Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sé mi valentín por Naara

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Ese día me desperté de muy buen humor, unos pajarillos piaban en mi ventana y me animaron a seguir con mi determinación, me iba a declarar.

Con un paso rápido me dirigí a la ducha y me dejé envolver por las gotas de agua que descendían por mi cuerpo y me trasladaban a un mundo de paz y tranquilidad.

Llevaba meses queriendo decirle todo lo que llevaba en mi corazón, pero siendo como es, mi loco amor no sé si reaccionará bien a mi confesión.

Al terminar me puse mis mejores ropas y me eché mi colonia favorita.

Quería estar perfecto para él por si, por azares del destino, sentía lo mismo que yo.

Salí de mi casa con el pelo aún húmedo y me encaminé hacia la suya.

Al llegar vi como Sakura le daba una caja de bombones y sentí, literalmente, que se me partía el corazón.

Lentamente caminé hacia el campo de entrenamiento de mi equipo y me apoyé contra un árbol para dormir una siesta.

Cerré los ojos y mi subconsciente me llevó a una auténtica pesadilla.

 En ella veía a mi amado en brazos de Sakura, ella lo abrazaba, lo besaba, lo tocaba y mi dulce amor sólo gemía de placer ante sus palabras. La pesadilla se hizo cada vez más vívida y cuando desperté me encontré mis ojos inundados en lágrimas.

- ¿Por qué tenía que enamorarme de ti, ttebayo? - Me maldije internamente y me puse a pelear contra un árbol. Eso se me estaba haciendo tedioso y cree cien copias para que se entrenaran conmigo, necesitaba liberarme del enfado de algún modo.

La adrenalina hacía que perdiera mi concentración y mis bushin me estaban dando una buena paliza.

Al cabo de un rato acabé derrumbado en el suelo con miles de golpes por todo mi cuerpo.

Me caí al suelo y el dolor que llevaba preso en mi corazón se liberó. Sentí cómo si me hubieran quitado la vida, mi alma se sintió vacía y deseé con todas mis fuerzas no haberme enamorado nunca de él.

Las lágrimas descendieron por mi rostro, me ahogaba de tanto que lloraba y no conseguía tranquilizarme.

- Y yo que te quiero más que mi vida, ttebayo. - Dije a la nada. - Y yo que bajaría hasta las mismísimas puertas del infierno por seguirte.

Te entregaría todo mi ser, te daría hasta la última gota de sangre de mis venas, me arrancaría el corazón y lo envolvería para entregártelo, dattebayo.

Y si cualquiera me dijera que está mal amarte, lo mataría con mis propias manos porque en el amor no importa el sexo, no importa el pasado, las heridas del alma que no se han curado, los amores anteriores y los corazones desgarrados por otros rechazos, ttebayo.

El amor consiste en conformar un todo de los pensamientos individuales y que dos corazones latan al unísono, dattebayo.

¿Cómo negar que te amo? ¿Cómo explicar que poco a poco he ido a caer en tus redes sin apenas darme cuenta? ¿Cómo rechazar lo que me haces sentir?

Con tan solo verte mi corazón late a mil por hora y creo que el mundo se ha detenido cuando estoy frente a tus hermosos ojos, ttebayo. - Me llevé la mano a mi pecho y lo apreté dolorido. - ¿Por qué no me ves como yo te veo a ti?

Ojalá nunca te hubiera conocido, las cosas serían mucho más fáciles entonces, ttebayo...

Pero no, conocerte, ha sido el mejor regalo de mi vida. He visto el estallido de una estrella, aunque sólo haya sido fugaz. (NdN: Me encantaría decir que esta frase es mía, pero la he tomado de "El alquimista" de Paulo Coelho, bueno no es exactamente así, pero más o menos ese viene a ser el significado)

Me sé cada uno de tus rasgos, mi vida.

Desde la recta nariz, hasta los ojos color noche, la forma en que tu corto cabello desciende sobre la banda de Konoha y cada una de tus falsas sonrisas, ttebayo.

Te llevo observando desde que nos conocimos. Primero porque no confiaba en ti y finalmente porque quedé atrapado en tu red de amor, dattebayo.

Sé que te gusta mucho el chocolate y el café.

Que te divierte mucho hacer rabiar a Konohamaru diciéndole que tú eres mi mejor amigo y no él.

Puedo cantar tu canción favorita y reconozco tu olor aunque estés a muchos kilómetros de de mí, ttebayo.

He memorizado cada uno de tus tonos de voz. El mordaz que apenas estás aprendiendo a usar, el dulce que sólo empleas con los niños pequeños, el fiero que usas en batalla, el amistoso que empleas con Kakashi y Yamato, el bromista que sólo sacas a relucir cuando estás conmigo e incluso el que le dedicas a Sakura, confidente, confiado.

Mi vida era realmente aburrida cuando tú no estabas en ella, ttebayo. - Murmuré. - Y será aterradora cuando finalmente me confieses que Sakura y tú sois pareja.

¿Qué hago con todo esto que siento en mi corazón? ¿Cómo obligo a las mariposas que se han quedado a vivir en mi tripa que se vayan lejos, ttebayo?

