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El Amor Puede Ser Correspondido por Pazu_chan

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Notas del capitulo: Hola gente ^^ bueno espero que haya alguien todavia interesado en este fic y no lo haya olvidado xD por que eso fue lo que me paso jejejeje... lo siento u.u'

mejor vayan a leer xD
Capitulo trece: Choco… Choquemos. (2° parte)


Narcisa se acercó a él, agachándose para quedar a la altura de su nieto. Le miró fijamente, acariciándole la mejilla. —Tienes los mismos ojos que mi hijo. —Susurró encantada.



******************




Damián miro hacia su padre, este simplemente le sonreía suavemente, el pequeño volvió su mirada gris, hacia la mujer, que sabia que era su abuela, tomando aquel valor Gryffindor, que tanto había escuchado de su padre, le contesto a la bella mujer.




–Sí se… – le confirmó aun indeciso, si decir lo que sabía, miró de reojo a su padre, que le miraba animándolo – abuela – susurró sonrojado ya que a la única persona que le había dicho abuela había sido a Greys y Lea, pero lo hacia mas de broma que otra cosa, al igual cuando le decía abuelo a Odín.




Narcisa abrió sus ojos completamente impresionada, por lo que había dicho el chico, ella ya sabía que el hijo de Harry, aquel pequeño que estaba frente suyo, era su nieto, pero nunca llego a imaginar que cuando lo encontrara ya le iba a decir abuela, no pudo evitar emocionarse y algunas lágrimas cayeron por sus pálidas mejillas. La distinguida mujer, abrazó fuertemente a su nieto, sin querer soltarlo nunca más, le dio varios besos en la mejilla y reía suavemente, sin importar que estuviera haciendo un show en medio de una tienda.




– Narcisa, creo que vas a espantar al pequeño – le dijo divertida su hermana mayor.




– Abuela – le susurro Ted, mirando a su tía-abuela aun abrazando a su nuevo amigo.




– Dime pequeño – le habló la azabache.




– ¿Damián es hijo de mi tío Draco? – le pregunto realmente extrañado, ya que nunca había sabido que su tío tenia hijo y si era así ¿Por qué Damián nunca había venido? ¿Por qué no vivían juntos?




– Sí, Ted – le confirmó con una melancólica sonrisa.




– ¿Entonces porque no viven juntos? – preguntó realmente intrigado.




– Es una larga historia Ted, en otro momento te enteraras – contestó suavemente, pero con su mirada le decía claramente, que ella decidiría cuando le diría y que no debía andar averiguar por otro lado, sino quería un severo castigo.




Ted que ahora tenía su cabello teñido de celeste y sus ojos dorados, asintió fervientemente, aunque ya el averiguaría por otro medio.




La bella mujer rubia, porque aun cuando ya era mayor, seguía poseyendo su singular belleza se separó del chico, que había llenado de besos.




– Bien Damián – habló la rubia – ¿no te gustaría ir a mi mansión y conocer a tu abuelo y pa…? – pero no pudo terminar la palabra.




– ¡No! – gritó abruptamente, antes de apenarse, por aquella mirada desilusionada y confusión de su abuela – Yo bueno… – dijo más bajito, mientras se mordía el labio y miraba hacia el suelo.




– Narcisa… – le llamó el azabache mayor, negando con su cabeza al obtener la atención de la rubia – ¿Por qué no mejor vamos a casa de Andrómeda, para que los chicos jueguen y nosotros platicamos? – preguntó Harry mientras acariciaba los cabellos de su hijo.




– Sería una buena idea – dijo nuevamente animada la señora Malfoy.




Ted tomó la mano de su nuevo amigo y caminaron delante de los adultos, para ir en chimenea a casa de Andrómeda. Ted se dio cuenta, que al parecer a Damián no le agrada su tío Draco, por lo que no iba a sacar el tema con su amigo, pero aun así juraba internamente que averiguaría lo que pasaba.




Mientras Damián iba feliz con su nuevo amigo, hablando de lo que iban a jugar y de los juegos que tenían en sus respectivos hogares. El pequeño azabache, no había querido hacer sentir mal a la señora Narcisa, pero es que de verdad, aun no sabía cómo iba a reaccionar al ver… bueno a su… eeeh… a él.




Mientras tanto Harry, Narcisa y Andrómeda, hablaban de cosas triviales, ya que querían dejar la plática importante, para cuando estuvieran cómodos y con un par de tasas de té y galletas.




**********




Llegaron más rápido de lo que Harry pensaba, vio con una sonrisa en su rostro, como su pequeño se iba junto a Ted rápidamente al dormitorio de su ahijado. Sonrió con melancolía al pensar, que si las cosas hubieran sido distintas, ellos se habrían conocido de bebés, suspiró melancólicamente, pero volvió a la realidad, al escuchar la voz de Andrómeda.




