigían a un trámite con el lagarto más que identificado por la policía que siempre estaba a la espera de tener alguna prueba para encerrarle.

 

-¿Y por qué no iremos en el bus de regreso también? - Interrogó el pelilila con la voz apagada y cansada, sin dejar de mirar con nerviosismo y preocupación al peliverde quien no levantaba la cabeza ni le miraba a los ojos.

-¡Por que tenemos que llegar lo antes posible, imbécil! - Le gritó cada vez más desesperado - En ese puto bus llegaríamos pasado mañana.

-Casi no te reconozco Reda - Susurró el menor alejándose mientras el otro lo miraba con furia. Nadie podía entender lo que estaba pasando en su interior, su Mime, su amado Mime estaba de por medio y él no dejaría que nadie lo lastimara. Shun... Shun daba lo mismo.

 

Siren caminó hasta llegar a la casa de los padres de Isaac, los dueños del bus y también de las moto-nieves. Tocó con humildad la puerta, que era más grande que las otras casas del pueblo, una madera incrustada con algunos metales que no supo identificar, cruzaba de lado a lado como tranca de un castillo, pero sin ser la construcción ni la mitad de grande. Algunos perros siberianos tallados en los costados le hicieron sentir un poco de temor. Esperó un momento para volver a golpear la puerta, pero en ese instante un muchacho de cabello verde con una cicatriz en el ojo, le abrió.

 

-¿Sí? ¿Qué deseas? - Le preguntó frotándose el ojo intacto para espantar el sueño y quizás remover las lagañas, prueba de que se había despertado probablemente con sus golpes.

-He venido a regresar las moto-nieves y pedir el depósito - Contestó nervioso, con las dos llaves en su mano que acercó a ese muchacho tan atractivo, extraño, de aspecto tan salvaje y mucho más alto que él.

-¿Qué dices? Yo no hablo Japonés - Contestó rascándose la cabeza con nerviosismo.

-Disculpa... no te entiendo - Dijo algo avergonzado el pelilila, mirando fijamente a los ojos del muchacho que no dejaba de sonreír tontamente. Sin embargo, tomó las llaves y se las extendió al peliverde que pareció entender.

-¡Las moto-nieves! ¿Tú eres quien las arrendó a papá? - Preguntó recibiendo las llaves y abriendo la puerta un poco más, invitándole a pasar.

-No puedo pasar... ya tengo que irme - Dijo asustado y dando la vuelta sin esperar el depósito, sólo quería irse rápido de ahí antes de que las mejillas le explotaran comprendiendo muy bien que aquel chico le ponía a latir el corazón a mil.

 

El otro se quedó mirándolo... estupefacto ante ese muchacho tan distinto a los jóvenes que siempre había visto en el pueblo, era realmente lindo, muy lindo, sus facciones eran algo parecidas a las de Shun, pero no era ni una pizca prepotente como él, su mirada era inmensamente tierna y parecía tan desvalido...

- ¡El depósito! - Se dijo así mismo, corriendo dentro de casa para abrigarse y correr tras él muchacho en el frío de la mañana. Tenía que regresarle ese dinero y quizás... saber como se llamaba.

 

 

Siren corrió lo  más fuerte que pudo en aquel suelo nevado que le succionaba los pies a cada pisada. Llegó jadeando al la parte trasera del hotel donde esperaba Cassius con Shun sujetado fuertemente del brazo. Al verlo llegar, el peliverde le lanzó una mirada furibunda que el pelilila entendió muy bien, estaba sufriendo y mucho, su novio o lo que fuera que era ese chico rubio, se había quedado en la nieve desprotegido y sangrando, seriamente herido y desconocía su estado, es más... podía morir en la nieve si no era atendido a tiempo. ¿Qué era lo que pretendía su amigo? ¿Por qué no escapó cuando pudo? ¿Fue a por aquel chico en la nieve?

 

-Shun...- Susurró acercándose, pero Cassius le indicó que se alejara con un gesto de la mano, aprisionando al peliverde a su cuerpo.

