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El Destino que nos deparó tu Ángel por UchihaxMatt

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Notas del capitulo:

 

Es el primer fic que publico ._. pero no voy a pedir piedad XD. El resumen que puse es realmente una introducción mas que un resumen, porque el fic no lo tengo realmente terminado, pero pienso darle unos cuantos capítulos... Ojalá lo lean y les guste. WARNING! ITANARU AHEAD!

Todos llevaban mucho tiempo hablando de lo mismo en la academia, iban ya tres semanas desde la primera vez que Shikamaru contó la historia de la mansión embrujada de uno de los bosques que rodean la pequeña ciudad de Konoha. Contaba que se podían escuchar gritos y lamentos tan desgarradores que nadie se atrevía a entrar, ni de día, ni de noche.

 

- Oye! Naruto! – me grita Shikamaru desde el otro lado del salón, donde un grupo numeroso se ha situado a hablar seguramente de lo mismo. Me levanto de mi silla dejando el libro que leía tranquilamente en mi pupitre y camino hacia ellos.

- ¿Qué pasa?

- ¿Quieres ir a ver la mansión después de clases?

- Mmm... ¿Quiénes van? – en realidad no quiero ir, pero si lo digo de golpe pensarán que soy un miedoso.

- Chouji, Neji, Kankurou, Gaara, Temari, Ino, Hinata y yo... – se escucha un ladrido a lo lejos y Shikamaru voltea a ver - ¡Ah si! Y Kiba con su perro...

- ¡Es Akamaru! – grita desde el otro extremo.

- Si, si, como sea – su rostro me da risa cuando gira los ojos con tedio - ¿vas?

- Mmm... – lo “pienso” un poco - no, la verdad es que no tengo ganas...

- Mmm... – me mira pícaro - ¿no será que tienes miedo Naruko? – ugh, como odio que me trate como una chica, pasa su brazo por mi hombro y me atrae hacia él – descuida, aquí tienes a un montón de machos que te pueden proteger, además de mi claro - pongo los ojos en blanco.

- Shikamaru, suéltame, no voy porque simplemente no tengo interés, pero por si acaso, ¿a qué hora van? – solo pregunto, no quiero quedar como un cobarde.

- A las 7:30, queremos que sea de atardecer – dice mientras pone cara siniestra y se frota las manos.

- Ok, lo pensaré – doy media vuelta y regreso a mi asiento, donde retomo mi lectura, esperando que acabe la hora del recreo.

 

La mañana pasa normalmente, terminan las clases y camino de regreso a mi casa, pero la idea de ir a ver que tiene de interesante esa mansión no se me quita de la cabeza, aceptémoslo, a todos le parece atractiva la idea de visitar una casa embrujada. Podría pasar a ver... sólo un poco, la fachada... Me decidí, doblo en una esquina y me dirijo allá, si, ya sé de cual hablan, tal vez la compraron y por eso se escuchan ruidos. Cada paso que doy es más acelerado que el anterior, creo que debería calmarme, una simple casa no me puede tener así.

 

Pasadas las dos cuadras ya se empieza a ver el bosque, al principio solo eran árboles pequeños, pero luego se transformaban en monstruos gigantes, cuya sombra era usada por los transeúntes para resguardarse del sol, y ahí, un poco mas lejos, comenzaba una larga y lujosa reja de hierro, gastada y corroída por el pasar de los años, en cuyo centro se ubica un portón de por lo menos cuatro metros de alto, que deja ver a lo lejos la mansión.

 

Era una construcción de cuatro pisos sinceramente hermosa, una maravilla de arquitectura gótica que hacía juego a la conmovedora vista que ofrecía su jardín, las plantas crecían sin cuidado e inundaban todo de un verde intenso, las enredaderas escalaban sus paredes desenfrenadas, y algunas flores lucían gráciles por ahí. Me quedé mirando parado en la acera de enfrente como un idiota por unos minutos, hasta que me di cuenta de que estaba al medio de ella y la gente que pasaba debía esquivarme para no chocar conmigo, pero es que la hermosura de la mansión encerraba algo extraño que llamaba mucho mi atención, estoy seguro de que esa casa está habitada.

