Capítulo 8 "Mentiras verdaderas", parte 2
¿Puedes convertir una mentira en verdad?
aunque sólo sea una mentira piadosa, quiero creerla,
seguiré aquí,
hasta que se acabe el sueño,
y vea lo triste de haber despertado.
Draco, se levantó de la cama y se fue, dejando a Harry nuevamente con la duda si todo lo vivido, fue cierto o una ilusión de sus anhelos que no deseaba sentir...
Las clases en Hogwarts comenzaron y con ellos nuevos desafíos para este año. Junto con el clásico discurso de Dumbledore y los buenos deseos, la fabulosa cena, puso de buen humor a Harry y por supuesto a Ron.
-Ustedes si que tienen hambre- dice Hermione feliz al notar que Harry estaba más repuesto y con mejor semblante.
-Hay que aprovechar la comida- dice Ron, defendiéndose- ¿no lo crees así amigo?
-Si tienes razón, Ron- dice Harry con una sonrisa.
-Las buenas noticias son que, Harry, tendremos que cuidarlo más, puede que esté expuesto de muchas formas ahora frente al innombrable y como somos sus amigos, ¡lo protegeremos!
-Gracias amigos- dice algo sensible.
-No llores, mira que me vas a hacer que llore también.
-No lo haré- bebe un poco de jugo de calabazza.
Draco miraba desde su mesa, el comportamiento de Potter y se alegró en el fondo de que él al menos pueda sonreír, parecían los viejos tiempos...
Terminada la cena de bienvenida, sección se fueron dirigidos a sus dormitorios... mañana sería un gran día.
-¿Existirá la felicidad?- se pregunta el moreno- si así fuese, creo que podríamos llamarlo a esto... ¿no lo crees mi bebé?- dice tocando su vientre que había crecido otro poco...
Harry alcanzó los tres meses y estaba en un buen estado de salud, pero francamente hablando, Voldemort estaba furioso...
Así fue como Draco fue llamado y no tuvo más opción que partir...
Además de una larga sesión de tortura en la cual estuvo a punto de perder la vida, le tomaría más tiempo recuperarse... las heridas de los azotes eran profundas y habían revivido las de la otra vez...
Harry notó que el rubio no asistía a las clases regularmente, se preocupó... aunque no deseaba hacerlo, se animó y le preguntó a Zabini, y éste le respondió que no iba a regresar hasta dentro de dos semanas más... tiempo que fue eterno para el pelinegro.
Apenas dormía pensando en qué le había pasado, si Voldemort lo había castigado o estaba por ahí torturando a otros magos... por lo pronto, sólo se mantuvo con comida y lo más complicado, ya había ocurrido...
Ahora con un vientre más prominente, no le quedaba la ropa buena. Aunque la Sra. Weasley le mandó unas mudas usadas, si seguía creciendo, también le quedarían estrechas... tampoco pudo evitar, un poco de vanidad creciente, eso de mirarse al espejo, sus ojos tenían otro brillo, su cabello, todo su cuerpo había cambiado, y no hallaba las horas de tener a su bebé en brazos...
Ni que mencionar los antojos, desde cosas dulces y extravagantes, hasta salado muy poco comestible... y el carácter, unas veces andaba muy feliz, sonriente, en otras, muy enojado, irritado, otras, lloraba por todo como un desconsolado... era un total descontrol hormonal.
Como ya se volvió costumbre, volvieron a estar juntos, aunque había pasión, más bien era un tipo de obligación... Harry pasó sus dedos por las cicatrices de los azotes, eran más profundos que los de la vez pasada, tuvo miedo, Voldemort en un ataque de furia, podría matar a Draco.
Se aferró mucho a ese cuerpo blanco, su cuerpo perfecto, su piel blanca, parecía una vasija de porcelana rota, con quebraduras y no sólo con verlo te dabas cuenta, también al rozarlo y con los ojos vendados... ¿por qué seguía con él?, ¿por qué no lo dejaba?, si Draco lo hiciera, esta brecha entre los dos sería diminuta...
-¿Por qué sigues sirviendo a Voldemort?, ¿Por qué lo haces Draco?- pregunta por fin Harry, después de mucho pensarlo.
-Porque si no lo hago, él matará a mi madre... si fuera por gusto, sería muy distinto, ¿no lo crees Potter?... estoy dividido entre dos bandos, por un lado está mi familia, en otro estás tú y mi hijo...
-Hablemos con Dumbledore, él seguro puede pensar en algo para salvar a tu madre.
-Ni hablar cara-rajada, el vejete no hará nada, las cosas seguirán tal como están y si no te gusta, te aguantas.
