"Un Perfecto Caballero"
Capitulo 1: "Trato hecho, nunca deshecho"
--- ¡¡¡ Puedes decirle a ese tipo al que contrataste que se vaya a la mierda...!!!
Esa fue la primera exclamación de un joven peliazul de profundas turquesas, que generalmente eran distraídas, pero que en este momento desprendían mucha rabia, muy atractivo y sexy. Se encontraba en una oficina
elegantemente decorada, de tipo contemporáneo, evidentemente de buen gusto. Las paredes estaban tapizadas de un leve tono de azul, que lo hacía un lugar muy acogedor.
Pero no estaba reparando en el aspecto del despacho. Sus pensamientos estaban en otra cosa. Es que no concebía algo semejante. ¿Que había de malo en él?. Era cierto que era algo despistado... Bueno, muy despistado y que se pasaba la mayor parte del tiempo con la cabeza metida en un ordenador, por lo que su vida social era prácticamente nula. ¿Qué tan importante era saber cual tenedor utilizar o aguantarse a un montón de cursis superficiales en una fiesta insulsa?. El negocio iba lo suficientemente bien como para preocuparse de cosas que a su criterio, se le antojaban tan insustanciales. Obviamente a su socio, y mejor amigo si. Le dirigió una mirada furiosa.
--- Milo...
--- ¡¡¡Por mi que se meta las putas clases de modales por el culo...!!!
--- Etto... Milo...
--- ¡¡¡ Me lleva la chingada...!!!
Al pobre castaño de ojos verdes, ataviado en traje de oficina de color arena y polo negro, estaba a punto de darle un colapso nervioso. Conocía a la perfección el fuerte temperamento de su par griego. Normalmente no era tan malhablado, pero cuando se enfadaba, su florido lenguaje salía a colación. elegantemente decorada, de tipo contemporáneo, evidentemente de buen gusto. Las paredes estaban tapizadas de un leve tono de azul, que lo hacía un lugar muy acogedor.
Pero no estaba reparando en el aspecto del despacho. Sus pensamientos estaban en otra cosa. Es que no concebía algo semejante. ¿Que había de malo en él?. Era cierto que era algo despistado... Bueno, muy despistado y que se pasaba la mayor parte del tiempo con la cabeza metida en un ordenador, por lo que su vida social era prácticamente nula. ¿Qué tan importante era saber cual tenedor utilizar o aguantarse a un montón de cursis superficiales en una fiesta insulsa?. El negocio iba lo suficientemente bien como para preocuparse de cosas que a su criterio, se le antojaban tan insustanciales. Obviamente a su socio, y mejor amigo si. Le dirigió una mirada furiosa.
--- Milo...
--- ¡¡¡Por mi que se meta las putas clases de modales por el culo...!!!
--- Etto... Milo...
--- ¡¡¡ Me lleva la chingada...!!!
Al pobre castaño de ojos verdes, ataviado en traje de oficina de color arena y polo negro, estaba a punto de darle un colapso nervioso. Conocía a la perfección el fuerte temperamento de su par griego. Normalmente no era tan malhablado, pero cuando se enfadaba, su florido lenguaje salía a colación. ¡Pero no se iba a retractar!. Quería que su amigo saliera del cascarón, y los negocios no lo motivaban a ello... Bueno tal vez era una de las causas. El joven al que contrató es el único que podía ayudarlo. No en vano, era el mejor en su campo.
--- ¡¡¡ Si piensas que me voy a aguantar a un estirado que me diga lo que tengo que hacer...!!! ---No pudo decir más cuando una voz modulada y elegante lo interrumpe.
--- La expresión correcta es: "Inmiscúyase en sus propios asuntos, sino le importa" --- Le corrigió en tono frío.
La puerta del despacho estaba entreabierta, y entra en este un elegante joven de larga melena aguamarina con un par de espectaculares zafiros que tiene por ojos. Vestía un informal traje de color gris y un polo blanco. Se quedó absorto mirándolo, sintiéndose desaliñado con unos gastados jeans y una playera que había visto mejores días. Vaya que era hermoso... Sí a uno le gustaban las congeladoras que te hacían sentir como un alumno travieso frente al estricto maestro de escuela que te dejaba en detención después de clases. ¡¡¡Es que lo miraba como si fuese un microbio...!!!. Tenía escritas en la cara las palabras "Solterón", "Aburrido" y "Reprimido".
