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Eyes Of Full Moon por Alexiel v15

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Notas del capitulo:

 

Narración: Blablabla

Diálogo: -Blablabla.

Pensamientos y/o recuerdos: ''Blablabla''

Comentario de la autora al final del cap.: *

 

Advertencias

Sandcest

 

 

 Eyes Of Full Moon

   Con su cuerpo semidesnudo enredado entre las sábanas rojas de la cama, el Kazekage se angustiaba una noche más en su lecho al no poder conciliar el sueño...

Tuvo la esperanza de poder dormir sin problemas después de que el Shukaku abandonara por fin su interior, pero no podía.

Tenía más miedo que nunca.

Ahora tenía seres queridos a los que proteger, como su familia y su aldea, y temía que aquel monstruo se apoderase de él y les hiciera algún tipo de daño mientras descansaba. Aunque supiera que se trataba de algo imposible, el trauma de tantos años podía con él.

Suspiró, sintiéndose un imbécil al intentar algo que no iba a lograr.

Al menos no esa noche.

   Apartó las telas rojizas y se levantó, un poco somnoliento ya que no poder dormir no significaba que no estuviera cansado. Se dirigió al armario empotrado y frunció el ceño al abrirlo y oir ese desagradable crujido en el silencio de la habitación. Cojió uno pantalones y una camiseta de rejilla negros y se puso una camisa sin mangas del mismo color sobre esta última.

Cerró las puertas de madera, soportando de nuevo el ruido de estas al moverse, y salió de su cuarto en total silencio. No quería despertar a sus hermanos.

Recorrió sin inmutarse el oscuro pasillo, que por la falta de luz parecía infinito e intimidante en esa gran casa. Llegó a una puerta a su izquierda que accedía a unas escaleras ascendentes hasta el amplio tejado, donde permanecían aún colgadas las prendas que había tendido Temari esa tarde.

Ahora Gaara procedía a sentarse al borde del lugar, con sus pies colgando en el aire, para dirigir su mirada al cielo y admirarlo otra noche más, hasta el amanecer. Nunca le había afectado el no dormir, a pesar de estar a punto de caerse por el sueño, y aunque Shukaku ya no merodeaba en su cabeza no tenía por qué ser una excepción en estos momentos.

Y merecía la pena, ya que sus noches favoritas siempre habían sido en las que la luna llena hacía acto de presencia, en el cielo añil estampado de pequeños puntos luminosos entre unas pobres nubes que más bien parecían una ligera niebla. Le encantaba ese tipo de noches, tales como la de esta ocasión...

   -Sigues sin poder dormir....

   El pelirrojo giró su cabeza y miró a su hermano mayor, quien con su cara libre de pintura y pelo alborotado le observaba con algo de preocupación.

Se le notaba muy cansado.

   -Sí- volvió a admirar a la luna-. Deberías estar durmiendo.

   -Ya, pero el chirrido de tu estúpido armario ha perturbado mi sueño. Tengo que arreglarlo lo antes posible si todas las noches haces lo mismo- comentó con sarcasmo, sentándose al lado de su hermano-. No es que esté aquí por estar preocupado por ti ni nada, ¿eh?

   Gaara sonrió de lado, como Kankuro lo hacía en esos momentos.

   -Eso me alegra.

   Desde eso último, entre los dos Sabaku No no hubo ningun diálogo más.

Gaara podría pedirle al castaño que se fuera a dormir , él que sí podía, y que no se preocupara, pero en el fondo sentía tal bienestar estando a su lado, tanta seguridad y tranquilidad...

No quería que lo dejase solo ahora que se hablaban con normalidad, no como antes...

Aunque también sentía como si en su estómago hubiera una guerra de nervios y emociones. Era raro, pero no desagradable.

Estaba acostumbrado.

Y para Kankuro tampoco era nada desagradable estar con él, acompañándolo. Tenía por seguro que siempre lo haría hasta que su hermanito conciliara el sueño. También podía aprovechar y hablar un poco con él... ya que durante el día y debido al trabajo de cada uno no podían retocar mucho su relación fraternal.

   ''Es curioso'', solía pensar el mayor medio sonriendo, ''Porque nos vemos por las noches como dos amantes a espaldas de los demás''.

   -Tienes frío, ¿verdad?- murmuró Gaara, observando de reojo el musculoso pecho al aire de su compañero, que solo llevaba unos pantalones negros como él y sus guantes de dedo que seguramente habría olvidado quitarse.

   -No, tranquilo. Un pequeño aire frío no acabará conmigo.

   -Kuro*...

   El aludido apartó su vista del pueblo y miró al pelirrojo, extrañado por el tono cansado y tímido que había adoptado su voz de repente.

   -Dime, Gaara.

   Este tardó en hablarle, analizando pensativo el firmamento, como si no hubiera nadie más a su lado.