- ¿Qué haces? - Indagó el menor molesto ante la superioridad que muestra el otro al no estar Reda presente.

-Me han dicho que no te deje acercarte mucho al renacuajo, no vas a negar que tu le ayudaste la primera vez.

 -No hice nada, esto es una mierda, deberían dejarlo ir - Se quejó mientras caminaba de un lado a otro.

-Está bien así Siren... yo quiero ir allá - Murmuró el menor por primera vez para que el otro no se preocupara más, a fin de cuentas, él no podía irse, pues eso significaría la destrucción de la granja de Hyoga, eso lo sabía muy bien - Pero yo... necesito que ayudes a Hyoga...

-¡¿De que estás hablando infeliz?! ¡Aquí nadie va a ninguna parte, ¿Entiendes?! - Le reprimió con más fuerza, el menor se quejó de dolor.  En ese instante y de forma imprevista, Isaac que había corrido tras el menor siguiendo sus huellas en la nieve, llegó hasta aquel lugar.

 

-¡¿Qué pasa aquí?!- Gritó asustado y enfadado el peliverde al encontrarse con esa escena - ¡¿Qué le están haciendo al demonio?!

-¡¿Quien es este?! - Gritó también a la defensiva Cassius, provocando una mueca dolorosa en el más pequeño ante el daño que le causaba.

-Es... el chico de las moto-nieves - Contestó nervioso el pelilila.

-¡Le has traído hasta aquí!... ¡Eres un idota! - Espetó el grande mientras alcanzaba un garrote de entre unos escombros. Siren al ver sus intenciones se volteó aprisa para impedir que le hicieran daño al muchacho.

 

El peliverde se sorprendió al ver como maltrataban al conejo, pero tuvo que obviar la situación al ver como el hombre corpulento se acercaba arrastrando del brazo a Shun con un objeto en su otra mano, con el cual obviamente pretendía reducirlo.

Corre! - Gritó Shun en ruso, mientras era jalado con fuerza y las lágrimas se le arrancaban en descontrol - ¡HYOGA! ¡HYOGA! - Necesitaba decirle que su amor estaba en peligro, pero no sabía las palabras, todo esto parecía una pesadilla interminable para él.

 

Isaac al escuchar el nombre de su amigo se asustó, algo malo estaba pasando, esos hombres no eran del pueblo y tenían por la fuerza a Shun, quien gritaba el nombre del rubio quien  no estaba allí, sintió que el estomago se le recogía en un vuelco doloroso y el corazón apretado le decía que tenía que hacer algo antes de que algo horrible sucediera. Y ahí estaba el garrote, aventándose contra él guiado por el brazo rudo y musculoso de aquel sujeto sacado de las películas. Parecía que la fuerza con que aquel hombre le daría, sería capaz de hacer temblar la tierra. 

 

Siren se interpuso.

 

El golpe dio justo en la cabeza del pelilila, mientras Shun gritaba desgarrado ante tanto horror. Definitivamente todo parecía salir cada vez peor. ¿Hasta cuando personas inocentes serían heridas por su culpa?

 

Dios!.... - Murmuró el peliverde al ver al pequeño en la nieve, inconciente,  Cassius se quedó inmóvil un momento, sin reconocer inmediatamente que había errado, o más bien sin importarle mas que el hecho de molestar a Reda.

-Siren... Nooo - Sollozó Shun - Por favor, llévatelo, ve por Hyoga, por favor - Rogaba el menor a un Isaac tan sorprendido y asustado que sintió estar en un sueño cuando tomó en sus brazos al peliliala y lo cargaba fuera del callejoncito al que daba el hotel. Si bien no entendía lo que decía el menor, era evidente que tenía que sacarlo de allí y más aún, ¿Por qué llamaba con tanta desesperación a Hyoga? No parecía pedir ayuda para él, sino para su amigo. ¿Y que quería ese tipo con él? ¿Lo tenían secuestrado? Cómo fuera, tenía que dar aviso  a la policía del distrito lo más pronto posible.

