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El Amor Puede Ser Correspondido por Pazu_chan

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Notas del capitulo:

Hola gente xD como estan?? como ven actualizo muy pronto este capi, ya que esta a punto de acabar el fic, asi que quiero terminarlo lo antes posible ^^ espero les guste el capi

a leer!!!

Capitulo catorce: Siento, Sentimos…  

Harry asintió, antes de tomar a su hijo de la mano, este le apretó su mano fuertemente, mirando hacia el suelo, siendo acompañados por Andrómeda, para guiarlos hacia la chimenea.  

Cuando ambos Potter salieron de la sala, un silencio agudo se instaló en toda la habitación…  

 *********  

Su hijo no habló en todo el trayecto y Harry no quiso forzarlo a hablar, sabía que Damián hablaría solo, pero primero debía pensar bien las cosas. Llegaron al hotel y Damián fue a darse un baño, mientras Harry se sentó en el balcón, en un sillón de mimbre que allí había; el atardecer ya estaba dejando a oscuras a la ciudad y algunos faroles ya estaban iluminando las calles londinenses.   

Harry tomó un vaso de la mesita, que se encontraba a su lado, sus labios se acercaron al vaso, pero su mirada verde estaba fija en el cielo, dejando que sus pensamientos se arremolinaran en su cabeza; sabía que era hora de poner un orden en su vida, de que las cosas mejoraran y el tenía el poder de hacerlo. Sus ojos verdes brillaron de determinación, mientras una esperanzadora sonrisa se formaba en sus labios.  

*********  

Damián tenía su cabeza baja, mirando las baldosas de la ducha, viendo ensimismado, como el agua se iba por el desagüe; sus ojos grises mostraban desconcierto, mientras su labio inferior era apresado por sus dientes, el menor suspiró antes de recargar su frente sobre la fría y húmeda pared de losa del baño; cerró fuertemente sus ojos y colocó las manos en la pared, mientras el agua caía sobre su espalda y cabeza, pero parecía que el pequeño, no sentía la cálida agua bañando su cuerpo…  

*************  

Cuando Harry entro nuevamente a la sala que había en el departamento, cerrando el ventanal que daba al balcón, le sorprendió el silencio que había en el lugar; dio un vistazo a la habitación y no vio a su hijo, fue directamente hacía el baño, para ver si estaba ahí y si estaba bien.  

– ¿Damián? – llamó tocando la puerta con su puño.  

– Ya salgo pá’ – le llegó la voz del menor, detrás de la puerta.  

Harry suspiró y le volvió a hablar – Pediré que traigan algo para comer, ¿quieres algo especial? – preguntó algo preocupado por su hijo. 

– No, no quiero nada… especial – fue lo que dijo el menor.  

– Está bien – aceptó, yéndose al recibidor para llamar por teléfono.  

Damián había estado tan concentrado en sus pensamientos, que no se había dado cuenta de todo el tiempo que había pasado en el baño, sólo cuando su papá le llamo, fue que volvió a la realidad; suspiró antes de cerrar el paso del agua y tomar una mullida toalla blanca, que cubría completamente su cuerpo. Se fue al dormitorio, sin preocuparse en dejar todo mojado a su paso, ya después su papá secaría el suelo. Se secó y dejó la toalla en el piso, colocándose un pijama celeste claro que consistía en una camisa de manga larga con botones blancos y unos pantalones largos, era delgado y algo ancho, le gustaba usar ropa así en casa, que fuera un poco más grande que su talla, era más cómodo para él… Se subió sobre el colchón y prendió la televisión y colocó un canal de música, tiro el control que cayó en alguna parte de la cama, mientras que el pequeño, se dejaba caer de espaldas sobre el colchón.  Sus ojos grises estaban fijos en el techo, su mente… perdida, pensando, analizando lo que estaba pasando a su alrededor; sonrió suavemente al recordar como su “abuelo” Odín, le decía que algunas veces parecía un anciano en cuerpo de niño; y estaba de acuerdo con él.   

Damián era un niño alegre, cariñoso y despreocupado, como todo niño de siete años, aún le falta muchas cosas por conocer y experimentar. Pero su comportamiento y su pensar era distinto cuando se trataba de las personas que quería, sobre todo con su papá; cuando veía que su papá estaba mal, en problemas o triste, Damián se “transformaba”, en un niño mucho más maduro; y es que siempre pensaba y pensaba, no dejaba nada sin cuestionarse, para saber, entender y tratar de ayudar a las personas que quería.   