 

Luce como si no hubiera ser viviente alguno refugiándose tras sus paredes, las ventanas están rotas y el jardín gigante descuidado, pero estoy completamente seguro de que en esa casona vive alguien.

 

Crucé la calle para acercarme mas, y traté de abrir el inmenso portón, pero desistí al observar la enorme cadena que lo sujetaba, no se me ocurre cómo van a entrar los chicos. ¿Cuánto tiempo he estado aquí?, Veo la hora, son las seis, Iruka me matará, debí llegar hace media hora, hecho la última mirada a la casa... ¡Qué demonios! ¡Hay alguien mirando desde una ventana!... no… esperen, era solo una sombra, mejor me voy, no vaya a ser que a papá le dé un ataque y Kakashi quede solo para cuidarme (la sola idea me da escalofríos).

 

Después de media hora de mucho caminar y pensar en la dichosa mansión llego a mi adorada casa, parece que los tórtolos salieron, pues no se escucha actividad alguna.

 

- ¡Papá! ¡Kakashi! ¡Ya llegué! - Voy hacia la cocina y me encuentro a Jiraiya, uno de los amigos de mis padres, dormido en la mesa – ¡Ero-senin! – le susurro, es un completo pervertido, de ahí el sobrenombre – ¡despierta!

- Mmm... m hola Naruto... – debe estar soñando, jijiji, podría divertirme un poco – mmm... ¿No puedes... dejarnos tranquilos?... – ¿uh?

- ¿Qué haces Ero-senin? ¿Dónde estás? – susurro cerca de su oído.

- Mm... en la habitación... con Kakashi mmm... - eeeh... – pero no creo que quieras ver lo que le hago - ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ SOÑANDO ESTE VIEJO PERVERTIDO?! - Iruka no se quiso... unir... ¿tu quieres? – habla puras idioteces...

- ¡AHHH! ¡JIRAIYA VIEJO PERVERTIDO! – escucho que el grito viene desde detrás de mí, es Iruka, ¿desde cuándo habrá estado escuchando?, jajaja, su cara es muy graciosa – Naruto! ¿Por qué has llegado a esta hora?

- Eeeh... me fui a dar un paseo por el bosque después de clases... disculpa no haberte pedido permiso – dije mientras veía cómo mi papá reñía al viejo. Iruka no es realmente mi padre, me adoptó a los siete años, pero se ha portado realmente bien conmigo, le quiero mucho.

- ¿Qué pasa, amor? – Kakashi es el novio de mi papá, es un tipo genial, escucha música rara y se tiñe el cabello plateado, trabaja como DJ en un bar algunas noches, pero es profesor de universidad, así es como conoció a Iruka, en una convención de universidades y carreras, fue amor a primera vista – ¿El viejo está soñando cosas de nuevo? – a él siempre le ha hecho gracia el Ero-Senin, creo que es porque se parecen un poco en lo pervertidos – déjalo ser, lo necesita, ¿cierto abuelo? – jaja, siempre lo molesta por su edad, tiene cincuenta, pero aparenta diez años menos, es muy activo.

- Ya te quiero ver cuando envejezcas Kakashi.

- Igual voy a tener a mi Iruka para...

- ¡Kakashi! ¡No enfrente de Naruto!

-

- Tiene diecisiete años Iruka! no me extrañaría que ya tuviera un poco de experiencia... – los tres giran los ojos hacia mi de tal manera que empalidezco delatoramente, papá pone los ojos como un búho al ver que no contesto, su cara es todo un poema.

- Eeeh... – me pongo cada vez más nervioso, siempre me ha aterrado hablar de estos temas con ellos, debo elegir muy bien mis palabras -... solo sé lo que todo adolescente normal debe saber a los diecisiete...

- O sea que no es virgen...