   -Tú... ¿Tú crees que algún día tendré amigos de verdad?-susurraba aún estudiando a la esfera plateada en el cielo.

   Kankuro se sorprendió por la capacidad del menor para cambiar de tema drásticamente, pero luego le miró con algo de pena.

   -Por supuesto que sí. Aunque debes saber algo- le dijo al colocar su mano en el hombro de su hermano-, los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano.

   Gaara le observó confuso.

   -¿Qué dices?- preguntó, sintiendo que el otro le vacilaba.

   -A veces es mejor tener un par de muy buenos amigos, como pueden ser Naruto o Lee con los que puedes hablar de cualquier cosa aunque vivan lejos, que estar rodeado de muchos conocidos que incluso ni te respetan. ¿Entiendes?

   Dedujo que no, ante el silencion del menor.

   -Bueno- sonrió-. Ya lo entenderás por ti mismo, no te preocupes. No eres mala persona como para que no tengas varios amigos de verdad. Creo que sabrás elegir bien.

   El Kazekage le observó intensamente unos segundos.

   -¿Y crees que algún día podré enamorarme de alguno de ellos?

   Esa pregunta pilló distraido al castaño.

Era triste, pero siempre había pensado que su hermano era asexual o algo así, debido a que nunca le había oido hablar de alguien en especial, sin incluir al famoso rubio de Konoha, o perturbarse por estar cerca de alguien como podría ser... Matsuri por ejemplo. O también porque ni se inmutaba cuando su loco grupo de fans en la aldea le gritaba por la calle todo tipo de piropos.

   -Vale, lo entiendo...- dijo Gaara un poco decepcionado al ver que su hermano se había quedado estático mirándole- Sé que si tengo problemas para relacionarme sí que va a ser más dificil tener una cita con alguna persona especial. Disculpa mi ignorancia.

   Apartó la mano de su hermano en su hombro y fue a levantarse, pero volvió a sentir a esta apresarlo y obligarlo a sentarse de nuevo.

Resopló.

   -Perdóname, hermano. Es que no pensaba que tú... bueno, que te puediera llegar a gustar alguien o que pensaras enamorarte y todo...

   -Esa forma de pensar es algo cruel por tu parte.

   -Lo siento.

   Otro silencio, bastante incómodo, volvió a aparecer entre los dos.

Kankuro había retirado su extremidad lejos de su hermano y ahora permanecía en su propio mundo, pensando. Por su parte Gaara intentaba espantar cierto dolorcillo en su pecho por lo que acababa de ocurrir.

   -¿Sabes?

   El pelirrojo miró al mayor, que no apartaba ahora sus ojos de sus manos, sobre sus muslos. De repente miró a la bola plateada del cielo.

   -Tus ojos son como esa luna llena. Son muy... hermosos.

   Gaara no escondió su sorpresa ante esa declaración. Se sonrojó un poco.

   -Algún día esa persona especial para ti te lo dirá- le miró cómplice-. No te preocupes, seguro que te llegará.

   Los dos se observaron sin mediar palabra alguna, hasta que Kankuro entrecerró sus ojos, de nuevo pensativo, y desvió su rostro.

Gaara pudo apreciar un brillo de arrepentimiento en la oscuridad de su mirada.

   -Dime, hermano. ¿Cuándo sabré que esa persona ha llegado?

   El castaño ni se inmutó, tranquilamente comenzó a hablar, como un profesor de Química que comenta a sus alumnos la tabla de los elementos por milésima vez en su clase.

   -Cuando tu corazón palpite de tal forma que casi no puedas respirar, pero a pesar de eso quieras estar lo más cerca posible de esa persona... cuando te sientas ridículo en frente suyo y torpe también o te den ganas de destrozar a cualquiera que se le acerque con intenciones cariñosas- sonrió de lado-, cuando antes que tu propia felicidad desees por encima de todo que sea el ser más dichoso del mundo, este con quien esté, aunque no seas tú...

   Gaara le escuchaba con atención, inclinando su rostro a medida que el otro hablaba.

   -También cuando sientas que es la única persona con la que quieres estar, que es la más hermosa sobre la faz de la tierra y quieras acariciarle, besarle, abrazarle siempre, hacerle tuyo... hacerle feliz...

   Kankuro frunció el ceño, al darse cuenta de todo el discurso que le había soltado al menor. La verdad es que lo necesitaba.

Necesitaba desahogarse desde hacía mucho tiempo.

   -Lo siento, a veces me enrollo más que las persianas- sonrió nervioso-. Seguro que no he echo más que confundirte, perdona.

   El Kazekage permanecía con su mirada perdida, cabizbajo.

   -Ya te darás cuenta tú solo cuando te llegue, ¿vale?

  -Pero no lo entiendo...- murmuró.

   Kankuro le observó confuso, sintió como si el otro no hubiera escuchado lo que le decía y se hubiera quedado dormido todo ese tiempo, despertándose en ese susurro.

