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Una vez al año no hace daño por Thai Maqui

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Notas del fanfic:

Derechos de personajes, Kishimoto san

Notas del capitulo:  

No iba a ser nada (con todo el montón de fics pendientes), pero un shot más o menos no hacen gran diferencia, así que:

Omedetō gozaimasu Uchiha Sasuke

Aunque casi no llego al día correcto jeje.

 

Una silueta se escabulle sigilosa entre la espesura del bosque, la oscuridad propia de las altas horas de la madrugada permite que su clandestinidad pase desapercibida.

 

La tenue y plateada luz de luna solo deja atisbar una larga túnica blanca, con flamas rojas.

 

Aquella ágil sombra detuvo su rauda carrera sobre en la montaña de los Hokages, admirando el sosegado paisaje de su amada aldea de la hoja, esbozando una amplia sonrisa en los labios, llena de satisfacción y cariño.

 

- Estoy ansioso por verte teme - susurró conteniendo su efusividad, para evitar gritar a los cuatro vientos de su llegada. 

 

Así fue como, Uzumaki Naruto, sexto Hokage de Konoha, se dirigió a su antiguo y destartalado apartamento, eran las tres de mañana del día veintidós de julio, y el acostumbrado "ritual" empezaría pronto.

 

Y es que, desde hace cinco años, un aire de paz reinaba en el País del Fuego y aledaños. La peleas contra el Akatsuki, los oscuros y turbios secretos provenientes del clan Uchiha, el ya inexistente y disipado equipo Taka y los renegados de la aldea del sonido comandados por Kabuto / Orochimaru, eran parte del una dolorosa historia que no valía la pena recordar.

 

Pero luego de esos cruentos acontecimientos, Naruto libró otra batalla aparte, conquistar a su adorado tormento Sasuke Uchiha, si bien el azabache volvió a Konoha por voluntad propia, cabe destacar un una sonrisa socarrona, pues su venganza no era más que una simple comedia originada por los fraudulentos deseos de poder de su clan. No fue nada fácil que confesara sus sentimientos hacia el ojiazul, y es más, hasta ahora nadie lo había escuchado decirlo.

 

Así fue como la divertida para unos, molesta para otros, y lastimera para algunos, escena, se repetía día con día.

 

Naruto detrás del Uchiha profesando su amor, por todos los medios posibles, algunos rayando de lo ridículo, como un día de San Valentín que se disfrazó de rana y repartió volantes por toda la aldea con las palabras te amo a Sasuke dattebayo , o llenó la residencia Uchiha de envases instantáneos de ramen.

 

Claro que al Uzumaki le pareció un gesto bastante romántico, pero solo a él, porque Sasuke tenía una hiper mega vena a punto de causarle un derrame cerebral, por el dobe Usuratonkachi que tenía como amigo.

 

Y después de ocho meses de arduo trabajo ...

 

- Esta bien acepto - emitió el azabache hastiado, dándose por vencido ante la terquedad del ojiazul, el cual corrió y voceó por toda Konoha, la buena nueva.

 

De eso ya hace cuatro años, pero nada había cambiado, todo lo contrario, Sasuke seguía con su acostumbrado aire de frialdad, solo que ahora era peor que la hiel.

 

A pesar de ser supuestamente novios, ni un beso, ni caricia o al menos una muestra de humanidad o buena voluntad para con el rubio y eso molestaba a los jounin amigos del ojiazul, pero sobretodo a los aldeanos, pues Naruto a base de esfuerzo supo ganárselos, forjándose su admiración y cariño, más aún cuando fue declarado Rokudaime al año siguiente.

 

Pero nada de esto parecía importarle al Uzumaki, que siempre estaba allí para Sasuke con una sonrisa sincera, con su datebayo por allí y allá, que a pesar de sus ya, veintiún años, seguía con actitud infantil y rebelde.     

 

Y como cada año, desde que se hicieron novios, una semana antes del onomástico del azabache, Naruto dejaba su quería aldea en manos de Tsunade, ausentándose para ir a la montaña Myobokuzan, según él para reforzar la secreta técnica del ermitaño.

