Capitulo siete: veo… veamos…
Capitulo anterior:
- así se dice hijo – le dijo con orgullo y esperanza de verlo volver a sonreír y ver nuevamente la felicidad en esos ojos grises que ahora se encontraban opacados por la tristeza- gracias madre…
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Harry al llegar a la plaza donde su hijo y sus parientes jugaban soltó el aire que inconscientemente había retenido y cerro sus ojos un momento tratando de calamar su alborotado corazón, había sentido su presencia, no podía estar equivocado, estaba más que seguro que era su “presencia”, salió de su estado de ensoñación cuando la voz de su hijo lo llamo…-
papá ¿estás bien? – le dijo preocupado Damián, al ver a su papá tan perdido en su mundo
- eh? Si Damián, solo estaba pensando – con una sonrisa aunque no conseguir tranquilizar a su hijo – toma aquí tienes tu helado
Damián lo tomo y comenzó a comer emocionado, mientras que Zallen al ver al moreno con los helados había salido disparado por su amada golosina, dejando a Trían en el suelo ya que estaban jugando al sube y baja y Zallen al salir tan rápido hiso que Trían cayera al piso…
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Ya eran las una de la madrugada y a las nueve debía estar en Hogwarts para escuchar el testamento de su ex-director Albus Dumbledore. Estaba completamente nervioso y ansioso, no sabía exactamente qué era lo que esperaba encontrar allí, aun no estaba seguro de ir, no quería sumergirse en el dolor nuevamente, de recordar y revivir nuevamente aquellos momentos que infructuosamente no pudo olvidar.
Se sentó suavemente al lado de su hijo que dormía plácidamente, le acaricio con verdadera reverencia aquellos oscuros y algo desordenados cabellos, una sonrisa llena de orgullo y amor se mostro en su hermoso rostro, aquellas sonrisas verdaderas que salían solo al estar al lado de su hijo, al verlo o tan solo al recordarlo.Su pequeño ángel…
Habían pasado cinco meses de que se había ido de Hogwarts, hace cinco meses que había salido de Londres y ahora se encontraba en la ciudad de Bolzano en Italia, después de pasar por varias ciudades junto a su familia.
En un principio se había negado en viajar con su familia, no quería arriesgar más su embarazo, ya que al no estar Draco con él, su embarazo se volvía doblemente riesgoso ya que el bebe “consumiría” mucha de su magia. Pero no pudo hacer nada con la insistencia de todos – sobre todo de Zallen – además que en el viaje también iría Greys quien podría atender su embarazo y no estar contantemente hiendo a San Mungo, ya que posiblemente lo podrían estar buscando y no quería que lo encontraran.
Viajaron por lugares hermosos y llenos de naturaleza, muchas veces Harry estuvo en depresión, su ánimo nunca volvió a estar como antes de saber la verdad de que Draco no le amaba, pero aun así siempre que las lágrimas caían se acariciaba el vientre que sin darse cuenta había empezado a agrandarse, las ganas que le consumían en momentos tan cotidianos y simplex, que le hacina desear la muerte en ese preciso momento se retenían gracias a la “presencia” de su ángel, porque aunque le dolía admitirlo la falta que le había Draco nunca se acabaría, aquel dolor, aquel pozo negro que habitaba en su corazón jamás se iría, aunque tuviera a su ángel en sus brazos sabía que su felicidad jamás podría ser completa, porque su corazón estaba perdido, abandonado y destruido y nadie seria capas de recomponerlo, solo él...
