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La Obsesión de un dios por antares10

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fic. Espero sea de su agrado.

Tras la guerra contra Hades, hombres contra dioses después de una dura batalla, de peder amigos y compañeros de armas, el que a pesar de que su diosa hubiese intercedido por ellos en su momento sin poder evitar el que sus caballeros sufrieran el castigo impuesto por los dioses en el monolito. ¿Consecuencias? Su destino sería quedarse ahí pagando su osadía por la eternidad sin embargo todos los caballeros sin excepción alguna habían sido revividos aunque eso era imposible o al menos era lo que todos creían, por una causa desconocida ellos habían vuelto a la vida mas en esos momentos el ¿Por qué? No era relevante, lo importante era que estaban con vida nuevamente

y por los momentos todos se preparaban para la boda del escorpión celeste con el caballero de los hielos.

Afrodita estaba más que molesto ya que Death Mask había arruinado sus arreglos florales por otro lado Kanon había olvidado los vinos por dedicarse a seducir a Mu, Saga estaba muy entretenido acariciando y besando a Shaka, la boda era en dos días y al parecer no habían terminado con los preparativos.

Sin embargo mientras todo esto era realizado en otra parte del santuario se llevaba a cabo una discusión

- No me rehusó completamente; no puedo sacrificarlo de esa forma, ya han pasado por muchas cosas como para imponerle esta nueva orden- replico Athena

- No me vengas ahora con sentimentalismos absurdos hermana, tu perfectamente sabias cual era la condición que puso nuestro padre para que tus santos volvieran a la vida- respondió Artemisa

- Lo se pero no pensé que lo quisiera a él - murmuro

- Tu sabes que él es la reencarnación de Ganímedes y conoces la inclinación que nuestro padre ha tenido con el. Tú sabias esto así que no te hagas la sorprendida ahora

- Tal vez su apariencia sea la de Ganímedes mas su esencia no. El es un simple humano.

- No se cual es gran problema tu misma lo has dicho es un simple “humano” por ahora, así que su existencia nos pertenece. Pero para que no vivas en la ignorancia te recordare ciertos aspectos el primero y mas importante es él que tu mejor que nadie deberías saber: Aunque reencarne él siempre será inmortal, es que acaso no lo recuerdas.

- Aun así Camus no sabe nada de esto por lo que me rehusó a acatar la orden de mi padre. No voy a cumplir un simple capricho- respondió decida Athena

-Si nuestro padre regresa y no lo encuentra traerá graves consecuencias, el no acepta la desobediencia y tu insolencia puede costarles la vida a tus caballeros todo el olimpo estará de tras de él. Quedas advertida- finalizó la diosa antes de desaparecer dejando con muchas incógnitas a Athena

-¿Ahora que hago?- se pregunto frustrada la pelimorada una ves que su hermana se había marchado; No, sabia que era lo correcto sus caballeros se habían ganado a base de lágrimas y esfuerzos esa nueva vida y ella no seria quien se la arrebatara a uno de sus caballeros. Había tomado una decisión y no pensaba dar marcha atrás...

Así que sin contratiempos llego el día de la boda la cual se realizaría en el templo principal

Milo esperaba ya algo impaciente a Kanon que no aparecía

- Me falta el padrino, maldito gemelo pero esta me la paga
- Cálmate o explotaras antes de la boda; no es bueno para tu salud que te molestes así además falta una hora para la ceremonia- se burlo Aioria quien observaba divertido a su compañero que poco le faltaba para golpearse en la mesa de la impaciencia   

Mientras en ese momento, el menor de los gemelos se encontraba en otra parte muy bien acompañado

- Así Kanon, justo ahí- Era lo que salía de los labios del pelilila, mientras que su pareja besaba y acariciaba apasionadamente cada parte de su cuerpo, el peliazul se movía sensualmente dentro de su novio tal y como el sabía que le enloquecía mientras que aceleraba su movimiento hasta concluir llenándolo con su esencia sin parar de besarlo y de acariciarlo.

- Eso ha estado fantástico- añadió aun agitado el gemelo

- Podemos repetir- insinuó Mu al par que movía sus caderas, mas antes que pudiera realizar un movimiento mas Kanon se levanto rápidamente recordando que debía de estar en otro lugar

- Por todos los dioses Milo me matara- exclamo mientras buscaba su ropa y entraba a darse una ducha rápida para ir en busca de amigo por lo que  entro corriendo en la habitación en la que se preparaba el escorpión quien al verlo lo jalo bruscamente del cuello
- Yo a ti te mato, al fin apareces- reclamo furioso Milo

- Si Kanon donde te habías metido- pregunto Aioria- Aquí el bicho estaba que se trepaba por las paredes de la desesperación

- Ahhhh bueno yo estaba ehhh, me surgió un pequeño contratiempo- intento justificarse sin éxito ante la mirada inquisitiva de ambos caballeros- Bueno lo importante es que ya estoy aquí ¿Cierto?