- Dije normal Ero-senin, ¡NORMAL! – ni quiero saber qué significa “normal” para él... - ¡Sí! Papá, si soy virgen... –ugh.

- No vez Kakashi, yo tengo un hijo decente, apuesto a que esperará el matrimonio...

- Voy a mi cuarto – digo antes de salir disparado por la puerta de la cocina.

 

Mi cuarto queda subiendo las escaleras, al principio del pasillo para no escuchar lo que hacen esos dos en el fondo, es de porte mediano y tiene todo lo que es importante para mí, como mi guarida, si hay un lugar en el que me siento cien por cien seguro es en mi habitación. Dejo mi morral en mi silla y me tiro en la cama a pensar, me pregunto como habré terminado con semejante familia, aunque a pesar de que es muy rara no podría reemplazarla, me encanta la vida que tengo desde que Iruka me adoptó. ¿Qué hora es? Las seis cuarenta y cinco, podría ir con los chicos a la mansión esa, o podría tenderles una trampa y asustarlos, jijiji, es buena idea, aunque, si lo mal no recuerdo, va Hinata, ella siempre ha llamado mi atención, es la mas linda de la clase, pero es muy tímida, no quiero asustarla... podría ir y espiarlos, eso sería bueno... pero debo ducharme primero...

 

 

. . . . . . . . . . . . . .

 

 

 

Ya después de darme una ducha rápida y vestirme le pido permiso a Iruka para ir al cine (de seguro que si le digo que voy a una casa abandonada me dice que no por vándalo) y salgo corriendo pues ya son las siete y cuarto y me demoro media hora en llegar caminando.

 

Al llegar veo al grupo ya adentrado en el jardín y diviso un agujero en la reja por el que de seguro entraron, me meto por ahí y voy perdiéndome en el bosque del patio. Pongo mi atención en cada metro del camino, a pesar de estar descuidado es maravilloso, es como si cada planta hubiese sido planeada para el sitio que ocupa. Luego de avanzar unos metros me doy cuenta de que no sé donde esta el resto, miro a todos lados y no los encuentro, me quedé solo y un poco de miedo comienza a invadirme, pero ¿qué voy a hacer?, Ya estoy aquí dentro y quiero terminar de ver este lugar. Vista de lejos la mansión es hermosa, pero viéndola a menos de cinco metros lo que vi antes es la nada misma, es como si estuviera construida por el mismo Dios.

 

- ¡AAHHH!!!! – un grito masivo se escucha a lo lejos y veo como mis compañeros salen corriendo, Kankurou lleva a Hinata en brazos, la pobre debe haberse desmayado, y todos tienen un rostro como para una fotografía, me da risa.

 

Parece que nadie me vio, todos han salido por la reja, y ahora si me quede completamente solo, pero eso no impedirá que me ponga a ver. Subo las escalinatas del porche y camino lentamente hacia la puerta, siento como si alguien me observara, eso no me hará desistir. Remarco los detalles de la puerta con mis dedos, estará hecha de alguna madera muy fina, mide como tres metros de alto, y al tratar de abrirla noto que está cerrada por dentro, así que pongo a caminar por el costado derecho, tratando de ver por las ventanas.

 

Algo llama mi atención al dar la vuelta por la esquina, una tenue luz sale de una ventana, me pregunto si fue lo que asustó a los demás, me acerco a apoyar mis manos para ver mejor a través del vidrio y veo una pequeña vela apoyada en un mueble, no hay mucho en el resto de la habitación, una cama y justo frente a mi un tocador con un espejo, puedo ver mi reflejo... pero... hay alguien detrás... ¡hay alguien!... me doy vuelta rápidamente y veo a un hombre, se me escapa un gritito miedoso, ¡el fantasma!... no, esperen, no es un fantasma, mirándolo con detención resulta que es solo un hombre, aunque no alcanzo a distinguir mucho mas...

- ¿Te asusté? – su voz es grave y calmada, lo que la hace muy sexy.

