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Para domar a un conejo... ¡Hay que ser rudo! por ringox

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Notas del capitulo: Hola a todos, muchas gracias por sus comentarios, esta vez trataré de responderlos en el sistema automático de respuesta ^.^. Perdonen la enorme tardanza, sinceramete fue a causa del tiempo, pero prometo esta vez traer la actualización antes del 2010 XD. Muchas gracias a todos por su apoyo y espero les guste este capitulo *_*.
Capitulo 21: “Oscurecer”

Shiryu se volte sin dar rdenes precisas a sus hombres de qu hacer con ellos. Le pereci que slo era un grupo de cobardes sin suerte que se cruzaron en su camino, pero nada ms. Aunque haba algo extrao en aquella situacin, se haba informado respecto a ese lugar y su prcticamente nula concurrencia, a base de ello tan slo se haba acordado que no habra nadie de la guardia fronteriza mientras estuviera all. No haba peligro de que le interrumpieran.
Poda ser verdad lo que decan, sin embargo Por qu viajar con ese tipo casi muerto? Quizs eran sujetos que venan huyendo y eso no le agradaba, de ser as no eran de fiar y podan traer a quienes les persiguiera hasta all.

-Mantenerlos vigilados, tengo algo de que ocuparme ahora mismo, vendr ms tarde – Sali del lugar sin volver a mirar a los hombres y desapareci tras la puerta.
Los tres chicos permanecieron quietos en sus sitios, a penas sobresala de los dems la respiracin forzada del rubio. Kasius se acerc hasta estar a una palma de distancia del rostro de Hyoga.

-Nos volvemos a ver, granjerito – Le susurr escupindole al hablar – Al parecer no tuviste suficiente… Viniste por la putita? Mmm? – Ante esa provocacin el menor no pudo evitar mirarle a los ojos, Camus a su lado quera impedir que hiciera una locura, pero siendo vigilados por todos esos tipos era imposible.

Los azules ojos de Hyoga clavados en los del hombre, ardan en un sentimiento que nunca antes crey sentir, no tendra jams palabras para describirlo, era simplemente su sangre corriendo salvaje por sus venas, su corazn comprimido tan fuerte, que pareca una dura roca en su pecho pulsando por reventar.

-Est riiiico, muuuuy rico – Se pas la lengua por los labios, saboreando una comida inexistente y Hyoga se contuvo… supo que lo estaba provocando para tener una excusa de matarlo. Ah en frente de todos, no poda llegar y desobedecer al jefe y buscaba una forma de justificar sus actos, no le quedaba ms que contenerse, no as las lgrimas, hubiera querido que no rodaran por su rostro, pero fue inevitable, sinti como la humedad corra por su cuello y desapareca en la tela de su ropa.

Kasius retrocedi molesto ante el silencio de los tres tipos, ms al no obtener la respuesta esperada. Se preguntaba si en verdad el chino podra enterarse a causa de esos hombres sobre lo que pas con Siren y resopl frustrado tratando de idear como terminar con su preocupacin.

Camus busc la mirada de Hyoga, pero ste miraba fijamente al hombre sin siquiera pestaear. Pareca que se encontraba en shock. Isaac al otro lado, trataba de mantener la calma, pero ver como el cuerpo de su amigo comenzaba a temblar, no le ayudaba en nada.

-Hyoga… Hyoga Ests bien? – Le pregunt en un susurro. Ms no lo suficientemente quedo para que Kasius no lo escuchara. Se devolvi sobre sus pasos y estrell su puo en el estmago de Isaac. El peliverde se dobl tratando de recuperar la respiracin y el equilibrio. Ante el acto, Camus e Hyoga se alertaron, inmediatamente el doctor se acerc al menor que comenzaba a toser.

-Malditos! – Grit el mayor de los tres mientras Isaac recuperaba la respiracin. Kasius al escucharlo se acerc a l fastidiado.
-Qu es lo que ests diciendo? – Le dio un ligero empujoncito, pero entonces uno de los otros hombres se acerc a l.
-Quieres dejar de jugar ya? Vas a lograr que el jefe regrese ac furioso.
-S… - Le respondi sentndose en una silla y observando detenidamente al rubio - Qu me miras?...- Pero no tuvo respuesta -Qu me miras asquerosa rata?!!!