Por eso estaba así, había pasado toda una vida viviendo solo con su papá, había estado temporadas con sus “tíos” y “abuelos”, pero eran tiempos pequeños, como visitas familiares. Con quien siempre había permanecido, quien le cuido cuando enfermaba, quien se preocupaba a cada hora por él, quien le contaba cuentos antes de dormir… quien le había entregado amor, quien era su héroe… era su papá. Él vio cómo su papá, algunas veces sonreía melancólicamente, como sus ojos brillaban nostálgicamente tristes, le escuchaba algunas veces llorar en las noches… aun cuando hacia lo posible por borrarle toda tristeza y dolor a su progenitor, nunca lo iba a lograr y eso le daba rabia; se dio cuenta quien era el culpable del sufrimiento de su papá, cuando pregunto por su otro padre y vio aquella sonrisa melancólica y los ojos verdes llenos de tristeza; fue en ese momento, cuando sintió por primera vez el odio, desde ese día odio a su otro padre, porque él era el culpable de que la persona que más amaba sufriera; se imaginó muchas ideas del motivo porque su otro padre no estaba con ellos, desde la suposición de que estuviera muerto hasta la que más fervientemente creía que era, que había dejado a su papá, que lo hubiera engañado y por eso la tremenda tristeza y dolor que reflejaban los ojos de su papá.  

Nunca quiso preguntarle la verdadera razón por que su padre no estaba con ellos, no quería hacer sentir mal a su pá’; tuvo que tragarse la curiosidad y trató por todos los medios, de que su papá rehiciera su vida con otra persona, cosa que nunca consiguió, porque su pá’, no aceptaba a nadie.  

Fue muy duro para Damián, toparse con su otro padre, fue confuso y doloroso, porque no era justo, que ese fuera feliz y su papá no. Pero lo peor fue cuando vio aquellas memorias,  por un lado por fin sabría la verdad, toda la verdad, pero enterarse de ella, no lo hiso sentir mejor, fue mucho peor; porque Draco Malfoy, fue también usado y sufrió al igual que su papá, pero a él no lo conocía, no sabía cómo era, quién era, que le gustaba, nada… por eso era más fácil seguir culpándolo del dolor que tenía su papá. Pero comprendió que… el verdadero temor que sintió, cuando lo volvió a ver, fue que… le repudiara como hijo, si supiera que él le había odiado tanto tiempo, culpándolo por el sufrimiento de su papá; que se decepcionara de él… tenía miedo que su papá le dejara de lado, que se olvidara de él y se fuera con su otro padre, era tonto lo sabía, incluso en sus pensamientos sonaba idiota, pero aun así… aun así temía.  

***********  

Harry había llamado a servicios del hotel y cuando había colgado su celular comenzó a sonar; había sido Zallen, que quería saludarlo y saber cómo iban las cosas, Harry le relató con lujos y detalles, por las constantes preguntas de Zallen; este le pidió hablar con Damián para saludarlo, por lo que Harry fue a la habitación a ver si ya se había cambiado, cuando llego le vio dormido sobre la cama sin taparse y con la televisión prendida, le dijo a Zallen que su hijo dormía, y que no quería molestarlo por lo que después de despedirse durante diez minutos colgó el teléfono.  

Se sentó junto a su hijo, que dormía plácidamente sobre la cama, le acarició suavemente su mejilla, dándose cuenta que la tenía mojada, fue en ese momento que se percató de que su hijo había estado llorado. Los ojos de Harry miraban tristemente el rostro de su hijo, mientras seguía acariciándole ahora sus cabellos tan negros y desordenados como los suyos; cuando arropó con una manta el cuerpo de su hijo, fue cuando el timbre sonó, indicándole que los de servicio a la habitación, llegaban con lo que había pedido. Lo dejo sobre la mesa del recibidor y prendió la televisión, mientras pensaba en que debía de mandar un par de lechuzas a primera hora de mañana.  

**********  

– Damián. – Susurró suavemente el mayor – Hijo, despierta… – le movió con su mano sobre el hombro del menor.  

– Mmm… – fue lo único que dijo, mientras se frotaba uno de sus ojos con su mano – ¿Papá? – pregunto adormilado.  