- Ehh... si, un poco, jejeje...

- ¿Te han contado ya la historia del fantasma de esta mansión? – dice mientras se acerca a ver por la ventana, la luz de la vela me deja ver su rostro, al parecer tiene la tez blanca y los rasgos finos, sus ojos son profundos y melancólicos, oscuros como su cabello, largo y amarrado en una coleta elegantemente.

- Ssi... ya me la han contado en el colegio.

- ¿Y por qué vienes entonces? – se vuelve a mirarme interrogante.

- Pues, porque no creo que haya un fantasma aquí.

- Ya veo, ¿quieres ver la casa por dentro?, Puedo abrirte la puerta si quieres... – tentador, no creo que este hombre esté tramando hacerme algo si le digo que si... no parece una mala persona...

- Me encantaría, es una mansión hermosa... – sus ojos no se han despegado de los míos en ningún momento, eso me intimida un poco, pero he de reconocer que, por lo menos a la luz de la vela, eso lo hace un hombre bastante atractivo.

- Espérame frente a la puerta, enseguida te abriré – asiento con la cabeza y camina hacia detrás de la casa mientras yo me dirijo a la puerta principal.

 

Pasados unos minutos, cuando comienzo a pensar que tal vez se fue y me dejó solo, la puerta se abre y deja ver al mismo hombre sosteniendo un candelabro encendido. Ahora puedo observarlo mejor, es cierto que tiene rasgos finos, pero son lo suficientemente varoniles como para no confundirlo con una mujer, y confirmo que sus ojos y su cabello son negros. Es un poco mas alto que yo, y de su físico puedo notar que es delgado, pero de seguro no débil. Se hace a un lado para dejarme pasar y le dedico una sonrisa y un gracias, a lo que inclina un poco su cabeza, parece una persona muy seria.

 

Al entrar quedo con la boca abierta, el lobby mide por lo menos lo mismo que mi casa hasta en altura, y la decoración es envidiable, tiene dos escaleras junto a las paredes de los costados y al centro una escultura muy grande... Un ángel, cuyo cabello está arreglado en una coleta alta y el flequillo le cubre todo el ojo izquierdo, su rostro es tan femenino que parece una mujer, pero su torso desnudo revela un pecho plano y bien esculpido, haciendo ver que en realidad es un hombre... Hermoso, como un ángel debiera ser...

 

Todo esto me deja con la boca abierta, me encantaría tener una casa así, aunque si estuviera mejor cuidada y fuera de día su encanto luciría mucho más.

 

- ¿Te gusta? – pregunta él, se ha quedado viendo la estatua, pero hay algo en su mirar que no cuadra con su rostro pacífico, como si añorase algo.

- Es bellísimo... ehm... – ahora que lo pienso... no sé como llamarlo... - ¿Cuál es su nombre?

- Me llamo Itachi

- Ah... yo soy Uzumaki Naruto, ¿Me mostrarás el resto de la mansión Itachi-sama?

- Solo llámame Itachi, sí, te mostraré el resto de la mansión – dijo dirigiéndose al que parece el pasillo principal, detrás de la estatua.

 

Lo seguí, al parecer conoce muy bien este lugar, me pregunto cuántas veces habrá venido antes, conoce todas las habitaciones, incluso algunos pasadizos secretos. Luego de caminar recorriendo el comedor y todas las salidas que tiene llegamos a una escalera descendente.

 

- Esta escalera lleva a las mazmorras, la gente dice que de aquí gritan los fantasmas porque antes se ocupaban como cámaras de tortura, ¿Quieres bajar? – me da miedo, la luz de la vela es poca y la profundidad de la escalera no se alcanza a ver.

- Eehm... – sería interesante ver lo que hay abajo – esta bien... bajemos – por lo menos no me perderé con él de guía, creo.

 

Comenzamos a bajar, él siempre adelante, con la luz de la vela iluminando algo del camino. Las paredes están hechas de piedras y cada vez hace mas frío, sin embargo él no parece inmutarse, va seguro de si mismo y siempre atento a lo que pasa.