Camus al ver que el hombre pareca empecinado en sacar de quicio a Hyoga trat de advertirle al rubito que dejara de mirar al sujeto y que no abusara de la suerte que tenan de no estar muertos an, pero pareca que el menor estaba completamente sordo y slo tena ojos para mirar con odio al mayor.



*^^*

El avin en que Shaka e Ikki viajaban, lleg puntual al aeropuerto. El moreno no se preocup en retirar el equipaje y corri en busca de un taxi que lo llevara a la estacin de buses. Tras de l, y sin perder el paso firme lo segua el rubio. Se senta como un gran estorbo en ese momento en que l otro segua sin detenerse a mirarle ni verificar si estaba a su lado. Suspir mientras intilmente el moreno intentaba conseguir un vehculo.

Pareca una pesadilla para l, sin saber que sera de Hyoga, quien le haba llamado tan precipitadamente sin darle mayores detalles y encima con un Ikki as de diferente y enfadado... Qu pasaba si de ah en adelante jams volvan a ser las cosas entre ellos igual?... Podra ser este el fin de su relacin tan apasionada y cariosa. Senta que no haba una sola pizca del cario que siempre le demostraba.

-Shaka... - Se volte repentinamente casi provocando que el rubio chocara contra l. Se qued mirndolo fijamente mientras el cuerpo delgado se estremeca de fro y temor – Qudate en el hotel.
-Qu? - Cuestion sin entender - Por qu?
-Slo qudate aqu... - Se volte sin decir nada ms abriendo la puerta del taxi que haba detenido instantes antes.
-Ikki! - Le llam en vano el rubio - Ikki! - Le grit golpeando el vidrio de la portezuela cuando este ya hubo subido, pero el vehculo se puso en marcha y se alej dejndole completamente slo en el fro de la tarde.

Pronto comenzara a anochecer.

*^^*

A paso firme, Shiryu regres al cuarto principal. Al sentir el sonido de las pisadas Shun volvi bruscamente a la lucidez. Su primer instinto fue sujetar firmemente la mano de Shura que estaba a su lado hasta tal punto que le provoc dolor. Por un momento divag y lleg a creer que a su lado estaba su amado ruso.

-Maldita sea este asqueroso lugar lleno de brutos que...! Qu haces t aqu an? Lrgate! - Le grit a Shura molesto que apremiado por el tono de voz se liber rpidamente del desesperado agarre del menor.
-Hyo-ga – Murmur el peliverde al notar su mano vaca mientras buscaba mirar en sus ojos – Hyoga... por qu? – Susurr con los ojos vidriosos al darse cuenta de que no era l quien estaba a su lado.
-Lo siento... lo siento mucho – Le respondi suavemente el pelinegro mientras obedeca las ordene del chino que estaba ahora preocupado de Mime y no se percat de aquel leve intercambio de palabras.

El rubio miraba sorprendido la reaccin del chino, l mismo haba llamado a Shura y ahora lo echaba furioso. Cuando los fros ojos del pelilargo se clavaron en l, sinti que las piernas le flaqueaban, un fugaz recuerdo de Reda pidindole ir con l se cruz por su mente.
-T tambin quieres algo de diversin rubio puto? - Le pregunt mientras nuevamente se retiraba su bata dejando esta vez su cuerpo cubierto slo por el interior.
-Te dejar solo – Respondi rpidamente entendiendo que no era bienvenido all y porque negarlo, atemorizado de lo que esa supuesta “diversin” poda significar – Si me necesitas estar... fuera.
-Como debe ser. Justo y como debe ser – Murmur Shiryu rodando sus ojos hasta el peliverde que temblaba sollozante en el sof. Se sonri satisfecho, as lo quera, rogndole por que le tomara aunque sea para dejar de sentir el dolor de los golpes y en eso l era un experto. Levant el cinturn con fuerza y sin aviso lo azot una vez ms, sobre las nalgas ya heridas del menor. Ante el golpe un grito ahogado escap de Shun que aterrado escondi su rostro cubrindose con los brazos - Te ha dolido? - Le pregunt mientras lo vea apretar los dientes de dolor – Es la idea, esa es la idea para que no te queden ganas de jugar al gato y al ratn otra vez en tu vida... Pensabas quedarte en este refrigerador de mierda? – Se quit el sudor de la frente que el exceso de clera recin derrochado le haba producido - Dnde estbamos antes? S... ya recuerdo... ablandando el camino por aqu.
*^^*

Shura que sinti que el corazn le haba saltado al mismo tiempo que el golpe en las redondas nalgas del menor, sali de la habitacin consternado. Tras de l un rubio con aspecto plido le sigui.