– Querido siéntate – le indico amablemente un sillón cerca de donde se encontraba sentadas, tanto ella como su hermana – ¿Quieres un té? – ofreció y al ver que aceptaba llamó a uno de los elfos para que trajera tres tazas y sus respectivas galletas.




Cuando llegó la bandeja con lo solicitado, y después de haber servido la charla comenzó. Harry comenzó a relatarles a las dos mujeres, todo lo que había pasado, desde un comienzo, el azabache sentía que debía hacerlo, que alguien más ajena a su familia, debía saber lo que había vivido, sufrido y disfrutado y algo en el interior de Harry, sentía que podía confiar en esas dos mujeres, que le miraban cálidamente sin interrumpirlo; sabía que ellas podían aconsejarlo. A Narcisa le contó que hace poco, se había enterado de lo que realmente pasó, que Draco si le amaba pero que todo comenzó para poder sacarlos de la cárcel, también les contó que le había mostrado el recuerdo a Damián y que él aún tenía sus dudas y por lo mismo no quería conocer a su otro padre, pero que aun así, quería conocer a sus abuelos.




Andrómeda le acarició su brazo, cuando terminó de contar su historia, dándole un poco de tarta de chocolate para que se animara. Harry se lo agradeció con una bella sonrisa.




– Entiendo perfectamente – comenzó a decir Narcisa – aun cuando me gustaría que mi hijo conociera a Damián, también entiendo que mi nieto – que hermoso sonaba decir aquello – tiene que acostumbrarse a la idea y espero poder pasar más tiempo con él, conocerlo y ayudarlo para que acepte a mi hijo – le pidió por ultimo a Harry.




– No hay problema Narcisa – le contesto relajado – estoy seguro de que Damián estará feliz de pasar tiempo con usted – termino de hablar con una sonrisa cálida en su rostro.




– Creo Harry – habló Andrómeda – que deberías juntarte con Draco… – le recomendó calmadamente.




Harry no pudo evitar tensarse, sabía que debía hacerlo, sobre todo por el bien de su hijo, pero los nervios lo mataban, sobre todo, porque ahora que sabía que Draco le había amado y al parecer le seguía queriendo, podían estar juntos, pero… no quería ilusionarse, no cuando podía salir lastimado y no solo él, sino también su hijo.




– Mí hermana tiene razón Harry – Narcissa apoyó a su hermano con un asentimiento suave.




– Tienen que aclarar las cosas, hablar tranquilamente sin apuros ni presiones – le recomendó la azabache –, además deben poner orden con todo lo referente a Damián… – le comentó por ultimo Andrómeda.




Harry suspiró antes de volver a tomar un poco de su té – Si, tienen razón, creo que sería lo mejor – comentó más para sí que para las damas presentes.


– Me alegro, es lo mejor – dijo animada la rubia – dime cuando puedes y le diré a mi hijo – habló entusiasmada.




Pero cuando Harry iba a responder, un elfo hiso aparición enfrente de ellos, con una exagerada inclinación de cabeza, comenzó a hablar con su ama.




– Ama Tonks – chilló el elfo – tiene a una señora ama, que está en la chimenea, dice que es la decoradora de inmuebles infantiles ama Tonks, dice que es urgente ama y que necesita la confirmación de la señora Malfoy de si quiere aquella pintura para el dormitorio de su nieto, ama Tonks – terminó su extenso monologo.




Narcisa sonrió levemente algo avergonzada delante de Harry, por ser descubierta de preparar un dormitorio en la mansión para Damián. Harry se sorprendió, pero sonrió al entender que la señora Narcisa estaba ilusionada con tener un nieto.




– Dile que ya vamos – le ordenó a su elfo.




– Sí ama Tonks – retiró con otra reverencia exagerada, antes de desaparecer.




– Discúlpanos cariñó, pero debemos atender – le comento, mientras se paraba junto a su hermana – Siéntete en casa… – le espeto antes de salir junto a Narcisa.




*******




Draco estaba refunfuñando, cuando apareció en la casa de su tía Andrómeda y es que debía decirle a su madre, que su padre había mandado una carta, diciendo que iba a llegar antes ya que el negocio con los rusos, había ido mejor de lo que pensaba y sabía que su madre pegaría el grito al cielo, ya que no tenía nada listo para la llegada de su amado esposo, conocía a su madre y sabía que siempre le gustaba agasajar a su padre cuando llegaba de algún viaje.




El rubio Malfoy, pensó en comunicarse con su madre por chimenea, ya que sabía que iba a salir con su tía Andrómeda y Ted; pero lo que pensó iba hacer una llamada rápida; todo se vino abajo cuando, se vio que la chimenea de su tía estaba ocupada, había esperado unos minutos, pero nada… seguía incomunicada, bufó molesto, al ver que tendría que aparecerse en la casa de tía Andrómeda, lo bueno es que la casa ya lo reconocía, así que decidió aparecerse allí y luego iría a la mansión de Theo, ya que se habían puesto de acuerdo, para reunirse allí.