- Cuidado con ese escalón –

- ¿Ah... qué?, AH! – tropiezo antes de darme cuenta de lo que me había dicho, pero no alcanzo a llegar al suelo pues él pasa sus brazos alrededor de mi cuerpo, abrazándome para detener mi caída.

 

Su pecho se siente cómodo aunque un poco frío, debe ser por su abrigo, parece como si su corazón no latiera y su respirar es lento y acompasado. No hace ademán de soltarme, que extraño, tal vez le guste, pero yo quiero seguir, así que me agarro a él para no perder el equilibrio y me separo, quedando aún así a poca distancia de su cuerpo. El candelabro cayó al suelo en el momento en que me abrazó y todo ha quedado a oscuras, oigo como Itachi remueve algo en su chaqueta y segundos después hay una luz proveniente de un encendedor de acero, talvez es fumador, me pongo a buscar con la mirada el pequeño candelabro y lo encuentro unos escalones mas abajo. Camino la corta distancia que nos separa para recogerlo y poder entregárselo a mi guía para seguir, pero en el acto ocurre un roce entre nuestras manos que me deja helado, me produce un escalofrío tan placentero que me llego a sorprender. Su piel es suave, tersa y un poco mas fría que la de la gente normal, me gusta este contacto...

 

- ¿Seguimos? – demonios! Me quedé estático de verdad, debe pensar que soy raro, tener padres homosexuales si influye, digan lo que digan. Lo miro a los ojos y asiento un poco apenado ojalá no note que me sonrojé, aunque en sus labios se dibuja una pequeña sonrisa, al parecer si lo hizo.

 

Al llegar abajo lo único que se puede ver es un angosto pasillo con puertas en los costados, todas de hierro, escalofriante, ¿para qué habrán ocupado estas habitaciones en años anteriores? Oigo un ruido y me agarro al brazo de Itachi mientras sale de mi boca un ruidito miedoso y de la suya una pequeña risita, al parecer puede reír después de todo.

 

- No te preocupes por los ruidos, solo son los ratones, en todos los años que he vivido aquí nunca ha aparecido un fantasma, además estos cuartos no son cámaras de tortura, sólo se usaban de celdas para los prisioneros.

- ¿O sea que tú eres el dueño? – vaya, ya decía yo que no podía conocer tan bien este lugar sin vivir aquí.

- Si, yo soy el dueño oficial desde hace tres años, aunque vivo aquí desde que era niño.

- Ah, ¿y cómo es que nunca te había visto por aquí? Siempre pasaba por el bosque cuando era pequeño...

- Tal vez no me recuerdas haber visto, salgo muy poco, por eso nadie me conoce excepto tú.

- ¿En serio? – me mira y mueve su cabeza afirmativamente. Seguimos caminando y llegamos al final del pasillo, aquí la puerta cambia, es más grande que las demás y tiene grabado un símbolo muy extraño que se me hace muy familiar, juraría que lo he visto antes, pero no puedo recordar dónde.

- Ésta es la única habitación a la que nunca he podido entrar, no me entregaron la llave, parece que el dueño anterior tenía un plan para ella – que extraño, debo recordar donde he visto ese símbolo.

- ¿Cuál es el nombre del dueño anterior? – su rostro cambia con esa pregunta de un poco animada a una melancólica y un poco amarga.

- Se llamaba Deidara - ¿llamaba? – murió a los veintiuno, hace tres años.

- ¿Por eso eres tú el dueño ahora? – asiente con la cabeza y baja la mirada – lo siento mucho, disculpa por meter mis narices donde no me importa...

- Descuida, no lo sabías, además ya es tiempo de que lo supere... ¿Quieres subir? Ya se está haciendo tarde, tu madre debe estar preocupada... – sonrío y niego con la cabeza.