– Sí, hijo, levántate ya se nos hace tarde – le hablo en volumen normal, mientras se iba hacia el clóset para sacar ropa para su hijo – date una ducha y vístete, apúrate tengo el desayuno servido… – le informó por último, saliendo de la habitación.   

– ¿Ah? – exclamo aun medio atontado por el sueño.  

– ¡Damián! – Le llego el grito de su papá – Ve a ducharte ¡ahora! – lo mandó.  

– Yaaa~ – medio murmuró, mientras el menor iba hacia el baño, estaba tan adormilado, que no se cuestionó, por qué su papá le había levantarse tan temprano.  

*********  

Luego de la ducha, estaba algo más despierto, pero aún seguía adormilado un poco, se colocó la ropa que su papá le había dejado sobre la cama y se vistió monótonamente. Bostezó con ganas, entrando a la sala donde se encontraba su papá con el desayuno listo.  

– Paaaa~ – se quejó el muchacho, mientras se sentaba sobre el sillón – ¿Por qué me hiciste levantarme tan temprano? – le preguntó indignado, por obligarlo a salir tan temprano de su calentita y cómoda cama.  

– No seas exagerado Damián – le amonesto, mientras tomaba un poco de su café – son apenas las diez de la mañana… – Harry sonrió divertido, al ver la mirada incrédula de su hijo, que le decía claramente, que aquello era prácticamente un ultraje por despertarlo a esa hora.  

Tomaron un tranquilo desayuno, hablando tranquilamente de varios temas sin importancias y otros más importantes, pero nada relevante acerca del encuentro del día anterior; Harry le conto a su hijo, diciéndole que Zallen había llamado ayer, pero no lo había despertado, porque estaba durmiendo, Damián se levantó rápidamente, para coger el teléfono y llamar a su “tío”.  

Harry miró a su hijo, con una sonrisa divertida en sus labios, que se borró inmediatamente, al ver entrar por el ventanal, la lechuza que había mandado muy temprano en la mañana, le dio la propina y un par de galletas. Dejó que la lechuza se quedara comiendo, mientras el desdoblaba el pergamino, leyendo rápidamente esas escuetas par de líneas; suspiró nervioso, pero aliviado al ver que había aceptado, guardó rápidamente el pergamino al ver que su hijo se acercaba.   

– ¿Qué hace esa lechuza aquí? – preguntó curioso como siempre el menor, sentándose a un lado de su papá.  

Harry suspiro sabiendo que debía decirle a su hijo, lo que estaba a punto de hacer, miró a su hijo y le sonrió tenuemente antes de comenzar a explicarle a su pequeño; Damián levanto una de sus cejas, sabiendo que su papá le iba a decir algo importante, porque siempre que lo hacía, le miraba y sonreía de esa forma. Harry acarició la cabeza de su hijo, no pudiendo evitar sonreír divertido, al ver el gesto de su hijo, que se parecía tanto al que siempre le veía hacer a Draco.   

– Escúchame, Damián – habló con suavidad el mayor, atrayendo el cuerpo de su hijo, hacia él, con su brazo alrededor de sus hombros –, hay muchas cosas que han pasado últimamente, y sé que es difícil para ti… – le consoló, mientras le acariciaba sus cabellos negros.   

– Papá – susurro algo nervioso.  

– Voy a ir a hablar con su padre… – le contesto rápidamente y de una, sabiendo que no era muy bueno darle vueltas, sino mejor ir al grano.   

– ¡¿Qué?! – pregunto alzando la voz, además de separarse del abrazo que le brindaba su padre.  

– Lo que escuchaste hijo, es momento de enfrentar las cosas… – murmuró más para el que para su hijo – además, tienes derecho a conocerlo y de conocerte – le habló suavemente.   

– Pero… yo… – susurró el menor, bajando su mirada hacia sus manos, que apretaban fuertemente la tela de su pantalón.   

– Shh… – le calló, mientras le volvía a abrazar y colocaba su mentón sobre la cabeza de su hijo – todo saldrá bien… – le animó.  

****************  

– Gracias por cuidarlo mientras… salgo – habló agradecido el joven.  

– De nada querido, es todo un gusto tener nuevamente a Damián con nosotros – fue lo que le respondió la mujer.  