Lo peor era cuando tenía los antojos, antojos que extrañamente Zallen también tenía, Greys se había casi muerto de la risa cuando descubrió a Harry y Zallen sentados en la cama del primero con muchos envoltorios de chocolates, había diagnosticado que Zallen padecía embarazo sicológico. Y no solo habían sido antojos de comidas, sino también de hábitos extraños, como levantarse a las cuatro de la mañana e ir a sentarse cerca de un árbol y esperar el amanecer o a las tres y veintidós minutos irse a dormir por una hora para luego acabar comiendo un enorme pote de chocolate, todo seguido por Zallen…
Los cinco meses se habían pasado volando entre las largas pero entretenidas caminatas que habían hecho. Para su sorpresa sus parientes le habían mostrado como tomaban algunos “atajos” para llegar más rápido a diferentes lugares muy alejados para hacerlos caminando en una ruta normal. Estas eran algunas cuevas olvidadas y que para los muggles y magos comunes no podrían ver su verdadera función, ya que solo serian capaces de ver una pared de piedra al final de la cueva, en cambio ellos como elfos podían seguir el trayecto, llevándolos a algún lugar ya anteriormente destinado. Es por ese motivo que estuvieron en muchas partes en poco tiempo…
Harry cuando salió nuevamente de una cueva de “atajo” y vio la ciudad que se le presentaba a su vista, supo inmediatamente que su pequeño ángel debía nacer allí. Era un valle rodeado de cerros verdes, abajo se encontraba la población que no era muchos, las casa eran grandes y acogedoras, verdaderamente hermosas y antiguas que daban un toque antiguo y tranquilo. Descendieron despacio admirando la naturaleza, el rio que dividía la ciudad, esta vez se quedarían en una enorme y hermosa casona de Odín, hace mucho se habían quedado allí más tiempo de lo normal por un casamiento entre familias rivales, por lo que Odín había decidido comprarse una casa para tener a todos los invitados.
La casona, como muchas de alrededor por fuera se veían viejas y con detalles muy antiguos, pero por dentro era otra cosa, todo estaba bellamente restaurado pero con aun con el toque antiguo, los muebles de madera oscura y sillones de telas finas te daban la sensación de haber viajado por el tiempo y que te encontrabas en esos tiempos perdidos.
Le habían contado que así era en muchas partes Italia, sobre todo en las zonas turísticas en donde las casas se mantenían con su fachada antigua pero por dentro estaban todas arregladas. Zallen le había prometido que después que naciera su bebe le daría un tour por las zonas más turísticas de Italia. Pero por ahora Bolzano era una ciudad acogedora bien apta para que su pequeño angelito naciera.
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Ya era el día… era un día miércoles ya pasaban las tres de la tarde, el cielo estaba despejado, el sol brillaba en lo alto junto a varias blancas y puras nubes, el bosque tranquilo se mecía por las caricias de la brisa, los animales pastaban, dormían o jugaban tranquilos, las personas seguían sus rutinarias vidas, todo era exactamente como cualquier otro día, pero eso cambio drásticamente a las tres y veintidós minutos, el viento comenzó a soplar fuertemente, los arboles se doblaban fácilmente por la fuerza del viento, el sol se oculto entre gruesas nubes oscuras…
Odín junto con Leah corrían por la casa buscando las cosas necesarias para la llegada del bebe, mientras que Zallen estaba acostado al lado de Harry quien estaba con grandes dolores en su vientre, el bebe no se hacía de rogar y ya quería salir cuanto antes. Trían ayudaba a Greys con la limpieza de los utensilios para el alumbramiento.
Greys se acerco a Harry, mientras ella trabajaba en el vientre del muchacho, Zallen prestaba su mano para que Harry se la apretara y le susurraba suaves palabras para calmarlo, Trían estaba fuera de la habitación junto con Odín ambos no eran muy útiles dentro sin contar que no soportaban ver mucha sangre y ese tipo de “espectáculos”. Leah aguardaba con una pequeña manta azul para arropar al bebe…
Harry sufría horrores, al no tener a su pareja junto a él todo se le hacía más difícil, su magia debía cuidar al bebe para que este no se lastimara al salir, serró los ojos fuertemente mientras llevaba toda su magia hacia el bebe. Greys corto suavemente el abultado vientre de Harry, la magia de este ayudo para que la abertura se expandiera y pudiera sacar al pequeño, el bebe estaba rodeado de una aurora plateada muy delgada, Greys le entrego el bebe a Leah y esta inmediatamente lo limpio, seco y arropo a los pocos minutos sus llantos se escucharon en la habitación…
- Greys! Greys! ¿Qué le pasa a Harry? ¿Por qué no responde? Greys! Harry!?
Grys seguía atendiendo a Harry sin responder a Zallen, mientras que este trataba por todos los medios de que Harry le contestara.