-Est como loco... - Murmur Mime con algo ms que pnico dentro de l. Repentinamente la idea de haber partido con Reda no pareca tan descabellada ni estpida, por el contrario, pareca de lo ms conveniente y cuerda – Mierda... Quiero que ya regresemos a Japn! Desde que estamos aqu se ha puesto como un demonio – Se frot el rostro como si as pudiera olvidar lo que recin haba visto – No lo entiendo...

Pero todo su discurso mental no fue escuchado por el moreno, que le dej hablando slo y sali hasta donde se encontraba el resto de los hombres, al verlo Mime lo sigui sin querer estar a solas. Fuera se encontraron con el grupo de rusos que hallaron merodeando en las afueras, uno de ellos pareca bastante mal, el rubiecito se fij nuevamente en el muchacho de cabellos rubios que antes le haba llamado la antencin.

-Cul es el alboroto all adentro? - Le cuestion uno de los hombres a Shura mientras Kasius permaneca en silencio, concentrado en sus propios problemas.
-El jefe est... - No tena palabras para responder a esa pregunta, pareca que el hecho de tratar de describirlo le haca an ms partcipe de aquella maldad. “Pobre muchacho” se repeta una y otra vez en sus adentros al tiempo que una rabia hacia la injusticia de la situacin le empujaba a apretar los puos con desesperacin.

-Anda! Cuenta que es lo que est haciendo de entretenido el jefe como para no quedarse a jugar con estos tres.
- Es ms de lo que yo puedo soportar trabajando para l – Respondi por fin. Estaba cansado y ya no quera ms. En ese mismo instante se largara de all sin importar que estuvieran en medio de la nada. Mime al escucharlo sinti que algo se quebraba dentro de l... en cierta forma, ms que por no soportar ms, el miedo a la situacin le estaba ganando. Tanto tiempo al lado del chino le haba vuelto cada vez ms insensible al dolor ajeno y mientras ms pensaba ahora en su futuro y en lo que le esperaba a lado de Shiryu, ms senta que estaba metido en un hoyo de mierda.

-A qu te refieres? – Pregunt uno de los tipos confundido ante la reaccin de Shura mientras atento Camus escuchaba cada palabra.
-Regreso a Japn... no me quedar un instante ms a ver como torturan nios, sea inocente o no – Contest totalmente decidido, sin saber que aquello haba sido escuchado por el rusito que con un presentimiento horrible respecto a la identidad de ese nio torturado, miraba horrorizado a Camus y luego nuevamente al moreno.
-Ah t, pero si el jefe pregunta por ti, ac nadie le va a mentir – Le asegur su interlocutor.

Camus, el cual ya se tema alguna reaccin inconveniente y apresurada por parte del rubio, se gir y trat de hacerle entender que en la situacin en que estaban, nada podan hacer ms que esperar, que seguramente en algn momento podran intervenir, pero por ahora nada poda hacer.

-Tranquilo Hyoga... por favor no hagas algo estpido – Susurr cerca del rubio, Shura se qued paralizado... Haba escuchado bien? Estaba seguro de que a ese jovencito le haban llamado por el mismo nombre que antes el pequeo peliverde haba clamado. Se acerc al tro de rusos y levant el rostro del rubio que lo mir con odio.
-Realmente t eres ese Hyoga? – Aunque el rusito no tena una razn para saber exactamente que le estaba hablando de Shun, el rubio supo que de l se trataba y de inmediato sujet al moreno con fuerza para preguntarle con desesperacin...
-Lo has visto?! Est aqu?! Dgamelo! – Le grit en ruso sin pensar que no era entendido a causa de la desesperacin.

Los otros tipos corrieron para sacrselo de encima y le asestaron un par de golpes en el estmago para reducirlo ante un Camus casi al borde de un preinfarto que trataba de detenerlos e impedir que le golpearan junto con un Isaac an mal trecho.

-Sultenlo! – Grit Kasius con una sonrisa en su boca de oreja a oreja.

El momento se calm enseguida. Los hombres dejaron caer a Hyoga el cual se incorpor de inmediato dejando caer un hilo de sangre por la comisura de su boca.