-Todo esto lo haces porque está obligado, porque en realidad yo no te importo para nada, dílo de una buena vez Malfoy, tú no sientes nada por mi.
-Sólo lo hago porque es mi deber, no esperes nada más de mi parte, cuando todo termine no me iré a vivir contigo a formar el hogar feliz, hay una guerra sobre nuestras cabezas y ni siquiera sé si sobreviviré.
-Ya estarías muerto si no sirvieras, ten por seguro que Voldemort no te mantendría vivo si no fuese así, ahora puedes largarte, debe ser repulsivo para ti estar conmigo.
-No pienso eso.
-¿Qué es lo que piensas?
-Pienso que sólo podemos vivir estos momentos, no tenemos nada más, ningún compromiso a futuro.
-Aunque digas eso ahora Malfoy, nunca te olvidaré.
-No podrás hacerlo, mi hijo se encargará de recordártelo siempre cara-rajada- comienza a vestirse- sé feliz mientras puedas, Harry.
-Dra...co, ¿por qué me haces esto?- dice a modo de reproche.
-Porque quiero, eso no hay ni que preguntarlo- termina por ponerse la capa y se va.
-¡Eres un estúpido!, él no seguiría conmigo si no llevara un hijo suyo dentro de mi...- iba a llorar, cuando se emocionó al notar cómo se movía su bebé en su interior, era como decirle: "no estás solo"...
Hermione entró a verlo y Harry estaba muy emocionado, sentir que su bebé estaba tan vivo y de cierta forma ´dándole fuerzas para seguir adelante, no necesitaba nada más...
-Cuando toda esta guerra termine, me llevaré a mi hijo al mundo muggle, quiero que se creíe dentro de los no-mágicos, trabajaré mucho y le daré todo lo que tengo, sé que podremos ser felices.
-¿Qué pasará con Malfoy?, él no lo permitirá y tiene derecho, es el padre- dice la castaña con poco ánimo.
-Tendrá que ganárselo, yo lo criaré a mi manera y si quiere verlo, ahora será él quien tendrá que acercarse, si le interesa claro está.
-Te ha vuelto a decir algo pesado.
-Estaba muy preocupado porque no venía a clases y él dice todas esas cosas... me dan ganas de golpearlo hasta que mis manos sangren- dice con enfado- si no fuera por este hijo, él me habría dejado morir.
-No te desanimes, nos tienes a nosotros que siempre te apoyaremos- dice la gry con una sonrisa.
-Gracias Herm, es bueno saber que no se está solo en este mundo.
-¿Qué te parece si vamos a comer algo?
-Sí, quiero comer tantas cosas, aunque si engordo mucho, ya no seré muy agraciado.
-Te ves muy bien así, no te deprimas.
-Pero, es que nadie me va a querer así.
-Esto es lo que deben llamar, "depresión".
-Sí, es muy conocido en el mundo no-mágico.
-Que depresión ni nada, los tres vamos a salir a comer una buena cena y a olvidarnos de todos esos imbéciles que se atreven a hacernos infelices.
-¡Tienes razón!, hay que ser feliz.
-Entonces vámonos amigo mío, te espero abajo.
-Ok, bajo de inmediato.
Hermione tiene razón, ya no debo llorar ni sentirme culpable, no estoy haciendo nada malo y ese cretino de Malfoy ni crea que podrá lastimarme más, de ahora en adelante, sólo nos acostaremos, ya nada de preguntas o respuestas, dicen que la indiferencia mata y si después me dice algo, le diré: no te preocupes "no faltará que alguien desee ocupara tu lugar", y yo, "no le cerraré las puertas", aunque me grite, o se vaya, me amenace, no lo escucharé, ya no más... sólo tenemos a este hijo que nos une... y yo quiero ser feliz... ¡al diablo Malfoy!, ¡sirve a Voldemort hasta que te mate!... haré lo que yo quiera.
Termina de vestirse y va a la cocina con su amiga a comer una buena ración de comida, si que tenía hambre...
Luego fueron a las clases, en unas Harry se quedó medio dormido sobre el banco, tantas noches de preocupación por el rubio le había pasado la cuenta... ahora sólo era sexo, nada más...
Ron despertó a Harry al final de la clase y no fue suspendido, así que se fue tranquilamente bajando las escaleras... pasó por el lado de Draco y ni lo miró, más bien se puso a mirar las piernas de las chicas... el sly se enojo, y se fue junto con sus guardaespaldas...
Harry decidió que ya no se humillaría más frente a Draco y éste parecía muy enfadado por el mensaje...
Como dicen, cada uno recibe lo que merece, lo que siembras es lo que vas a cosechar, si sólo has sembrado dolor, es lo que recibirás...
continuará...