 

Cassius regresó su atención al peliverde que no dejaba de gritar el nombre de Hyoga una y otra vez, tratando de que Isaac entendiera que estaba en peligro, mas una gruesa mano le cruzó el rostro con una cachetada que le obligó a guardar silencio por el dolor, mientras su labio partido sangraba hacia su delicado mentón.

 

-¡Cállate rata! - Le susurró al oído mientras le manoseaba el vientre en busca de algo más abajo, haciendo que el menor se retorciera de rabia y desesperación.

-¡No me toques!... Bastardo -  Se quejaba mientras trataba de zafarse, la situación estaba definitivamente fuera de control. Cassius simplemente sonrió con burla y Shun sintió que las sienes y el corazón le explotarían... no quería estar así, lejos de él, no podía ser verdad. Nunca sentiría sus labios otra vez, jamás volvería a dormirse entre su cuerpo y sus mantas, con aquel aroma... con todo lo que Hyoga era, el chico que amaba, al que quería pertenecerle por completo. "No quiero estar sin ti"... y aún así, no podía evitar que aquella mano le violara el cuerpo con fuerza, demostrándole que no era nada más que basura... en verdad que Hyoga merecía algo mejor que él y sólo deseaba que saliera bien de todo ello para rehacer su vida, que lo olvidara y se enamorara y fuera feliz, con algo de suerte, él simplemente moriría.

 

 

Esmeralda golpeaba insistentemente la puerta de Camus. Eran las 7 de la mañana y el mayor dormía luego de llegar de un recorrido por los pueblos cercanos que le habían dejado completamente agotado.

 

-¡Camus! ¡Camus! ¡Abre! ¡Es urgente! - Gritaba la muchacha. Arriba, en su cama, el chico se volteaba sin lograr despertar del todo debido al cansancio.

 

¡CRASH!

 

-¡¿He?! - Se levantó corriendo para ver como los cristales de su cuarto estaban en el piso.

-¿Pero quien fue el animal que me rompió... Esmeralda? - Miró sorprendido como la pequeña desde abajo estaba dispuesta a lanzar otra - ¿Pero que crees que haces?

-¡Camus! ¡Te necesito! Es el pequeño de Japón... no regresó a casa ayer y hoy al ir a ver como estaba Hyoga, tampoco estaba en casa. ¡Han desaparecido los dos!

-¿Los dos desaparecidos?... ¡Diablos! Bajo enseguida.

 

A los minutos Camus estaba afuera, atendiendo a todo lo que la histérica chica le decía.

-Calma, más despacio... dices que ayer Shun discutió con Hyoga y luego corrió de casa sin regresar, y hoy en la mañana Hyoga no estaba?.

-Sí, exacto - Respiró Esmeralda tratando de retomar algo de calma - Mamá está desperada.

-Es muy malo, Hyoga no podía salir de casa a la intemperie, no está recuperado aún y si el peliverde pasó la noche fuera, es peligroso, no está acostumbrado a este clima, será mejor que salgamos a buscarlos inmediatamente.

-Mi mamá se quedó en la granja, buscando en los alrededores - Dijo la rubia casi al borde del llanto.

-Todo estará bien, verás como los encontramos a ambos - Trató de tranquilizarla mientras la abrazaba tiernamente, por dentro, un presentimiento le decía que tenía que darse prisa.

 

Jacob ya había comenzado a buscar por el pueblo luego de que Esmeralda llegara a su casa a primera hora de la mañana. Nunca pensó que el menor no regresaría a la casa y menos que Hyoga intentaría buscarlo, ya que era obvio para él que eso es lo que el rubio pensó. La idea de pedir ayuda a más gente del lugar era necesaria para buscar en el extenso terreno de llanuras heladas, así que no perdió tiempo. Podía ser asunto de vida o muerte haber pasado la noche en el frío sin protección y si no eran atendidos pronto, lo lamentarían luego.

