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Vergüenza por saylor_mero

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Los personajes de mi fanfic no m pertenecen, son propiedad de la autora J.K. Rowling.

Si lo fueran...mas de una cosa habria cambiado xD.

Notas del capitulo:

Al final me he decidido a publicarlo...T.T  No seais malos TT.TT  aunq acepto criticas, eh?

Haganme feliz y dejenme Reviews ^__^

 Tengan en cuenta que es el primer fanfic que publico...T.T

 Disfrútenlo..T.T

 

 

 Sirius observó desde su asiento en el alféizar de la ventana el resto de la habitación vacía.

 Anda que menuda suerte.

 Justo la Navidad que Sirius Black pasa en Hogwarts, el castillo se queda vacío. Parecía hecho adrede.

 Sirius resopló y se acomodó en el alféizar, mirando al Gran Lago. Apoyó la cabeza en sus rodillas y dejó que el tiempo pasase, lento y torturante...

 Extrañó un poco el calor de la chimenea de Grimmauld Place...diría incluso que extrañaba el café caliente que Kreacher le llevaba cada mañana...

 Pero esa Navidad no habría chocolate,  ni cena, ni regalos...

 "Eres la vergüenza de la familia. No mereces el apellido Black"

 Bah. Y a él qué le importaba. Mil veces prefería pasar la Navidad con el loco tragacaramelos de Dumbledore que con una familia de orgullosos mortífagos...

 Una cristalina lágrima se escabulló por su mejilla.

"Mierda".

 Pero debía reconocer, que en aquel enorme castillo, sin tener a su familia ni a sus amigos, se sentía solo.

 Odiaba estar solo, porque estando solo podía darse el lujo de llorar.

 

******************************************

 

 La sensación de soledad que le había acompañado los últimos días se hizo mayor nada más entrar a comer al Gran Comedor. Los días anteriores Sirius había optado por comer en la Sala Común... pero estaba cansado de estar solo, y había decidido bajar a comer con el resto de la gente, aunque sólo fuese para comprobar si el mundo seguía en marcha.

 Mala idea. La enorme estancia estaría completamente vacía, de no ser por Dumbledore y el guardabosques, Snivellus y dos Hufflepuff. Tan vacía estaba que daba sensación de vértigo... Sirius suspiró, se dirigió a su habitual asiento y se sirvió un poco de pavo. Observó las sillas vacías que le rodeaban... la silla de James, aún podía verlo intentando ligar con Lily Evans, sentada siempre enfrente de él... la de Peter, casi siempre vacío porque estaba enfermo..y la de... (Sirius tragó saliva)..Remus. Remus....¿estaría bien? El día después de Navidad tocaba Luna Llena...

 De nuevo le invadió una sensación de intranquilidad al pensar en Remus. Para él sí que era importante. El que le ayudaba cuando se metía en líos, el que siempre se preocupaba por él, el que sabía de sus gustos y limitaciones... Sí, a Peter y a James también los echaba de menos... pero a Remus lo extrañaba como a nadie, y no deseaba que fuese nadie más que él mismo quien lo acompañase en sus noches de lunar tortura... aunque ayudar a un licántropo fuese una vergüenza a los ojos de su señora madre.

 

***************************************

 

El día de Navidad Sirius Black se despertó con el agudo ulular de una lechuza. Sin ni siquiera fijarse en la hora, se calzó sus zapatillas y bajó a la Sala Común.

 -¡Feliz Navidad, señor Black!- un elfo doméstico, de los que trabajaban en las cocinas de Hogwarts, le saludó con una sonrisa.

 - ¿Mmmmh? ¡Oh! Feliz Navidad...- contestó desganado Sirius, todavía dormido.

 - Señor Black... ¿comerá usted hoy también en la Sala Común?- preguntó el pequeño elfo, con cara triste.

 - Sí....no bajaré al Gran Comedor hoy tampoco...

 - Sin problema, señor Black- el elfo iba a desaparecerse, cuando de repente paró y añadió- ¡Que le aprovechen sus regalos! ¡Hasta pronto!

 Y con un leve "¡Pum!" desapareció.

 Sirius paró de repente...¿regalos?

 Giró su vista hasta la chimenea y... allí estaban. Un pequeño montón de regalos envueltos en colores brillantes.

 Sonrió mientras se acercaba a los regalos. Eso disminuía un poco la sensación de soledad...

 El regalo de James... "Guía de hechizos para el bromista". Sirius rió. Qué bien lo iba a pasar Snape...

 Peter le regaló nada menos que una túnica de gala nueva y Lily Evans cerveza de mantequilla...

 Después de la enorme caja de bombones de una Ravenclaw y del pastel de chocolate de los elfos de Hogwarts, quedó sólo un pequeño paquete. Sirius sonrió. El regalo de Remus.

 Lo abrió con cuidado y sacó de su interior un pequeño colgante de plata, con una serpiente grabada. Qué raro... muy atípico en Remus...

 Sirius alcanzó la carta que adjuntaba el regalo y la leyó.

" Hermano:

       Siento que tengas que pasar las Navidades en el colegio. Mamá dice que si te retractas podrás volver... deberías hacerlo, es lo mejor. Además, si vuelves le callarás la boca a la prima Bella.