- Yo no tengo madre, aunque Iruka si parece una... me adoptó una pareja gay a los siete años – nunca he tenido miedo ni pena en decir que mis padres son dos hombres, es más, estoy orgulloso de que sean mis padres.

- ¿En serio? – me mira interesado y le dedico una sonrisa – no sabía que ya se podía hacer eso.

- Es que si sales tan poco como me dices y esta mansión no tiene TV de seguro que no sabes muchas de las cosas que han pasado en el mundo – digo caminando en dirección a la escalera, detrás de Itachi.

 

La subida fue medianamente rápida, él no es muy hablador, sólo dice lo justo y necesario cuando pregunto por la mansión. Llegamos al salón principal del primer piso y miro por la ventana ¡Diablos! Ya se ha oscurecido mucho.

 

- Ehh... Itachi, ¿sabes qué hora es? – pregunto preocupado, él camina hacia una pared y alza un poco el candelabro para iluminar un gran reloj - ¡Las nueve y media! ¡Iruka me va a matar!

- ¿Debes irte? – el tono que usa para hablarme es de desilusión y sus ojos pierden un poco de brillo, me sentiré culpable después por dejarlo solo.

- Debí hacerlo hace treinta minutos... ¿Puedo volver mañana? Me gustaría ver el resto de la mansión, además así puedo hacerte compañía – camino hacia él y veo una triste sonrisa asomarse por sus labios mientras asiente – mañana llegaré mas temprano – nos dirigimos hacia el lobby y echo una última mirada a la escultura, tiene una inscripción a los pies:

 

“A mi querido Deidara,

Con amor incondicional”

 

- Él es Deidara, mandé a hacer esa escultura un mes antes de que muriese... – me vuelvo a mirarlo con los ojos como platos.

- O sea... tú... y él... – adivina lo que le pregunto y asiente con la mirada. Quedo como piedra, y es que si se te muere una persona tan importante como tu pareja... agradezco que no me haya pasado, quizás por eso se aisló tanto...

 

Miro de nuevo la estatua y la veo con detención, pues si alguien así existió quizás cuánto fue acosado por su belleza. De la nada la tristeza se apodera de mí y me entran ganas de llorar. Yo y mi súper capacidad para sentir cosas que no me corresponden. Me armo de valor y me dirijo a la puerta sin derramar una sola lágrima, miro a Itachi y me despido de él con un apretón de manos.

 

- Entonces volveré mañana a hacerte compañía.

- Te esperaré, puedes venir cuando quieras, eres bienvenido.

- Gracias, adiós Itachi, ha sido un gusto conocerte. – Le dedico una última sonrisa y me pongo a caminar en dirección al agujero de la reja, a mitad de camino me volteo a mirar a la mansión y veo que todavía está mirándome, pero ahora está apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados, como vigilándome.

 

Paso hacia la calle y corro hacia mi casa, debo apresurarme por dos razones: porque el camino es peligroso de noche, y porque Iruka enojado es más peligroso que todos los delincuentes de la zona juntos...

 

 

. . . . . . . . . . . . . .

 

 

 

Al llegar el reto que me da mi padre es monumental, a él siempre le ha gustado que llegue con luz de día, y cuando lo desobedezco se pone como si fuera una cuarentona con la menopausia y sin marido, ni siquiera Kakashi lo puede calmar...

 

- ¿¡CÓMO SE TE OCURRE LLEGAR A ESTA HORA?! – me interroga apuntándome con una lámpara.

- Es que la película duró más de lo que imaginé...

- ¿A si?, Y ¿qué película viste? – oh oh, no pensé en eso - ¿Y bien?...

- Eeehh... – ¿Titánic? No, esa ya no la dan en los cines, ¿Harry Potter? No, él sabe que nunca me ha gustado, piensa Naruto, piensa... – Resident Evil 3...

- Mmmh... interesante... – se pone una mano en la barbilla pensando cómo hacerme caer - ¿Y quiénes mueren? – ouch.

- Eeeeh... todos los zombies...

