Aún me cuesta admitir que eras lo mejor de mi,
pero el día amanece, y nada me parece
la mitad de perfecto, como cuando tu estabas aquí.
La luz del amanecer se cuela poco a poco entre los doseles de mi cama y yo abro los ojos como cada día y extiendo el brazo esperando encontrarte al otro lado del colchón. Pero tal y como sucede desde principios del verano tú ya no estas allí. Vuelvo a cerrar los ojos y la sonrisa que estaba apunto de nacer en mis labios muere. Porque sin ti me falta una mitad, esa que me impulsa a tener siempre una sonrisa en los labios, la que me ayuda a soportar el dolor de mis trasformaciones y la crueldad del mundo. Y aunque me cueste admitirlo he de reconocer que eras sin lugar a dudas lo mejor de mí y que sin ti mis ganas de sonreír son nulas. Aún así saco fuerzas de algún desconocido lugar en mi interior y me levanto.
Y es tan corrosivo este dolor
y esta casa en ruinas que soy yo, soy yo
Y es que estoy todo roto por dentro,
estoy todo roto y deshecho
estoy todo roto y no quiero seguir así.
Ya arreglado salgo de la habitación y bajo las escaleras hacia la cocina. Intento Que la pena que siento no se refleje en mi cara para que los miembros de la Orden dejen de mirarme con lástima tal y como han estado haciendo desde que te marchaste, pero es tan corrosivo este dolor que es imposible. El tercer escalón antes de llegar al suelo chirría y eso me recuerda la primera vez que vinimos juntos a esta casa después de que tu madre muriera. Decidiste que querías hacer el amor conmigo este mismo escalón y que no dejara de chirriar mientras me poseías, así que dejándome llevar por tu locura así lo hicimos, salvajemente, como si no existiera nada más. Me detengo y miro a mí alrededor y no puedo evitar una mueca de disgusto, muy parecida a la tuya el primer día que volviste a esta casa después de salir de Azkabán, al ver lo ruinosa que esta la casa. Aunque en realidad eso ya no importa, porque ni siquiera la casa está tan ruinosa como mi alma desde que te parchaste. Yo si que estoy roto y no la barandilla, yo si que estoy desecho y no las ajadas cortinas. Un grito de chico joven interrumpe súbitamente mis cavilaciones llamándome y me saca de ellas completamente. Es Harry, tú ahijado, el hijo de James, y la única persona en el mundo por la que daría la vida y a la que empiezo a considerar como a un hijo al igual que el a mí me empieza a considerar como un padre, al fin y al cabo ahora que vivimos juntos prácticamente lo somos. Y por primera vez desde que te marchaste decido que haré todo lo posible por salir del pozo negro en el que me encuentro porque él merece algo más de mí que la sombra en la que me he convertido. Y sí, estoy roto por dentro, roto y desecho, pero ahora estoy seguro de que no quiero seguir así.
Otra trampa en un cajón, zancadilla al corazón
es que amor recalentado, nunca fue de tu agrado
y yo no me acostumbro a la escarcha de mi habitación.
El día a acabado más rápido que de costumbre puede ser porque he intentado estar más alegre y no pensar constantemente en ti, incluso he saltado el tercer escalón para evitar escuchar el chirrido que me hace pensar en ti. Así que he llegado a la habitación de un humor bastante mas animado que de costumbre. Voy al cuarto de baño y decido darme una ducha antes de acostarme, siempre me ha relajado sentir el agua caliente antes de dormir. Al salir del baño me dirijo sonriendo al armario y abro el cajón donde guardo los pijamas de invierno. Al coger uno algo cae al suelo, debía estar debajo del pijama y he tirado de ambos sin darme cuenta pero al recogerlo del suelo mi rostro se ensombrece rápidamente. Es uno de los pequeños boxers de seda que tú usabas para dormir. Decías que no te gustaba pasar calor en la cama, que con el mío te bastaba y la verdad es que yo estaba encantado de verte con tan poca ropa al despertar, incluso me convenciste de dejar de usar pijamas. Dejo de nuevo el bóxer donde lo he encontrado y me pongo el pijama para meterme en la cama. Pero a pesar del calor de las mantas y del abrigado pijama de franela sigo teniendo frío, porque no me acostumbro a la escarcha que llena la habitación ahora que tú no estás.
Y es tan corrosivo este dolor
y esta casa en ruinas que soy yo, soy yo
Y es que estoy todo roto por dentro
estoy todo roto y deshecho
estoy todo roto y no puedo seguir así.
La noche se está haciendo larga y no puedo más que mirar a mí alrededor viendo los raídos doseles de la cama, las paredes con la pintura desconchada y los cuadros oscurecidos por el paso del tiempo. Y no puede evitar volver a pensar que la casa está hecha una ruina y tampoco que yo también lo estoy. Estoy roto por dentro, estoy ruinoso, desecho. Pero antes de que la negatividad haga presa en mí pienso en Harry y decido que esto no puedo seguir así. Me di la vuelta me acurruqué dando la espalda al lado vacío de la cama y dejando la mente en blanco me dispuse a dormir.
Pero el día amanece, y nada me parece
la mitad de perfecto, como cuando tu estabas aquí
Y es tan corrosivo este dolor
y esta casa en ruinas que soy yo, soy yo
Y es que estoy todo roto por dentro
estoy todo roto y deshecho
estoy todo roto y no puedo seguir así.
Estoy todo roto por dentro
Estoy todo roto y deshecho De nuevo las luces del amanecer me despiertan, hace casi un año que te marchaste y siempre se me olvida cerrar bien los doseles antes de dormir. Pero mi mano ya no se extiende hacia tu lado de la cama sino que me levanto directamente consiguiendo esbozar una pequeña sonrisa a mi reflejo en el espejo antes de bajar las escaleras hacia la cocina. Allí me espera Harry al que regaño cariñosamente por tener ya listo el desayuno, le he repetido mil veces que yo soy el mayor y que debo ser yo el que haga ese tipo de cosas. Pero el siempre dice que eso son tonterías que lo hace el que primero llega a la cocina y que si yo soy muy dormilón no es culpa suya… A lo que yo sólo puedo contestar riéndome. Por un segundo miró las paredes de la habitación analizando el estado ruinoso en el que se encontraban y se vió a sí mismo reflejado en un pequeño espejo que había a un lado de la puerta. Y tomó una decisión. - Harry ¿qué te parece si ahora que se ha acabado la guerra y que no tenemos a toda la Orden por aquí rondando aprovechamos para hacer obras en la casa y le devolvemos un poco de su antiguo esplendor? - ¡Me parece genial Remus! - Bien, hoy mismo empezaremos.Harry me sonríe desde el otro lado de la mesa y yo hecho un último vistazo a mi reflejo. Te hecho de menos y mi alma, al igual que la casa, está rota, ruinosa y deshecha, pero no puedo ni quiero seguir así. Te amaré siempre Sirius. Te quiero. Pero es hora de superar tu pérdida y reconstruir las ruinas.Estoy todo roto y no quiero seguir así.....FIN.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español