Capitulo cuatro: Miro... Miremonos...
Capitulo anterior:- oh vamos papá tu también tienes derecho a ser feliz, no sé por qué aun no encuentras a alguien, pá tú no tienes que estar condenado solo a una persona –le dijo colocando su mano sobre la de su padreEl oji-verde miro con dulzura a su hijo, si supiera que él no podría enamorarse de nadie más, si supiera la verdadera historia…
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Damian se bajo del avión con una enorme sonrisa burlona, mientras que Harry caminaba detrás de su “inocentísimo” hijo, rojo como un tomate y refunfuñando en contra los dioses y deidades por mandarle ese hijo suyo que en esos momentos le daban ganas de haberlo dejado en casa… ya que pasar un vuelo, en que una azafata se pasaba cada cinco minuto por la llamada de su adorable y sin ninguna doble intención de su hijo, haciéndole ojitos o piropos no era para él algo muy cómodo, pero eso no era todo, sino que para su mala suerte se había reunido su hijo y un sujeto, que no podía negar que era muy atractivo, le coqueteaba descaradamente, desnudándole con la mirada y que para su desgracia su hijo interfería animando al extraño a que intensificara sus descarados desplantes de don Juan, y cuando creyó que nada podía ser peor, su hijo le dijo al extraño que por su ventana no se podía ver nada interesante (el sujeto estaba sentado a la orilla pero la ventana de este estaba desocupada) y que si le dejaba ir a su asiento, este gustoso accedió y le dijo que para que estuviera más cómodo él amablemente se sentaba junto a su pá para que no se sintiera solo, por otro lado Harry ya estaba sufriendo un colapso nervioso, pero no pudo objetar ya que cuando se dio cuenta de todo era demasiado tarde, ya que el desconocido que se había presentado como Rost Master se había sentado a su lado, rosando “sin querer” la mano en su pierna, el sujeto estuvo todo el viaje hablándole, coqueteando y con el descaro de despedirse – después de pedirle y darle su numero telefónico que su hijo obedientemente le dio al sujeto – con un beso cerca de sus labios...
Al ver la cantidad de gente que había a las afueras del aeropuerto, como todos caminaban sin importar el de al lado, le vino una notable nostalgia por su ciudad natal, hace muchos años que no pisaba sueldo londinense, pero se animo al sentir como su hijo tomaba su mano, todo había cambiado, todo...
- hola guapo
Harry se sobresalto, no por esos labios rosas su oreja, sino mas bien por la voz de aquel sujeto, la conocía muuuy bien
– Zallen! – grito Damián, colgándose al elfo del cuello
- por que no me sorprendo verte aquí Zallen?
- jejeje… mi querido hijo acaso ya no saludas? – abrazando asfixiantemente al moreno
- Za vamos al hotel!
- vamos enano, sígueme está a unos pasos de aquí… - le dijo mientras caminaba hacia la el lado izquierdo
- que no soy un enano!
Le escucho gritar su hijo, mientras que Harry se había quedado solo con las maletas al lado -.- suspiro, sabía que su hijo llamaría a Zallen…
- será mejor que nos apuráramos no querrás llegar y ver el apocalipsis – le dijo una voz muy familiar
- Trían, me alegra verte – le dijo con una cálida sonrisa
- a mi también Harry – dando un cálido abrazo
- cuando llegaron?
- ayer, Damián llamo a Zallen y este se volvió como loco preparando todo
- ese nunca cambia
- nop
- Trían?
-mmmm
- esos de ahí no son Zallen y Damián – dijo con nerviosismo tratando de creer que su vista se había vuelto borrosa como cuando usaba lentes
Trían miro hacia donde Harry le había apuntado, encontrándose con que Zallen intentaba entrar en un tipo de juego muggle que era un cuadro lo suficientemente grande para que varios pequeñuelos estuvieran dentro y este cuadrado (las “paredes” eran de malla, por lo cual se podía ver perfectamente lo que pasaba adentro) estaba lleno de pelotas de colores, por lo que se podía apreciar desde lejos era que Zallen trataba de entrar con Damián pero el encargado le hacia gestos que se podían interpretar como que Zallen era muy mayor o muy alto para el juego, pero el oji-morado aun así quería subirse a ese juego, mientras que Damián hacia pucheros por que estaban “discriminando” a su Tiito y nadie hacia nada por el...