- Naruto, dime la verdad – se sienta enfrente de mí y se cruza de brazos - ¿Dónde fuiste? – lo miro a los ojos unos segundos y suspiro rendido, nunca le he podido mentir a Iruka, es mi papá.

- Fui a ver la mansión que está al comienzo del bosque...

- ¿La que dicen que está embrujada?

- Si, la misma – me mira sorprendido, quizás pensaba que era mas miedoso.

- ¿Y viste al fantasma?

- No, pero conocí al dueño, por eso me demoré tanto, me mostró la mansión por dentro, por lo menos el primer piso y el sótano...

- ¿Y cómo se llama el dueño?

- El actual se llama Itachi, no me dijo su apellido, y parece buena pers... – la expresión de la cara de mi padre cambió drásticamente al escuchar ese nombre, ahora parecía preocupado - ¿Iruka? ¿qué pasa?

- ¿Ita...Itachi dices?...No creo que debas ir solo de nuevo... - ¿qué demonios? ¿qué se trae con esa cara? Me está asustando...

- P... pensaba ir mañana de nuevo a hacerle compañía después del colegio, es una persona muy solitaria... – se masajea la frente con los dedos mientras baja la mirada.

- Si quieres ir ve, pero por favor ten mucho cuidado.

- Iruka ¿no me puedes decir qué pasa?

- Es que... – me mira con resignación – Mira la verdad es que nunca me lo he creído del todo, porque en realidad es demasiado para ser verídico. Hace como diez años salió en las noticias la muerte de una familia entera, tíos, primos, abuelos, todos muertos después de una reunión familiar en una mansión, y los únicos sobrevivientes conocidos eran dos hermanos, a uno lo encontraron en la mansión, en posición fetal en una habitación, el otro estaba de viaje. El primero se llamaba Uchiha Itachi, el otro no me acuerdo, y tenían la sospecha de que Itachi los había matado a todos, pero nunca lo pudieron probar… No te estoy diciendo que sea un asesino, nunca lo he creído, además era joven, pero ten cuidado Naruto, por favor – me quedo mirándolo con la boca abierta por unos segundos antes de reaccionar.

- Nah, eso no puede ser verdad – en serio, no creo que pueda ser verdad, digo, tal mutilación solo puede ser vista en películas y la guerra, y aún así, si pasara, no podría ser trabajo de una sola persona, es imposible – Itachi-san no es así, es amable y todo, un poco antisocial, pero no puede ser un asesino, además ¿cómo sabes que es precisamente éste Itachi?

- Itachi no es un nombre común aquí, pero por si las moscas pregúntale su apellido, si es Uchiha entonces es él, pero por favor Naruto ten cuidado, si algo raro pasa ahí quiero que me lo digas – me levanto y voy donde Iruka para abrasarlo y darle un beso en la mejilla.

- Tranquilízate papá, sé que nada pasará, me cuidaré – Salgo de la cocina, subo las escaleras para ir al baño y luego a mi habitación a acostarme, estoy cansado y mañana debo estar bien para seguir con el tour de la mansión.

 

Antes de dormir me pongo a pensar en lo que me dijo Iruka, toda la familia de Itachi pudo haber sido asesinada con él presente, debe ser horrible pasar por una anécdota así, y más siendo tan joven, bueno, no le pregunté la edad, pero se veía muy joven... y apuesto... ¡Ah! Recién lo vengo a conocer... pero pensar que es sexy no es un pecado, además no lo vi bien... ya mañana lo veré mejor, y hasta puede que lo encuentre de aspecto más normal que hoy... o no... Quien sabe...

 

 

Notas finales:

Disculpen si sale muy corto, la verdad es que me gustan los capítulos largos, así que para el próximo me voy a esforzar (Matto: algo que no hago mucho) en que tenga por lo menos diez páginas de word XD. Depende de la cantidad de reviews que acumule el tiempo que demore en subir el próximo, asi que si quieren el otro luego les recomiendo postear =3

Se cuidan!


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