- Bien; tienes razón, traes las alianzas- pregunto Milo mientras intentaba acomodarse la corbata. Los ojos del peliazul se abrieron a mas no poder

- Dime que no las olvidaste- pregunto al notar la expresión del gemelo quien solo atino a responder

- Lo siento pero no te preocupes ahora mismo lo arreglo yo voy corriendo a mi templo y te las traigo ademas tengo 10 minutos tu solo retrasa la boda todo lo que puedas, te prometo que no tardo- continuo hablando mientras se dirigía a la puerta pero al abrirla se encontró con Mu

- Mu necesito  que me teletransportes a mi templo tengo que ir a por…- mas no continuo ya que el pelilila agitaba la cajita de las alianzas – Con la prisa que llevabas las dejaste sobre el buró-

- Me salvaste la vida, el bicho estaba a punto de matarme- concluyo a la ves que besaba a su novio.

- Bueno los dejo, no nos hagan esperar tanto- termino mientras abandonaba la habitación

- Vaya Milin hoy te ves presentable solo espero que Camus no se arrepienta- comentaba burlonamente Aioria mientras le acomodaba el nudo de la corbata

-Muy gracioso – musito entre dientes

- Sigues enfadado- pregunto cauteloso el gemelo

- No, solo tengo ganas de matarte y ten por seguro que si no fuera por que es muy tarde para conseguirme otro padrino ya te habría clavado Antares Kanoncito.

-No me llames así. Aun no puedo creer el casanova del santuario, mi compañero de aventuras por fin se casa- añadió entre bromas

- En verdad estas listo para este paso- pregunto el león

-Claro;  llevo mucho tiempo esperándolo. No se  no veía el momento de que esto ocurriera es mas ni siquiera pensé que Camus me daría el si

- Si yo tampoco comprendo como se dejo embaucar por ti bicho- bromeo Kanon

- Con estos amigos para que quiero enemigos- siguió la broma
- Bueno esta mas que claro que no tienes mas dudas, así que nos vamos- pregunto Aioria a la ves que abría la puerta en una clara invitación a que abandonaran la habitación dirigiéndose a donde les esperaban todos los invitados

La ceremonia transcurrió tranquila y uno que otro esperando que algunos de los novios se arrepintieran ya que era una completa pena que dos excelentes partidos se casaran. Saori no se arrepentía de su decisión, además sus santos merecían ser felices ya intercedería ella por Camus cuando su padre volviera.

La fiesta se llevaba en total calma todos compartiendo la felicidad de los nuevos esposos mientras que otros como Kanon consideraba la posibilidad de seguir el camino de su amigo.

- No te gustaría que fuéramos nosotros- le pregunto a su cordero en media broma

- A ti lo que te gustaba es lo que sigue después de la ceremonia- contesto siguiéndole el juego Mu

- Bueno la luna de miel es un bono especial o mas bien una excusa para raptarte unos días sin que nadie pregunte donde estas- sonrió, para continuar – Sin embargo si me gustaría que siguiéramos el ejemplo del cabeza dura del bicho

- Puede ser, si sabes mover tus cartas mas pronto que tarde puede que estemos aquí celebrando nuestra boda- concluyo mientras le besaba – Ahora ven vamos a bailar- y sin mas jalo al gemelo a la pista mas luego de unos pocos minutos se escabulleron a continuar lo que habían dejado inconcluso esa tarde.

La  velada estaba llegando a su fin por lo que los nuevos esposos decidieron que era hora de despedirse de sus compañeros y luego de agradecerles se dirigieron al onceavo templo; ya ese se había convertido prácticamente en su hogar. Se dirigieron a la habitación de Camus, quien se sorprende al ver la estancia llena de velas.