--- Mi nombre es Camus Toussaint --- Se presentó el joven, extendiendo su brazo, ignorante de los pensamientos del otro. Bajó su brazo, al ver que no obtenía respuesta.
--- Disculpa la... Oratoria de mi socio, Camus --- Dijo el castaño con un leve sonrojo en las mejillas.
--- No te preocupes, Theodakis. Las he escuchado peores. ---Contestó el peliaguamarina, dirigiéndole una mirada fría a Milo --- ¿Tu socio tiene algún nombre?
--- Se llama...
--- Soy capaz de hablar, Aioros. --- Espetó --- Soy Milo Scouros y le diré que...
--- Ya lo tengo claro, señor Scouros.
Así que era francés. Y cómo se lo imaginó, era antipático y pedante. Emanaba clase y elegancia por todos y cada uno de sus poros. Ese aire de refinación que sólo podía provenir de un estrato social elevado. Parecía imperturbable, a juzgar por su rostro carente de expresión. Un androide, pensó Milo; preguntándose que aspecto tendría si le desarreglaran un poco el elegante traje que vestía. Probablemente uno más humano que el actual. Estaba resuelto. No actuaría como una figura vacía frente a un montón de estirados insulsos con más dinero que sentido común. Ese tipo se tenía que ir largando por donde llegó... y ya se lo haría saber.
--- Esto es importante, bicho --- Declaró Aioros --- ¿Recuerdas que tenemos negociaciones con Geminni Corp.?. Aunque sé que no es el mejor momento para sacar el tema...
--- Por mi hazlo --- Contestó el peliazul con una sonrisa socarrona --- Dudo mucho que la nevera con patas sepa siquiera que es un software.
--- Al igual que dudo mucho que usted sepa lo que es la Opera --- Replicó el peliaguamarina en un tono mordaz que puso en alerta al griego.
Vaya, pensó el ojiturquesa de manera burlona. La estatua de hielo no sabrá lo que es una sonrisa, pero parece conocer el sarcasmo. Interesante. Muy interesante.
***
¿Por qué no controló sus palabras a tiempo?. Esa era la pregunta que se hacía Camus. Fue un tonto al caer en las provocaciones de aquel hombre. Cinco minutos con diez segundos en conocerlo y ya sentía deseos de callarle la boca. Pero se controlaría. El no es de los que hace escenas en público. Pero no se iba a retractar de lo que dijo.
Milo Scouros era el típico sujeto arrogante y pagado de si mismo como la mayoría de los que estaba acostumbrado a tratar gracias a su trabajo. No soportaba a aquel sujeto. El no era el tipo de asesor de imágen que le hacía la pelota a sus clientes. Era serio y estricto, pero sus métodos funcionan a la perfección.
--- Etto... --- Comentó el castaño, tratando de aligerar el ambiente --- Como decía, Geminni Corp. está muy interesada en contratar nuestros servicios. Sin embargo; lo hará con una única condición: Conocer a nuestro genio de la informática, quien nunca ha estado presente en una reunión de negocios, porque es un ermitaño social.
--- Entiendo --- Dijo Camus.
--- Como te dije hace un rato: El problema es que Milo no sabe lo que es comportarse en sociedad. Por ello, me vi obligado a contratar tus servicios.
--- Y yo te dije que soy asesor de imágen, no profesor de Etiqueta y Protocolo. Te equivocaste de persona. --- Replicó el francés.
--- Confió en ti. Eres la única persona capaz de ayudarnos --- le rogó Aioros.
--- Está bien --- a regañadientes accedió por su amigo, porque no le agradaba ni remotamente aquel griego maleducado.
--- Pues no le veo la diferencia. --- Comentó Milo, interrumpiendo la conversación.
--- Un asesor de imágen a través de consejos y enseñanzas, ayuda a otras personas a moverse e interactuar mejor, para alcanzar el éxito deseado, tanto laboral como personal. Se encarga de corregir el comportamiento en sociedad. Y un Profesor de Etiqueta y Protocolo se encarga de enseñar como se escribir correctamente una carta, realizar y responder una invitación, organizar un almuerzo o cena, poner en forma elegante una mesa, usar los cubiertos correctamente, entre otras cosas--- Explicó el peliaguamarina, en tono cansino.