 

E igual que siempre, en esa fecha, los jounin, obligados por órdenes de su hiperactivo Hokage, hacían una pequeña reunión en el Ichiraku para celebrar tan "esperada" ocasión. 

 

- No quiero ver a nadie, ni regalos, ni fiesta ¡¡ nada ¡¡ - eran las exactas palabras del Uchiha.

 

- No le hagan caso dattebayo, está así por la emoción - alegaba el ojiazul, ante las constantes negativas de su koi.

 

Era su usual discusión del singular par, sin embargo, Sasuke siempre terminaba accediendo a regañadientes, antes las demandas del ojiazul,

 

********

 

- Sasu teme feliz cumpleaños ttebayo - gritaba el eufórico en medio de la calle, ante la expectantes mirada de los transeúntes, que con disimulo veían al rubio.

 

- Como sea dobe - profirió el azabache soltándose del abrazo propinado por el ojiazul, ganándose varias miradas de odio por su despectiva actitud para con su amado Hokage - apúrate con este teatrito que quiero irme a casa.

 

- Vamos - habló el rubio sin un atisbo de melancolía en su voz, mientras tomaba la mano de su novio.

 

Una vez adentro, todos sus amigos, o al menos de Naruto los esperaban, sentados con sus respectivas parejas, los cónyuges Hyuga, los Rock - Haruno, Akimichi - Yamanaka y Naara - Sabaku no, la cual ya se había traslado a la aldea de la hoja hace dos años en lugar de Tenten, también presente con su esposo Kankuro.

 

Además de los Aburame Inuzuka y Hatake Umino, pues la primera resolución que hizo Naruto como Rokudaime fue permitir los matrimonios gays, ya que al andar con Sasuke algún día le serviría. 

 

Y por supuesto los eternos rivales del azabache, Gaara y Sai, que aún no entendían que fuerza cósmica había segado en tal grado a Naruto para seguir con ese maldito desgraciado, que solo lo hacía sufrir con su indiferencia y desprecio.

 

- Porqué no dejas a Sasuke bastardo, no vale la pena - soltó abruptamente Sai, mientras servían la humeante comida.

 

Ninguno de los presentes se sorprendió ante lo dicho, pues al tratarse del pelicorto, no extrañaba su falta de tacto en asuntos tan delicados, es más les alegraba ya que estaban totalmente de acuerdo con su opinión.

 

- Naruto - intervino Gaara - Sai tiene razón porque mejor no busca a alguien que te corresponda de verdad - susurró abrazando por el cuello al rubio haciendo que sus tostadas mejillas se ruborizaran, mientras miraba fijamente al Uchiha, que no mostraba el mínimo disgusto.

 

- No se preocupen, Sasuke siempre ha sido un teme - argumento, sin darle mayor importancia.

 

- Además él es como una pasa borracha dattebayo - explicó el rubio - amargo por fuera y arrugado por tanto fruncir el ceño, pero algo dulce muy en el fondo.  

 

Ese comentario hizo reír sonoramente a todos los presente, haciendo que Sasuke encarnara una ceja, efectivamente parecía una pasa por los notorios surcos que ya se le empezaban a formar en la frente, confirmando lo antes dicho, ahora las risotadas se escuchaban por todo el local.

 

Ya con el ambiente relajado entre bromas, más risas y amena plática pasaron el resto de la tarde. Así cada pareja se despidió mientras las luces de los postes empezaban a encenderse. Eran las seis de la tarde y los tonos cobrizos del ocaso  solar eran reemplazados por los brunos propios de la noche.

 

Al llegar a un estrecho callejón, exento de las posible vista de curiosos, Naruto acorraló contra la pared a su koi, cazando vorazmente sus labios, en un ávido beso, siendo inmediatamente correspondido por el azabache.

 

- Es hora de darte tu regalo Sasu chan - jadeó entrecortado el rubio, aferrándose al níveo cuerpo.

 

 - Estoy ansioso Naru chan - respondió anhelante, para ambos desaparecer en una voluta de humo.

 

********

 

- Kage Bushin no jutsu - exclamó el rubio ni bien llegaron a la mansión Uchiha, para ser exactos a la habitación que ambos compartían.

