Draco estaba decidido, iba a re-hacer su vida. Después de todo nunca había encontrado a nadie digno de él, y Harry parecía serlo, así como un Malfoy parecía ser el indicado para el salvador del mundo mágico. También eran obvias las similitudes entre ellos, no solo eran los mas deseados del colegio, portaban apellidos famosos e ilustres…sino también en las desgracias eran parecidos, habían perdido a sus padrinos, amigos, a sus padres y llevaban una marca que no deseaban y debían soportar... Nadie mejor que ellos podían entender el dolor que sentían y comprenderse.
Draco llegó a desayunar al gran comedor con un aire renovado, su mirada había cambiado un poco, ya no había reflejada tristeza, mas bien parecía que emanaba esperanza, aún seguía con su estilo desalineado, el sabia muy bien que ese cambio o de look le sentaba como anillo al dedo, siempre había querido estar de esa forma, y seria parte de su cambio de actitud frente a la vida.
Busco con la vista a Harry, a ese chico que había despreciado durante años (sin saber bien porque) y que ahora le ofrecía una nueva vida, una segunda oportunidad, dejaría a un lado su orgullo Malfoy y se entregaría de lleno al cambio y al amor.
Harry estaba ahí con sus amigos leones, como siempre, estaba totalmente sonrojado, sabía que estaba en la misma sala con el chico que no había correspondido a su beso (eso cambiaría pronto), parecía que quería verlo pero no se animaba. Draco, en cambio, no le quitaba de encima una dulce mirada, dispuesto a dedicársela si esos ojos esmeraldas desidias levantarse.
-Malfoy no te quita la vista – le dice Ron.
Harry lentamente levantó sus ojos y se encontró con los de Draco, una mirada llena de dulzura y arrepentimiento por rechazar tan hermoso beso…también acompañado por esa sonrisa que a Harry le hacia volver a ese sueño que había tenido.
El moreno le devolvió la sonrisa aún sonrojado, y así se quedaron hasta que la voz de la directora captó su atención.
-Alumnos, ésta misma noche se conmemorará un nuevo aniversario de los fundadores de Hodgwart. Los esperamos a todos puntualmente aquí mismo, para un gran banquete, y una sorpresa – informó divertida la directora.
Todos parecían estar emocionados, ¿cual seria la sorpresa?...
-alumnos, aun hay mas – interrumpió McGonagall – las clases se suspenden, todos están libres para prepararse para esta noche.
Un grito atroz provino de las cuatro mesas repletas de alumnos que comenzaron a salir corriendo rumbo a sus respectivas casas. Harry perdió de vista a Draco en todo este alboroto.
…y las cosas no mejoraban…Harry quería ir a la tumba de Dumbledore, después de esas miradas y sonrisas quería hablar con Draco, y seguramente el rubio estaría ahí esperándolo. Pero sus amigos iban a Hosmade a comprarse ropa para la noche y le insistieron a Harry para acompañarlos. El moreno a regañadientes aceptó.
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El día había trascurrido rápidamente, y el gran comedor comenzaba a recibir a los alumnos emocionados que vestían elegantes, pero informal. Cada uno se acomodaba en sus respectivas mesas sin para de reír y hablar.
Harry venia muy animadamente hablando con Neville, Luna y Ginny, también un poco mas atrás venían Hermione y Ron tomados de la mano, a punto de entrar el gran comedor se topan con Draco, Pansy, y su prometido Roger.
Los dos grupos se frenaron a verse con actitud desafiante, aunque las miradas entre Harry y Draco eran completamente distintas a las de sus compañeros.
La situación ya se estaba poniendo incomoda así que fue Pansy, la que decidió tomar los brazos de los dos chicos y meterse al salón con actitud sobervia, los leones soltaron un respiro de frustración y entraron tras ellos.
Ambos chicos se sentaron en una posición que les permitía verse perfectamente…se veían tan bien
Harry traía unos jeans azules, con una remera roja y arriba una camisa sin abotonar estampada en rojo blanco y amarillo…se veía como un verdadero Gryffindor. Mientras que Draco traía pantalones de vestir negro con una fina camisa gris de seda.
Estaban soberanamente irresistibles, y ambos se lo hacían saber devorándose con la mirada.
“bendito Malfoy, como puede ser tan irresistible, no podré contenerme mucho si vuelvo a estar frente a él” – pensaba Harry.
“oh, Potter, hoy va a ser una gran noche, voy a hacer mas que agradecerte por darme un empujón y salir a la vida que siempre quise…si, voy a hacer mucho mas que agradecerte” – pensaba Draco.
Estos lujuriosos pensamientos fueron opacados por la voz de la directora, que le pedía a todos los presentes, que se pusieran de pie. Sin entender muy bien la petición, todos obedecieron.
En ese momento todos los bancos desaparecieron y la sala se convirtió en verdadero club nocturno muggle… la mejor de las sorpresas.
Lo mejor era que fue totalmente improvisado, nadie estaba en pareja, eso era fantástico, todos bailaban entre sí al ritmo de la mejor música de rock.
Todos estaban amontonados y estaba oscuro, las luces de colores no permitía ver bien a sus compañeros pero igual los distinguía, bailando animadamente.
Harry siente que alguien apoya todo su cuerpo en su espalda y algo sorprendido se da vuelta para encontrarse con el hermoso rostro de Draco Malfoy. Se lo quedo viendo sin entender muy bien la situación.
Draco le tomo la mano derecha a Harry, que sintió un escalofrío en todo su cuerpo, para luego salir de la sala, El moreno algo confundido comprendió que Draco había dejado un papel en su mano…lo leyó.
10 minutos…sala de los Menesteres.
No pudo evitar sonreír, y a toda prisa salio del salón.