- Vaya, es un lindo detalle- susurro - Tienes tus trucos- concluyo gratamente sorprendido

- Y los que te faltan por descubrir; soy toda una cajita de sorpresas- respondió el aludido quien sin mas lo toma de la mano y lo dirige hacia la cama donde Camus decide dar el siguiente paso rozando levemente los labios de Milo quien se acercaba ansioso para probar esa sensual boca que el tanto amaba. Sus lenguas danzaban en un mismo baile con el que conseguían sentir y trasmitir todos sus sentimientos mas pronto el griego abandona esos  labios para dirigirse a ese cuello de porcelana marcándolo como suyo. Camus estaba extasiado con las caricias de Milo por lo que lo despoja de su camisa para poder acariciar su espalda mientras su pareja continuaba bajando por su torso hasta encontrarse con dos salientes rosadas que se le insinuaban descaradamente así que les brindo la atención que merecían, besándolas y mordiéndolas levemente escuchando los ligeros gemidos que brotaban de la boca gala quien por su parte solo acariciaba el abdomen del escorpión, al tiempo que le ayudaba a terminar de desvestirse.

- Te amo – susurro el griego a la ves que lo terminaba de recostar en la cama- No me cansare de decírtelo nunca

- Ni yo de escucharlo- respondió al par que movía su cuerpo friccionando sus miembros.

Milo no podía dejar de observar a su acompañante esas facetas; de las cuales el era el único dueño, verle de esa forma solo lo incitaba a continuar, por lo que siguió bajando hasta llegar a su miembro el cual comenzó a acariciar arrancándole un sonoro gemido a Camus quien a estas alturas gemía descontroladamente hasta que de pronto sintió como liberaba su esencia que no iba a ser desaprovechada por el escorpión ya que utilizándola como lubricante introdujo dos dedos en la intimidad de Camus, el cual al sentir esta intromisión gimió lastimeramente, distrayéndolo del dolor el peliazul lo acariciaba y cuando lo sintió lo suficientemente preparado se acomodo entre sus piernas

Acerco su miembro a la entrada de Camus y con delicadeza lo penetró paulatinamente. Camus se aferraba a la espalda de Milo y más al sentir esa intromisión en su cuerpo; le dolía y demasiado por lo que traicioneras lágrimas inundaron sus ojos más sabía perfectamente que después del dolor viene el placer...

Milo se percato de la incomodidad inicial por lo que ya adentro esperó a que el galo se acostumbrara antes de iniciar el vaivén. Pocos minutos después, comenzó a embestir a francés, primero con suavidad y luego con rapidez sin llegar a lastimarlo; aferrando con fuerzas las caderas del galo que también ayudaba, facilitando el trabajo al griego que buscaba sentirse mas y mas dentro, embistiéndolo de manera tal que le arrancaba gemidos lujuriosos, mismos gemidos que lo invadían a él, hasta derramar su esencia dentro del francés mientras este se descargaba entre ambos.

Milo apoyo su frente sobre la de Camus, ambos con los ojos cerrados, disfrutando de las sensaciones sintiendo sus respiraciones y sus latidos buscando calmar todas las sensaciones que se agolpaban después del orgasmo.
A los pocos minutos el griego salio lentamente del cuerpo del galo recostándolo sobre su pecho, Camus podía sentir los latidos del corazón de Milo y antes de quedarse dormido le susurro

- Te amo, Milo – dejándose ir a los brazos de Morfeo.

El comienzo de un nuevo día indicaba el sol; se levanto temprano quería llevarle el desayuno. Al verlo dormir le pareció estar viendo un ángel y es que no era la imagen que normalmente proyecta su pareja al contrario era tan bello como letal en la batalla; dejo el desayuno en la mesa de noche y se acerco a darle el beso de buenos días. Camus solo sonrió e intento incorporarse en la cama mas el dolor en la parte baje se lo impidió.

- Como amaneciste- pregunto Milo al observar la mueca de dolor

- Bien – medio mintió ignorando el dolor y dedicándole una sonrisa - Y esto pregunto- al ver el desayuno 

- Ya sabes otra de mis sorpresas y aun te faltan muchas por descubrir

- Ayer me mostraste algunas- contesto con algo de picardía

- Eso es solo el comienzo- siguió el griego continuando el juego mientras empezaba a acariciar las caderas de su pareja con la intención de obtener algo mas

- Es tarde recuerda que hoy tenemos entrenamiento así que levántate- respondió al comprender las intenciones del griego

- Pero no te gustaría que mejor nos quedemos en cama- preguntaba mientras comenzaba nuevamente a besar el cuello galo

- Milo levántate ya, no seas holgazán- intentaba decir perdido en las sensaciones que estaba sintiendo - Anda vamos- concluyo separándose antes de que su cordura sucumbiera antes las caricias frente a esta respuesta el escorpión sabia que no haría cambiar de opinión al francés así que dicho esto ambos se encaminaron al coliseo donde permanecieron hasta muy entrada la tarde.

 


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