Podía recordar los acontecimientos del día anterior, aquella carta sin duda había sido la causante de todo aquello, pero ¿Qué decía? ¿Por qué Shun reaccionó así?... y ¿Habría quizás ido en busca de Estrella? Estaba seguro de que esos dos tenían algo, algo profundo y especial, algo que el había deseado tener con Hyoga mucho tiempo, pero que sabía no tendría. El era muy pequeño para su amigo, su amado amigo y sabía que él lo quería como a un hermano, y estaba en el fondo bien con eso, siendo de alguna forma especial para él, pero... ¿Si alguien quería hacerle daño... lo permitiría? ¡Claro que no! Si Shun quería lastimarlo no lo dejaría, a nadie, jamás.

 

-No creo que él quiera lastimarlo, se lo come con la mirada y me odia cuando estoy a solas con él... es obvio que lo ama - Se dijo así mismo, mientras tomaba la determinada decisión de correr hasta la casa del padre de Isaac, ya que eran los únicos en aquel lugar que tenían moto-nieves.

 

-¡Isaac! ¡Isaac! - Gritaba el castaño angustiado. Más nadie salió de la casa para atenderlo.  Miró con frustración como no le prestaban atención a su llamado y se resignó por suponer que allí no había nadie, seguramente el peliverde había acompañado a su padre en el recorrido del bus como era tan habitual. Dio media vuelta y partió en dirección al hotel, tenía que llamar por teléfono a alguien que les ayudara.

 

En su carrera por la nieve, se encontró con Isaac que venía caminando en sentido contrario hacia él, en sus brazos, llevaba a un chico pelilila que parecía inconciente.  Se apresuró para ayudarle, a aquel chico jamás lo había visto antes.

 

-Jacob... Ayúdame, está herido - Le dijo angustiado, casi al borde de la desesperación, mientras el pequeño el ayudaba a entrarlo a su casa.

-¿Qué ha pasado? - Preguntó ya agotado de tanta revuelta, parecía que aquel día sería el más terrorífico de todos.

-Unos tipos, tras el hotel, tienen al amigo de Hyoga y  este chico le han dado un golpe por tratar de evitar que me atacaran - Le explicó mientras el castaño le miraba asustado la herida en la cabeza.

-Tenemos que llevarlo con Camus - Le susurró sin saber que hacer - Yo iré por Shun, si le hacen algo Hyoga se muere... tengo que ir por él.

-¡Tú no vas  ninguna parte, te quedas aquí con él mientras voy por Camus y llamó a la policía, esos tipos son peligrosos Jacob, no es para un niño! - Le reprendió el mayor mientras arropaba a Siren y le dejaba sobre la manta, antes de salir corriendo, le acarició la cabeza y le besó la frente... esperaba llegar a tiempo - Jacob... creo que Hyoga también está en peligro... Shun no dejaba de llamarle.

-Hyoga... - Susurró asustado el pequeño, sintiendo mucho miedo en su corazón.

-Espera aquí, cuídalo por favor, regresaré pronto - Isaac sujetó las manos del pequeño  y le dejó cuidando a Siren, quien no daba muestras de recuperar la conciencia.

 

Fuera,  en los alrededores de la granja, la Tía Natasha buscaba desesperada a su hijo. Por más que caminaba no daba con él, llevaba en una bolsa un termo con café caliente para el momento de encontrar a los dos pequeños poder calentarlos y llevarlos de regreso a casa, si dios permitía que no estuvieran heridos.

 

El viento era particularmente helado, pero dentro de si, sabía que se debía a su angustia y a su preocupación. No saber como estaría Hyoga la tenía desesperada, prefería que le pasaran mil y una calamidades a ella, a que su linda Esmeralda y su Hyoga. Ellos eran todo para ella, lo que más quería en el mundo.

 

-Shun... - Escuchó un susurro, la voz de su hijo mayor que llamaba a penas al peliverde casi en la inconciencia. Ella corrió angustiada hasta dar con el cuerpo sangrante de su hijo en la nieve, creyó que moriría ahí mismo.

 

-¡Hyoga... Hyoga! ¡HO POR DIOS! ¿Qué te han hecho? - Se inclinó a su lado, acariciando su rostro, mientras la mirada perdida celeste intensa, se fijaba en sus ojos, reconociendo quien le sostenía con fervor - ¡Mi niño!