¿Cómo podré vivir sabiendo que tú jamás me amarás, que tú siempre pertenecerás a otra antes que a mí?

Te odio, pero te amo. - Suspiré y poco a poco me quedé nuevamente dormido.

Mi cuerpo estaba agotado después del entrenamiento y mi alma se había quebrado al conocer que Sai jamás correspondería a mi afecto.

Mis sueños nuevamente me arrastraron de ese lugar, me llevaron lejos de mi soledad y en ellos pude ver la sonrisa de Sai dedicada a mí.

Cuando abrí nuevamente los ojos me encontraba en un lugar que no conocía y estaba sin camiseta.

- ¿Dónde estoy? - Me pregunté y miré a mi alrededor. En la habitación que me encontraba había muchos cuadros desperdigados por aquí y por allá. Abrí los ojos desmesuradamente al darme cuenta de que estaba en la casa del causante de todos mis males.

 Me incorporé y estaba dispuesto a salir por la ventana sin ser visto cuando Sai entró en la habitación con un botiquín de emergencia.

- No te muevas.- Me advirtió y me empujó contra la cama nuevamente. - ¿Con quién demonios te has peleado para acabar en este estado?

- Conmigo mismo.- Dije.- Y de forma literal. - Le aclaré. - Cree varias copias para entrenarme y me dieron una buena paliza, ttebayo.

- Eres un bruto. - Protestó y me echó un ungüento por toda mi piel.

- ¡Está frío, ttebayo! - Me quejé.

- Pues no haber sido tan bestia. - Sai se cruzó de brazos y me miro preocupado porque unas traicioneras lágrimas decidieron descender por mis ojos en ese preciso instante. - Lo siento, seré más delicado. - Me dijo y me aplicó el ungüento con más cuidado.

- Hoy es el día de San Valentín. - Hablé como quien no quiere la cosa.- ¿Te han regalado muchos chocolates, ttebayo?

- No. - Me contestó.

- No me mientas, ttebayo. - Me quejé yo.

- ¿Por qué te iba a mentir?

- He visto el chocolate que te dio Sakura, ttebayo.

- ¿Lo viste? - Sai me observó fijamente.- ¿Por qué?

- Venía a verte y os vi, ttebayo.

- ¿Venías a verme? - Mi ANBU me echó un poco de ungüento en mi séptima costilla izquierda y yo me estremecí de dolor.- Lo siento, ¿por qué viniste?

- Por nada importante, ttebayo. - Le contesté y muy a mi pesar mis mejillas se colorearon como el kanji de Gaara.

- Mientes mal, dime la verdad o te golpeo en la costilla que te duele. - Me amenazó.

- No seas crío, ttebayo. He dicho que no era nada y no es nada.

- ¿Estás celoso de Sakura? - Me preguntó con una triste sonrisa que nunca le había visto.

- ¿Por qué iba a estar celoso de ella, ttebayo?

- Porque me regaló a mí el chocolate y no a ti.

- Hace tiempo que ya no me gusta Sakura, dattebayo.

- ¿Ya no te gusta? - Sai me aplicó un poco más de crema, pero esta vez lo hizo con más fuerza y a mí se me escapó un quejido de la garganta.

- ¡Eres un bruto, Sai! - Protesté.

- Lo siento, amor mío. - Dijo sin darse cuenta de sus propias palabras.

- Sai... - Yo me rasqué la nuca y me perdí en la negra mirada de Sai. - Esto... me has dicho amor mío, ttebayo.

- ¿Lo he hecho? - Sai se sonrojó y me miro avergonzado. - Lo siento... no quería molestarte... verás... yo...

- ¿Me he quejado, ttebayo?

- No. - Mi ANBU se sentó frente a mí en la cama y me sonrió. - Sabes qué, me da igual, te voy a decir toda la verdad.

Es difícil explicarlo, todo empezó el primer día que te vi.

Eras tan irresponsable, tan despreocupado e ingenuo. Al principio me parecía muy divertido tener un compañero de equipo como tú, pero nunca confíe en que fueras un gran ninja.

Y a medida que te fui conociendo me fueron gustando más y más aspectos tuyos.

Cuando intentamos rescatar a Sasuke aquella vez... - Sai golpeó el colchón enfadado. - Yo me di cuenta de que para ti no existía nadie más que él.

Sólo Sasuke, el perfecto Sasuke, al que idolatrabas a pesar de que ese infame te abandonó, a ti, a Sakura, a toda la aldea.

Me enervaba ver la manera en que te desvivías por él, la forma en que tu rostro cambiaba cada vez que decías su nombre y yo no comprendía por qué me ocurría eso.

Cuando vi a Sasuke frente a frente... - Sai se llevó una mano a su pelo y me sonrió de forma tétrica. - Pensé en matarlo, en quitármelo de en medio.

Pensé que era por la misión de Danzou-sama, pero luego comprendí mis verdaderos sentimientos.

Estaba celoso, odiaba a Sasuke Uchiha porque había rechazado lo que yo más quería.

- ¿Sakura? - Pregunté.