************




Harry se estaba aburriendo, de esperar a Narcisa y Andrómeda, así que se levantó del sillón y comenzó a curiosear la sala, sonriendo al ver algunas fotos mágicas de Andrómeda, de Ted, Narcisa y había una en la que se encontraba Draco, no pudo evitar sonreír tristemente y que sus ojos se llenaran de melancolía, la tocó suavemente, pero se congelo en el lugar al escuchar un grito, proveniente de algún lugar de la casa.




– ¡No! – gritó una voz de niño.




– ¡No lo hagas Dinki! – gritó otra voz de niño, que Harry reconoció inmediatamente como la de su hijo.




Sin pensarlo dos veces y sabiendo como era su hijo, fue inmediatamente hacia el lugar donde se habían escuchado los gritos. Abrió la puerta rápidamente, preocupado por su hijo, por lo que no vio que alguien estaba al frente de él, lo que provoco que chocara con el desconocido, cayendo ambos al suelo.




*********




Draco había escuchado los gritos de dos niños, supuso que era Ted, con alguno de sus amigos, así que no le dio importancia, supuso que su tía y su madre debían estar en la sala tomando algún te, así que se dirigió al lugar; iba tan ensimismado en sus pensamientos, que no se dio cuenta que alguien había abierto la puerta y que iba directo hacia él, solo sintió un cuerpo sobre el suyo.




– Auch – se quejó Draco, abriendo sus ojos.




– Lo siento – susurro Harry, antes de levantarse levemente, lo suficiente como para no seguir aplastando a la persona que estaba bajo suyo, sus ojos verdes buscaron el rostro de quien había empujado, quedándose mudo al ver quien era.




– Harry… – susurró con algo de miedo y expectación el rubio, inconscientemente sus manos se aferraron a la cadera del azabache.




Harry no pudo evitar perderse en esa mirada gris; tanto había en ellos que era imposible cuál de las emociones dominaban, tristeza, dolor, felicidad…La respiración del azabache era errática y tenía un leve sonrojo, al percatarse de lo cerca que estaban. Draco no pudo evitar acercar una de sus manos a la mejilla sonrojada de Harry, acariciándola suavemente, perdiéndose en sus ojos verdes.




– Eres real… – susurro para sí.




Harry no pudo evitar sonreír suavemente, sus labios se entreabrieron para decirle que si era real, cuando los labios finos de Draco se interpusieron, lamiéndolos y luego dándole un simple y superficial beso, Harry se había quedado estático, con su corazón a mil por hora; pero el rubio no se quedaría con eso simplemente, tanto tiempo añorando aquel ser que tenía sobre de él, lo iba a aprovechar, metió su lengua acariciando la otra, comenzando un beso más intenso y desesperado, que Harry no dudo en contestar.




– ¡Papá! – gritó una voz completamente alarmada.




Harry reacciono al escuchar a su hijo, separándose rápidamente del rubio, parándose como un resorte y acercándose a su hijo.




Damián miraba a quien era su otro padre, sus ojos grises se conectaron, Draco también se había levantado del suelo, al ver que ya no estaban solos. El rubio no podía despegar su vista de aquel chico, que era… era su hijo.




– Papá… – llamo a Harry, sin dejar de mirar al rubio – vámonos – le rogó más que pidió – vámonos – le volvió a decir, tomándolo de la manga de la túnica.




Harry miro a su hijo y le sonrió tristemente antes de asentir, miro hacia donde Andrómeda y Narcisa, se habían quedado quietas mirando aquella escena, ya que después de terminada la platica por la chimenea, habían visto como Damian y Ted bajaban las escaleras rápidamente e iban hacia el salón donde habían estado con Harry, ninguna de las dos, se imagino que iban a encontrar tremendo acontecimiento.




– Lo siento, será mejor que nos vayamos – les dijo.




– Está bien – le respondió con una cálida sonrisa la azabache, al salir del asombro rápidamente – estaremos en contacto – le dijo guiñándole un ojo.




Harry asintió, antes de tomar a su hijo de la mano, este le apretó su mano fuertemente, mirando hacia el suelo, siendo acompañados por Andrómeda, para guiarlos hacia la chimenea.




Cuando ambos Potter salieron de la sala, un silencio agudo se instaló en toda la habitación…



Continuara…
Notas finales: bueno espero les haya gustado xD el fic esta pronto a terminar, unos tres capis mas y no se si poner algun epilogo ya lo vere xD

gracias Cherry Moon por betearme el capi ^^

nos leemos, cuidense

Matta nee!

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