-Mamá.... Es Shun... se lo han llevado y no pude hacer nada - Sollozó desolado, apretándose con las pocas fuerzas que tenía a su madre.

-Estás helado y herido... tenemos que llevarte a casa - Susurró en el fondo tranquilizada de encontrarle con vida, lo que fuera, con los cuidados que le daría, arribaría, no dejaría que otra vez estuviera en peligro.

-Estrella... tuvo un bebé, mamá... Shun le salvó la vida, fue tan increíble... él me ama... me ama - Susurró mirando hacia el cielo, mientras de sus ojos las lágrimas no dejaban de correr.

-Cariño... - Le dijo ella, mientras acariciaba su frente - Llevaremos a Estrella a casa, estará bien igual que tú - Susurró, sintiendo una pena inmensa por su Hyoga, por su rubito pequeño, delirante, todo aquello, debía ser producto de la fiebre, para ella, era evidente que Shun jamás correspondería a los sentimientos tan puros de su hijo, de su anhelo de ser feliz a su lado y de amarlo en todos los grandiosos significados de aquella palabra, no... para ella, Shun era quien dejó a su hijo en la desesperación, obligándole a salir tras él en la noche fría y mortal, poco faltó para no volver a ver aquel brillo tan hermoso de los ojos de su niño.

 

Reda regresó con las llaves del vehículo, las llantas acopladas con cadenas para la nieve les permitiría llegar hasta el aeropuerto sin problemas ante el accidentado terreno nevado.

Serían varias horas de viaje, pero estaba totalmente preparado para ello, nada evitaría que llevara a Shun hasta las manos del lagarto. Sin embargo, lo que encontró, no fue de su agrado, allí no estaba Siren, que para ese entonces ya debería haber cumplido con lo que le había encargado antes y encontró al violento Cassius metiendo las manos en donde no debía.

 

-Suéltame desgraciado... ¡DÉJAME! - El peliverde en la desesperación de ser manoseado por aquel sujeto, le mordió con todas sus fuerzas el brazo, provocando que el gigante le arrojara con fuerza al suelo, donde le aplicó nuevamente otra cachetada seguida de otra, hasta que Reda le interrumpió.

-¿Qué crees que haces?... Tiene que llegar entero descerebrado... ¿Y dónde está Siren? - Gritó furioso, ante aquella actitud, el grandote se sintió preocupado, después de todo había dejado ir al menor pelilila y había sido observado en el parcial secuestro de Shun por un desconocido, aquella situación no podía ser favorable, bien sabía que para el lagarto Reda estaba siendo prácticamente su mano derecha últimamente, le mandaba a todas las misiones y le usaba como informante fiel, si Reda le dejaba mal frente al chino, no quedaría nada de él.

 

-Siren... no ha regresado - Contestó apretando fuertemente el brazo de Shun para que no se le ocurriera hablar, mientras el menor se quejaba adolorido.

-¡Maldición!, En ese caso que se regrese solo, no podemos esperar - Se acomodó la parca y le indicó a Cassius que llevara a Shun hasta la parte trasera del vehículo, partirían en ese mismo instante.

-Reda, por favor, no lo dejes en la nieve, te juro que yo... - Trató de susurrar con sus labios lastimados.

-No estás en posición de decir nada Shun, mejor te callas si no quieres que deje a Cassius continuar con sus jueguitos.

-Por favor...  Sólo quiero que él esté bien... no lo dejes ahí... - Sollozó sin fuerzas, cediendo por fin poco a poco al cansancio, al sueño, ya era demasiado para su cuerpo, había sobrepasado sus fuerzas y sentía que no despertaría jamás. Y no había hecho nada por Hyoga.

-¡Dejaré que se pudra en la nieve...! - Le susurró al oído, mientras el peliverde cerraba los ojos, con el corazón destrozado y la imagen de su amor, tendido en la nieve... desangrándose. En su mente, tan sólo el recuerdo de su primer beso, al menos, le había besado una vez, pero aún así... no podía estar ya sin él.

 

 

Notas finales: Continuará...

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