-Ahora s te lo has ganado – Sin ms lo sujet del brazo doblndoselo hacia atrs y dejndolo inmovilizado – Le haremos enseguida una visita al jefe – Sonri teniendo por fin la excusa perfecta, poda entrar y decirle al chino que el chico en cuestin se haba puesto violento y en ese caso, le matara enseguida, ms si estaba entretenido en otra cosa, sin contar que an quedaban dos ms para jugar ms rato.

-Espera Kasius, no te recomiendo interrumpirlo ahora – Le detuvo el moreno sujetndolo del hombro.
-No me toques marica! Siempre andas con tus babosadas de “ten cuidado”, Que te den! – Se lo quit de encima sin esfuerzo y avanz llevando a Hyoga con l a rastras ante la mirada asombrada de todos.

Camus supo que en adelante todo ira en picada, retrocedi hasta llegar a lado de un Isaac a punto de saltar encima de Kasius y le susurr que cuando le diera la seal, tendran que arrojarse sobre los otros tipos para poder ayudar a Hyoga y salvar sus propios traseros tambin, pero que justo ahora era suicidio.

Mime estaba nervioso al extremo, saba muy bien porque Shura no quera que le interrumpieran. Shiryu descargara su furia contra Hyoga ante la molestia? La vertera quizs con ms saa sobre el pequeo peliverde o… podra haber algn otro resultado an ms perturbador.

-Shura… no te vayas – Se le escap al rubio mientras vea como Kasius desapareca con el ruso a rastras – No justo ahora…
-Lo siento… no puedo, ya no puedo con esta mierda – Le contest el moreno y sali esta vez sin ser detenido por nadie a la intemperie fra y de cielo oscurecido.
-Ho dios – Suspir Mime sintindose realmente slo e indefenso. Se abraz desviando su vista hasta los otros dos rusos y sinti escalofros… estaban ah por el peliverde, por Shun, por el chico con que alguna vez cruz palabras durante su vida en comn con el chino y ahora, estaba siendo sometido a tortura.


*^^*
-hug… mmmh – Los labios del menor llevaban tiempo sangrando debido a la presin que con sus dientes el peliverse haca en ellos. No poda ms que tratar de pensar en que el dolor no era real, tratar de evadirse de aquel tormento, pero le era cada vez ms imposible, pareca que al contrario se enfocaba ms en ello, casi presintiendo cuando el prximo azote vendra y preparando su cuerpo para recibirlo.

De pronto, todo se detuvo, pero no sinti alivio por ello, un ardor y un horror en su cuerpo y en su mente le hacan perder la cordura, ya poco poda saber de cual era su propsito inicial, de quien era l, de cual era la causa de estar all, de porque estaba siendo castigado.

-Shun…- Susurr el chino mientras una de sus manos bajaba por el contorno de sus caderas - Vas a participar como un buen muchacho?... recuerdo que antes lo eras, eras un muy buen nio Shun.
-… no… - Resopl por entre sus dientes, sintiendo escalofros en su piel, meditando ya la posibilidad de suplicar por un descanso, por un cese a ese sufrimiento.
-Lo recuerdas mi pequeo?... yo siempre he estado para ti, cuidndote, an ms que tu hermano, mucho ms. Yo jams trat de retenerte, ni de juzgarte. Y te di tanto placer aquella vez… - Shiryu haba comenzado a murmurarle al odo mientras le continuaba acariciando con rudeza el cuerpo adolorido.
-No… djame – Contest sabiendo bien a lo que se refera, pero no poda concluir nada ms que necesitaba un descanso… necesitaba dejar de sentirlo, iba a morir de asco, de dolor, de repulsin y de miedo.
-Yo te abr los ojos… Lo olvidas? Pero eras tan pequeo… ahora estas completamente deseable… mrate Todo un hombrecito! O mejor dicho una mujercita? – Se carcaje mientras rebusc su miembro endurecido entre su ropa interior… la frot vigorosamente con su mano y se acerc para restregarla por las nalgas ensangrentadas del peliverde – Gracias por el lubricante… Shun.

