Capitulo quince: conocerse… conozcámonos…
– Me alegro que estés aquí… – le dijo con una leve sonrisa.
Levanto su rostro, encontrándose con unos hermosos ojos verdes, que había creído jamás volver a ver…
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– Harry… – susurro con su voz estrangulada, poniéndose de pie rápidamente, quedando a pocos centímetros del azabache.
– Es mejor que te sientes, tenemos mucho de que hablar – le sugirió el azabache, con una débil sonrisa, mientras él se sentaba.
El rubio se sentó junto a Harry; ambos miraban distraídos el lugar, estaban en un parque muggle, había algo de gente por allí y por allá, algo lejos de donde ellos se encontraban en ese momento. Había un silencio algo tenso e incomodo, ya que ninguno de los dos sabía como empezar aquella plática tan necesaria para ambos; fue el antiguo Gryffindor, quien comenzó.
– Cuando me fui, ya sabía que tenia a Damián en mi interior – dijo con una nostálgica sonrisa, sus ojos verdes miraban interesados a una pareja con un niño – era una noticia que… mi familia me revelo… supongo que sabrás que tengo familiares elficos…
Draco solamente asintió, mirando la misma pareja que el azabache observaba, era un silencio necesario, calmo, sin nada asfixiante que quisiera romper ese mutismo que se había instalado en ambos, por que los dos sabían que no había prisas, que ese era su momento, para decir todo lo que querían, todo lo que habían tenido que ocultar y guardarse para si mimos…
– Cuando recibí aquella noticia, fue… un momento único – hablo con añoranza y con una ligera sonrisa, que el rubio completaba abstraídamente, pero atento a lo que hablaba el azabache – fue… un remolino de sentimientos, sensaciones y emociones, tenia miedo e incertidumbre por lo que vendría, pero la felicidad fue la que gano a todo, la felicidad de saber que tenia dentro de mi a un pequeño, que era el futro de nuestro amor… – dijo, mientras se sonrojaba levemente, cosa que encanto a Draco – o eso era lo que pensé en su momento… – miro de reojo a su acompañante, con una mirada dolida y una sonrisa triste, Draco se sintió a morir, quiso hablar, pero Harry no le dejo, ya que siguió con su relato – estaba tan feliz por la noticia, que prácticamente volé hasta Hogwarts, para contarte, me encontré con casi medio Hogwarts, pero no a ti… tan desesperado estaba, que llegue a tu cuarto sin importarme que estuvieras con tus amigos, estaba a punto de entrar cuando… – Harry apretó sus manos sobre sus piernas y Draco miraba dolido hacia otro lado, el moreno suspiro antes de seguir – cuando escuche tu conversación, no sabes… no puedes comprender el dolor que sentí en ese momento, creí que me volvería loco, no podía comprender… no podía… – susurro, cerrando fuertemente los ojos, dejando sus lagrimas caer.
Draco lo abrazo fuertemente, sintiendo los espasmos de Harry y como este se aferraba a su camisa, sus brazos lo atrajeron mas hacia su cuerpo, también cerro sus ojos, aguantando sus lagrimas que también querían salir, respiro el olor de los cabellos azabaches, mientras le susurraba dolorosamente…
– lo siento, lo siento, lo siento…
– lo se – susurro Harry, sin querer separarse del cuerpo de la persona que amaba, dejando que este le acariciara el cabello – vi los recuerdos de Dumbledore, se lo que paso, te amo Draco, pero al escuchar esas palabras… el creer por tantos años, que solo habías estado conmigo por necesidad, para salvar a tus padres y no por amor, simplemente me destruyo… lo único que me mantuvo a flote y cuerdo fue mi hijo… – se separo suavemente del rubio, mirando aquellos ojos grises, que le observaban con tristeza, se veía que estaba a punto de llorar como el lo estaba haciendo en ese momento – te amo, pero no puedes pedirme que te deje entrar a mi vida nuevamente, no podría soportar otra traición, no podría… – le tembló la voz, pero aun así siguió – a lo que e venido hoy, es que nunca te odie y nunca lo are, solo quiero que podamos ser amigos y que conozcas a tu hijo, Draco aun cuando el no sepa nada de ti, tienen derecho a conocerse, a convivir juntos…
Draco sonrío melancólicamente, mientras acercaba una de sus manos a la mejilla mojada del azabache, suavemente uno de sus dedos, limpio una de aquellas lagrimas que habían brotado de esos hermosos ojos verdes…
– no me pidas eso Harry – el moreno le miro confundido – nunca podría verte como un amigo, te amo… – susurro antes de besar superficialmente los labios entre abiertos del moreno – pero te entiendo, me mantendré al margen – por ahora – yo… quiero conocer a mi hijo… – le hiso saber – él… – comenzó dudoso, mirando preocupado al azabache.