- Tú. - Me respondió. - Te amo, Naruto Uzumaki y esa caja de bombones le pedí a Sakura que la comprara por mí para entregártela.

No sé cómo, no sé cuándo, no entiendo muy bien el motivo, pero me he enamorado de ti y me gustaría pasar todo el resto de mi vida a tu lado.

Este amor es en sí una locura, un amor loco que me está desesperando, pero ya no puedo seguir ocultándolo, ya no puedo negar que eres lo primero en que pienso al despertar y lo último en que pienso al acostarme.

Todo mi mundo se compone de ti.

A todas horas, cada segundo del día fantaseo con la posibilidad de besarte y poder expresar con mis actos todo el amor que soy incapaz de expresar con palabras...

- Yo no lo dejé continuar.

En un rápido movimiento me incorporé de la cama y atrapé sus labios entre los míos. Rodeé su cuerpo entre mis brazos y percibí ese único olor de Sai, a chocolate y café.

Mi boca deseó más y mordisqueé sus labios, logrando que abriera su cavidad para recibir mi lengua. Con sumo cuidado bailé al ritmo del son de la suya y él al ritmo de la mía.

Pero el maldito aire se acababa y tuve que separarme de él.

- ¿Estoy soñando? - Me preguntó.

- No, esto es real, mi vida. - Le contesté. - Te amo como no te puedes hacer una idea.

He creado todos estas copias mías por la tarde para que ellos me dieran una paliza y que el dolor físico me hiciera superar la agonía que supuso para mí verte con Sakura, ttebayo.

Yo creí que la amabas y me sentí tan solo, tan vacío, tan carente de vida, dattebayo.

No puedo evitarlo, te amo. - Apresé otra vez su boca con la mía y cuando nos separamos le miré a los ojos nuevamente. - Te mentí.

Cuando os encontré a Sakura y a ti yo venía decidido a confesarte lo mucho que te amo, pero al ver la escena todo el valor que había reunido se esfumó y dejo paso al dolor porque pensé que tú la amabas a ella y no a mí, ttebayo.

- ¿Me amas de verdad? - A Sai se le ensanchó una enorme sonrisa en el rostro que jamás le había visto. Era la sonrisa más sincera y hermosa que habían dibujado sus perfectos labios.

- Sí, ttebayo.

- ¿Ya no amas a Sasuke?

- Lo que sentí por el teme se reduce a apenas cenizas en comparación a lo mucho que siento por ti, te amo con cada pequeña molécula de mi cuerpo, ttebayo.

- Espérame aquí. - Me pidió y se fue del dormitorio.

Al cabo de un rato llegó con la caja de bombones y me la ofreció.

- ¿Quieres ser mi Valentín?

- ¡Sí, ttebayo! - Le contesté feliz.

Abrí la tapa de la caja y tomé uno de los bombones que había en ella, tenía forma de corazón y era más grande que todos los demás.

Le pegué un mordisco y sentí algo duro chocar contra mis dientes, me saqué el bombón de la boca y vi como relucía un objeto que había en su interior.

Lo saqué y me encontré con un precioso anillo de oro blanco con una tira de oro en medio. - Por Kami es...

- ¿Te quieres casar conmigo, Naruto Uzumaki?

Si aceptas esa alianza será tu anillo de compromiso y se la enseñarás a todos los ciudadanos de Konoha para que entiendan que ya no estás libre.

- Sí quiero. - Respondí feliz y después fui hacia Sai. Me aproximé a su cuello y como un vampiro lo chupé con fuerza hasta que le cree un pequeño moratón. - Ahora esto te marca como mío hasta que te compre yo un anillo también, ttebayo.

- Es la mejor marca que me han hecho en la vida. - Sonrió feliz mi ANBU y me enredó nuevamente en sus brazos, después su boca buscó con ansia la mía y nos devoramos con avidez.

Al poco rato los besos no fueron suficientes y nos acabamos desprendiendo de la ropa y entregándonos el uno al otro.

Esa noche me quedé a dormir en casa de Sai y al día siguiente mi prometido y yo llevamos todas las cosas de mi apartamento al suyo.

Vivimos juntos un año y hoy, 14 de Febrero de 2008, nos casamos al fin.

Creo que no existen palabras suficientes para describir la felicidad que siento al saber que, además, dentro de cuatro meses nacerán nuestro pequeños hijos.

Porque Kami fue muy generoso y le dio a Kyuubi el poder de procrear y como mi demonio y yo somos indivisibles he heredado ese don y por fin, después de veinte años podré tener mi propia familia.

Por cierto desde hace nueve meses soy el Rokudaime de la Aldea.

¿Puede ser la vida más perfecta?

No, creo que es imposible. Tengo todo lo que deseaba y mucho más.

     Hoy me caso con el mejor hombre del mundo, Tsunade obachan será mi madrina de boda y encima mi antiguo mejor amigo ha regresado de vuelta a Konoha.

     Sai al principio estuvo muy celoso, pero al cabo de una semana se pavoneaba conmigo por toda la ciudad dejando bien claro a qué se atendría Sasuke si se me acercaba.

     ¿Qué queréis que os diga? ¡Me encanta que mi prometido esté celoso!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).