 

El verdadero motivo oculto de su visita anual a Myobokuzan, era perfeccionar la técnica, concentrando en ese lapso su chacra para evitar que el clon de sombra se  desestabilizara y desapareciera, además de encerrar al Kyuubi, que era bastante impertinente, en un Henge especial. 

 

El clon sonrió lujurioso sabiendo de antemano la dulce tarea a cumplir, y con paso tortuoso se acercó al azabache, entretanto Naruto se posicionaba por su espalda. 

 

-  Vamos Naruto - pidió Sasuke anhelante cargado de deseo por sentir de una vez por todas a su koi.

 

- No desesperes, Sasu - susurró Naruto con voz turbada despojándolo de su camiseta.

 

- Ya fue suficiente castigo hacerte esperar una semana has sufrido demasiado y ahora te toca gozar - pronunció, mientras el clon desabotonaba su pantalón.

 

- Y disfrutarás de los dos al mismo tiempo, y créeme, ¡será mucho mejor de lo que esperas dattebayo! - prometió terminando de desnudarlo.

 

Los labios del bushin recorrieron el ya erecto miembro del azabache, pasando la lengua por todo el glande y descendiendo ocasionalmente hasta sus testículos, degustando con deleite la sensible y delicada piel, por su parte Naruto pellizcaba los sonrosados pezones, dando sutiles besos y mordidas el níveo cuello tapizando la piel con rojizas marcas de propiedad, todo esto ante los suaves y provocativos jadeos del Uchiha.

 

Los dos se esforzaban por complacer, en demasía a Sasuke quien estaba cegado por el placer recibido, mientras movía sus caderas, sujetando los dorados mechones marcando el ritmo de la felación.

 

Así continuaron hasta que una mirada cómplice del bushin avisó que el inminente clímax estaba próximo, por lo que Naruto descendió y los dos se dedicaron a mamársela, cada uno desde un lado, consiguiendo que se viniera con un potente gemido, mientras sus ávidas lenguas se peleaban por recibir la blanquecina semilla.

 

Inmediatamente y sin perder ningún segundo los rubios se despojaron de sus ropas, dejando al descubiertos sus acanelados y trabajados cuerpos, ante la expectante e impaciente mirada del Uchiha quien se posicionó de costado en la mullida y amplia cama, seguido por los ojiazules que lo hacían en cada lado.

 

- Ahh Naruto - jadeó el Uchiha al sentir como el rubio retomaba las caricias, buscando sus labios, las lenguas juguetearon fuera de la boca en una sensual y excitante caricia, para luego perderse dentro de ellas, explorando con vehemencia la adictiva cavidad bucal del contrario, saludándose después de esos exasperantes siete días de soledad.

 

El bushin por su parte chupaba toda la blanca espalda de Sasuke, otorgando certeros lengüetazas de placer, haciendo que el pelinegro entrecerrara sus oscuras orbes, mordiéndose los labios y arqueara el dorso, sintiendo una potente descarga eléctrica por todo su cuerpo.

 

Sin detenerse, mientras los amantes retomaban el fogoso beso, el clon comenzó a repartir suaves mordiscos en las nalgas, hasta llegar a su deseado objetivo y como una bestia hambrienta, separó las níveas piernas del portador del sharingan iniciando su beso negro adentrando su febril lengua, invadiendo lentamente aquel caliente orificio, deleitándose con su estrechez y tersura.

 

- ¿Te gusta tu regalo Sasu chan? - inquirió Naruto al oído, restregándose descaradamente al cuerpo de Sasuke, frotando con un rápido y enloquecedor vaivén sus palpitantes hombrías, para luego tomarlas entre sus manos y masturbarlas frenéticamente. 

 

- Deja de preguntar, ¡métemela ya usuratonkachi¡  y ¡ párteme en dos ¡ - exigió Sasuke, colocándose en cuatro, flexionando sus piernas y ofreciendo su ya preparada entrada.