Greys cerraba la piel de Harry y evaluaba su magia…
- está débil, demasiado débil, su magia es casi nula… el… - susurro débilmente mientras bajaba su rostro y se veía como su cuerpo comenzaba se estremecía mientras un silencioso sollozo se podía escuchar…
El bebe seguía llorando fuertemente…
Odín y Trían entraron rápidamente al escuchar el grito de Zallen que zamarreaba a un Harry completamente pálido que respiraba con dificultad…
Las lágrimas caían silenciosas de todos los presentes…
Las gotas de una leve llovizna comenzaron a caer con mayor intensidad llenando la tierra de una fría y pura agua, los pasos rápidos de los pueblerinos se podían escuchar claramente, los animales intranquilos corrían o se trataban de refugiar lo más pronto posible, una luz atravesó las oscuras nubes y luego un ruido ensordecedor se pudo escuchar fuertemente… de la naturaleza comenzó a salir magia pura en forma de una neblina gris comenzando a jugar entre los arboles arrebatándole un poco de su magia, de las flores, de la lluvia, del rio, de un ave, de todo aquello completamente puro sin ninguna mancha de impura, se entremezclaba en una sola niebla gris que cada vez se hacía más espesa que recorría los suaves espacios de la tierra, recorriendo un camino imaginario a su destino…
Todos los presentes en aquella acogedora habitación se quedaron estáticos, aun podían sentir como aun respiraba sub pequeño niño, Leah miraba desde lejos aun con el bebe en sus brazos ya no lloraba fuerte pero si sus lagrimas caían suavemente presintiendo que algo andaba mal con su progenitor. Los ojos confusos y asombrados de los presentes se miraban de uno a otro tratando de explicar que era aquella sensación tan cálida, tan pura…
Desde debajo de la puerta comenzó a aparecer una neblina gris, se movía lentamente por el piso, sus movimientos eran serpentinos que se comenzaban a elevar suavemente, hasta llegar al pálido y frágil cuerpo de Harry, la neblina acaricio suavemente la mejilla del chico, y empezó a envolverlo lentamente. Todos se alejaron de la cama mirando asombrados lo que aquella neblina hacia con el cuerpo desfallecido del azabache, sabían lo que era, después de todo ellos convivían con aquella presencia siempre, pero sentirla en su estado tan puro los hacía temblar no de temor sino de añoranza…
… era la magia de la naturaleza, aquella que albergaba y cuidaba a todos los seres que la habitaban…
La neblina desapareció lentamente cuando envolvió completamente el cuerpo de Harry, su respiración comenzó a ser más normal, su piel comenzó a tener más color y sus ojos se abrieron lentamente dejando a la vista esos hermoso color verde que brillaban aun mas al posarse en aquel bultito que sostenía Leah…
- Damián… - susurro con amor…
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- bueno chicos yo ya me voy – les dijo con una sonrisa nerviosa, mientras se acercaba a la puerta del cuarto
- no te preocupes Harry que yo cuido a tu angelito – sonrió Zallen
Harry le miro con fingido terror – eso me preocupa aun más
- no seas malo – dijo falsamente molesto
- ja, ja, ja… déjense de tontear, no te preocupes Harry que yo cuido de Damián e impido que este haga sus locuras – dijo con una agradable sonrisa – auch! – se quejo sobándose un brazo
- eso te pasa por hablador – le saco la lengua juguetón
- ya… ja, ja, ja… con que no se maten entre ustedes me basta – dijo con una sonrisa el de mirada verde – les dan mis saludos a mi hijo – dijo antes de partir
- no te preocupes…- te estaremos esperando en las tres escobas – le dijo antes de que saliera
- nos vemos ahí en la tarde – dijo antes de cerrar la puerta
- espero que no se tope con el… - dijo serio Zallen
- sabes que tarde o temprano se volverán a ver - le dijo Trían mientras iba hacia la cocina
Zallen lo siguió con paso lentos hasta sentarse en una silla en la mesa de la cocina – lo sé pero aun así… - dijo mirando hacia la mesa
- pasara lo que tenga que pasar ¿por qué no vas a despertar a Damián?
- si eso estará bien – susurro – ¿te he dicho que te amo? – le dijo cerca de sus labios
- mmm… creo no recordarlo – le dijo en broma
- mmm… pues tendrás que empezar a recordar – dijo dándole un beso superficial y salir por la puerta
Trían sonrió mientras negaba con la cabeza y preparaba el desayuno, casi se le cae el plato cuando escucho el grito de Damián…
- NOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!! ESO ES MIO!!!!!!!!!!!! TRIAAAAAAAAN DILE A ZALLEN QUE ME DEVUELVA A MI NYU*
Trían suspiro mientras dejaba un plato con tostadas en la mesa, ese sería un largo día…
Continuara…