Capitulo 2: Dos mundos, dos romances
Canción de inicio: Alice nine-jelly fish
En el transcurso del camino, ambos iban muy silenciosos, sin tomar en cuenta, de que alguien los estaba siguiendo, y el primero que se percató de ello, fue Zaeta, quien al parecer, desde un principio, se encontraba un poco alterado.
--¡o.O, eh…este…perdón por hablar, pero…te encuentro un poco inquieto, ¿puedo saber si estás bien?!
--si, perfectamente—le sonreía, mostrándole que todo iba bien, cuando no era cierto--¡claro que no estoy bien, tengo que hacer algo para distraerlo, mientras encuentro al enemigo, o si no nos veremos envueltos los dos!—pero al parecer no se le ocurría nada, hasta que dicha sombra enemiga lo atrapó por detrás, lo único que pudo hacer fue aventar a Takao al lago que tenían enfrente del camino, al menos así el enemigo no lo alcanzaría.
--¡O.O, maldición!—el enemigo saltó de un árbol, agarrándole las manos para que no escapara.
--¿Qué pasa?
--¡nada, tu corre!
--¡pe…pero por que!—pero como no le hacía caso, atinó a tumbarlo al agua, quedándose con su chaqueta en las manos.
--¡O.O, Za…Zaeta!
--¡no vengas, quédate ahí, soy capaz de sobrevivir a esto!—el otro le hizo caso, y simplemente el lago lo transportó de nuevo a su época, los tres vieron lo ocurrido, mientras Takao desaparecía, Zaeta se quedaba con su chaqueta, y era golpeado por el enemigo, para después caer inconsciente.
En la actual realidad…
--¡Zaeta, Zaeta, Zaetaaa!—gritaba como loco, después de descubrir que se encontraba en la cama, y sin la chaqueta puesta, el abuelo acudió rápidamente a sus gritos, y se alegró de ver que solo fuera una “pesadilla”
--¡Pequeño, ¿te encuentras bien?!—le tocaba la frente, para ver que la temperatura de antes hubiera bajado, y luego le colocaba un termómetro en la boca.
--¡ah, abuelo, que pasó, yo…yo…por que estoy aquí!
--¿Dónde aquí?, ¡ah, en la cama!, tenías fiebre así que tuve que recostarte, pequeño, pero al parecer ya estás mejor
--¡o.O, fi-fiebre!—no se la creía--¡y-y los gritos!
--pudo haber sido una pesadilla, pero ya estás mejor, ya pasó todo—el abuelo simplemente le sonreía, mientras le volvía a acariciar la frente en señal de consuelo
--¡una pesadilla, fiebre, no comprendo!, ¿entonces todo fue un sueño?—se seguía tocando la frente, mientras se levantaba de la cama para buscar su chaqueta, pero solo encontraba como respuesta que no había sido un sueño
--¡no, no fue un sueño!, ¿entonces, he vuelto?, me pregunto que le habrá pasado —después se colocaba en la ventana, observando como caía la noche, ansiando volver a verlo de nuevo, como solo podía hacerlo, en sueños. Pero no había conseguido conciliar el sueño, y las visiones habían desaparecido.
--no es posible, por que no puedo verlo —volteaba al techo, alzando el brazo, como si quisiera alcanzar el foco, mientras las lágrimas le inundaban los ojos.
A la mañana siguiente, como siempre, se dirigía a clases, con una manzana en la boca, y en bicicleta, esta vez, como hace tiempo, se despidió del abuelo, con una gran sonrisa, cosa que le extrañó al mencionado.
--¡adiós, abuelo, me voy!
--¡a-adiós, Takao! ¿Sonriendo? o.O, ¿Por qué cambió de humor tan rápido?
En cuanto llegó a la escuela, sorpresa que se llevó, cuando comenzó a oír rumores de un “alumno nuevo” en su salón. Y cuando hubo empezado la clase, la maestra inmediatamente lo nombró
--chicos, quiero que le den la bienvenida a su nuevo compañero de clases, preséntate con el grupo—la maestra le sonreía, mientras que en su pupitre, Takao se quedaba atónito, viendo que el nuevo alumno se trataba de Kai Hiwatari.
--Mi nombre es Kai Hiwatari, y vengo de Rusia
--Coméntales por que has venido a Japón
--¡ay, maestra, no ve que no quiere hacerlo!—el que mas nervioso estaba con todo esto era el mismísimo Takao
--Mi abuelo trabaja en la corporación Biovolt, he venido a ayudarle en sus investigaciones, así que solo me quedaré por un mes en esta escuela.