--- Pues todavía sigo pensando que es lo mismo --- Replicó el griego y Camus suspiró internamente --- ¿Quieren decir que las negociaciones con los Geminni depende de que tan bien me desenvuelva en sociedad?
Ambos hombres asintieron con la cabeza.
--- Si, al igual que nuestra reputación en el mercado. --- Puntualizó Aioros.
--- ¿De cuanto tiempo hablan? --- Preguntó el francés, comprendiendo a la perfección la situación planteada.
--- Los directivos de la multinacional nos invitaron a pasar una semana en su isla privada dentro de una semana... ¿Suficiente para ti?
--- Me sirve... pero como repito: Soy asesor de imagen, no hago milagros --- Contestó Camus en tono cortes.
--- Pecas de modesto --- se burló el castaño --- Sí pudiste convertir a Alessio Montessori en un caballero. Milo será pan comido para ti.
--- Era por su próximo papel.
El tan cacareado Alessio Montessori era una famosa estrella del celuloide que tenía reputación de temerario, agresivo y prepotente. Este estaba renuente a adquirir los servicios de Camus como asesor... hasta que conoció al relaciones públicas que colaboraba con él en algunas ocasiones y se quedó prendado a primera vista, por lo que decidió poner de su parte para lograr impresionarlo... cosa que hace hasta el sol de hoy. Sospechaba que su amigo sentía algo por el actor, pero era igual de testarudo que este para aceptarlo.
--- Lo ves, Milo. Camus puede convertir a un Neanderthal en el mejor de los caballeros... y Death Mask era un caso perdido --- añadió el ojiverde, utilizando el mote con el que el actor era conocido, producto del trabajo con el que saltó a la fama. --- Además... Rottenmeier Technology va detrás del trato.
Vaya que toco una fibra sensible, pensó el francés, al ver como el griego apretaba los labios en un claro gesto de enfado. Probablemente comenzaría un nuevo trabajo.
--- De acuerdo - Decidió --- Sí es necesario convertirme en Míster Simpatía para que Rottenmeier Technology no nos lleve la delantera, lo hare. Toussaint, por la próxima semana seré tu conejillo de indias... ¿Trato? --- añadió, extendiendo su mano.
¿Quince minutos con seis segundos y ya lo tuteaba?. Vaya que el tipo era un caradura. A regañadientes, extendió su mano, estrechándola con la otra. El contacto fue breve, sin embargo; no pudo evitar sentir como un estremecimiento recorría todo su cuerpo. Una sensación desconocida... y placentera que aumentó al mirar las turquesas del otro joven. Como sí le quemara, soltó su mano, manteniéndose tan imperturbable como siempre.
--- Sí voy a estar una semana alejado de mi ordenador... --- agregó en tono despectivo.
--- " ¡¡¡ Que gran sacrificio...!!!" --- pensó Camus, sarcástico.
---... Para pulirme un poco. Prefiero tutearte --- prosiguió, como si le leyera los pensamientos --- No pienso llamarte "Señor Toussaint" como si estuviera en la escuela. Tampoco quiero que me llames señor Scouros, aún no estoy en el geriátrico.
--- Trato hecho. --- Contestó y muy a su pesar esbozo una imperceptible sonrisa, que evidentemente, el escorpión noto --- Si, después de todo, aún se puede hacer algo por ti, Milo.
No sabía porque, pero sin duda sería un reto interesante "educar" a ese tosco y grosero sujeto. Vaya que necesitaría su arsenal completo de paciencia... pero mucha paciencia. ¡¡¡ Que el cielo lo ayudara...!!!
Por su parte, Milo no estaba tan satisfecho con la idea. Si para derrotar al presidente de la compañía rival tendría que hacer teatro, lo haría. Aunque no soportara al asesor de imagen, quien era una belleza, eso no se lo podía quitar... Lástima que fuera tan snob y odioso. Sonrió. No se lo pondría tan fácil. Si el supiera lo que su mente estaba maquinando... después de todo. Nada iba a ser tan aburrido... de eso se encargaría.