– el vio uno de los recuerdos de Dumbledore, sabe como pasaron las cosas, él es un chico muy despierto e inteligente – se notaba el orgullo en su voz cuando hablaba de su hijo – esta confundido, toda su vida no ha sabido nada de su padre y ahora… se entera todo de golpe, pero se que te aceptara y te querrá… – le aseguro.
– Quiero verlo… – le hablo el rubio, mientras miraba distraídamente a unos niños gritando y riendo mientras jugaban.
Harry le miro un momento, algo dubitativo, Draco le miro suplicando con su mirada gris melancólica, Harry suspiro antes de asentir y pararse del asiento, Draco le siguió mudamente.
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Teddy mirada como su amigo dormía plácidamente a su lado, después de que Damián había parado de llorar, Ted había pedido una tasa de leche y luego de que su amigo tomara un poco, se había refregado los ojos y le había murmurado un gracias, antes de abrazarse a el nuevamente y cerrar sus ojos y hasta ahora no los había vuelto a abrir.
Aunque Ted nunca había podido estar ni dos minutos quietos en un lugar, ahora había roto cualquier marca, al quedarse casi cuarenta minutos quieto, es que no quería moverse y despertar a Damián, no quería verlo llorar y no sabia si podría hacer algo por que el azabache no derramar otra lagrima; sus cabellos ahora estaban grises y sus ojos negros miraban distraídamente el techo de su habitación, que imitaba perfectamente el perfecto cielo, algo así como sucedía en el Gran Comedor de Hogwarts.
– ¿estas aburrido?
Aquella pregunta lo sobresalto al ser tan repentina, rompiendo así el silencio que ya estaba casi acostumbrándose. Ted miro a su amigo, que le observaba algo apenado.
Teddy negó fervientemente con la cabeza – no… para nada…
– No seas mentiroso Teddy – le reto Damián, mientras se sentaba en la cama, mirando hacia un reloj que estaba en el velador al lado de la cama.
– No miento… – dijo enfurruñado el chico, mientras fruncía el ceño cambiando su cabello aun rojo fuerte.
Damián rio al ver la apariencia de su amigo, risa que contagio a Teddy que también se puso a reír; después de un corto silencio Damián le hablo…
– Lo siento… – susurro mirando hacia otro, con las mejillas ligeramente sonrojadas.
Teddy abrió sus ojos sorprendido, antes de sonreír y abrazar a su amigo – tonto, para algo están los amigos…
– gracias… – susurro, correspondiéndole el abrazo y enterrando su carita en el pecho de Teddy.
Habían estado tan ensimismados en su conversión y en el abrazo, que no sintieron cuando golearon la puerta, solo hasta que Andrómina les hablo…
– Damián ya llego tu papá… – pero dejo de hablar, cuando vio como su nieto y el nieto de su hermana estaban abrazados y luego se soltaron rápidamente, ambos completamente sonrojados, simplemente sonrío antes de volver a hablar – ¿vamos?
Damián y Teddy se bajaron de la cama, descendiendo apresuradamente hacia el primer piso de la casa.
– ¡cuidado con las…! ¡Ba! Estos niños, que no escuchan a sus mayores – Dijo divertida, mientras también bajaba las escaleras, pero como la gente decente, no como los Troll que eran esos dos torbellinos.
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– ¡papaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! – chillo casi como una Bashee, mientras bajaba las escaleras prácticamente de tres en tres.
Harry sonrió mientras estiraba sus brazos para recibir a su pequeño torbellino, que se le había lanzado prácticamente encima.
– ¡hey! Cuidado – le dijo divertido.
– es que te extrañe – susurro, mientras refregaba su cabeza en el pecho del mayor.
Harry supo inmediatamente que algo había hecho poner triste a su hijo, y se pregunto si era el momento indicado para que conociera a su padre, por las reacciones anteriores, dudaba que Damián se llevara bien con Draco a la primera y bueno… miro de reojo como el rubio miraba intensamente el cuerpo del hijo de ambos, suspiro, era lo correcto, no tenia por que retrasar el momento.
– Damián… – llamo a su hijo, separándolo un poco de su cuerpo – quiero que conozcas a alguien… – le hablo con una suave sonrisa.