--¡excelente, Kai, ahora busca donde sentarte!—seguía con su sonrisa en los labios, cosa que al parecer Kai no notaba. El primer lugar que encontró vacío, y para mala suerte de Takao, fue, el de su lado izquierdo.
--¡rayos, por que tenía que ser así!
--¡hola, Kinomiya!—le saludaba, con su clásica sonrisa burlona--¡espero que no hayas hecho travesuras en mi ausencia, jajaja!
--¡jeje, para-para nada, Kai, como crees¡jeje, si como no!
Llegó la hora de salida, y esta vez, se le ocurrió acompañarlo tal vez camino a casa, y extrañamente, sin saber por que, se dio cuenta de que Kai no se había negado a su invitación, como solía hacerlo.
--¡eto…Kai!, ¿podemos irnos juntos a casa?—cerraba los ojos, en señal de miedo
--Si—mientras que Kai se le acercaba, revolviéndole los cabellos y sonriéndole, O.O—No tengas miedo, no pienso hacerte nada.
--O.O¡a que…a que vino esa sonrisa!—con eso hizo que bajara la cabeza y se sonrojara
En el transcurso del recorrido, hubo pequeños minutos de silencio, hasta que Takao, un poco confiado de la situación, echó motores a andar y comenzó a preguntarle de todo un poco.
--¡este…y como estuvo tu viaje!
--¡ah!—suspiraba—como siempre, aburrido
--oh—comenzaba a jugar con sus dedos, un poco nervioso
--¿y tu que hiciste?
--O.O definitivamente, está algo raro hoy ¡este…pues nada, solo estudiar, y estudiar, y estudiar!
--¿estudias o.O?—lo miraba un poco desconcertado, pero con la misma calma y seriedad
--¡jeje, si, es que, no se, como que me dieron ganas de cambiar!
--ya veo—seguía igual de serio, sin voltear a verlo
--si, y también estuve pensando mucho en ti—esas palabras se le habían salido, sorprendiendo a ambos, y haciendo que se sonrojara
--O.O ¡que-que digo!, ¡digo, estuve pensando mucho en…en el ultimo encuentro que tuvimos, si!, ¡jajaja¡En que rayos estás pensando, Takao!, ¡creo que me emocioné tanto de volverlo a ver, que lo confundí con Zaeta, oh cielos!
--¡jajaja, si, yo también estuve pensando en ti, Takao, y no sabes cuanto!—pensaba el otro, con una sonrisa en su rostro, mientras silenciosamente se burlaba del comportamiento de su acompañante
--o.O, ¿de que te ríes?—bueno, no tan silenciosamente
--¡no, jajaja, es que se me hizo graciosa la cara que pusiste hace rato!
--¡oye, no te burles, yo solo…solo!—pero el mayor no lo dejó terminar, poniéndolo mas rojo de lo que ya estaba con un beso
--¡santos ángeles, Kai!—no esperaba ese beso, pero después de todo, hace tiempo que se traían ganas.
Al fin hubieron llegado a casa de Takao, y el moreno aún se encontraba un poco rojo por lo de hace rato
--Bu-bueno, Kai, creo que ya llegamos
--si, así parece—suspiraba para si, volteando al cielo, mientras no dejaba de ver a Takao
--eto…Kai, bueno, yo ya me…
--Takao
--¡ah!—estaba a punto de chocar con la entrada, cuando Kai lo interrumpió
--Te amo
--O.O ¡oh, que sorpresa que lo digas!, este…yo-yo también, Kai, desde hace tiempo lo he estado…enamorado de ti—sus últimas palabras no sonaron tan escondidas, cosa que le alegró a Kai, quien como despedida, lo volvió a besar. Habiéndose marchado, Takao, todo rojo, e ilusionado, se tiró justo en la entrada de la casa (después de la de la calle), y cuando el abuelo lo supo, se burló de él, y sin interrumpir sus fantasías, le dejó fruta al lado.
--¡oh, Kai, te amo, te amo, te amo¡pero que rayos estoy diciendo, y que pasara con Zaeta!, ¿acaso ya no lo volveré a ver?—eso era justo lo que mas lo tenía preocupado, se estaba enamorando de un “ser”, (pues Zaeta no era humano) de otra línea de tiempo, y lo que era peor, Kai se le había declarado. Ahora no tenía cara para ver al otro.
--si descubre que estoy enamorado de otro, no se que cara pondrá —fácil sabía que Zaeta se estaba enamorando de él, por que desde un principio, estaba siendo servicial con el chico, además todos los días que lo visitaba, le pegaba ojo, para ver la ropa que traía puesta, tan solo con verlo así, sabía fácil que no solo era por la ropa, si no que al condenado ángel, le encantaba el cuerpo de Takao. (Aunque no lo quisiera).
Continuará….