– Damián pórtate bien… – le indicó, dándole un beso en la frente.  

– Hmm… – fue todo lo que “dijo”   

– Nos vemos Ted – revolviéndoles sus cabellos que ahora estaban verde oscuro – hasta luego Andrómeda – besando la mejilla de la señora.  

– Nos vemos, espero te vaya bien – le deseó guiñándole el ojo.   

– Gracias – le dijo sinceramente, esperando que le fuera bien.  

Damián vio cómo su papá se iba por la chimenea, sus puños estaban cerrados fuertemente, le habían picado las manos, para agarrar el brazo de su progenitor, con tal de que no se fuera. Andrómeda vio que Damián, no estaba de lo mejor, así que no quiso molestarlo con alguna conversación.  

– Ted, Damián – ambos chicos fijaron sus ojos en la mujer – ¿Por qué no mejor van a jugar arriba? –sugirió.  

Ted asintió seriamente, al igual que Damián, pero el azabache estaba distraído, así que simplemente se dejó llevar por Ted quien le tomaba de la mano, guiándolo hacia su cuarto.  

Andrómeda los vio partir y una ligera sonrisa se formó en sus labios, sabía que debía llamar a su hermana, sino quería luego recibir alguna maldición por parte de ella, por no decirle que su nieto estaba en su casa.  

***************  

Ted estaba molesto con el chico de cabello negro, ya que ayer ni siquiera se había despedido de él, además que nadie le decía que pasaba entre su tío Draco y su padrino Harry, aun cuando sabía que la culpa no la tenía Damián, aun así se sentía enojado con su nuevo amigo por ignorarlo…  

El “mayor” le soltó las manos al azabache, sin mirarlo se fue a sentar en su cama, mientras Damián le siguió mudamente, colocándose a su lado, con su cabeza gacha mirando sus manos que estaban sobre sus piernas.  

Ted era un chico MUY inquieto, hiperactivo, que necesitaba constantemente hacer algo, pero para la hora de hacer sus deberes era tranquilo y aplicado, pero por otro lado era todo un torbellino, por lo que tragándose su “enojo” ya que se estaba aburriendo en aquel mutismo, su cabello lo tenía de un color naranjo claro,  llamo hacia su nuevo amigo …  

– Oye Damián… – le dijo despreocupadamente, mirando hacia un lado, pero al no recibir ninguna respuesta, se volvió a molestar, tomando de color de cabello un verde fuerte – ¡Me vas…! – Comenzó a gritar al azabache, pero se quedó mudo, cuando al enfocar su mirada hacia su amigo se dio cuenta, de que este temblaba ligeramente – ¿Damián? – le preguntó inseguro, sus cabellos ahora de un verde más opaco, le movió el hombro con su mano y el “menor” levanto su cabeza.  

Los ojos grises estaban brillando, con algunas lágrimas contenidas y otras que deslizaban por las pálidas mejillas del azabache; Ted había quedado completamente embobado por aquellos ojos grises tan melancólicos. Su abuela siempre le había dicho, que cuando alguien tenía pena o le dolía algo, debía de llorar, que era mejor dejar que las lágrimas salieran, que uno llorara todo lo que deseara, porque así uno se sentía mejor; abrazó fuertemente a su amigo, atrayéndolo hacia su cuerpo, Damián prácticamente enterró su rostro en el pecho de Ted, mientras lloraba casi silenciosamente.  

Ted se olvidó completamente de su “enojo” hacia su amigo, sólo le importaba que estuviera bien, a su mente venia nuevamente esa mirada gris triste y con lágrimas contenidas, interiormente se prometió que jamás dejaría que aquellos ojos reflejaran esos sentimientos de tristeza…  

Luego de que Damián dejara de llorar, le pediría a Toti que le trajera una tasa de leche de chocolate, a él siempre le aliviaba cuando se sentía triste…  

********  

– Me alegro que estés aquí… – le dijo con una leve sonrisa.  

Levanto su rostro, encontrándose con unos hermosos ojos verdes, que había creído jamás volver a ver…  

Continuara…  

Notas finales:

Gracias Cherry Moon, por betear el capi ^^como siempre eres la mejor xD

nos leemos, cuidense, manejen con cuidado, no hablen con extraños y vean hacia los dos lados cuando crucen la calle xD

Matta nee!


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