- -.-‘ será mejor que vamos por esos dos
- si antes de que ataquen a alguien u.u’
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Por fin después de varia horas recorriendo calles, tiendas, restaurantes y que Zallen y Damián consiguieran su helado triple sabor con cobertura de chocolate, pudieron llegar al hotel donde se estaban hospedando los dos elfos. No era elegante más bien era acogedor, las paredes pintadas con colores pasteles y los muebles de madera clara y tapices de colores claros daban el resultado de sentirse en una casa que en estar “viviendo” en un hotel. Harry compartiría habitación con su hijo, esta se encontraba al frente de Zallen y Trían. Se acomodaron en la habitación de padre e hijo para poder conversar y contar las nuevas aventuras y travesuras que habían hechos los “niños” (n/a: entiéndase por Zallen y Damián u.u). Estaban en la cómoda sala, Harry estaba sentado en un sillón individual, enfrente de él estaba Trían en un sillón igual que el de ojos verdes, mientras que los nenes estaban jugando en el sillón más grande…
- y Odín como a estado?
- algo ocupado ya que Kasffer (n/a: uno de sus tantos hijos de Odin) fue atacado por extrañas criaturas
- qué extraño porque hasta donde yo se Kasffer estaba viviendo en Grecia y allí no hay tantas criaturas mágicas...
- sí pero tanto en Grecia como en Egipto hay muchas maldiciones, artefactos mágicos, seres mitológicos que aun pueden existir
- si en eso tienes razón, pero está muy mal?
- la verdad fue más el susto que todo, ahora se encuentra en su casa con su pareja pero Odin y Leah no quisieron separarse de él
- entiendo... - con una sonrisa cariñosa al recordar como su tío abuelo y su pareja se preocupaban por él
- bien y que vas hacer si lo ves... - dijo en un susurro mirando hacia el sillón donde su Zallen y Damián estaban durmiendo plácidamente
- no lo se Trían, no lo se - mirando con tristeza hacia el lugar donde descansaba su luz, su vida, lagrimas se derramaban por sus enrojecidos ojos al tratar de contener sus llantosTrían se le acerco y lo abrazo paternalmente
- calma pequeño, todo ira bien... shhh - le susurraba en el oído tratando de clamar a Harry
Mientras ellos dos estaban abrazados, unos ojos grises miraban con dolor como su padre sufría...
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Harry tenia una enorme sonrisa y en sus ojos no poseían ninguno atisbo de dolor, miraba embelesado como su pequeño “mounstrito” jugaba con Zallen en los columpios. Estaban en un parque muggle, mañana tendría que ir al castillo para ver lo que le había dejado en el testamento el profesor Dumbledore, por eso habían decidido ir a ese alegre lugar, para poder quitar un poco los nerviosismos de Harry al tener que enfrentarse a su pasado. Damián llamaba a su padre para que jugara con el en el balensin (n/a: no se como se escribe ese juego del sube y baja XD!), ya que Zallen y un molesto Trían estaban en el otro, Harry sonrió mas si eso era posible, al ver lo sano y alegre que era su pequeño.Habían pasado varias horas desde que habían llegado y ahora se encontraba en una fila en el centro de la ciudad para poder comprar un helado a su hijo, mientras que Trían y Zallen lo cuidaban en el parque...
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Un rubio caminaba por la ciudad indiferente a las miradas de lujuria que le lanzaban los transeúntes, estaba completamente metido en sus pensamientos y problemas. Entro a una cafetería elegante pero acogedora, ahí se encontraba su amigo Theo y su novio Neville, se sentó enfrente de ellos dandoles una sonrisa forzada...
- como estas Draco? - le pregunto un preocupado Theo mientras tomaba su café
- muy bien...
- vamos Draco, sabemos que no estas bien
- lo se Nev, pero con reconocer que no estoy bien, no voy a arreglar nada - dijo mirando tristemente el contenido de su tasa
Theo y Nev se miraron tristemente, preocupados por su amigo, todos estos años en el que él se había ido, habían sido una verdadera tortura para el rubio aristócrata
- pero no te desesperes estoy seguro que vendrá a la lectura del testamento o sino al funeral - le dijo conciliador
- gracias Nev, pero...
- nada de peros Draco, debes ser fuerte, debes creer...
Draco los miro y se formo una sonrisa triste en su hermoso rostro y en sus ojos se veía una pequeña luz de esperanza...
Mientras se servía su café, con sus dos amigos sin saber miro hacia el frente, en donde había una cola de varias personas en una tienda de helado. Su café se resbalo por sus manos, sus ojos casi se salen de sus órbitas y su boca estaba abierta completamente...
- Harry... - susurro inaudible
Continuara...