 

Sin mayor espera y de una profunda estocada, Naruto arremetió su virilidad en la cavidad anal de Sasuke, empezando un lento meneo,

 

- Aaahhhh.... Siiiiii - emitió Sasuke al sentir aquel placentero intruso hondonando sus entrañas, momento que aprovecho el bushin para sumergir su hombría en la cálida boca, la cual fue recibida gustosa.

 

- ¡Ah, qué rica boquita Sasu!, vamos chúpala que es toda tuya tebbayo  - gemía  el bushin ojiazul descontrolado. 

 

Y con ahogados gemidos, acallados por aquella considerable virilidad, que saboreaba con gula, Sasuke inició un cadencioso vaivén de caderas, coordinando al unísono sus movimientos con los de ambos rubios, los que, inmediatamente con salvajes embestidas ensartaron hasta el fondo sus miembros sin ninguna contemplación en las respectivas cavidades del azabache.

 

- ¡Sí! ¡Así! - exclamaba Naruto confirmando su gozo - ¡muévete, Sasu, muévete! ¡más rápido!  - repetía entre suspiros.

 

El ritmo era enloquecedor, sintiendo que estaban en el paraíso de la lujuria y tan calientes como las mismas llamas del infierno, con la respiración agitada, las mejillas carmesí y sus fuerzas a no dar más, se corrieron copiosamente.

 

Sasuke degustó el pringoso líquido que llenaba su boca mientras sentía su entrada contraerse, siendo inundada por la caliente esencia, lentamente ambos Narutos salieron del azabache sumamente satisfechos.

 

Recuperando el aliento los tres cayeron exhaustos a la cama para reiniciar luego  de unos merecidos minutos de descanso, su ardiente sesión pasional, sedientos de más, gracias a la lujuria contenida para tal ocasión especial.

 

Y dejando que sus miradas zafiro y ónice hablaran por ellos, anhelantes y lujuriosas, con las bocas abiertas y húmedas en una silenciosa súplica, el pecho aún subiendo y bajando al ritmo de su respiración acelerada, se colocaron en sus respectivas posiciones.

 

El bushin rubio se ubicó debajo, y ni bien colocado en aquella sugerente visión,  Sasuke sin previa dilatación, clavó su falo de un solo golpe, arremetiendo con todas sus fuerza.

 

- Argg - soltó un grito desgarrador de dolor puro por el abrupto intruso.

 

- Porque lo hiciste - reclamó Naruto - cuando el bushin desaparezca me arderá el culo por una semana dattebayo - explicó acomodándose encima de Sasuke, el cual solo dio un ligero respingo, al sentir la enhiesta virilidad de su koi en su interior.

 

- Eso es por dejar que Gaara te abrazara - reclamó con voz recelosa y sofocada por la deliciosa sensación de la que era protagonista en ese momento, al ser su miembro apresado exquisitamente por las apisonadas y acogedoras paredes del ojiazul.

 

- ¡¡Ahh Naruto soy tuyo, pártame, follame duro muy duro mas más¡¡ - deliro Sasuke cuando sintió el inicio de las salvajes acometidas.

 

- ¡ Ahh, Sasu tan estrecho está riquísimo¡ - enloquecía Naruto enterrando las uñas en sus níveas nalgas - ¡Ah tan apretado y caliente!  - gemía embistiendo lo mas potente que podía.

 

- ¡Ah! ¡Sí! ¡Me encanta! ¡¡eres el mejor no pares¡¡ - seguía hablando nublado de placer mientras se concentraba en penetrar, con vehemencia tomando las caderas del otro ojiazul ahondando su vaivén, enloquecido por dar y recibir al mismo tiempo disfrutando de esas dos distintas pero celestiales maneras de satisfacer sus deseos con su rubio.

 

- ¡Sí, rómpeme el culo! ¡Onegai! ¡Onegai! - rogaba el rubio bajo el azabache contorsionando su cuerpo para profundizar las salvajes estocadas, elevando las caderas y bajando la cabeza, apoyándola sobre la mullida alfombra sin tener donde soltenerse.