-mhhh. NO! – Susurr el peliverde mientras lograba volver a la realidad – No me toques… no – Su cabeza era un caos, apenas poda concentrarse en algo que no fuera el dolor y ahora esas palabras… le hacan traer tortuosos recuerdos del pasado. Y an as, a su mente vena el rostro de su ruso, agotado como estaba an poda recordar en el fondo el porque estaba all y el porque mereca todo ello. No slo haba sido cruel con su hermano quien le amaba tanto, sino tambin con el hombre del que se haba enamorado con todo su ser. Ojala hubiese sabido desde el principio que estaba cometiendo error tras error y ahora la persona que amaba haba pagado las consecuencias. Slo le quedaba rogar que su ruso estuviera bien, que se recuperara y lograra encontrar la felicidad, aunque no fuera con l – Hyoga… - Susurr sin poder evitarlo – Hyoga… te amo, siempre te voy a… mhg! – Su voz no pudo seguir saliendo, ya que fue acallada por las manos del chino que al escucharle ardi en furia presionando su mano contra la boca del menor.

Ms un sonido alarm al mayor, que al sentir como abran el picaporte de la puerta, solt al pequeo volteando a ver que mierda trataba de entrar al saln, de haber tenido en su mano un arma, lo cubra a balazos sin siquiera dudarlo.

Kasius cogi del cabello al rubio que jadeando intentaba contener los sentimientos que llevaba encima. Ms no estaba preparado para ver ello, no lo estaba y jams podra probablemente recuperar parte de la cordura que perdi al ver aquellos cabellos verdes revueltos y engreados de su amado conejo. Su vista pase rpidamente por todo el cuerpo con obvias laceraciones y enormes manchas de sangre, para finalmente encontrarse con aquel pene erecto y mojado de un hombre de cabellos largos que se restregaba sobre su pequeo al tiempo que le sujetaba con violencia.

-Pero que demonios!... Kasius, como te atreves…- Vocifer totalmente enfurecido conteniendo una reaccin asesina en sus acciones. Solt al menor mientras se incorporaba de aquel sof para acercarse a su matn que estaba tambin algo sorprendido de encontrarlo en esa escena tan desquiciada de sexo y violencia.

-Este… - Dud en si en verdad su interrupcin tendra el suficiente peso ahora para ser perdonado en su atrevimiento, jams pens que Shura tuviera tanta razn en que era un mal momento para interrumpirle. El chino luca en verdad perturbado y absorbido por la situacin – Es este ruso… se ha puesto violento y… Y pens que le gustara darle… - Finalmente trag en seco al tenerlo enfrente cerrando la boca para esperar la reaccin del jefe.
Hyoga mientras pareca estar en un lugar aislado en donde slo poda ver todo en blanco y en el medio, a su pequeo peliverde encharcado en sangre. No senta a los otros dos tipos, haban desaparecido de su campo visual y slo poda asimilar que l estaba lastimado… estaba lastimado.

-Shun… - Susurr an atnito… su respiracin casi detenida por completo, su corazn dando espordicos latidos cada vez ms lento, senta nauseas, mareo, asco, dolor… un inmenso dolor en su alma Qu le haba hecho? Por qu? - Desgraciados!... No los perdonar mi amor! NO LOS PERDONAR…! – Grit al tiempo que volviendo al plano presente, se arrojaba sobre el chino el cual no se esperaba aquella reaccin por parte del tipo que traan tan slo segundos antes medio muerto a rastras.

-TE MATAR… DESGRACIADO!– Grit mientras le apretaba el cuello al pelilargo que agarrado por sorpresa slo poda tratar de reducirlo a puetazos mientras su cuello era apretado con una fuerza descomunal. Con el ruido de la situacin el peliverde, reconociendo la voz de su amado ruso, alz su cuerpo creyndose una vez ms vctima de una alucinacin en la que esta vez, imaginaba era rescatado de ese horror por su rubio.

Sin embargo era todo real. All, sujetando con ira a Shiryu estaba l, realmente era l y su corazn senta una mezcla de sensaciones que ms tenan que ver con la esperanza y el terror. Miedo de que le hicieran dao, pnico a verle sufrir y al tiempo, un deseo satisfecho de verle una vez ms, de saber que si l estaba all, era porque le amaba tanto como l lo amaba a l… pero definitivamente, no era lo que l deseaba, ver a Hyoga en ese lugar donde le podan matar rpidamente y para sus ms profundos temores, vio como en cmara lenta Kasius levantaba su puo para estrellarlo contra la espalda de Hyoga en un golpe que le dej esttico unos momentos antes de desplomarse al suelo sin poder contener el rictus de dolor en su rostro.