Fue en ese momento en que Damián vio quienes estaban en la sala, estaba la tía Andrómeda con Teddy, que le miraba con el ceño fruncido, tenia el cabello rojo fuerte; al otro lado estaba su abuela, que le sonreía suavemente y a su lado estaba, él… su padre.
Damián miro retadoramente hacia su padre, mientras su mano se aferro al pantalón de su papá. Ambos ojos grises se miraron por un largo momento, tan iguales y tan distintos al mismo tiempo, un silencio tenso se formo en la habitación, todos se sentían incómodos e intranquilos, pero nadie se atrevía a dar el primer paso, ya que podía terminar en catástrofe, pero como nada es eterno, alguien por fin se dejo escuchar en la sala.
– Mi papá es mío – dijo firmemente Damián, mirando desafiante a su padre, poniéndose delante de Harry.
Todos abrieron los ojos, completamente sorprendidos, incluso Draco se descoloco, pero luego sonrió con arrogancia antes de contestarle.
– Eso lo veremos… – susurro con una sonrisa torcida.
– hay, los dos son iguales, cuando Lucius quería acercarse a mi, Draco venia corriendo y me abrazaba para que Lucius no lo hiciera… – dijo con una sonrisilla – los dos unos egoístas y testarudos – dijo divertida Narcisa, mientras Andrómeda sonreía levemente y Teddy estaba mas confundido que nunca.
Harry suspiro por lo dicho por su hijo, y no pudo evitar sonrojarse levemente, por lo que había contestado Draco.
– yo… – susurro Damián.
Antes de que el pequeño pudiera decir algo más, Draco se le acerco y lo abrazo fuertemente, abrazo que sorprendió al menor, pero que contesto rápidamente, dejándose envolver por los brazos de su padre, un par de lágrimas brotaron de sus ojos, ocultándolas en el pecho del mayor.
– Te quiero hijo… – le susurro solamente a el.
Era una escena conmovedora, después de tantos años, por fin padre e hijo, podían por fin encontrarse, sin mentiras de por medio, teniendo una oportunidad para conocerse y estrechar sus lazos…
– y ahora… ¿alguien me puede explicar que esta pasando? – dijo un enfurruñado metamorfomago, que tenia el cabello verde oscuro, con sus ojos amarillos y los brazos entre cruzados.
Todos rieron y Damián se le a cerco, sentándose en el sillón junto a su amigo, para contarle, que Draco era su padre, entre otras cosas. Narcisa hablaba con Andrómeda, poniéndose de acuerdo, para ver que podían hacer para pasar más tiempo juntas y con los chicos, a los lugares donde ir, entre otros planes. Draco se les había unido a los chicos, hablando de varias cosas y contándole a su hijo, donde podían ir a pasar las vacaciones y que obviamente podía ir Teddy.
Harry sonrió ante la escena, viendo que se estaba formando una nueva familia, las cosas no serian fáciles, habían varias cosas que aun debían aclarar, además que Draco y Damián debían pasar mucho tiempo juntos, para que se conozcan a fondo y puedan tener una verdadera relación de padre e hijo, pero sabia que todo saldría bien, solo no había que apurar las cosas, poco a poco se iban a ir dando.
Draco levanto la mirada y se encontró con las hermosas esmeraldas que le miraban intensamente, le sonrió tenuemente, viendo como el azabache se sonrojaba levemente y miraba hacia otro lado, para luego comentar con su madre y tía alguna cosa. Draco suspiro suavemente, sabiendo que debía esforzarse mucho para tener a su hijo y a Harry con él, los tres juntos como una verdadera familia, por que aunque le tomara toda su vida, haría que Harry volviera a confiar en el y volvieran a estar juntos como pareja. Sabía que Harry aun le amaba, el mismo se lo había dicho; pero también estaba al tanto, del dolor y humillación que le había causado y tendría que expiar sus pecados, antes de tener de vuelta a Harry con el; por lo pronto debería ganar el cariño y el respeto de su hijo; paso a paso, se aseguraría de ganar el amor de Damián y Harry. Sonrió divertido por la pelea infantil de Teddy y Damián, interviniendo para que no llegaran a los gritos, sacando pucheros y risitas…
Harry les miro de reojo, sabiendo que Draco seria un excelente padre y que muy pronto tendría el cariño de Damián, así como su amor, pero por el momento se haría de rogar, no tenia porque entregarse en bandeja de plata, aria que el rubio sufriera un poquito antes de volver con el… al fin y al cabo, tenían todo un futuro por delante juntos.
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