 

Sincronizándose con algo de trabajo, lograron acoplarse, envolviéndonos en una oleada de placer que nos llevaba a tocar el cielo, deseosos de más, produciendo sensaciones exquisitas e intermitentes corrientes eléctricas que recorrieran sus acalorados y perlados cuerpos.

 

- ¡¡Ah sí sí me cor..ro.¡¡ ¡¡Ahhhhhh! - gritaron los tres a la vez producto del orgasmo eyaculando simultáneamente quedaron en el suelo, sudados, totalmente agitados y cubiertos de semen.

 

- Arigato Sasuke y Naruto san - dijo el clon - fue la mejor experiencia de mi vida - pronunció desapareciendo en el grisáceo humo.

 

- AAAAHHHHH Sasuke - con un largo gemido gutural Naruto absorbió la información sentida por el bushin, llegando al orgasmo nuevamente.

 

Esta vez Sasuke pudo probar de su agridulce esencia para luego compartirla en un voraz beso, mientras ambos se recostaban en la cama, cubriendo su desnudes con una fina sábana.

 

- Te amo Naruto - pronunció Sasuke, cazando nuevamente esos adictivos y cálidos labios.

 

Y aunque Sasuke solo lo dijera una vez al año, Naruto ya había aprendido a leer en esos profundos ojos ébanos, las miradas furtivas llenas de deseo y lujuria  cuando estaban solos en su oficina, o de odio y celos contenidos al ver a Gaara y Sai invadiendo su espacio personal, o a cualquier aldeano que osara siquiera mirarle con dobles intenciones. 

 

- Yo también te amo Sasuke - susurró abrazándolo como si su vida dependiera de ello, y eso no estaba muy lejos de ser verdad, porque su querido y orgulloso neko era su existencia.

 

******

 

Eran las once y media de la noche, una joven pelirrosa se detuvo frente de la amplia puerta de bambú de la mansión Uchiha, suspiró pesadamente con una alegre sonrisa y un semblante de paz reflejado en su tez, a pesar de la mala opinión que todos tenían del azabache, ella era el caso opuesto.

 

- Feliz cumpleaños Sasuke kun - susurró depositando en la entrada un porta retratos de plata muy elegante, con un foto en donde se veía a la pareja sonreír sinceros y felices, además de una cajita de terciopelo rojo, que contenía dos alianza que el Uchiha había encargado a la "madrina" que escogiera pues confiaba en su buen gusto.

 

Y es que nadie los conocía mejor que ella, siempre atenta a su volátil relación, desde los días en que era una chiquilla caprichosa detrás del azabache, hasta convertirse en la gran ninja médico que es hoy y gran confidente de sus queridos ex compañeros del equipo siete.

 

- Felicidades - agregó yéndose del lugar donde su amado esposo la esperaba impaciente con su flama de la juventud.

 

******

 

Sasuke observaba a su adorado kitsune, que retozaba cómodamente entre sus brazos, sonrió imperceptiblemente, recordando todo el autocontrol que tuvo para no besarlo y aceptar su proposición de ser novios en el preciso instante de escuchar un te amo de sus labios.

 

Puesto que ahora vivía la verdadera felicidad, sentirse vivo al lado de la persona que amaba aunque aparentaba ser un frío e insensible ante los demás, y acaso importaba, si aquel usuratonkachi lo sabía era suficiente, y a la mañana siguiente lo demostraría pidiéndole matrimonio.

 

Porque una vez al año no hace daño, demostrar todo tu afecto, soportando una aburrida reunión para celebrar su cumpleaños aunque prefería estar con su dobe, abrazados, demostrándole su amor, o doblegando su orgullo siendo el uke, aunque jamás admitiría que lo disfrutaba, esos pequeños y escasos detalles que Naruto apreciaba sin lugar a duda.

 

Que más le puedes pedir a la vida, si ya tienes el mejor regalo contigo todos los días de tu vida, aquel revoltoso e hiperactivo rubio amante del ramen.

 

Que más puedes pedir, solo que diga sí acepto dattebayo, pero Sasuke estaba completamente seguro que esa sería su respuesta. 

Owari

 

Notas finales:  

Bueno espero les haya gustado, aunque el lemon fue un total dolor de cabeza, jane.


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