       Espero que te guste mi regalo.

                    Feliz Navidad.

                                         Regulus."

 

 ¿Regulus? ¿Un regalo de Regulus?

 Algo le oprimió el pecho. Y entonces...¿Remus?¿Se habría olvidado?

 Con un suave ruido una bandeja llena de comida apareció en la mea. Sirius dejó el colgante en su estuche, y se dirigió con desgana a comer.

 Sentado en la mesa de la Sala Común, completamente solo, empezó a llorar. Lloró lágrimas amargas, de pura soledad, lágrimas tristes...

 Apoyó la cabeza en sus brazos y se dejó llorar amargamente...

 -Sirius...

 El nombrado levantó la cabeza en un instante, sorprendido por la repentina compañía.

 -Sirius...- repitió el recién llegado, con voz apenada.

 Allí estaba, apoyado en el retrato de entrada, con una maleta en la mano... la persona a la que Sirius más quería ver. Remus Lupin.

 - ¡Remus!- Sirius se secó las lágrimas rápidamente con la manga- ¿qué haces aquí?

 - Bueno...decidí volver- le respondió Remus, con una sonrisa- No quería...dejarte solo...en fin...- su rostro se había sonrojado...

 - Remus...g-gracias...

 - De nada, idiota. Anda vamos a comer, que tengo hambre.

 Sirius rió, feliz, e invitó con una mano a Remus a sentarse en frente suyo. Ambos empezaron a comer, completamente en silencio. El corazón de Sirius bailaba a ritmo de jazz. Hasta que al fin Remus habló.

 - Sirius...tu regalo...me encantó.- Remus hablaba con la cabeza gacha, y Sirius podría jurar que estaba sonrojado- nadie sabe mis gustos como tú...

 El sonrojo de Remus tenía totalmente cautivado a Sirius. Remus...estaba sintiendo vergüenza... pero no esa vergüenza que su madre sentía hacia él... sino una vergüenza más inocente, más tierna, maravillosa...

 Sirius sonrió.

 -Me alegro de que te gustase, Remus.

 Remus le devolvió la sonrisa.

 - Yo... bueno...no te envié mi regalo porque...como iba a venir...prefería dártelo en persona...

 Sirius se sintió culpable por haber dudado de Remus...¿Cómo podía haber pensado que se había olvidado de él?

 Remus hizo un sencillo hechizo, y un paquete envuelto en papel rojo brillante voló hasta los brazos de Sirius.

 - Vaya, cómo pesa.

 - Venga, ¡ábrelo!

 Sirius suspiró y empezó a abrir el paquete. Se sentía eufórico. Terminó de desenvolver el paquete y miró su regalo.

 - Dios mío...

 Sirius se quedó de piedra. No sonrió, ni gritó. Se asombró en desmesura. Remus le había regalado una de las cosas que más le gustaban en la vida. Lo único que su poco venerada madre había hecho bien en inculcarle. Remus le había regalad un maravilloso violín Stradivarius de ébano...

 -¿Qué? ¿Te gusta?- preguntó Remus con timidez.

 Sirius reaccionó.

 -Remus, Dios mío... te habrá costado una fortuna...

 - Para tí todo es poco, Sirius- respondió Remus, decidido, pero sonrojado hasta las orejas.

 Sirius le miró tiernamente, con una mirada dulce y sincera. Sin pensarlo más, entrecerró los ojos y dirigió una mano hacia la mejilla de Remus.

 -Remus, el haber venido hoy es el mejor regalo que me podías hacer.

 

*****************************************

 

 En un lugar llamado la Casa de los Gritos, un animago y un licántropo dormían plácidamente, abrazados. Se habrían abrazado en algún momento de la noche, dejándose llevar por el sopor y el simple deseo de abrazarse.

 Enseguida el pequeño y rubio licántropo se desperezó, sonrojándose por completo al descubrirse en los brazos del otro.

 Por el movimiento de Remus Sirius se despertó, y al abrir los ojos, lo primero que vio fue esa cara sonrosada, y a su dueño entre sus brazos. Y sin poder aguantarlo más, besó dulcemente los labios de aquél al que quería sobre todas las cosas, en un beso robado, tierno y breve.

 Sirius se separó unos centímetros de Remus y le miró, expectante.

 El licántropo se había sonrojado violentamente, y miraba a Sirius con los ojos muy abiertos. Tardó un rato en reaccionar, pero cuando lo hizo, evitó la mirada de Sirius cerrando sus ojos, y le devolvió el beso.

 Los corazones de ambos latían a la par.

 Feliz y eufórico, rebosante de amor por regalar, Sirius abrazó más fuerte aún al dueño de esa cara vergonzosa que lo volvía loco.

 Había pasado de odiar completamente la vergüenza humana a adorarla en sobremanera, impregnada en las mejillas de su lobito.

 - Te quiero, Remus.

- Y yo a ti, idiota...

Notas finales:

Ahí queda.

Lo siento si he metido la pata en alguna parte...T.T

Saludos!

Si les gusta, quizás suba más!^___^


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