   -Bah, te he echo un lío, es que es muy complejo el amor. Mira Gaara...

   -¡No es eso!- le miró impaciente- ¿No lo entiendes?

   El castaño se sobresaltó un poco.

   -¡Yo ya siento todo eso y más y no me había dado cuenta!- se llevó las manos a la cabeza- ¡¡He sido un imbécil ignorante, por Dios!! ¡Lo tenía frente a mis ojos y no lo supe ver! ¡¿Acaso soy idiota?!

   El mediano de los Sabaku No le miraba un poco asustado. ''¿A qué viene este numerito ahora?''

   -Eh... relájate hermano, eso suele pasar- volvió a sonreir un poco incómodo y cojió y apartó las manos del otro de su cabeza, para mirarlo fijamente-. Tranquilo, te ayudaré a conquistarle, ¿vale? Dime, ¿quién es?

   En ese momento el pelirrojo dejó de fruncir el ceño y clavó sus ojos en los de su hermano.

Ante esto Kankuro no hizo más que sentirse desnudo frente a la mirada celestial del menor.

Nervioso, intento separarse del otro soltándole, pero este le agarró con fuerza sin perturbar su mirada.

El castaño jadeó sobresaltado. ¿Qué tendría su hermano en la cabeza?

Los recuerdos de su niñez salieron a la luz y comenzó a tener un poco de miedo.

   -Ga-Gaara, no te preocupes, no te pongas nervioso, y-yo te ayudaré. Solo tienes que decirle lo que sientes y será lo que D-Dios quiera, ¿vale? La cosa siempre ha sido así- sonrió nervioso, rezando por que el Kazekage le soltara de una vez.

   Pero en contra de sus deseos, Gaara se le acercó más y quedó a escasos centímetros de su rostro.

En esta situación, Kankuro dejó de temer y se relajó al sentir el aroma de su hermano, al ver sus ojos tan de cerca, entrecerrados, y disfrutó del aire caliente que exhalaba el pelirrojo sobre sus labios.

   -Pues eso haré, Kankuro- murmuró seductoramente.

   Se aventuró a besarle.

Pero en un rápido movimiento el otro se zafó del agarre del menor y selló sus labios con su mano izquierda.

Gaara se sorprendió y abrió los ojos, confuso.

Se apartó de él.

   -Kankuro, ¿qué...?

   -No lo hagas.

   Frunció el ceño.

   -¿No qué? ¿Por qué...? ¿A qué viene esto?

   -No... no lo hagas.

   El menor observaba al otro un poco molesto, mientras este agachaba la cabeza, para evitar mirarle a esos hermosos ojos que lo habían hechizado desde hacia tanto tiempo... pero que por el bien de los dos, debida rechazar el amor que había en su interior.

   -¿Cómo? Si yo te quier...

   -¡Cállate!- después de unos segundos al sentir el sobresalto en su hermano, le miró- Lo siento, pero no podemos...

   -¡¡Tú sientes lo mismo que yo!!

   -¡¡No!! Digo... ¡Arg! ¡¡Si lo dices no podré soportarlo y destruiremos nuestras vidas haciendo algo que no... que no debemos hacer!!- ante la mirada aun molesta del menor, se impacientó- ¿¡Es que no lo entiendes!? Lo hago por nuestro bien... por bien...

   -Claro. Entiendo que eres un cobarde que no quiere estar con quien ama- Kankuro lo miró desconcertado-. Y sé que tú me has amado desde hace mucho y que yo a ti también.

   Se levantó y se dirigió hacia el interior de la casa. Antes de desaparecer por la puerta se giró y miró de tal forma al castaño que removió su interior.

   Sus ojos eran los de un lobo que había seleccionado por fin a su presa entre las demás inofensivas ovejas.

   -Digas lo que digas, yo siempre consigo lo que quiero. Te quiero a ti. Tarde o temprano serás mío, aunque nos corten la cabeza.

   Y cerró de un fuerte portazo.

Por su parte Kankuro suspiró, intentando deshacerse de toda la tensión acumulada.

¿Habría echo lo correcto?

Gaara se le había presentado como un dulce postre en bandeja de plata y él le había rechazado, muy a su pesar...

¿Qué tendría preparado el temible Kazekage?

Cerró sus ojos y al abrirlos observó a la única testigo de su amor aquella noche. Ella era tan inalcanzable como Gaara, según el mediano de los Sabaku No.

   -Solo lo hago... por tu bien...

Notas finales:

I*_ Kan- kuro. Me encanta imaginar que Gaara le llame así de forma cariñosa, fraternal o amorosamente. ¡Kuro-chan ^^!

¡Ains n.n!

Aquí toy de nuevo escribiendo lo que no debo escribir xD

Nada, ojalá les haya gustado y espero que me digan qué les pareció en sus dulces comentarios ^^

Muchísimos besos!!


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