-HYOGAAAAAA! – Grit el menor tratando de abandonar con todas sus fuerzas restantes el sof y llegar hasta l, ms nunca pudo lograr su acometido quedando a metros de distancia, boca a bajo al suelo, alzando su rostro y su mano derecha en un intento intil de llegar hasta l – HYOGAAA NOOOOO, MI AMOR NOOOOOOO – Gritaba sollozando mientras los ojos del rubio se encontraban con los suyos… y no lo poda creer, no poda estar pasando aquello, l derribado al piso, sin poder ayudar a su amor mientras lloraba su nombre sin poder levantarse. Lgrimas de impotencia rodaron pos sus mejillas mientras senta que un vertiginoso dolor lo llevaba a la inconciencia, lejos de todo, muy lejos de su amor, de su vida y sus esperanzas.

-Hyoga?... Hyoga? – Preguntaba el menor viendo como una feroz patada en su cabeza le haba dejado inconciente, mientras sangre manaba desde entre su cabello – Hyoga… no, mi amor por favor – Hundi su cabeza entre sus brazos impotente y destrozado… su corazn casi paralizado… quizs su rubio jams abrira los ojos otra vez, quizs esa haba sido la ltima vez en que viera en sus hermosas pupilas celestes…. La ltima. Su llanto se volvi sofocante y desquiciado, bramaba con el corazn, con todo su cuerpo, aquel dolor en su interior, era mucho ms fuerte que cualquier dolor fsico existente.

Shiryu sorprendido luego de haberse quitado al rubio que lo estrangulaba gracias a Kasius, se dej caer en el suelo para reponerse de la momentnea asfixia.

-Llvalo de regreso al sof – Le orden al grandote quien obedeci al instante. Kasius haba visto otras veces al chino forzar a muchachos para tener sexo con ellos, pero hasta ahora nunca le haba visto comportarse tan salvajemente y no era que se sintiera asqueado de la situacin, ms bien le preocupaba que ese humor que traa encima, lo volcar sobre l, aunque para su tranquilidad, ya poda decir al menos que el rubio estaba ms muerto que vivo.

Shun a penas pudo resistirse al toque del grandote que lo carg de regreso al sof manchado de su sangre. Llev sus manos hasta su cara y dej salir en sollozos ahogados todo su dolor…

-As que es este… este es el granjerito del que me habl Reda He? – Le pregunt el mayor acercndose nuevamente a l despus de haber recuperado la compostura – El puto granjero que te da por culo cuanto quiere HE? – Le grit para tomarlo de la camiseta y abofetearle la cara indignado – Pero mralo ahora… - Le sujet del mentn y le oblig a mirar al suelo en dnde el rubio yaca inconciente - Qu te parece si le doy una surra hasta que se le salgan las tripas por la boca?... Te gustara ver eso mi hermoso putito?....

-Hyoga… - Susurr Shun con voz terciopelada, mientras sus ojos miraban casi sin vida a su amor en el piso – No le hagas ms dao… no ms, est enfermo y dbil… llvalo a un doctor te lo ruego – Agach la cabeza y mordi sus labios sin saber exactamente que hacer – Por favor… no tiene la culpa de nada…
-Es cierto, el nico culpable aqu eres t… pero puedo hacerte un ltimo favor… no tocar otra vez a tu amiguito, pero a cambio… - Shun sinti como la lengua del chino le recorra los labios lastimados y se introduca en su boca con salvajismo mientras senta que su cuerpo convulsionaba en rechazo y asco – A cambio, dejars bien en claro de quien eres puta, mi hermoso nio. En particular a tu asqueroso granjerito de mierda.

Shun sinti que el corazn se le parta en dos… no entenda porque no mora de una vez y dejaba de sentir todo aquello, ms en el fondo lo saba, estaba soportando por Hyoga y por l, sera capaz de todo, hasta de fingir que ya no le amaba, que ya no senta nada por l, de entregarse por completo como una puta a quien fuera necesario. Slo por saber que su rubio estara finalmente a salvo… quizs le odiara y sentira que su amor haba sido un desperdici, pero Hyoga mereca encontrar la felicidad y era suficientemente fuerte para luchar por un nuevo destino… al menos le vio una ltima vez cuando crea que sera imposible, al menos supo que le amaba tanto como para ir a buscarle pese a todo, era ms de lo que mereca, mucho ms, era lo que se llevara con l a la tumba, porque de algo estaba seguro, despus de lo que hara, slo quera y buscara la muerte.

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